Entrevistas

Udelar alarmada por "problema de hábitos de estudio" en los nuevos alumnos

Udelar alarmada por "problema de hábitos de estudio" en los nuevos alumnos

El fin de semana se dio a conocer un informe sobre las carencias de formación de los estudiantes que recién ingresan al nivel terciario. La falta de léxico, la reprobación de pruebas y las dificultades de comprensión han sido las problemáticas que más se han destacado. De todas formas, el rector de la Universidad de la República, Rodrigo Arocena, dijo a En Perspectiva que le preocupa "la actitud frente al conocimiento de los estudiantes" lo que podría provocar que "en vez de ir incrementando el número de gente con formación terciaria eso se revierta". Para enfrentar el problema la Universidad encaminará "talleres de estrategia de aprendizaje" para nivelar los conocimientos. Aunque, afirmó el docente, que "aprender a aprender es lo único realmente sustantivo" y "hay que mostrarles a la muchacha y al muchacho que así [sin estudio] no se avanza".


(emitido a las 10.08 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Hace tiempo ya que la Facultad de Medicina detectó que los alumnos que ingresan a esa casa de estudios manejan un léxico de entre 400 y 500 palabras, "cuando Cervantes usó unas 7.000 para escribir el Quijote". "No saben pensar, y eso lo traen de la enseñanza media".

La frase pertenece a Óscar Chavarría, representante de los egresados en el Consejo Directivo Central (CDC) de la Universidad de la República (Udelar), y se conoció en un artículo del diario El País de este fin de semana que reveló varios datos sobre las carencias de formación con que los estudiantes de secundaria llegan al nivel terciario.

Por ejemplo, en la carrera de Biología de la Facultad de Ciencias, este año el 72% de los nuevos alumnos no aprobó las pruebas del primer semestre, mientras que en Ingeniería el 81% no logró "identificar la idea central de un texto" en la prueba de diagnóstico.

¿Cuánto condiciona la formación universitaria esta situación de arranque? ¿Qué respuestas prepara en este caso la Udelar, sola o en coordinación con el Codicen (Consejo Directivo Central) de la ANEP (Administración Nacional de Educación Pública)?

Vamos a conversar de estos temas y del proceso de descentralización con el rector de la Udelar, doctor Rodrigo Arocena.

RODRIGO AROCENA:
Es una oportunidad para hablar de temas cardinales para el presente y el futuro del país, que por cierto nos desvelan y por los que tratamos de hacer las cosas cada día un poco mejor.

EC - La situación que pintan esos números que yo di recién parece muy desalentadora. ¿Qué diagnóstico hace usted concretamente?, ¿con qué carencias ingresan los jóvenes a la Universidad? Sé que este es un tema que ustedes han estado discutiendo en el CDC últimamente.

RA - Deberíamos fijar algunas pautas previas de cómo, al menos yo –usted hacía la pregunta con mucha amabilidad buscando mi opinión– veo esto, para después entrar rápidamente a las cuestiones concretas que venía haciendo la Universidad desde hace mucho tiempo, las que viene acelerando ahora y las que se propone ante la nueva situación.

Hay dos cosas que hay que enfatizar. Sería muy malo que yo, viejo docente, dijera: "Las generaciones de ahora son diferentes, piensan menos, estudian menos". Son diferentes, pero eso no quiere decir que sean inferiores. Y si nosotros los viejos docentes no empezamos por hacer el esfuerzo de comprender a nuestros nuevos estudiantes, entonces estamos errando. Primera cosa que me parece fundamental: no caer en la costumbre de los veteranos de decir: "Nuestros tiempos, ah, esos sí que eran buenos tiempos". Nuestros tiempos tenían sus cosas maravillosas –sobre todo que éramos jóvenes–, pero tenían una cantidad de carencias enormes.

Segunda cuestión, no busquemos chivos expiatorios. La Universidad no va a decir "la culpa de esto es Secundaria", Secundaria "la culpa de esto es Primaria", Primaria "la culpa de esto es la familia" y la familia "la culpa es del Gobierno", y así seguimos. Esto es un problema nacional, vamos a buscarle soluciones entre todos.

