Entrevistas

Oscar Gómez: demora de obras en escuelas y liceos "no es por falta de previsión de las autoridades"

Oscar Gómez: demora de obras en escuelas y liceos "no es por falta de previsión de las autoridades"

De las 195 obras de emergencia que debían realizarse este verano en locales de enseñanza, sólo están desarrollándose 72. Las otras 123 están demoradas, o porque falta la firma del contrato con las empresas o porque directamente no fueron licitadas. Consultado por En Perspectiva, el subsecretario de Educación y Cultura, Oscar Gómez, sostuvo que estas demoras no obedecen a una falta de previsión de las autoridades, sino que son consecuencia "del apego a la legalidad vigente y a las formas en que el Estado debe contratar". El exdirector de Primaria explicó este punto: "El mercado de trabajo en la construcción ha ido en un avance sustantivo. Por lo tanto, cuando uno licita obras cuyo monto aproximado ronda la compra directa no suele ser muy atractivo para las empresas que licitan y que puedan ser proveedoras del Estado. Entonces a veces hay que llamar a una segunda o una tercera licitación, ya que la primera se declaró desierta porque no hubo oferentes". Además, cuando uno se adjudica una licitación tiene que tener en cuenta los tiempos que prevé la legislación vigente para que alguna de las empresas oferentes que no fue adjudicada pueda presentar algún recurso. Son diez días hábiles, eso no se puede soslayar de ninguna manera. Por lo tanto, el calendario está relativamente ajustado a lo que se había planteado", afirmó el jerarca.


(emitido a las 7.41 Hs.)

EMILIANO COTELO:
"ANEP apela al Ejército y a obreros de dependencias estatales para llevar adelante las reparaciones pendientes en escuelas y liceos".

Ese es el título principal en la portada hoy del diario El Observador.

A su vez, esta novedad se relaciona con otra que manejábamos ayer en nuestro panorama nacional: de las 195 obras de emergencia que debían realizarse este verano en locales de enseñanza, sólo están desarrollándose 72, según surge de un informe que recibieron el Codicen y los Consejos de Primaria, Secundaria y UTU. Las otras 123 obras están demoradas, o porque falta la firma del contrato con las empresas o porque directamente no fueron licitadas.

Según dice El Observador, "ante la falta de previsión de las autoridades en la operativa, que tuvo como consecuencia el estancamiento de los trabajos en el 63 % de las obras planificadas (en total eran 195), el Consejo Directivo Central (Codicen) recurrirá al Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) y a los gobiernos departamentales para realizar las refacciones de los edificios que aún no fueron adjudicados a empresas.

El Ministerio de Educación y Cultura (MEC) promueve la utilización de militares en la reparación de escuelas y liceos. El ministro de Educación y Cultura, Ricardo Ehrlich, lo planteará al gabinete el próximo lunes, informó a El Observador el subsecretario de la cartera, Oscar Gómez. El jerarca destacó la colaboración de los uniformados en reparar baños y cortar césped de escuelas durante 2010 y 2011, cuando Gómez dirigía Primaria".

El maestro Gómez está en línea telefónica en este momento. ¿Usted propuso recurrir incluso a efectivos de las Fuerzas Armadas para llevar adelante estas tareas?

OSCAR GÓMEZ:
A veces, acciones que se vienen desarrollando desde hace más de dos años son titular en un diario cuando algún periodista se entera. El acuerdo que tenía el Consejo que yo presidí e integré durante siete años con el Ministerio de Defensa Nacional ha dado espléndidos resultados. Hemos trabajado cuando era ministra [Azucena] Berrutti, cuando lo era [José] Bayardi, y posteriormente se ha mantenido esa línea de trabajo con el Ministerio de Defensa. Simplemente nosotros decíamos que lo que había sido de muy buena efectividad en el Consejo de Educación Inicial y Primaria puede perfectamente expandirse a otros subsistemas.

Ha sido muy generosa la contribución del Ministerio de Defensa en estos siete años al menos, yo doy fe de su trabajo en común en acuerdo con Primaria. Por lo tanto, me parecía de suyo que en una situación en donde es conveniente centrar los máximos esfuerzos en la reparación edilicia pudiera continuarse una tarea que, reitero, hace siete años se viene desarrollando en forma espléndida.

EC – Por ejemplo, ¿qué tipo de obras han sido realizadas por soldados en el caso de Primaria?

OG – Han trabajado en la mejora de los desagües externos de las escuelas, en cunetas. Han hecho una limpieza profunda por ejemplo en escuelas que tienen grandes predios donde el pastizal durante los meses de verano podría llegar a albergar insectos y otros elementos perjudiciales para los gurises. También han hecho tareas de encalado de pintura. En general ha sido una tarea de apoyo relevante para el funcionamiento de las escuelas.

