Entrevistas

Michelle Bachelet: "La igualdad de derechos se va a lograr cuando las mujeres sean consideradas ciudadanas de primera clase"

La expresidenta de Chile Michelle Bachelet es la nueva directora ejecutiva de ONU Mujeres, una institución orientada al desarrollo de proyectos enfocados en las mujeres. Para explicar cómo funciona este organismo, En Perspectiva dialogó con Bachelet, quien expresó que ONU Mujeres es una estructura "más poderosa" que entidades anteriores que trabajaban desde la perspectiva de la mujer, y que uno de los propósitos es "que tenga mayor fuerza interna dentro del propio sistema de Naciones Unidas, con una secretaria general a la cabeza que tiene el rango de directora ejecutiva". En este sentido, expresó: "Tenemos claro que la igualdad de derechos se va a lograr cuando las mujeres sean consideradas ciudadanas de primera clase; sean consideradas relevantes". Por otra parte, Bachelet se refirió al rol que deben cumplir los hombres: "Necesitamos que los hombres sean campeones en la lucha contra la violencia". Y agregó: "Pero, además, que sean los campeones de la igualdad de las mujeres".


(emitido a las 10.11 Hs.)

EMILIANO COTELO:
¿Cómo se defienden y protegen los derechos de las mujeres? ¿Cómo se trabaja por una mayor equidad de género alrededor del mundo?

Luego de haber sido la primera ministra de Defensa de Chile y, luego, nada menos, de haber sido la primera presidenta de la República de su país, Michelle Bachelet es ahora directora ejecutiva de ONU Mujeres.

Esta agencia, creada especialmente por Naciones Unidas, promueve la equidad de género y la participación de las mujeres en política y en la sociedad, y se dedica en particular a la prevención de la violencia doméstica.

Por estos días, la doctora Bachelet se encuentra en nuestro país participando en una serie de foros vinculados a esta temática. ¿Cómo lleva adelante su nueva responsabilidad? ¿Qué piensa, por ejemplo, de la cuota femenina en las listas políticas como herramienta para incrementar la participación de las mujeres en la toma de decisiones?

De esos y otros asuntos vamos a conversar con Michelle Bachelet.

ONU Mujeres tiene poco más de un año de existencia, se creó en julio de 2010. ¿Por qué las Naciones Unidas debían contar con una institución especializada de este tipo?

MICHELLE BACHELET:
A decir verdad, la resolución de Naciones Unidas es del 2 de julio de 2010, pero parte como ONU Mujeres el 1º de enero de este año. Es un bebé de 10 meses.

Sobre la razón por la cual se crea, ustedes aquí conocían a Unifem (Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer) de antes. Existían otras dos entidades que trabajaban de manera parcelar y fragmentaria en temas de mujer, el Secretariado de Naciones Unidas y un Centro de Entrenamiento e Investigación en Santo Domingo, República Dominicana. Sin embargo, cuando uno miraba todos los indicadores, por ejemplo, si estamos hablando de los Objetivos del Milenio, todos los indicadores vinculados, por un lado quedaba claro que si las mujeres no mejoraban su condición era muy difícil mejorar el resto de los Objetivos del Milenio. Y los objetivos del Milenio, en términos de lucha contra la pobreza, contra el hambre, de la disminución de la mortalidad materna, de la mortalidad infantil, mejorar las condiciones de educación, de salud, la lucha contra el VIH, el sida, para generar atención a los casos de malaria y tuberculosis, en todos ellos veíamos que la situación de las mujeres estaba más desmedrada, por lo tanto se llegó a la conclusión de que las estructuras que hasta la fecha existían, pero que de manera segmentada, fragmentada, no construían, no en una misma dirección, no habían sido capaces de responder a esta necesidad de avanzar en más igualdad y más empoderamiento de las mujeres.

