Marcelo Barzelli (MI): la campaña por la no estigmatización tiene un "discurso realista"
El Ministerio del Interior (MI) lanzó hace unos días una campaña publicitaria que busca "la no estigmatización de los barrios" y que ha generado polémica desde que está circulando en Montevideo. Uno de los afiches de la iniciativa dice: "En el Cuarenta Semanas hay mucha gente que trabaja todos los días. Yo los defiendo". Para ahondar en los argumentos de esta campaña, En Perspectiva conversó con Marcelo Barzelli, director de la Unidad de Comunicación (Unicom) del MI y responsable y creador de la publicidad. Barzelli dijo que "el objetivo principal de la campaña es proponer una reflexión" sobre "si la práctica estigmatizadora habitual en el lenguaje y en los hechos está bien y si no deberíamos cambiarla". El responsable de la comunicación del MI opinó que "la mayoría de la sociedad ha caído en la estigmatización" y que "ya está casi socialmente permitido en casi todos los ámbitos usar expresiones como 'en el Borro son todos chorros'". Ante la teoría de que la campaña logra un efecto opuesto al que quiere alcanzar, el responsable de comunicación dijo: "Nosotros lo llamamos discurso realista. Cuando yo digo que hay mucha gente que trabaja, implícitamente estoy diciendo que hay otros que no. Ese es el discurso esperable, y me parece que el correcto del MI y de la Policía".
(emitido a las 10.11 Hs.)
EMILIANO COTELO:
Ni bien se conocieron los avisos, estalló la polémica. Incluso en internet hay parodias con mensajes como "En Carrasco hay algunos que trabajan".
La campaña puede verse desde la semana pasada en los ómnibus y en las paradas, fue elaborada por el Ministerio del Interior (MI) y es un complemento de los operativos de saturación que se desarrollan en algunos barrios de Montevideo y Canelones.
Cada cartel incluye la foto de un policía y un texto diferente. Por ejemplo, uno dice: "En el Cuarenta Semanas hay mucha gente que trabaja todos los días. Yo los defiendo". Otros ejemplos: "En el Paso de la Arena hay muchos gurises que no se dan la papa. Yo los defiendo", "En el Marconi hay mucha gente que marca tarjeta. Yo los defiendo", "En el Borro hay muchos jóvenes que estudian. No los borres. Yo los defiendo".
¿Qué busca el MI con estos mensajes? ¿Logra de esta forma frenar la estigmatización de esas zonas o, más bien, la fortalece? ¿Qué responde a las críticas que estas piezas han recibido?
Vamos a conversarlo con el director de la Unidad de Comunicación (Unicom) del MI, Marcelo Barzelli, responsable y creador de esta iniciativa.
Primero la pregunta obvia: ¿por qué decidieron largar esta campaña?
MARCELO BARZELLI:
Forma parte de la estrategia de actuación del Ministerio. No concebimos que ninguna institución hoy en día realice una estrategia de trabajo que no tenga como un componente esencial y permanente la comunicación.
EC - Pero ver publicidad del MI o de la Policía no es algo frecuente. ¿Qué antecedentes hay?
MB - Muy pocos, es infrecuente. La gente puede recordar alguna campaña circunstancial, por ejemplo cuando la Escuela Nacional de Policía hace llamados, convocatorias, y alguna publicidad de algún servicio, como en algún momento del 0800-5000 o del 911. Pero son cosas muy puntuales, no hay un relato histórico, no hay una permanencia de la comunicación.
EC - ¿Hay que entender, entonces, que esta campaña es el comienzo de una política de comunicación del MI o de la Policía vía publicidad?
MB - No es el primer paso, ya habíamos hecho antes una pieza de comunicación para algo habitual en la Policía, que era el llamado a aspirantes de la Escuela Nacional de Policía. Pero lo hicimos en un formato distinto, hicimos una pieza de televisión que contaba una historia, que no era una simple sucesión de imágenes y una convocatoria hecha en voz alta a todos aquellos que quisieran venir a la Policía. Quizás es una innovación de esta administración y algo que en la medida que los recursos nos lo permitan vamos a hacer de diferentes formas, según la pata de la estrategia que tengamos que apoyar.
