810 VIVO

Legítima defensa: dos casos con finales distintos

Legítima defensa: dos casos con finales distintos

La Justicia procesó a un hombre de 35 años por el homicidio de un delincuente menor de edad que intentaba robarle el auto en la madrugada del viernes. Se le tomó declaraciones y actuó Policía Técnica, por lo que se comprobó que él había efectuado los disparos que mataron al ladrón.

La esposa del hombre, de 39 años, fue procesada por encubrimiento, dado que en primera instancia ella se presentó en la seccional 15ª y se adjudicó la autoría de los disparos, cuando dos jóvenes intentaban robarles un auto de marca Audi frente a su casa de La Unión.
 
Un menor cayó herido y murió al instante. Su compañero logró huir, pero fue capturado y resultó procesado por un delito de tentativa de hurto.
 
El hombre, al ver que lo estaban robando en la madrugada del viernes, disparó desde su ventana: una bala dio en la espalda y la otra le rozó la cabeza.
 
El mismo viernes pero a la noche, en el balneario Lagomar un episodio entre policías y rapiñeros también terminó con la muerte de un delincuente. Un remesero de Banca de Quinielas iba a depositar 200.000 dólares en un cajero de una minisucursal del Banco República (BROU), dos hombres en moto lo interceptaron y le dispararon. Una bala dio en el pecho, otra en la pierna y una tercera en la cadera.
 
Dos policías que cumplían servicio 222 en el Banco República salieron en su ayuda. Uno de los delincuentes les disparó pero no acertó, el agente repelió el tiro y dio en la cabeza del delincuente que murió en el acto.
 
Estos son solo los últimos dos casos de duelos entre comerciantes, policías y delincuentes que terminan con la muerte del ladrón. Los episodios llegan a los estrados judiciales y ahí queda sujeto a la discrecionalidad del juez de turno, que deberá decidir si la víctima actuó en legítima defensa, o no, al disparar.
 
Dependiendo del criterio del magistrado, se han dado en el último tiempo una y otra condición.
 
El abogado penalista Juan Fagúndez explicó a El Espectador: "Si hay un crecimiento en el número de casos es porque hay un auge en la conducta del delincuente. Los comerciantes han decidido armarse y en el choque suelen pasar estas cosas".
 
El abogado constató una delincuencia más violenta y menos discreta. Aún así, aseveró que "no se sabe si hay más delitos o es que se publican más [crónica roja]". En tal sentido, agregó: "Hay que tomar dos quinquenios y comparar cuánto se publicó en un período y cuándo en el otro. Esas cifras podrán arrojar un acercamiento a cuánto influye la cobertura de crónica roja".
 
Los criterios en los que se basan los abogados y jueces para determinar si hay o no legítima defensa son: "Que haya una agresión, que esa agresión no sea provocada, y que el medio para repelarla sea equivalente. Esa es la letra. Pero en el caso de robos a comerciantes el delincuente amenaza al negociante, éste último tiene un arma y se defiende. Si está bien o no, es otro tema", concluyó.