En esa perspectiva hay un problema de larga data: la heterogeneidad de formaciones con que llegan los estudiantes a la enseñanza terciaria. Para eso nuestra primera de las nueve líneas de reforma adoptadas hace ya varios años apunta a la diversificación de modalidades de enseñanza, al dictado en distintos períodos de los mismos cursos, hay un programa especial de respaldo al aprendizaje y varias otras cosas de las cuales sintéticamente se da cuenta en "Mirar para ver", el folleto con el cual la Universidad actualiza su rendición social de cuentas.

Por otro lado, las cuestiones que usted señalaba, y que me dan el gusto de estar aquí una vez más, sugieren que en algunas facultades se está viendo con preocupación la posibilidad de que en los últimos dos o tres años se haya agravado la situación de la formación.

EC - Varios decanos hablan de que estamos ante un problema que se agrava con el correr de los años. Los números además prueban eso.

RA - Exactamente, habría que pensar que tenemos dos problemas. Un problema muy profundo en el cual los estudiantes de hoy estudian de maneras diferentes, aprenden de maneras diferentes y cuando llegan a la Universidad tropiezan con dificultades muy grandes. Eso no es nuevo y se viene trabajando –sin todo lo que deberíamos hacer– desde hace tiempo. Y probablemente –esto es lo que afirmaron los decanos de Odontología, de Ingeniería, de Ciencias, basados en un conocimiento muy fino de las nuevas generaciones estudiantiles– haya un agravamiento de esa situación.

Yo he leído con mucho cuidado lo que se llama la Herramienta de diagnóstico al ingreso de la Facultad de Ingeniería.

EC - ¿Qué es eso?

RA - Es algo que viene haciendo desde hace mucho tiempo la Facultad de Ingeniería. La idea es tratar, cuando entra una nueva generación, de conocer a los estudiantes, tener una idea de su formación en matemática, en física, en química, en comprensión lectora y actitudes y hábitos de estudio mediante una prueba que no elimina a nadie. Esa prueba, al hacerse a lo largo de varios años, permite hacer comparaciones. Naturalmente, un fenómeno muy complejo no se caracteriza por un solo indicador, un buen médico tiene en cuenta la fiebre del paciente, pero no diagnostica solo a partir de la fiebre, por lo tanto esto debe ser tenido en cuenta.

De la Herramienta diagnóstica del ingreso de Ingeniería y de los resultados del último año me preocupa algo diferente de lo que ha sido subrayado legítimamente por varios comentaristas. Me preocupa lo siguiente: 52% de los estudiantes dice que no le interesa el proceso de resolución de los ejercicios, solo los resultados. Eso es mucho más grave que cualquier otra cosa, porque yo puedo olvidarme de cómo se maneja un polinomio o de cuándo llegaron los fenicios a Cartago, eso no importa, el asunto es si yo sé después buscarlo. La cuestión básica es aprender a aprender, y eso solo se aprende si uno se mete adentro de lo que le enseñan, adentro de cómo se resuelve un problema de matemáticas o adentro de cómo se va a tener una idea de si la pobreza está bajando o subiendo en el Uruguay. ¿Qué sociólogo podría pensarse que dijera: "Solo me interesa el resultado final de los números, y no cómo se elaboró el índice de pobreza"?

Aquí tenemos problemas fundamentales, la actitud frente al conocimiento de los estudiantes. No para reprocharles si no tienen la actitud adecuada, sino para ayudarlos a que comprendan que así no van a poder avanzar, y por lo tanto es responsabilidad nuestra, de los docentes, darles oportunidades para ir cambiando esa actitud, porque, entre otras cosas, además –permítame esta reflexión estética–, ¿qué es lo lindo de estudiar?, ¿ver los resultados o aprender cómo se logran? ¿Qué es lo que entusiasma?

EC - ¿Qué puede implicar para el futuro toda esta información que ustedes han ido recopilando sobre los déficits con que llegan los estudiantes al nivel terciario? ¿Qué puede implicar en la formación, en la propia Universidad en este caso, de esos estudiantes?

RA - Puede implicar, si no somos capaces como Universidad y como país de dar vuelta esta tendencia, que en vez de ir incrementando el número de gente con formación terciaria eso se revierta. Eso es tremendo desde el punto de vista de las personas, pero mucho más grave desde el punto de vista del país. Déjeme decirle un par de números, no voy a aburrir a los compatriotas que nos estén escuchando con una cantidad de números, pero grosso modo en los últimos cinco años del siglo XX se graduaban en la Udelar unos 3.300 estudiantes por año, a nivel terciario; había otras carreras más cortas, carreras de posgrado. En los últimos cinco años de la década pasada se graduaban en promedio unos 4.700, se pasó de 3.300 a 4.700. No es el incremento que hubiésemos querido, pero es un incremento significativo. Si no damos vuelta esto, en vez de seguir avanzando vamos a empezar a retroceder, por lo tanto no hay tema –como lo dije en el CDC– más importante para la Udelar que este y estamos tratando de multiplicar las actividades que procuran enfrentar esta problemática.