EC - ¿Por qué se empezó con esta campaña? ¿Entendieron que era necesario responder a los cuestionamientos que los operativos de saturación han despertado especialmente en una parte de los propios votantes frenteamplistas?
MB - No fue por eso. Nosotros monitoreamos la acción del Ministerio; en concreto, los operativos de saturación y las repercusiones que estos tienen son monitoreados. Si nos guiamos por los números que nos dan las encuestas no tendríamos que preocuparnos, porque por ejemplo, según la última información que tenemos sobre los operativos de saturación, la encuesta de victimización que el Ministerio está procesando y que ya va a salir a la luz pública, en los barrios que son escenarios de los operativos de saturación se le preguntó a la gente si sabía lo que era un operativo de saturación y el 80% de los vecinos contestó afirmativamente. Y a continuación se le preguntó si lo veía como algo positivo o como algo negativo, y el 86 o el 88% (no lo recuerdo ahora) contestó que lo veía como algo positivo. Es decir que el público que vive los operativos de saturación los aprueba, y ahí es donde se juega el partido.
EC - Pero es un hecho que ha generado una polémica muy fuerte. Y en la izquierda, en especial, los operativos han despertado objeciones, sobre todo por el lado de la estigmatización.
MB - Eso es totalmente cierto. Lo vivimos porque periódicamente salimos a reuniones en comités de base o en locales en los barrios a las que se nos convoca, y podemos ver que hay juicios críticos sobre los operativos de saturación que parten a veces de insuficiencia de información, pero la mayoría de las veces de una concepción muy arraigada en la izquierda que no le permite asimilar la acción policial, y menos cuando la acción policial es ostensible.
EC - ¿Cuál es esa concepción muy arraigada en la izquierda?
MB - Es la que hace que esta campaña también sea objeto de polémica en ese ámbito. Yo la circunscribo a ese ámbito, no la extiendo al resto de la sociedad. Es una concepción que victimiza la pobreza y, creo que por deformación, termina inhibiendo la capacidad del Estado de actuar. La policía es un auxiliar de la Justicia, cuando actúa cumpliendo órdenes judiciales es el Estado que está actuando.
EC - ¿Qué quiere decir que esa concepción victimiza a la pobreza? ¿Es una concepción según la cual el delincuente es consecuencia del funcionamiento de la sociedad, de decisiones políticas, etcétera, por lo tanto no hay que ser duro con él? Estoy simplificando, pero ¿es esa la concepción?
MB Básicamente, sí. Con la primera parte, que es un tema muy profundo, podemos encontrar 1.000 puntos de acuerdo, pero eso no puede llevarnos a la inacción, porque a partir de ahí el único espacio que nos queda es desarrollar políticas sociales. De esa forma, el MI, por ejemplo, no tendría prácticamente razón de existir, y la faz policial de la actuación del Estado no tendría razón de existir.
EC - Los avisos tienen todos en común el nombre "Ministerio del Interior, República Oriental del Uruguay", y un cartelito que dice: "Campaña por la no estigmatización de los barrios". ¿Ese es el objetivo?
MB - Sí.
EC - ¿Es una campaña por la no estigmatización de los barrios?
MB - El objetivo principal de la campaña es proponer una reflexión y que nos cuestionáramos si la práctica estigmatizadora habitual en el lenguaje y en los hechos está bien y si no deberíamos cambiarla. Esto es muy importante. Pienso que la mayoría de la sociedad ha caído en la estigmatización, ya está casi socialmente permitido en casi todos los ámbitos usar expresiones como "en el Borro son todos chorros", "en Cerro Norte son todos malandros". Eso ya está instalado en la sociedad. Pocas veces alguien que se maneje con esos códigos va a ser reprimido por otro, pocas veces alguien lo va a corregir, le va a hacer ver que lo que está haciendo es una alusión al barrer metiendo en la bolsa a mucha gente. Eso se está instalando y es peligroso. Queríamos trancar la puerta con el pie y decir: "Esperen, ¿vamos bien por ese camino?". Porque si aceptamos esa forma de pensar, dejamos de hacer operativos de saturación y hacemos razzias.
