El domingo pasado (6/11) me encontraba junto a mi señora esperando el ómnibus en la calle Agraciada esquina Gil. Eran ya como las 00:30 del lunes cuando para mi sorpresa vi a dos mujeres que bajaban de un Chevrolet Corsa Classic blanco con una escalerita de aluminio de 4 escalones a la que tranquilamente se subieron para repegar unas bandas de papel en un cartel de chapa de más o menos 40x60cm que había atado con alambre en una de las columnas de alumbrado público. Se trataba de una propaganda de excursiones a la Quebrada de los Cuervos o algo así. Se ve que ya se había pasado de fecha y estaban promocionando la próxima, de ahí el re-pegado de parte del cartel.

Muy tranquilas llegaron, pusieron valizas frente a la parada en pleno espacio reservado para los ómnibus, dejaron la valija abierta y bajaron rumbo al cartel. Le pegaron unos golpecitos, tomaron cola y las tiras de papel y sustituyeron las leyendas.

La verdad que me sentí un gil (haciendo honor a la esquina), no podía creer que así como así uno pueda venir, poner un cartel publicitario en una columna, dejarlo ahí semanas o meses como si la columna fuera suya y actualizarlo en la madrugada como si nada. En ese momento pensé: ¿a donde tendría que llamar a denunciar esto? Al 911 no!! No iba a ocupar sus ya conflictivas líneas con una denuncia de este tipo, capaz que le sacaba el lugar a alguien que tenía que hacer una denuncia importante y no podía entrar al servicio. Lamentablemente me di cuenta de que desconocía totalmente que se hace en estos casos y más a esa hora.

Le comenté a mi señora (digo señora por una formalidad, miren que no es una veterana) lo mal que me parecía la situación, y en seguida se disparó una pequeña discusión en voz baja, no sea cosa de que no escucharan las "publicistas nocturnas", y se caldearan las cosas.

Ella tenía un poco más de tolerancia con las mujeres, porque me decía:

"Fijate... las mujeres capaz que se ganan la vida con las excursiones. Eso no es nada, mirá los partidos políticos en las elecciones, eso si que es mugre! Se pasan prometiendo toda la campaña que van a sacar los pasacalles, pintar las columnas en su color original, etc... y si ves hay publicidad de políticos que ya fallecieron y hace años que no son candidatos. Si quieres hacer algo en serio hazlo con ese tipo de cosas, no te la agarres con estas mujeres."

No me convenció del todo, porque la verdad que no creo en eso de "pobrecitos están trabajando" y esas cosas, pero tampoco ibamos a tener una pelea a esa hora en plena calle y por discutir acerca de terceros.

El ómnibus llegó y no subimos, las mujeres se quedaron arreglando su cartel...y al ir avanzando por agraciada empecé a prestar más atención a las columnas y para mi sorpresa "las publicistas" no tenían un solo cartel. Entre Gil y Paraguay había como dos o tres carteles por parada, todos promocionando excursiones (a las Termas, a Valle Edhen, y hasta a la Luna); todos atados de la misma forma a las mismas columnas. "Las publicistas" eran todas unas profesionales, se ve que les iba bien con la publicidad ya que no se trataba de hurgadores revolviendo contenedores o gurises tirando carros de caballos ... serán especialistas.

Mientras llegábamos a casa para mis adentros pensaba: "Que fea queda Montevideo con toda esta publicidad clandestina y que fácil parecería en un principio multar a quienes ensucian tanto la ciudad."

Estuve toda la noche pensando la cantidad de publicidad "sucia" y sin autorización que hay y es increíble:

Empezamos por las excursiones de mis amigas, seguimos por el "pulido y plastificado de pisos", continuamos con "alquilo pieza al fondo", la perdida de mascotas, gente que tira el tarot y te santigúa, etc. Todos estos dan su teléfono... o sea la intendencia perfectamente puede identificarlos, multarlos y obligarlos a sacar sus carteles. En vez de ensuciar la ciudad con cartelería ¿no podrían repartir volantes puerta a puerta o pedirle al carnicero del barrio si no le deja poner una afiche un tiempito en la vidriera y luego mediante el boca a boca ganarse la clientela?

Seguimos por las pegatinas de conciertos y espectáculos. Si a las bandas o artistas de cualquier tipo, teatros o salas de espectáculos, sea de rock, folclore, música clásica o lo que sea, los multaran porque sus productores contratan pegatinas para promocionar sus eventos, ¿les parece que alguien permitiría que su nombre aparezca en una pegatina?

Continuamos por los sindicatos que se pasan pintando muros con proclamas, ¿no podrían comunicarse con la gente de otra forma un poco menos agresiva con la ciudad?

Cuando ponemos una casa a la venta, ¿es necesario que las cinco inmobiliarias pongan su cartel a cuál de todos más grande y todos ellos diferentes? Como si uno fuera a comprar una casa con una u otra inmobiliaria por el tamaño o lo llamativo de su cartel y no por el precio de venta o la atención del vendedor.

El partido de gobierno en la Intendencia, que dos por tres se da para adelante con los logros obtenidos colgando afiches con  frases del tipo "misión cumplida" o similares... ¿no podría darle una mano a la Intendenta con la limpieza y abstenerse de colgar estos afiches?

¿Los muchachos de Gandini o Vamos Uruguay se transforman en menos populares (en el sentido de "pueblo") si dejan de pintar los alrededores del Palacio Legislativo?

¿El manya o el bolso es más "capo" por tener más muros pintados?

Estos son solo algunos ejemplos que se me ocurrieron de gente que usa la ciudad de gran espacio publicitario, sin pagar un peso, haciéndolo en cualquier lado, ensuciando y quejándose luego de lo feo que se ve Montevideo. Debe haber muchos más.

No se... capaz que exagero, pero luego de haber escuchado a la intendenta en vivo en la entrevista que le hiciste hace poco en el programa y de nuevo en el resumen del fin de semana, hablando de que los contenedores, que la gente que los rompe, que los urgadores, que el equipamiento nuevo de la intendencia, etc, etc, etc... dejémonos de embromar!!!

Los Montevideanos somos sucios pero también nos dejan y dejamos que el vecino sea sucio. A que si nos ponen una multa "asesina" por pintar muros o poner carteles en donde no corresponde a nadie se le ocurre hacerlo. Evidentemente tiene un costo político pero si alguien no toma la iniciativa cualquier día de estos para pasar por una calle entre dos muros pintados vamos a tener que ponernos de canto para esquivar las capas de pintura que hay sobre ellos.

Saludos,

Rodrigo García.