EC - Enseguida me interesa conocer qué se está haciendo o pensando hacer, pero antes, ¿qué se ha hecho ya? Usted decía recién: "No es mi intención aquí atribuir culpas, este es un fenómeno muy complejo", pero ¿a esta altura no se ha coordinado con Secundaria? Se lo pregunto sobre todo porque veía que el diario El País consultó a la Inspección de Matemática del Consejo de Educación Secundaria (CES) sobre los números concretos de la Facultad de Ingeniería, por ejemplo, y la respuesta de la inspectora Lilián Muñoz fue: "No tenemos constatado que los alumnos salgan con diferencia de formación". Y agrega: "Tampoco la Facultad de Ingeniería (pública) nos ha proporcionado la prueba, para ver qué es lo que se evalúa". Parecería que no ha habido mucho diálogo con la Inspección de Matemática de Secundaria.

RA - Reconstruyamos un poquito de la historia. Desde 2005 funciona una comisión mixta ANEP-Udelar que ha venido trabajando en torno a tres grandes temas. Por un lado, la colaboración en la formación de los docentes, por otro lado el trabajo conjunto con la UTU en la construcción de las carreras de tecnólogos, y por otro lado lo que en la jerga llamamos la interfase, que es el problema que usted plantea, la interfase entre la finalización de la enseñanza media y el comienzo de la enseñanza terciaria o universitaria. Se han hecho ciertas actividades en la interfase, pero claramente es donde hemos logrado menos sintonía.

La Herramienta de diagnóstico al ingreso de la Facultad de Ingeniería y sus resultados fueron comunicados a la comisión mixta y por cierto han sido tenidos en cuenta por las autoridades del Codicen. Me recordaba un compañero ayer que quien primero manifestó su preocupación en un ámbito público al respecto fue la vicepresidenta del Codicen, Nora Castro. Por consiguiente se ve allí una sintonía de preocupaciones. Debemos reconocer –porque no hay nada peor que no reconocer los problemas– que no hemos logrado todavía nada parecido a la sintonía que necesitamos entre Universidad y Enseñanza Secundaria. Hay mucha gente trabajando, se han adaptado programas, pero hay que hacer mucho más.

***

EC - Las notas periodísticas que se publicaron estos días son preocupantes e interesantes, sobre todo porque pintan la complejidad del problema. El problema se detecta en la Udelar, pero también en las universidades privadas, y ocurre con estudiantes que vienen de liceos públicos y de liceos privados. En el caso concreto de la Udelar, ¿qué están pensando hacer?

RA - Primera cosa, me parece muy importante, a riesgo de ser repetitivo, subrayar lo que usted dice: este es un problema país, del país en su conjunto. Segunda cosa, hay muchas actividades que se vienen realizando desde hace tiempo, menciono titulares para que los oyentes tengan la confianza de que más allá de nuestra eficiencia mayor o menor, trabajamos en esto. Se han puesto en marcha Ciclos Iniciales Optativos, está funcionando el Entorno Virtual de Aprendizaje de la Udelar, se están dictando de maneras diferentes adecuadas a distintos grupos de estudiantes las mismas asignaturas, y otras actividades que ya tienen varios años.

Con respecto a la problemática que nos alarma a todos en estos días, daría la impresión de que hay dos cuestiones que atender. Por un lado, una carencia mayor de la esperada en materia de conocimientos; por otro lado –más serio todavía–, un problema de hábitos de estudio. El martes haremos una reunión a la que vendrán de todas las Unidades de Apoyo a la Enseñanza de la Udelar para programar actividades, y estamos pensando actividades para atender ambas facetas del problema. La faceta conocimientos es quizás la menos preocupante, muy preocupante pero menos preocupante, al menos para un docente, que las otras. Allí estamos pensando en cursos de nivelación. Esto no se resuelve en 15 minutos, el primer semestre, el semestre de ingreso a la Universidad, va a tener que ofrecer cursos de nivelación a quienes tengan carencias en materia de conocimientos. Para eso las herramientas de diagnóstico al ingreso como la de la Facultad de Ingeniería y de otras van a ser muy útiles.