EC – ¿Y usted entiende que ahora, en esta coyuntura apurada que se está dando –porque el comienzo de las clases se acerca y hay obras pendientes, algunas que ni siquiera pudieron empezarse– ese tipo de acuerdos podría dar solución a tiempo a estas obras que se están necesitando?

OG – Sí, pero hay una situación que creo convendría enmarcar de una forma un poco más amplia. No ha sido falta de previsión de las autoridades. El mercado de trabajo en la construcción –por suerte para el Uruguay– ha ido en un avance sustantivo. Por lo tanto, cuando uno licita obras cuyo monto aproximado ronda la compra directa –100.000, 120.000 pesos– no suele ser muy atractivo para las empresas que licitan y que puedan ser proveedoras del Estado. Entonces a veces hay que llamar a una segunda o una tercera licitación, ya que la primera se declaró desierta porque no hubo oferentes. Usted comprenderá que nosotros no podíamos saber previamente si las empresas podrían o no estar interesadas en el monto para esas obras que se estaban haciendo. Esos procedimientos, que hablan de la cristalinidad con que se operan los dineros públicos, han sido el motivo por el cual haya que haber hecho una segunda o una tercera licitación. Eso es para decir por qué no es imprevisión, sino que es el apego a la legalidad vigente y a las formas en que el Estado debe contratar.

EC – Hay dos tipos de situaciones en los casos de obras que están atrasadas: aquellas en las que ni siquiera se ha podido formalizar la licitación y la adjudicación o aquellas en las que hay adjudicación pero falta la firma del contrato.

OG – Cuando uno se adjudica una licitación tiene que tener en cuenta los tiempos que prevé la legislación vigente para que alguna de las empresas oferentes que no fue adjudicada pueda presentar algún recurso. Son diez días hábiles, eso no se puede soslayar de ninguna manera. Por lo tanto, el calendario está relativamente ajustado a lo que se había planteado...

EC - ...Ahí hay un punto que plantea hoy el presidente de la Cámara de la Construcción, Ignacio Otegui. Quizás el término "imprevisión" que está incluido en la nota viene de allí, de lo que usted señala. Cuando le consultan a propósito de estas explicaciones que se han dado en el Codicen, Otegui contesta: "La pregunta que se tendrían que hacer es cuándo llamaron a licitación, cuándo se detectó la deficiencia de la reparación y qué período de tiempo pasó entre la detección del problema y la apertura de la licitación. Ahí te llevás una gran sorpresa, de un tiempo que nadie conoce y que nadie toma en cuenta. En octubre, noviembre y diciembre hubo llamados a licitaciones. Los centros ya estaban sin gurises y tendrían que haber estado en obras en ese momento. Si por ejemplo hacés la convocatoria en noviembre y decís que necesitas la obra para marzo, tenés un plazo de ejecución de obra de dos meses. Después te agarran los trámites para la adjudicación y la firma de los contratos, así que no es porque sí que hay decenas de contratos sin firmar". ¿Qué señala usted a propósito de este mal manejo de los tiempos que habría dado pie a estas situaciones en el caso de alguno de los consejos?

OG – Lo que también hay que comentar es que el trabajo que se hizo en común con la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND), la transferencia de recursos, no culminó antes del mes de octubre. Por lo tanto, una vez culminado ese proceso de acuerdos sobre cómo iban a ejecutarse los dineros, cuál era la comisión que cobraría la CND, la cantidad de personal que debería ser contratado para el control de las obras, para las memorias descriptivas, etcétera, llevó los tiempos que llevó. Yo no miro solamente el vaso medio vacío sino también el vaso medio lleno...

EC - ...Claro, pero a lo que apunta Otegui es a que en varios casos de centros de enseñanza los problemas edilicios se detectaron por ejemplo en el mes de marzo, y sin embargo la licitación se hizo en noviembre.

OG – Porque no se sabía quién iba a ser el organismo ejecutor, a eso me quería referir cuando finalmente se decidió que fuera la CND. Recuerde que hubo una Rendición de Cuentas de por medio que estuvo reglamentada por el mes de setiembre; las transferencias de recursos para organismos de figuras públicas no estatales –como la CND– deben tener un control estricto por parte del Tribunal de Cuentas. El señor Otegui, que seguramente es un industrial sagaz, sabrá perfectamente que el derecho público no coincide estrictamente con el derecho privado y eso hace que los tiempos sean distintos.

