Entrevistas

Ibarburu (AEBU): pese a los paros, "nunca nos olvidamos de que los que nos pagan el sueldo son los clientes"

Desde hace dos días, los funcionarios de la sucursal 19 de Junio del Banco República (BROU) no atienden a quienes saquen número para las cajas luego de las 18 horas. De este modo se busca que los empleados no deban hacer horas extras que, según señala el sindicato, no siempre son pagadas luego. Consultado por En Perspectiva, el presidente en ejercicio del sector Banca Oficial de la Asociación de Empleados Bancarios del Uruguay (AEBU), Ricardo Ibarburu, explicó que el origen del problema radica en "el crecimiento brutal de clientes que ha tenido el banco, acompasado con un descenso de funcionarios". El gremialista indicó que hace cuatros años trabajadores y autoridades del BROU llegaron a un acuerdo para solucionar el problema, pero este "todavía no fue tratado ni aprobado por el directorio" de la institución. Con respecto a la relación con la ciudadanía, que se ve afectada por esta medida, expresó: "Nunca nos olvidamos de que los que nos pagan el sueldo son los clientes. Eso no evita ni impide que un sindicato luche por defender las condiciones de trabajo y el salario de los trabajadores. [Y] no es ningún privilegio tener un sueldo digno y un horario en el cual uno trabaja, se gana el salario y luego se retira a su casa".


(emitido a las 7.41 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Por segundo día consecutivo, los funcionarios de la sucursal 19 de Junio del Banco de la República Oriental del Uruguay (BROU) cerraron las cajas al público a la hora 18.00 y solo atendieron a quienes ya tenían número, derivando para hoy a los otros clientes que se encontraban en el local.

Dice la crónica del diario El País que "eran las 17.49 cuando una funcionaria del segundo piso de la sucursal 19 de Junio anunció que las cajas cerrarían a las 18.00 por medidas gremiales. En los dos pisos había unos 160 clientes que esperaban ser atendidos.

‘Atenderemos a los que tienen número, los otros tienen que volver mañana’, advirtió la funcionaria. Habitualmente las puertas del banco cierran a las 18.00 pero se sigue atendiendo al público que llegó antes de esa hora. Sin embargo, ayer el delegado de AEBU en la dependencia evaluó que no estaban dadas las condiciones para que los funcionarios terminaran el trabajo en el tiempo correspondiente y que terminarían volviendo a sus hogares sobre las 22.00 horas. Ante esa situación, se puso en contacto con los consejeros de Banca Oficial, quienes resolvieron que se hiciera un paro de cinco minutos. En los hechos, se trata del virtual desalojo de los clientes que a las 18.00 estaban en la sucursal más grande del BROU".

Esta situación, que se da por segunda vez en esta semana, ha motivado la reacción fuerte del presidente del directorio del BROU, Fernando Calloia, quien acusa al sindicato de hacer esos paros de cinco minutos para que los empleados se vayan antes de que termine su horario. Calloia consideró que "frente a la aglomeración de clientes –que por lo general se da en los primeros días del mes, cuando se realizan los pagos– los funcionarios temen quedarse quince minutos más, cuando en realidad están dentro del horario de trabajo, porque tienen que cumplir seis horas y media".

El jerarca se molestó con la medida, destacó que el principal perjudicado es el usuario y consideró que el gremio no tiene derecho a expulsar a la gente del hall por una medida de fuerza. "Una decisión de esta naturaleza no es potestad del gremio sino que debe tomarse desde la dirección", enfatizó.

Con respecto al horario sostuvo que "los bancarios son privilegiados por el horario de seis horas y media que tienen, más los beneficios con que cuentan por ser empleados públicos, y para subsanarlo deberían trabajar ocho horas, a ver si se les acaban las bobadas".

En línea está Ricardo Ibarburu, presidente en ejercicio del sector Banca Oficial de AEBU, que además es funcionario del BROU.

¿Usted puede explicar un poco mejor las razones que han llevado a que se tome este tipo de medidas en la sucursal 19 de junio?

RICARDO IBARBURU:
Yo digo que la razón de fondo es el crecimiento brutal de clientes que ha tenido el banco, acompasado con un descenso de funcionarios. Esto repercute, entre otras cosas, en que el cliente que entra al banco vea una cantidad de boxes de cajeros vacíos, mientras algunos pocos cajeros atienden a todo el público.

Es una situación que desde hace tres o cuatro años se ha intentado paliar de mil maneras, buscando salidas que contemplaran esos minutos, o a veces horas, que los funcionarios se quedan de más.

Por último se llegó a esta medida adoptada por el Consejo de Banca Oficial, que tiende a asegurar que el compañero pueda retirarse una vez finalizada su jornada de trabajo, que es de seis horas y media: entra 12.50 y termina 19.20.

Como en cualquier otra ocasión en que se hace un paro, hay que cerrar las cajas antes para hacer todos los controles necesarios, a efectos de retirarse con las cuentas cerradas.