Entonces toman la decisión de crear una estructura que sea más poderosa, que tenga mayor fuerza interna dentro del propio sistema de Naciones Unidas, con una secretaria general a la cabeza que tiene el rango de directora ejecutiva y por tanto además tiene el rango de sentarse, por decirlo así, en la mesa de los principales encargados de las distintas agencias de Naciones Unidas. Es decir, se le da relevancia política. Se le dan distintos mandatos, porque tiene el mandato no solo de continuar haciendo lo que hacían antes estas estructuras, que era, primero, tener las definiciones normativas, los estándares, las definiciones internacionales, y segundo, el trabajo operacional en el terreno, sino además, tercero (el nuevo), coordinar el resto de las agencias. Porque la idea no es que ONU Mujeres haga todo, sino que sea una fuerza catalizadora en el interior de todo el sistema de Naciones Unidas, de manera que todos hagan más, definan más proyectos, inviertan más dinero en proyectos vinculados a las mujeres y a las niñas.

EC - ¿Cuáles son las principales líneas de acción? ¿Cuáles son las prioridades?

MB - Tenemos claro que la igualdad de derechos se va a lograr cuando las mujeres sean consideradas ciudadanas de primera clase, consideradas relevantes. Y para eso empezamos a usar hace poco tiempo el término empoderamiento de las mujeres, que viene del inglés empowerment. La idea es darles mayor poder, mayor relevancia, en dos áreas centralmente. Porque las mujeres socialmente tienen mucha relevancia; yo ayer visité el Municipio A. Estuve con varias mujeres de distintos municipios, de las Comunas Mujer, y uno ve que las mujeres son muy activas en las organizaciones sociales, en todos lados, en muchas organizaciones de base. Pero faltan más mujeres en los lugares de toma de decisiones. Entonces una de las líneas es empoderamiento político, es decir, apoyar la capacitación de mujeres que quieran ser muy activas en la política, en los distintos niveles de la política, desde el nivel local, municipal, hasta los niveles departamentales y los niveles nacionales, parlamentario, gubernamental. Que las mujeres que tengan condiciones de líderes puedan desarrollarlas, y que las voces de las mujeres puedan ser oídas y puedan incidir en las definiciones de una nación.

El segundo ámbito es el empoderamiento económico. Si las mujeres no tienen ingresos es muy difícil que hagan valer sus derechos. En cambio, cuando tienen ingresos propios, sabemos que no solo gana la mujer; gana la familia, porque dedican el 90% –todos los estudios lo demuestran– de esos ingresos a la educación, a la salud, a los niños, a la alimentación. Entonces gana la mujer, ganan los niños, ganan las comunidades.

El tercer gran elemento prioritario, por cierto, es la violencia contra la mujer. Hemos hecho el lanzamiento de la segunda etapa de la campaña Actívate Uruguay hace dos días. Va desde la próxima semana hasta el 10 de diciembre toda una campaña para informar, para prevenir, para asegurar que en los países haya legislación –en Uruguay la hay– y que los sistemas que están acondicionados, desde los sistemas de atención a las mujeres, hasta la Justicia, la Policía, funcionen de modo que se asegure que no haya impunidad y que las mujeres tengan la atención que se requiere.

Y el cuarto elemento, muy importante, es lo que se refiere a las mujeres en la agenda de seguridad. La gente va a entender mejor este tema hoy día porque el Premio Nobel de la Paz se les dio a tres mujeres que han sido claves y muy relevantes, pero que además muestran a muchas otras mujeres que en países en conflicto o posconflicto fueron claves para generar condiciones para una transición democrática mejor, adecuada, en que además los temas de mujer fueran considerados.

EC - Me gustaría hacerle algunas preguntas sobre estos temas que acaba de mencionar. Por ejemplo, ha dicho que para que efectivamente se reduzcan las diferencias de participación entre hombres y mujeres en la política, es partidaria de los mecanismos de acción afirmativa, como el sistema de cuotas para mujeres en las listas de las elecciones parlamentarias. En Uruguay se está intentando este camino, pero de manera muy lenta. Hay mucha polémica al respecto. Muchos entienden que las mujeres deben ganar sus bancas por sus propios méritos y no porque hay que cubrir obligatoriamente determinadas cuotas en una lista. ¿Qué dice usted sobre esto?