EC - Le preguntaba si ese era el objetivo porque me llama la atención que todos los avisos tengan ese final: "Campaña por la no estigmatización de los barrios". Me da la impresión de que los avisos apuntan a bastante más que eso, que quizás sí busquen evitar la estigmatización de los barrios, pero yo veo otros mensajes en ellos.
MB - Hay más.
EC - Me da la impresión de que al mismo tiempo están explicando qué son los operativos de saturación, eso de que el policía defiende a los honestos, a los trabajadores que hay en esos barrios. Para mí ese titular "Yo los defiendo" tiene mucho peso. Se ha insistido mucho en las primeras frases de los avisos: "En el Borro hay muchos jóvenes que estudian. No los borres", "En el Paso de la Arena hay muchos gurises que no se dan la papa". Pero está el complemento: "Yo los defiendo". Eso explica para qué está la policía allí, para qué se hacen esos operativos ahí. Parecería que hay una explicación de los operativos que está destinada tanto a la población en general, a los habitantes honestos de esos barrios y a los propios policías, les aclara a los policías para qué van a esos operativos, para que ellos también sepan distinguir dentro de la población de un barrio entre unos y otros. Entonces, ¿por qué se cargó la cosa por el lado de la no estigmatización de los barrios, si la campaña va para varios lados?
MB - Más allá del objetivo principal, que es el que yo contaba recién, en la medida en que la campaña tiene varios públicos, cumple otros objetivos. Hacia la interna policial la campaña tiene un papel muy importante a jugar, el "Yo los defiendo" es un compromiso público que asume el policía. Muchos policías ven con agrado la campaña porque tiene un elemento inusual, que es poner la imagen del policía en primer plano, se sienten reivindicados. Ese es uno de los puntos de ruptura de esta campaña con lo que se podría haber pensado que era correcto para una campaña del MI. Ponemos al policía en primer plano, el policía asume un compromiso público. En estos días las jerarquías policiales les están trasmitiendo a todos sus subordinados eso: esta campaña, además de una reivindicación de la figura del policía como trabajador del Estado con una función, es un compromiso público que estamos asumiendo.
Y va en consonancia con otras cosas que se están haciendo. Por ejemplo, cuando se organiza un operativo de saturación una vez invitamos a todos los medios para que vieran el operativo desde dentro, lo primero que dice el oficial a cargo del operativo es: "No vamos a una zona de guerra, no vamos a arrasar, no vamos a atemorizar. Vamos a un barrio de gente de trabajo, vamos a aplicar la ley. Compórtense como integrantes de esta fuerza, como gente que va a aplicar la ley en ese barrio". Además, muchos de los policías viven en esos barrios y es una realidad que conocen muy bien. La campaña cumple en ese sentido una labor hacia la interna.
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EC - Una vez que los avisos han estado circulando, buena parte de la polémica se ha centrado en el objetivo de no estigmatizar barrios. Quizás la repercusión más reciente en ese sentido sea la tapa del semanario Voces de hoy, que es una gran tomadura de pelo a los avisos del MI, porque aparece una funcionaria policial una fotografía de algún archivo de imágenes muy sugerente, casi sexy, bajándose los lentes negros, etcétera, y con un lema, un claim, que dice: "En Carrasco los planchas no nos dan asco".
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EC - Antes de continuar, una puntualización a propósito de las piezas publicitarias en sí mismas. ¿Cuántas son en total?
MB - Son cuatro.
EC - En ellas aparecen cuatro funcionarios policiales diferentes, dos mujeres y dos hombres. ¿Son policías de verdad todos ellos?
MB - Sí, son todos policías de verdad; no tuvimos la libertad que tuvo OSE para colocar una modelo en su tapa.
EC - ¿Cómo fue la respuesta?, ¿cómo los eligieron? ¿Fue sencillo esto de seleccionar, de hacer el casting?
MB - Pusimos a todos los funcionarios de la Unicom y de Protocolo, que es gente que ya tiene años en el Ministerio, a hacer memoria de qué funcionarios podrían aceptar hacer campaña. Se hizo una especie de casting, no muy extenso, y seleccionamos a estos cuatro.