Eso es lo que ocurrió ayer y anteayer en la dependencia 19 de Junio, que es una de las dependencias que está sujeta a esta situación pero que no es la única en el país.

EC – Ahora, usted ha escuchado las respuestas y explicaciones del presidente del directorio del BROU, Fernando Calloia. Para empezar, él destaca que la carga horaria en el BROU es oficialmente de seis horas cincuenta minutos, o sea que entrando 12.50 hay un margen hasta las 19.40. Sin embargo, si los funcionarios terminaron la tarea pueden retirarse del lugar de trabajo cumplidas las seis horas y media. ¿Qué dice usted sobre esa primera puntualización?

RI – Digo dos cosas. La primera es que no es así, que eso era así hasta que se firmó un acuerdo. Después del último convenio colectivo, el de 2007, se estableció un horario de seis horas treinta minutos. Si fueran veinte minutos no habría problema, no estamos hablando de que se quedan veinte, quince o diez minutos. Estamos hablando de que hay compañeros, en Montevideo y en todo el país, que a veces se han quedado hasta una o dos horas después del trabajo sin cobrar. Porque naturalmente al funcionario le cuesta mucho decirle al cliente que se vaya y que no lo va a atender, y lo sigue atendiendo hasta las 19.00, 19.20. Y cuando se va el último cliente empieza a hacer los controles, entonces se retira como a las 21.00 horas.

EC – Pero Calloia hace este detalle de horarios: la obligación de los funcionarios es estar en el banco 12.50 y estar en el puesto de trabajo a las 13.00, para atender público hasta el momento que cierra las puertas la sucursal, que es a las 18.00. Entre las 18.00 y las 19.20 el funcionario debe realizar el cierre de cajas y tiene veinte minutos adicionales para los casos en que no tenga la tarea al día. A partir de las 19.40, de esos veinte minutos adicionales –que por lo visto es un caso como el que usted estaba mencionando– ahí comienzan a generar horas extra, explicó Calloia. O sea que una situación como la que usted describía estaría cubierta por horas extras.

RI – Las horas extras no son obligación, las horas extras se hacen siempre y cuando los funcionarios puedan quedarse a realizarlas. Y eso en casos excepcionales. El problema se genera cuando todos los días o periódicamente –como es el caso y creo que en la misma declaración está admitido–, sobre todo en los principios de mes, los funcionarios deben quedarse más allá de su horario. En ese caso no están obligados a hacer horas extras. De hecho, los funcionarios se han quedado, repito, muchísimas...

EC - ...Pero cuando se quedan terminan cobrando horas extras.

RI – No siempre. Lo que yo estoy diciendo es que, como a nadie le gusta decirle a la gente que se vaya, durante años los funcionarios se han quedado atendiendo hasta las 19.00 y después permaneciendo fuera de hora. Entonces con la jerarquía del área acordamos que, ahora que las herramientas de medición permiten medir cuántos minutos se queda cada funcionario, después hagamos la contabilidad de los minutos que se quedaron y se les pague las horas extras que generaron en el mes. Ese acuerdo al que llegamos hace un año y medio buscando un paliativo todavía no fue tratado ni aprobado por el directorio, lo que agrega un nuevo mensaje negativo para los compañeros.

EC – Por otro lado, el presidente del BROU dice que, en cuanto a las vacantes que usted aludía, al problema de que faltan funcionarios, el directorio ya confirmó que este año habrá 200 nuevos puestos de trabajo en el BROU y que en los próximos meses se hará un llamado público a concurso, una vez que se termine de ajustar los detalles.

RI – Ojalá que sea así. En ese caso estamos totalmente de acuerdo con el directorio del banco y tirando para el mismo lado. Me consta que el directorio del banco ha pedido aumentar la plantilla y que hasta ahora ha recibido respuestas negativas por parte del Poder Ejecutivo. Por suerte, en las últimas reuniones que ha habido a nivel de la bipartita que discute un nuevo convenio colectivo el Poder Ejecutivo hizo un cambio en su posición y planteó un paréntesis en el cual va a conversar con los directorios de los bancos a efectos de ver de aumentar la plantilla. Pero obviamente no es lo mismo si estamos frente a una posible salida –más allá de que demore, porque ningún concurso termina con ingreso de gente antes de seis meses o un año– que si estamos ante un año, dos, tres o cuatro, que es lo que pasó desde el último concurso, donde la gente se jubila y se va. Y repito, cualquiera ve que hay ocho boxes de caja y cuatro cajeros.

EC – Hay otro frente de discusión que es la forma en la que AEBU toma esta medida. Concretamente la falta de aviso, la falta de notificación a tiempo a los clientes, que se encuentran con el hecho consumado una vez que están allí, con lo que implica rebotar y tener que volver al día siguiente si es que pueden. ¿Por qué ustedes están manejando las cosas de esa manera?