MB - Los méritos siempre son importantes. Yo le llamo a este mecanismo medidas especiales transitorias, porque son sistemas pensados para cuando la gente tiene tantos obstáculos que el mérito no basta, no va a llegar al lugar al que quiere llegar solo por mérito. Dígame, si no, cuánta gente capaz hay en muchas partes y sin embargo vive en pobreza o no tiene todas las oportunidades que corresponden. Se trata de que las mujeres enfrentan demasiados obstáculos. Es distinto hacer una carrera libre que una carrera con obstáculos. Entonces la idea es generar condiciones para facilitarle a la mujer, que sea capaz, que tenga méritos, que sea la adecuada, la posibilidad de acceder a cargos de representación popular.

¿Cuál es la experiencia? Si este tema del mérito nomás fuera tan facilito, tendríamos, a menos que uno creyera que las mujeres no son capaces, muchos países con una cantidad adecuada de mujeres. En la Conferencia de Beijing se definió como un número básico esencial, para que las legislaciones de los países puedan garantizar que los derechos de las mujeres estén realmente protegidos y cuidados, que cada país debería tener al menos un 30% del Parlamento de representación femenina.

EC - ¿Y cuál es la realidad hoy?

MB - La realidad en el mundo, 15 años después, es que solo 28 países de los 194 que están en Naciones Unidas tienen más de 30%. Y de esos 28, 23 requirieron leyes especiales de cuotas. Los otros son los países nórdicos, que tienen una trayectoria de mucho tiempo en esto. Cuando uno mira lo que pasa con jefas de Estado y jefas de Gobierno, tenemos solamente 20 en el mundo, prácticamente el 10% de los jefes de Estado y de Gobierno, y no representan a las mujeres en la humanidad.

EC - Una pregunta más sobre este punto: la lucha por una mayor participación de la mujer en política ¿es un fin en sí mismo? Dicho de otra manera, ¿qué mejoras vive un país, qué pasa donde el gabinete de ministros está integrado por la misma cantidad de mujeres que de hombres, por ejemplo?

MB - Esas son definiciones que cada país tiene que hacer. Creo que no se trata de meter mujeres por meter mujeres en la política. Primero, hay que tener mujeres que quieran estar en la política. Segundo, hay que acompañarlas en esa capacitación, en ese trabajo. Yo creo dos o tres cosas distintas. Lo primero es que las democracias no son solo la posibilidad de elegir, sino también de ser elegido, y cuando en un país hay menos mujeres elegidas, quiere decir que esa democracia no está representando totalmente al conjunto de sus ciudadanos. Lo segundo es que cuando hay mujeres en la política –estudios internacionales lo demuestran– la agenda es mucho más plural, porque incluye los temas duros de la política, sin duda, la reforma de los sistemas electorales, la reforma de los sistemas políticos, pero también hay un enorme contenido de todas las temáticas sociales, las temáticas de salud, de educación, de vivienda, las temáticas propias de las mujeres. Entonces las legislaciones son más ricas, más importantes, vienen muy de la mano de las preocupaciones y necesidades de los ciudadanos.

EC - A propósito de otro de los temas que mencionó en las prioridades de ONU Mujeres, la violencia doméstica, esta semana en Montevideo insistió con una idea que ha manejado varias veces. Usted dice: "La violencia de género es una de las violaciones más generalizadas de los derechos humanos en el mundo actualmente, y sin embargo es uno de los crímenes menos procesados". Ese enfoque del tema es muy impresionante, es poco transitado en el debate uruguayo; a partir de esa visión, ¿qué acciones está impulsando ONU Mujeres?