Por eso le digo que, desde mi punto de vista, es interesante para la ciudadanía saber que existe un plan de reparación de locales educativos, que los mismos se están desarrollando en tiempo y forma y que en la plantilla de recursos humanos la CND ha incluido técnicos prevencionistas para que colaboren con el equipo docente en la determinación del manejo del local en etapa de obras. No es nuevo para ningún ciudadano que hay que convivir con obras; en la casa suya, en la mía, en la de la audiencia, más de una vez hemos tenido que hacer reparaciones y convivir con la obra durante 15, 20 o 30 días. ¿Qué estoy diciendo con esto?, ¿que es una situación no deseable? Claro, no es deseable, pero es necesario hacer la reparación...

EC - ...Pero la pregunta en todo caso es si de aquí en adelante estas cosas podrán evitarse. Usted señalaba recién la explicación a propósito de todas las demoras que hubo al intentar incorporar a la CND como agente agilizador de todo esto; toda una paradoja, porque se suponía que era un instrumento que iba a facilitar las cosas y todo ese trámite terminó generando, por lo menos el año pasado, una demora adicional.

OG – Haber encontrado ese mecanismo de ejecución –que efectivamente es más rápido, los trámites en las figuras públicas exclusivamente son más lentos, mientras que la CND puede abreviar los plazos porque se rige por otra normativa– permite alentar que de aquí en más, establecido el mecanismo de operativa, se pueda establecer la reparación en cuanto aparezca la dificultad.

EC – Esa es la pregunta, si podemos tener la tranquilidad de que de ahora en adelante las licitaciones no se van a convocar en octubre o en noviembre sino antes, para que las obras efectivamente empiecen cuando los chicos ya no están en las escuelas.

OG – No únicamente en octubre y noviembre, hay licitaciones que va a haber que hacer en octubre o en noviembre, porque la falla del edificio aparece en agosto y hay que convocar inmediatamente.

Cuando yo presidí el Consejo de Educación Inicial y Primaria creamos un mecanismo para aportarle al Codicen. Se trata de una unidad de reparaciones menores, por las cuales en acuerdo con las comunidades educativas –comisiones de fomento, consejos de participación- se hacía la transferencia de recursos y además la orientación técnica por parte de arquitectos de Primaria para que se pudieran hacer reparaciones. De esa manera, el año pasado el Consejo que yo presidí hizo 900 intervenciones en escuelas públicas. Es decir que si no se hubiera encontrado ese mecanismo de participación con la comunidad educativa seguramente estas 200 y pico de escuelas y liceos que están siendo reparados en estos momentos serían 1.000 y pico.

Nosotros encontramos un mecanismo de articulación con la sociedad organizada, con comisiones de fomento, con consejos de participación, para que a través de la transferencia de recursos pudieran contratar una empresa local, con lo cual también se dinamizaban los mercados internos locales. Y de esa forma ejecutamos 130 millones de pesos en reparaciones menores, cuando el promedio venía siendo de 32-33 millones. Es decir que ese procedimiento se aceleró cuatro veces. Yo entendí –y así lo hicieron mis compañeros de trabajo Héctor Florit e Irupé Busetti– que era un mecanismo que permitía no solamente la reparación del edificio sino la mejora de la participación popular organizada y el interés de la comunidad educativa en mantener y refaccionar su local escolar.

EC – Otra experiencia que creo que se va a incentivar ahora es la de que alguna de estas obras la desarrollen gobiernos departamentales.

OG – Claro. En el mes de setiembre u octubre tuvimos una reunión muy interesante con los seis intendentes del área centro-sur (Río Negro, Soriano, Colonia, Flores, San José, Florida, Durazno) donde se establecieron pautas de trabajo de la Comisión Nacional de Educación –y por lo tanto de las comisiones departamentales de educación– para que las intendencias pudieran tener una sinergia apropiada con los planes de reparación, mejoramiento del entorno urbanístico, etc. Por ejemplo, dentro de pocos días se estaría en condiciones –si así lo estima pertinente el nuevo Consejo de Educación Secundaria– de abrir el liceo en Casarino en el local de una escuela, a partir de las 17.30 horas, con el apoyo muy interesante de la intendencia. En este caso, el intendente interino [de Canelones, Yamandú] Orsi, se puso a disposición para mejorar la iluminación y el tema de lomos de burro frente al edificio, porque el automovilista obviamente no va a tener en cuenta que a las 21.00 o 21.30 horas van a salir estudiantes de ahí, porque es novedoso. Entonces hay que tomar una serie de precauciones que, reitero, se está procesando en acuerdo con la intendencia canaria, si el Consejo de Secundaria entrante entiende oportuno continuar aquello que se había diseñado anteriormente, que era la posibilidad de que más de 150 alumnos que no tienen lugar en el liceo de Suárez puedan iniciar una experiencia de educación básica en la escuela de Casarino.


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