EC - Supongo que no es fácil para ellos porque quedan muy expuestos.
MB - Totalmente. La gente se retrae, hay una mezcla de entusiasmo y miedo. Pero hoy que la campaña ya está en las calles sé que están contentos, lo he hablado con ellos.
EC - Usted ha dicho, explicando esta campaña, que "no se puede hablar livianamente de zonas rojas, porque dicha categorización marca a todos los integrantes de un barrio, la mayoría personas de trabajo, estudiantes, niños y adolescentes que apuestan a la convivencia. No se puede asumir un discurso automático de zonas rojas". De ahí esta campaña, una campaña para no estigmatizar o para levantar la estigmatización que pesa sobre algunos barrios.
Pero una de las críticas más frecuentes que se le han hecho a la campaña es que reafirma la estigmatización. ¿Qué responde usted? ¿No es obvio que en el Cuarenta Semanas hay mucha gente que trabaja todos los días, o que "en Paso de la Arena hay muchos gurises que no se dan la papa"?
MB - Ojalá fuera así. Si eso fuese obvio no habría sido necesaria la campaña. La triste realidad es que la estigmatización cabalga y funciona perfectamente. Las frases estigmatizantes sobre esas zonas son de uso frecuente. Y se complementan con que no recibimos noticias buenas de esa zona.
EC - Consultamos a la publicista Milena Guillot, que nos decía que es una campaña que utiliza mucho el recurso de la elipsis y que "termina logrando el efecto completamente contrario de lo que se propone. La figura de la elipsis implica que lo que no dice se hace tremendamente pesado. Hace presente por omisión toda la delincuencia de esos barrios. Al decir hay muchas personas que trabajan, uno se pregunta: ¿Por qué me lo decís? Eso evoca todo el resto que no lo hace, todo el resto que no trabaja".
MB - Nosotros lo llamamos discurso realista. Efectivamente, cuando yo digo que hay mucha gente que trabaja, implícitamente estoy diciendo que hay otros que no. Ese es el discurso esperable, y me parece que el correcto, del MI, de la policía. Como MI no podemos salir con un discurso que nos habría hecho la vida más fácil, un discurso de "vamo arriba". Yo podría haber dicho: "No hay zonas rojas, hay barrios de gente que pelea por salir adelante, defendámoslos". Esa podría haber sido perfectamente una campaña, no habría tenido mayores críticas. Habría pasado como un barco en la noche, pero habría sido muy políticamente correcta, muy integradora, muy amable, una cantidad de adjetivos. Podríamos haberles dado para adelante a todos, pero no sería realista, porque a partir de eso, si yo hago ese discurso, después cualquiera me puede preguntar entonces para qué un operativo de saturación en una zona tan prometedora, tan de gente como la que se dice en la comunicación. No, estamos trabajando en zonas que tienen un nivel delictivo superior al del resto de la ciudad, son zonas complicadas.
EC - Una objeción similar a la de Milena Guillot hace Álvaro Ahunchaín, también publicista, en una columna que publicó en Montevideo.com. Dice que si bien el objetivo de la campaña es muy loable, "al decir que en tal barrio hay mucha gente honesta, se está implicando que también hay quienes no lo son. Entonces cabe preguntarse por qué se señala así a esos barrios, por qué no se dice, por ejemplo: en Carrasco hay muchos banqueros que no saquean a los ahorristas o en Pocitos hay muchos empresarios que no explotan a los trabajadores..., o en el Centro hay muchas financieras que no cobran intereses de usura". Y agrega: "El mensaje del Ministerio no debería ser que no todos los vecinos del Borro son chorros. Tendría que decirnos que pone su mayor empeño en combatir el delito dondequiera que este se produzca".
¿Qué opina?
MB - La que debe poner el empeño en combatir el delito es la policía, pero el aviso se refiere a la población de esos barrios. Se me ha preguntado varias veces si vamos a hacer un aviso para Carrasco o para Malvín; los que interpretan que la campaña estigmatiza tienen una necesidad de revancha o de complemento. Para ellos, a la campaña le está faltando algo. No necesito hacer una campaña para defender a la gente de Pocitos o de Malvín porque no están estigmatizados. Nadie va a perder la oportunidad de un trabajo si en la entrevista dice "vivo en Malvín", pero cuando un vecino del barrio Borro va a una entrevista de trabajo y dice que vive en el Borro, la estigmatización instalada en la cultura actual lo deja casi sin chance de acceder a ese trabajo.