MB - Estamos impulsando dos cosas. Lo primero es asegurar que para cuando el hecho ya se ha producido, cuando hay mujeres que son víctimas, que pueden estar siendo víctimas de violencia todos los días, haya sistemas de atención, de cuidado, algunos pueden ser ambulatorios, que la mujer pueda ir a un lugar donde recibe salud mental, salud social, apoyo social, salud física cuando lo requiere. Que pueda tener orientación, de manera que pueda tomar una decisión que le permita mejorar su situación. (No estoy hablando solamente de los casos máximos, que por supuesto terminan con resultado muerte, lo cual es tremendamente lamentable. Hace dos días la intendenta decía que ya tenían el caso 36 en Uruguay.) En muchos de estos lugares uno puede proveer capacitación. Si la mujer no la tiene, de manera que pueda obtener un oficio, tener un ingreso y tomar decisiones de cambiar una vida que es miserable y trágica para ella y para sus hijos.

Entonces, una parte es el apoyo desde el punto de vista gubernamental en los distintos niveles, con refugios, casas seguras, y lo segundo, cuando hay gente en riesgo vital, es importante contar con lugares adonde se pueda sacar a esa mujer, que la justicia pueda sacarla por el riesgo que están teniendo ella y sus hijos, y llevarla a algún lugar seguro mientras se pueda hacer todo este proceso, y mientras la pareja pueda ser procesada cuando se comprueba que ha maltratado a su familia de manera importante.

Lo tercero, siempre estar mirando las legislaciones, porque en muchos países tenemos la ley, pero la implementación de la ley tiene dificultades.

EC - En Uruguay sabemos muy bien cuáles son esas dificultades.

MB - Entonces hay que estar mirando cómo pueden corregirse. Y dos cosas más. Lo primero es que nunca va a haber un sistema que pueda garantizar 100% la seguridad de todo el mundo, porque no hay posibilidad de tener un policía parado en la casa de cada persona que tiene una medida cautelar, por lo tanto es necesario que haya dos elementos más. Uno es el compromiso ciudadano, que los propios vecinos del barrio puedan actuar cuando observen alguna situación de peligro, eso puede evitar muchas muertes. También dar indicaciones de qué hacer a la familia, a la madre con los niños en caso de que aparezca el padre en estado de riesgo grande de maltratar.

Lo otro es prevenir. Yo soy una convencida de que uno de los tremendos daños de la violencia es que además es generacional, no termina con la mujer que es maltratada, los niños que han sido maltratados o testigos del maltrato, se generan daños psicosociales tremendos, que terminan teniendo un impacto negativo por mucho tiempo. Prevenir es esencial, por eso debe haber programas en los colegios, en los jardines infantiles, para identificar cuando los niños son hijos de una familia donde hay maltrato y establecer sistemas de apoyo, que creo que son centrales.

EC - En uno de los discursos que pronunció en Montevideo usted pidió que "los hombres del planeta tengan un mayor compromiso con la lucha contra la violencia de género, que se movilicen en pos del cambio cultural necesario para erradicar estas prácticas". ¿En qué tipo de participación de los hombres está pensando ONU Mujeres?

MB - Los hombres tienen que hablarles a los hombres; también las mujeres, sin duda, pero no basta con que las mujeres hablemos. Estamos pensando, más que en la persona que ya tiene un daño y que es maltratadora, en esos niños, en esos jóvenes, por ejemplo, a los que les gusta el fútbol –a mí también me gusta el fútbol–. Entonces, las estrellas de fútbol, cuán importantes son esos modelos, que puedan decir: "No es de machos, no es correcto, no es adecuado, es inaceptable la violencia". Los artistas, los músicos que puedan involucrarse.