Más complicada es la cuestión de hábitos de estudio. Si usted está, como decía un docente de una universidad privada en el país hace dos o tres días, acostumbrado a que no hay que estudiar varias horas... bueno... Hay que mostrarles a la muchacha y al muchacho que así no se avanza.

EC - Se hablaba de otras manifestaciones de ese mismo problema: no existe la costumbre de leer libros, en cambio se opta por textos breves; la dispersión en la que se estudia, derivada de la conexión a internet con Facebook, con Twitter, la atención simultánea de los mensajes de texto, y eventualmente la televisión, etcétera. Son costumbres que han ido instalándose, que vienen, entre otras cosas, del desarrollo de las tecnologías de la información, pero que están muy implantadas. Si allí hay un obstáculo para el estudio, el desafío que tienen ustedes es enorme, porque van a tener que inventar una nueva forma de enseñar que sea capaz de penetrar esas barreras que se han ido instalando.

RA - Exactamente. Usted me preguntaba qué vamos a hacer de nuevo, es decir, además de lo que se está haciendo. Se está planteando que haya, en lo que tiene que ver con el aspecto conocimientos, cursos de nivelación previos o paralelos a los otros cursos. Y lo que tiene que ver –estoy leyendo la propuesta que está organizando la Comisión Sectorial de Enseñanza de la Universidad– con talleres de estrategia de aprendizaje. Esto es la cuestión básica, estudiantes de matemática o de sociología o de anatomía además de ir estudiando matemática, sociología, anatomía, van a tener que ir cambiando sus hábitos de estudio, van a tener que darse cuenta de que lo único que realmente se aprende es a seguir aprendiendo.

EC - Hay otra manera de verlo: ¿no será que lo que hay que cambiar son los sistemas de enseñanza? ¿Es el alumno que viene con esa otra cultura de estudio el que tiene que adaptarse a una determinada forma de estudiar ya implantada en la Udelar y las universidades, o serán las universidades las que tendrán que modificar el método porque los tiempos son otros, los jóvenes son otros?

RA - A ver si puedo decir una respuesta que no sea ecléctica. Las dos cosas son ciertas, vale decir que hay que modificar nuestras maneras de enseñanza, sin duda; nosotros le llamamos enseñanza activa. Hay que hacerla mucho más interactiva, hay que hacer que vaya y venga entre estudiantes y docentes mucho más, los diálogos. Para eso sí que venimos trabajando desde hace varios años. Sin duda que el docente tiene que adaptarse a los estudiantes con quienes quiere trabajar, no son los docentes los protagonistas del aprendizaje, son los estudiantes, por lo tanto nosotros tenemos que adaptarnos a sus circunstancias.

Pero eso es la mitad del asunto, la otra mitad es que no tenemos que ser demagogos, tenemos que decirles la verdad: si no se estudia mucho más, habrá los métodos que se quiera, pero no se avanza; si no se tiene la vocación de pensar con cabeza propia un problema y lo único que interesa es conseguir información, puede haber cambios en los métodos pero no van a aprender. Por lo tanto los talleres que llamamos de estrategias de aprendizaje tienen que tener en cuenta las costumbres, la cultura, la manera de ser de los jóvenes de esta época. Por eso empecé diciendo que nada podía ser más grave que considerar que los jóvenes de hoy son menos capaces que los de ayer.

Pero al mismo tiempo tenemos que decirles que, más que en nuestra época, aprender a aprender es lo único realmente sustantivo. En mi época se podía esperar que yo estudiara cuatro o cinco años en la Universidad y con eso me arreglaba el resto de la vida. Ahora van a tener que seguir aprendiendo siempre, un estudiante al que no le digamos la verdad y no lo convenzamos: "Mirá, compañera, mirá, compañero, si tú solo te preocupás por los resultados de una fórmula y no por cómo se construye, cuando esa fórmula esté obsoleta tú vas a quedar obsoleto. En cambio, si aprendiste a construir soluciones, entonces te vas a poder arreglar toda la vida".