Ahí es que la campaña juega su papel. La campaña es realista, no dice "no estigmatices porque el Borro es toda gente bien"; no, en el Borro hay una situación problemática, muy complicada, con niveles altos de delito, pero no olvides que hay muchísima gente en esos barrios que merece la oportunidad, porque la está buscando, porque quiere salir adelante. Eso es lo que recuerda la campaña, es un mensaje realista, no busca quedar bien.
EC - En una entrevista el domingo pasado en El Observador, usted dijo que en la Unicom están satisfechos "porque es una campaña chica que generó polémica muy rápido". Y agregó: "El objetivo principal de la reflexión se cumplió. En internet circulan nuevas campañas creadas por la gente". Pero muchos de esos avisos creados por la gente son parodias y hasta tomaduras de pelo a los avisos del MI. Si la reacción es de ese tipo, ¿se puede considerar que la campaña es exitosa?
MB - No son las únicas reacciones. La campaña es muy humilde desde un punto de vista publicitario. Lo que nos deja satisfechos es que el mecanismo creativo de la campaña fue tomado por la creatividad popular y se usa, ya sea a favor y en contra. Lo toman y lo aplican a diferentes temas.
EC - Yo le mencionaba la tapa de hoy de Voces, que va por el lado de la tomadura de pelo. Y tengo acá otros ejemplos con la gráfica exactamente igual, porque hoy, con los recursos digitales, es muy fácil hacer eso en internet. Hay avisos que dicen: "En Punta Carretas hay algunos gurises que no se dan la papa. Yo los conozco", "En Carrasco hay algunos que trabajan. Yo los conozco", etcétera.
MB - Sí. La reflexión está en marcha, porque esas campañas, en un análisis frío, son estigmatizantes. Es así, son mensajes negativos, directos acerca de un colectivo social, los vecinos de Punta Carretas.
EC - ¿Es saludable que eso pase?
MB - Creo que sí, porque hoy estamos nosotros dos acá hablando de eso, y estoy seguro de que hay muchísima gente que está marcando lo mismo que estoy marcando yo. A raíz de esa discusión se termina hablando.
EC - Pero ¿se termina hablando del problema de fondo o de la campaña?
MB - De la campaña habla un público, un público que consume comunicación, que tiene el software para generar y replicar avisos, al que le gusta la creatividad aplicada a la comunicación, que discute sobre el implícito codificado, sobre los públicos objetivos. Es una parte del público, ahí no me meto, porque yo dije que la creatividad de la campaña iba a estar en el emisor, que es el policía, pone al policía ahí, asume un compromiso público: "Yo los defiendo". Eso rompe códigos, es algo que no sucedía; ahí está la creatividad. Si no fuera el MI, si lo hiciera una marca de refrescos, criticaría duramente la frase, el juego de palabras, diría que eso está perimido como recurso, que no es un recurso creativo. Pero aplicado al MI, a la comunicación del Estado, cambia totalmente el escenario, ahí se vuelve creativo. Por eso, entre otras cosas, las repercusiones que está teniendo.
EC - ¿Han relevado qué opina la gente que vive en los barrios aludidos en la campaña?
MB - La campaña recién salió, las primeras devoluciones nos llegan siempre por medio del personal policial, de los que están en esas zonas. Y sin datos oficiales quiero ser muy mesurado en esto, porque no los tenemos, sin números, creo que la reacción es muy similar a la que hay con los operativos de saturación. De todas maneras, la campaña no tiene tanto impacto en las zonas como fuera de las zonas.
EC - Pero ¿la gente de los barrios se siente agredida por estos avisos? Por ejemplo, ¿hay gente de esos barrios que siente que estos avisos fortalecen la estigmatización?
MB - Sí.
EC - Entonces la reacción de que hablábamos no es solamente la de un microclima.
