Rodríguez, que reside en Piriápolis, contó a El Espectador cómo fue el caso de su cuñada María Teresa Cuello, que fue asesinada por el enfermero del Hospital Maciel, Marcelo Pereira.
 
La mujer de 75 años vivía en el barrio Aires Puros con sus hijas, viuda desde hace varias décadas. Fue internada por un problema cardíaco.
 
Rodríguez asegura que el caso de su cuñada no era para nada del tipo terminal como manejaron los enfermeros para justificar sus actos.
 
"Estos asesinos planteaban que estos se hacía en pacientes terminales y esta no era una paciente terminal ¡ni por asombro! Esta era una paciente que en dos días se iba para la casa sin ningún tipo de problema. No tenía una patología que ya no tenía vuelta y en que la medicina ya no tiene solución.  En este caso era una paciente con un problema cardíaco y ante estos problemas uno le hace el cateterismo, la angioplastia y el paciente sigue viviendo una vida normal, sin ningún problema".
 
Todo comenzó con un dolor en el pecho.
 
"Ella fue a Salud Pública, al CTI del Maciel. Y allí ya estaba bien, levantada, muy bien. Los hijos que la habían venido a ver se volvieron a Buenos Aires", explicó Rodríguez.
 
No se entiende cómo fue que María Teresa Cuello muriese estando a punto de recibir el alta y pronta para irse a su casa.
 
María Teresa tuvo un diálogo particular con el enfermero Marcelo Pereira y luego todo cambió.
 
"Estaba sentada en una silla sin suero, sin nada, estaba con la hija haciendo crucigramas, e inclusive, pasa este señor Marcelo y ella le dice ‘che Marcelo, ayudame a subir a la cama que después te vas a rondear y no venís’. La ayudó, la subió a la cama, la hija se fue, y a las tres o cuatro horas le avisan que se había agravado y los hijos a penas habían llegado a Buenos Aires y ella estaba muerta", concluyó.