EC - Y en cuanto a los pasos a dar para atacar el problema de fondo, porque usted está mencionando lo que puede hacer la Universidad una vez que ya recibió a esos alumnos, pero para que los alumnos vengan formados de otra manera, ¿qué se está haciendo?

RA - En este momento en lo que tengo más esperanzas es en la labor conjunta Universidad-Consejo de Formación en Educación de la ANEP para estructurar una preparación de los docentes de todos los niveles del sistema educativo mucho más sólida que la actual.

EC - De la audiencia llega un mensaje de Martín, por ejemplo, que dice: "¿No se le están sacando las castañas del fuego a Secundaria?". ¿No está en Secundaria una parte importante del problema? Usted decía que no quiere atribuir culpas, pero el asunto es por dónde se ataca el problema.

RA - Creo que el problema hay que atacarlo a todos los niveles. Si nosotros pensamos que el problema solo es de Secundaria, ¿qué hacemos con la muchachada que tiene más de 18 años? ¿La mandamos de vuelta a Secundaria? Grave error desde todo punto de vista: anímico, pedagógico... El problema es también nuestro, nosotros también tenemos que afrontarlo, tenemos que una y otra vez construir nuevas vías para que la gente pueda seguir estudiando.

Por ejemplo, en el interior estamos poniendo en marcha, con carácter muy experimental pero ya por segundo año, lo que llamamos los Ciclos Iniciales Optativos. Son ciclos pensados para diversos estudiantados, pero en particular para estudiantados que puedan sentir ellos mismos –no se trata de que nosotros se lo impongamos– que tienen una formación debe. Si usted quiere estudiar biología y siente que su formación en todas las disciplinas básicas no es todo lo fuerte que querría, en el este y en el noroeste tiene un Ciclo Inicial Optativo para el Área de las Tecnologías y las Ciencias de la Naturaleza que le dará un respaldo mayor y le permitirá avanzar después en cualquiera de las carreras de esa área. Hay que innovar mucho.

No voy a esquivar su pregunta. Como docente y como ciudadano puedo tener mi opinión sobre cómo es la enseñanza en la Udelar, en la ORT, en Secundaria o en Primaria, pero como funcionario de la Udelar mi responsabilidad es que nosotros hagamos más, mejor y más nuevo para atacar este problema. Esa es mi responsabilidad, ahí la concentro.

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EC - A principios de julio usted informó que quedó "esencialmente aprobada la Ordenanza de los Centros Universitarios Regionales; ella establece la base normativa para una construcción en curso, que puede llegar a constituir la más importante transformación de la Universidad en el último medio siglo". Esto es textual, lo escribió usted en un blog. ¿A qué se refiere concretamente con "la más importante transformación de la Universidad en el último medio siglo"?

RA - Primero le saco la palabra "esencialmente", porque ya quedó totalmente aprobada. A ver si logro explicar de manera sintética a todos los compatriotas que nos están escuchando: la transformación es la creación de servicios universitarios de nuevo tipo. Los Centros Universitarios Regionales que se están construyendo y que ya tienen una ordenanza que les da un marco normativo van a ser nuevos en varios sentidos. Pero en particular quiero enfatizar en dos sentidos que van a ser nuevos.

Por ejemplo, para hablar de cosas concretas: Centro Universitario de la Región Noroeste en construcción con base sobre todo en Salto y Paysandú, perspectiva de influencia, como lo muestra la página 44 de este folleto que le estoy dejando...

Centro Universitario de la Región Noroeste, zona de influencia presunta: de Río Negro hasta Artigas. Se está creando allí un Departamento de Matemática. Yo era matemático en otra época, me da una gran satisfacción, es el primer Departamento de Matemática que la Universidad tiene fuera de Montevideo. ¿Ese Departamento de Matemática va a estar metido dentro de una facultad? No, va a ser el Departamento de Matemática del Centro Universitario de la Región Noroeste. Lo mismo va a pasar con el Departamento de Ciencias Sociales que se está creando.

Vamos a tener una cuestión transversal, horizontal, compañeras y compañeros que se especializan en eso van a enseñar matemática a todas las carreras que necesiten matemáticas. Es una transformación grande en la estructura académica. La Universidad cuando esto avance seguirá teniendo facultades muy importantes, incluso alguna nueva facultad, la Facultad de Información y Comunicación va esbozándose allí. Pero además va a tener centros de nuevo tipo. En Tacuarembó se va a crear el Departamento de Economía, gran satisfacción inesperada, la idea de que íbamos a poder tener en Tacuarembó pronto un Departamento de Economía fue una sorpresa. Ese Departamento de Economía respaldará las diversas carreras que se dicten en el Centro Universitario de la Región Noreste: Tacuarembó, Rivera, parte de Artigas, parte de Cerro Largo, lo que la gente quiera. En particular respaldará el desarrollo de la región. Esa es la mitad del gran cambio.