MB - No, pero responde a gente con características o una cultura muy similar a la de gente que realiza las críticas desde otros lugares.
EC - ¿Cómo es eso?
MB - Creo que es la sensibilidad... lo decíamos al principio...
EC - ¿Usted dice que las reacciones contrarias que han venido de estos barrios pertenecen a vecinos de izquierda con esa mentalidad de la que hablaba hace un rato?
MB - Sí; estamos hablando de gente, nunca podemos ser terminantes, no podemos hablar de 100%, pero básicamente sí, y es minoritario. No es la tónica, la campaña no ha sido rechazada ni en los barrios ni fuera de los barrios, ha generado polémica.
EC - ¿Tienen previsto incorporar más barrios o hacer nuevas campañas similares? ¿Cómo sigue esto?
MB - No podemos incorporar nada por la razón del artillero: carecemos de recursos para seguir generando piezas. Es una campaña muy humilde en cuanto a los recursos empleados.
EC - A propósito, la campaña se hizo en la propia Unicom; algunas de las críticas que han circulado apuntan a que ustedes no recurrieron a publicistas y eventualmente agencias de publicidad. ¿Cómo está conformada la Unicom?, ¿qué tipo de técnicos tiene?
MB - La primera aclaración: me habría encantado trabajar con una agencia de publicidad; yo soy un hombre de agencias de publicidad, tengo más de 20 años trabajando en agencias de publicidad como director creativo de varias. Pero no pudimos contratar una agencia de publicidad por la sencilla razón de que no hay dinero. Sin embargo en la Unicom tenemos un equipo profesional que está integrado por diseñadores gráficos, comunicadores...
EC - Usted es publicista.
MB - Yo soy publicista.
EC - ¿Cuántos más hay?
MB - Tenemos dos más, tenemos una diseñadora gráfica profesional; es un pequeño equipo muy similar al de las agencias pequeñas del mercado; perfectamente podríamos haber contratado una agencia pequeña y tendríamos la misma capacidad de trabajo.
EC - Volviendo a lo que usted me estaba contestando, ¿la campaña termina acá, entonces?
MB - Hay que evaluarla, nos habíamos dado 15 días para hacer la primera evaluación, pero la campaña anda mucho más rápido de lo que uno pensaba.
EC - Es que en la realidad la campaña no circuló solo en los lugares donde ustedes la pautaron; la pautaron en ómnibus y paradas, eso ha sido todo, pero tuvo mucha difusión periodística, por ejemplo, y todo lo otro de internet, redes sociales, etcétera.
MB - Eso era parte de la planificación. Hubo una planificación muy cuidadosa en la selección del medio, porque sabíamos que la campaña tenía un potencial enorme para disparar prensa espontánea y repercusiones más allá de la prensa espontánea. Los ómnibus y los refugios nos permitían estar presentes, recorrer la ciudad, entrar también a los barrios que son protagonistas de la comunicación, que son esos cuatro pero podrían haber sido otros cuatro es una lástima, pero Montevideo tiene decenas de barrios en esta situación, y con una muy pequeña inversión y en poco tiempo lograr la repercusión que necesita el tema.
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EC - Recurriendo a los mensajes de la audiencia le planteo la última pregunta. Esta es una objeción del otro lado. Dice Alberto: "Yo vivo en Malvín Norte, laburo todo el día y estoy rodeado de chorros. No engañen con esos avisos, vivo en una zona roja y punto. En vez de publicidad, atrapen a los ladrones". ¿Qué contesta?
MB - Que la acción policial es solamente una parte de la política de seguridad, que nosotros tratamos de cumplir con el componente policial en una estrategia de seguridad, pero la apuesta a la convivencia y a no estigmatizar desde dentro es importante. Vamos a seguir trabajando, vamos a seguir haciendo comunicación y vamos a impulsar una cantidad de acciones más, no necesariamente policiales, que complementan esto y nos permiten un abordaje mucho más importante. Vamos a estar en Malvín Norte y en otras zonas de Montevideo proponiéndoles a esos barrios, a esa gente, otro tipo de acciones, no necesariamente policiales, y acompañadas y reforzadas por comunicación.
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Transcripción: María Lila Ltaif