RI – Admito que si las cosas ocurrieron como usted relataba –y no tengo por qué dudar que fue así– no se cumplió estrictamente con el mecanismo que aprobó el Consejo. El mecanismo que aprobó el Consejo fue que a las 16.00, 16.30 se empezase a avisar al público que solo se iba a atender hasta las 18.00. Por lo que usted decía, eso ayer no ocurrió y se avisó sobre la hora.

Pero existe un mecanismo mucho mejor que es hablar con la gente, y eso lo puede hacer la administración, el gerente, los jerarcas de la división. Decir "mire señor, son tantos clientes esperando para ser atendidos que no los vamos a poder atender hoy. Si usted no tiene más remedio que ser atendido hoy quédese y va a tener que esperar un poco. Si no, llévese este número y mañana a primera hora lo atendemos". De esa manera muchos gerentes en muchos lados han logrado disminuir la presión y se ha evitado situaciones como las de ayer.

EC –Hay varios mensajes que llegan desde la audiencia con molestias muy fuertes por este tipo de situaciones. Por ejemplo, Martín dice: "Estos señores se olvidan que ellos están allí porque los clientes vamos al banco. Siempre somos sus rehenes, tienen muchos privilegios y terminan movilizándose por pavadas".

RI – Nunca nos olvidamos de que los que nos pagan el sueldo son los clientes. Eso no evita ni impide que un sindicato luche por defender las condiciones de trabajo y el salario de los trabajadores, para eso se fundan los sindicatos, en primera instancia. En realidad habría que hablar mucho sobre eso, no es un privilegio. Nosotros pensamos que los trabajadores no debemos avergonzarnos de lo que se consiguió con la lucha del gremio durante décadas. No es ningún privilegio tener un sueldo digno y tener un horario en el cual uno trabaja, se gana el salario y luego se retira a su casa.

FABIÁN TISCORNIA:
Ahora, ¿no es posible tomar otra medida que no afecte tanto al cliente del banco y que igual se manifieste en contra de lo que ustedes entienden es una posición del BROU en cuanto a la cantidad de personal?

RI – Sí, puede haber otras medidas. Pero lo que nosotros decimos es que en cuatro años hubo suficiente tiempo como para que se instrumentaran medidas administrativas que solucionaran este problema. La más clara es el ingreso de personal, pero hay otras como esta que yo decía, de la jerarquía derivando a la gente hacia otras dependencias o avisándole que eso va a ocurrir y derivándolo a otro día. Así también se podría haber evitado esto.

Yo les recuerdo que en 2002 el horario de atención al público terminaba a las 17.00 horas. Cuando la crisis, los trabajadores pasamos a atender hasta las 18.00 horas y eso generó parte del problema. Porque antes había dos horas y veinte para hacer los controles, ahora se acortó una hora y se genera el problema. Entonces, cuando se generan los problemas también hay que pensar en las posibles soluciones a esos problemas. Y lo que ocurre hoy es que somos menos de 4.000 funcionarios, cuando éramos 6.000, y los clientes pasaron de 400.000 a 900.000. Entonces no hay que asombrarse de que se produzcan crisis, lo que pasa es que cuando cuatro años antes se avisa que se van a producir y no se toman medidas ocurre lo que ocurrió.

FT – Hasta ahora esto ocurrió en la sucursal 19 de Junio, ¿en alguna otra dependencia del banco estuvo cerca de ocurrir esto?, ¿piensan que puede llegar a ocurrir en estos días?

RI – En los primeros días del mes, en esta época del año y en particular porque se renuevan algunas operativas, es en esa sucursal donde se producen más seguido estas situaciones. La 19 de Junio es una de las más exigidas en clientes, pero no es la única. La agencia de General Flores es similar, y cualquiera que ha ido al Montevideo Shopping ha visto...

FT - ...Pero no se ha tomado esta medida de parar cinco minutos para desalojar a la gente.

RI – Claro que no, porque como dijimos esas medidas se toman como último extremo. Durante toda la tarde se avisa, se habla con la jerarquía, se habla con los responsables de tomar medidas administrativas que se adelanten al problema, y en muchos lados se ha evitado. Se está viendo la parte negativa del accionar, pero no se ve todo lo que durante estos meses hemos hecho con la gente y con la jerarquía para evitar que esto se produzca.

EC – Calloia anuncia que a partir de esta medida a los empleados se le descontará del próximo salario lo correspondiente a la categoría de paro distorsivo. Esta es una fórmula que permite hacer un prorrateo sobre la base de la afectación que sufrió la operativa a raíz de la medida de lucha y no sobre la base del tiempo efectivo que se paró, en este caso cinco minutos. ¿Este tipo de sanción va a generar a su vez otro tipo de respuesta y protestas?

RI – Yo creo que el mismo presidente sabe bien que este tipo de sanción genera peor clima, una escalada y una espiral que todos deberíamos pretender evitar. Así como también lo hace las acusaciones de "privilegiados", "bobadas", etcétera, que se manifestaron.

Acá hay un problema; lo tiene él y lo tenemos nosotros. O lo enfrentamos los dos juntos o nos enfrentamos entre nosotros y, lamentablemente, los que van a pagar van a ser los clientes.


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