La otra mitad es que esperamos, con mucha modestia, que esta innovación institucional le sirva a algo que la República está construyendo: la República puede desarrollarse desde cada barrio de Montevideo o de cada departamento del interior o tiene que hacer apuestas regionales. El estudio de la OPP Uruguay 2030 apunta, como tantas otras cosas, a una perspectiva regional. No es fácil construir una perspectiva regional, cuando yo estoy en Montevideo me piden cosas para el interior, cuando salgo de Montevideo dejan de pedirme cosas para el interior, me piden cosas para cada departamento. Si no hacemos el gran y difícil esfuerzo de sumar las energías de cada departamento en una región no vamos a avanzar ni como Universidad ni –cosa mucho más importante– como país. Entonces la segunda gran cosa que creemos que esto puede aportarle al país es una modesta contribución a pensarnos como regiones y a construir estrategias de desarrollo desde lo regional.

Estos Centros Universitarios Regionales en particular están inaugurando algunas carreras que no se dictan en Montevideo porque están pensadas para la especificidad de la región. Déjeme darle dos ejemplos: Gestión Ambiental en el este, Recursos Naturales en el noreste. Ya hay dos ejemplos de estudiantes de Montevideo que se fueron a Rivera para estudiar la Licenciatura en Recursos Naturales. A eso avanzamos. Va a dar mucho trabajo, pero si eso se logra, ah sí, va a ser la mayor transformación en mucho tiempo en la historia de la Universidad.

EC - ¿A partir de cuándo se podrá decir que los estudiantes del interior se encontrarán con los efectos reales de esa descentralización tan deseada, tan demorada?

RA - Algunos ya los tienen. Este año hay 8.000 estudiantes de la Udelar haciendo cursos que incluyen varias carreras completas en el interior. Nuestra previsión cuando presentamos el presupuesto era llegar a duplicar el estudiantado en cuatro años. Tenemos ahí sentimientos encontrados: por un lado nos asignaron recursos importantes pero no tanto como para respaldar eso. Por otro lado, en algunos de los centros regionales más incipientes, el Este y el Noreste, la inscripción se duplicó del 2010 al 2011. En este momento grosso modo el 10 % de los estudiantes de la Udelar sigue cursos en el interior, por ejemplo Agronomía se puede cursar completa en el noroeste.

De nuevo, y esto se vincula con lo que conversamos largamente, no queremos vender versos, no queremos dar carreras de tercer nivel en el interior para decir que el currículo de la actual conducción universitaria es muy grande. No, tenemos que ir construyendo paso a paso, por eso las resoluciones del CDC establecen el marco normativo y dicen que estos centros quedarán definitivamente creados cuando estén las condiciones institucionales y académicas. No hay que vender versos, hay que trabajar para que la enseñanza en el interior llegue a tener el mismo nivel que en Montevideo o superior. En algunas cosas está teniendo más, los Ciclos Iniciales Optativos, gran innovación, existen en el interior, no todavía en Montevideo. Algunas licenciaturas solo van a existir en el interior.

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EC - Vayamos a un último asunto de actualidad, porque los dos anteriores eran muy acuciantes, muy candentes de estos días, pero el último que le propongo diría que es de hoy mismo: este XVI Congreso Latinoamericano y Caribeño de Estudiantes, que se inaugura en Montevideo en esta jornada y que es organizado por la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) y la Organización Continental y Caribeña de Estudiantes (OCLAE).

Se ha generado una polémica fuerte por el hecho de que la Udelar esté aportando 60.700 dólares para contribuir al financiamiento del congreso. Entre otras cosas, quienes cuestionan ese gasto (por ejemplo la Corriente Gremial Universitaria (CGU) y dirigentes de los partidos tradicionales) destacan que la OCLAE tiene su sede en La Habana y que desde su fundación en 1966 está presidida por delegados de los gremios cubanos de estudiantes, alineados con el gobierno que encabeza Raúl Castro. Además destacan la agenda de los temas que se van a discutir en varias de las mesas, en varios de los foros del congreso, y les asignan un sesgo ideológico fuerte.