Primero que nada, hay que quebrar el silencio. No sé en el Uruguay, pero en muchos lugares no se habla de estos temas. Se habla cuando hay un caso, tremendo por cierto, se menciona. Entonces, que se discutan estos temas, que se hable y que se diga con claridad que no es aceptable. Necesitamos a los hombres que sean campeones en la lucha contra la violencia que lo hagan públicamente, pero además de hacerlo los hombres, que sean los campeones de la igualdad de las mujeres. Tenemos una cantidad de proyectos con organizaciones de hombres que están trabajando por la igualdad de hombres y mujeres en términos de igualdad de derechos, igualdad de oportunidades.

EC - Por último, una pregunta más general a propósito de distintos asuntos que hemos tocado en esta charla. Si miramos a los países árabes, ¿qué observa, qué perspectivas ve de que las revueltas que han tenido lugar en esa zona del mundo traigan aparejada una mayor igualdad de género? Las mujeres han sido protagonistas en varios de esos casos.

MB - Usted me pregunta si la Primavera va a ser primavera o se va a convertir en invierno, que es una de las dudas que mucha gente está teniendo.

EC - Sí, de algún modo esa es la pregunta.

MB - Yo he estado tres veces en Egipto, una vez en Túnez, he estado reunida con mujeres, con jóvenes, con esas jóvenes que estuvieron en la plaza Tahrir. Si me lo plantea en forma analítica, diría que esta no fue una revolución cultural, fue una revolución política, por derechos políticos y libertades políticas y civiles, fue una revolución, como dicen ellos, económica, en el sentido de justicia social, de una generación bastante joven, de gente muy calificada, con estudios superiores, pero con muy pocas posibilidades de trabajo, y con gente pobre, analfabeta, pasando hambre, etcétera.

Digo esto porque para frustración de esas muchachas que estuvieron ahí codo a codo, hombro a hombro con los jóvenes en la plaza Tahrir, después cuando fueron los partidos, les dijeron: "El tema de la igualdad de la mujeres no es el tema ahora, esto es sobre democracia". Pero así como yo decía que democracia no es solo elegir sino también la posibilidad de ser elegido, la democracia tiene que ver con inclusividad, con participación, por lo tanto creo que este concepto de democracia aislado de una democracia que genera igualdad de derechos para todos, para mujeres y hombres, es un concepto restringido de democracia.

Pero más allá de eso, usted me pregunta para dónde va. Creo que se avanza, pero va a tomar tiempo. En Egipto, por ejemplo –nosotros como ONU Mujer apoyamos ese proceso–, se logró hacer un documento de principios, de valores, pero de demandas muy claras de las mujeres egipcias y de hombres que apoyan este documento para pedirles a los candidatos, a los gobernantes, que incluyan más mujeres en el gobierno. Que haya más mujeres parlamentarias, que haya políticas específicas en la economía, que se pueda disminuir el analfabetismo. En fin, hay un conjunto de medidas muy importantes.

Ese fue el primer paso. Eso se logró en junio, y ahora cuando estuve hace tres semanas, un segundo paso fue que todas estas organizaciones de mujeres, que había muchas y todas luchaban por separado, aprendieron una gran lección que es que la unidad hace la fuerza, y que si uno quiere que lo escuchen tiene que unirse con otro. Y han armado por primera vez en la historia de Egipto la Unión Egipcia Nacional de Mujeres, con lo cual hoy día tienen además un instrumento con el cual van a querer enfrentar las elecciones. Es posible que algunos de los derechos demoren un poco más en llegar, pero hay un camino. Y yo, que soy una mujer optimista por naturaleza, espero que sea así cuando uno escucha por ejemplo que el partido que ganó en Túnez ha señalado que si bien es un partido islamista moderado, no va a retroceder, porque en Túnez las mujeres tenían bastantes avances desde hace muchos años. De todas maneras, más allá de que yo no tengo aquí una bola de cristal para saber lo que va a pasar en el futuro, ONU Mujeres va a estar trabajando, apoyando esas capacidades de mujeres para que se siga desarrollando la democracia, se sigan desarrollando las capacidades de las mujeres.

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Transcripción: María Lila Ltaif

Foto: EFE