El procesamiento con prisión de la jueza Anabella Damasco por peculado en reiteración real por apropiación indebida de 55.000 dólares, despertó varias repercusiones.

En diálogo con El Espectador, el vocero de la SCJ, Raúl Oxandabarat, dejó en claro que la reunión de los jueces de este jueves no era una cita ordinaria ni agendada con anterioridad.

La corte se reunió por dos asuntos que están claramente unidos: fijar postura por el Caso Damasco y decidir si convocar una auditoría interna o no.

Oxandabarat dijo que el magistrado Jorge Díaz  no tiene muy claro cuál es el móvil del delito. Ni siquiera está estampado en el auto de procesamiento.

Algunas versiones de prensa sostienen que Damasco dijo haber sido víctima de amenazas, a propósito del móvil del delito. Sobre este punto, Oxandabarat explicó que si Damasco declaró que fue coaccionada para cometer ese delito, a partir de ahora tendrá la posibilidad de demostrar, donde tendrá que esclarecer, quien y como.

Sobre esta presunción de que actuó bajo amenazas habló el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, quien dijo que no le es ajena esta realidad,  que hay más de un juez amenazado y que existen investigaciones al respecto y a estudio medidas a tomar.

Como Damasco asumió su responsabilidad y reconoció su error, las otras dos actuarias que trabajaron en los casos de los faltantes de dinero, quedaron en libertad.

Leslie Van Rompaey, presidente de la SCJ, había dicho antes de la reunión que la Corte no tiene instrumentados controles específicos, pero evaluarían ordenarlos a partir de este jueves. "Pese a este hecho lamentable, una tradición de honestidad histórica que no puede ser manchada por un hecho aislado que se da. Es una excepción que confirma la regla", dijo Van Rompaey.

Asimismo varios magistrados dejaron claro la importancia que el propio PJ se depure: "Una magistrado es procesada por la actuación de otra magistrado", dijo ayer Díaz. "Esto significa que el sistema se autosanea", agregó.