¿Qué dice usted? ¿Cómo justifica el hecho de que la Udelar ponga dinero en este congreso?

RA - Primero, es un congreso de federaciones de estudiantes, no un congreso organizado por la Universidad ni nada que se le parezca.

EC - Justamente, por ahí es que aparece el cuestionamiento.

RA - Por supuesto, digo esto para que esté claro que la Universidad no es la que fija el temario, no es la que fija cómo se realiza. Es un congreso de federaciones de estudiantes.

Segunda cuestión: los temas del congreso, ¿son temas de interés de la Universidad? Algunos sí y otros no. Hay una mesa sobre reforma universitaria en la cual la rectora de la Universidad de Córdoba y yo vamos a estar con estudiantes, eso es de interés para la Universidad; hay mesas sobre deportes, sobre bienestar universitario, sobre nuevas formas de enseñanza, eso es de interés para la Universidad; hay otras cuestiones que tienen que ver con la libertad de opción de los movimientos estudiantiles de definir sus temarios. Seguramente muchísimas de las cosas que se van a decir allí no van a tener una opinión favorable mía. ¿Y? Es la libertad de los movimientos estudiantiles para cuestionar a quien les parezca y a quien no.

¿Por qué la Universidad decidió apoyar y qué resolvió apoyar? No resolvió apoyar indiferenciadamente el congreso, resolvió apoyar dos tipos de cosas. Por un lado, la venida eventual –concretada en algunos casos– de académicos del exterior para aportar visiones diversas, se van a reunir 5.000 estudiantes, probablemente para muchos sea la primera vez que van a escuchar puntos de vista muy variados. Eso es parte de la educación, independientemente de que lo que digan me guste o no. Como decía John Stuart Mill en su famoso libro "Sobre la libertad", la importancia de las opiniones equivocadas es que ayudan a que las buenas opiniones tengan que refinarse. Por lo tanto la diversidad de enfoques es muy importante y eso lo respaldamos.

Y en segundo lugar vamos a respaldar lo que uno podría llamar las cuestiones de subsistencia básica de los estudiantes. Contra boletas y facturas concretas que tengan que ver con la alimentación básica, con el alojamiento, vamos a respaldar eso. ¿Es de interés no ya para la Universidad, para el Uruguay, que miles de estudiantes vengan acá, vean el funcionamiento del país, nos traigan su riqueza cultural o no? Nosotros creemos que sí. ¿Cuando nuestros estudiantes van a otra parte no los respaldan? Cuando ayer yo recorría el edificio Alpargatas, sede de la Facultad de Química y Medicina, vi que con una modestia y una austeridad que rompen el corazón estaban miles de estudiantes, en particular compatriotas –porque yo considero compatriotas a todos los latinoamericanos– de la Argentina venidos allí, ¿la Universidad no va a hacer un mínimo respaldo de bienestar universitario? Puede haber opiniones distintas, las respeto a todas. Creo que vale la pena.

EC - Otro de los argumentos que se han manejado es: por un lado la Universidad reclama más recursos, y por otro termina haciendo este tipo de gastos que no parecen ser prioritarios. ¿No hay otros rubros que tengan prioridad para la Universidad antes que destinar estos 60.700 dólares a ese tipo de gastos de este congreso?, preguntan quienes cuestionan.

RA - Me parece muy bien que se pregunte, por suerte la Universidad adopta decisiones de manera pública y abierta. No sé si hay otro organismo del país que adopte decisiones en una instancia como su CDC abierta a toda la ciudadanía y a la prensa. La Universidad tiene muchas prioridades, solicita recursos para ellas, da cuenta religiosamente de cómo los usa, y una de las prioridades se llama bienestar universitario, vida universitaria y fomento de la participación estudiantil. Todas estas cosas nos parece que están englobadas dentro de eso: vida rica universitaria.

Les planteo a quienes estén en desacuerdo, con todo el derecho del mundo, que miren la riqueza de los encuentros que están teniendo lugar en este momento en Montevideo de miles de estudiantes alegres, discutidores, polémicos, algunos sosteniendo posiciones que uno no comparte, pero discutiendo y formándose como ciudadanos latinoamericanos. Sí, la Universidad apoya eso.

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Transcripción: María Lila Ltaif