Entrevistas

Félix "Pato" Mendiondo: "Las jineteadas son un deporte y una pasión nacional"

Cada año durante la Semana de Turismo los montevideanos se sorprenden yendo a la criolla del Prado o viendo las imágenes por televisión que muestran la valentía de los jinetes y la bravura de los potros. Pero ¿cómo hay que llamar a esta actividad: doma o jineteada? ¿Se trata de un deporte o de una fiesta? Además, a partir del episodio que tuvo lugar esta semana cuando un palenquero golpeó a un caballo que no quería levantarse, surgieron críticas por el maltrato al que se somete a los animales en esta disciplina. Para conversar sobre estos y otros asuntos, En Perspectiva entrevistó a Félix "Pato" Mendiondo, uno de los relatores más reconocidos de esta actividad, tanto en la Criolla del Prado como en la Fiesta de la Patria Gaucha.


(emitido a las 8.48 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Cada año en estos días de Semana de Turismo la capital del país se encuentra con una de las tradiciones más fuertes de la vida del campo.

El duelo entre el jinete y el caballo es una atracción poderosa, tanto para quienes van a las criollas del Prado o del parque Roosevelt como para quienes se sorprenden con esas imágenes viéndolas por televisión. Es un espectáculo que atrae multitudes, pero que, al mismo tiempo, provoca controversia. Por ejemplo, están las voces que cuestionan el maltrato que padecen los potros y las voces que se escandalizan por los riesgos que corren los paisanos que tratan de montarlos.

Al mismo tiempo, hay ideas que no quedan del todo claras. Por ejemplo, ¿esto que vemos en el ruedo es una doma o mejor llamarlo jineteada? ¿Lo que se muestra en esta semana es una tarea típica de la actividad agropecuaria o es en realidad un deporte?

(Audio relato jineteada.)

EC - En los próximos minutos vamos a charlar de todo eso y, de paso, vamos a conocer a uno de los personajes de este mundo. El diálogo será con Félix "Pato" Mendiondo, uno de los relatores más reconocidos, tanto en la Criolla del Prado como en la Fiesta de la Patria Gaucha, entre otros lugares.

¿Qué edad tiene usted? ¿Desde cuándo se dedica a esto de relatar jineteadas?

FÉLIX MENDIONDO:
Uno cumple distintas tareas, uno arranca de gurí gustándole nomás, siendo visitante, y después donde encuentra un huequito para participar. Yo empecé recortando alguna foto, tuve alguna tropillita, siempre tengo, por supuesto, del nivel que hay que tener para venir acá al Prado, y después participamos en un concurso que hizo la Intendencia de Montevideo y eso nos abrió las puertas para entrar en el relato.

EC - ¿Qué edad tiene, entonces?

FM - Tengo 57 años.

EC - ¿Desde cuándo está metido en este ambiente, en estas actividades? Desde chico, desde joven, desde muy joven...

FM - De gurí, yo qué sé, de la escuela capaz, por ahí, entre escuela y liceo.

EC - ¿Y usted vive de su actividad como relator de jineteadas?

FM - Sí, vivo porque soy solo, capaz que si tuviera una familia no podría vivir. Pero de la manera que yo vivo sí, puedo decir que vivo de las jineteadas.

EC - Además de su trabajo en el Prado en esta semana, la Semana de Turismo, ¿qué hace el resto del año?

FM - Todos los domingos hay jineteadas. Siempre afincado en el campo, yo tengo unos caballos que hago participar en ciertas jineteadas, y en mayo, por ahí, que acá no hay más jineteadas, en los últimos años me estoy yendo y quedo en la Argentina hasta que acá, allá por setiembre, octubre, aparece alguna jineteada en Uruguay.

EC - ¿De dónde es?

FM - De Paysandú.

EC - Pero se mueve por todo el país, por lo visto.

FM - Sí, digo que soy de donde soy por decir dónde nací, mi origen. En la actualidad podría decir que soy más de Lavalleja y Maldonado que de Paysandú.

EC - ¿Si hay jineteada tiene que haber relato? ¿Siempre la jineteada incluye una trasmisión por los parlantes del lugar?

FM - Ahora sí; antiguamente alguien –supongo que en un primer momento sería a grito pelado nomás– anunciaba el nombre de quien iba amontar el potro, y después con los primeros adelantos, con algún megáfono, con algo, hasta que se fue perfeccionando todo y hoy día hay medios tecnológicos y tecnologías como para que se den relatos de muy alto nivel. Ya últimamente ni que hablar, está muy mezclado con el tema publicidad, las jineteadas también se apoyan mucho en la publicidad.

EC - ¿Cómo define el relato que usted hace, cómo define su aporte a la fiesta de una jineteada?

FM - Un relato medio camperito nomás, no tiene nada de ciencia. Yo siempre hago hincapié en que por encima de todo soy una marca de la jineteada, me gusta la jineteada y me emociona un poco cuando veo que el potro es bueno y que el jinete también es bueno. Y si no es así creo que relato un poco así por el oficio de contarle al público lo que puede estar pasando. Hay dos relatos, deberíamos aclarar que una cosa es relatar como lo hago y como lo hemos hecho casi siempre para el ruedo, para los que están mirando, a los cuales uno no les puede ni agregar ni quitar mucha cosa, y otra cosa es estar en una radio, que la gente no está mirando lo que está pasando y ahí se necesita mucho más ingenio para tratar de que la gente desde un lugar muy lejano sea uno más del público en el ruedo donde está pasando la jineteada.

EC - ¿Usted se mueve en las dos variantes de ese relato? ¿También relata por radio?

FM - Estuve haciendo unos relatos por radio antes. Por eso digo, como últimamente hay muchas radios, sobre todo en el Prado, y creo que en el Roosevelt y alguna otra jineteada; en Argentina en la fiesta mayor, Jesús María, hay toda una cadena de radios de Córdoba, prácticamente queda todo el país escuchando el festival. Por eso quise decir que no es lo mismo. Hay una propaganda de televisores en que hay uno que está trasmitiendo un partido de fútbol por la radio y muestra el televisor, que hay que ver. Esa aclaración nomás.

EC - Ya que lo menciona, ¿qué diferencias hay entre el relato de una jineteada y el relato de un partido de fútbol?

FM - Es muy distinto, es muy diferente, son dos pasiones distintas.

EC - ¿Qué siente cuando relata?

FM - Me gusta mucho la jineteada, me gusta relatar porque estoy en un lugar privilegiado mirando, y además les cuento a todos mis compañeros –en realidad es una familia– con mi voz lo que yo siento en ese momento que va haciendo el hombre arriba del potro.

***

EC - Vamos a tratar de entender qué es este espectáculo que se instala en Montevideo en estas fechas de la Semana de Turismo. Primero: ¿qué diferencia existe entre la doma y la jineteada?

FM - Seguramente la jineteada nace a partir de la doma, de la doma tradicional en que se agarraba por primera vez un potro que no había sido tocado por la mano del hombre y había que montarlo. El animal salía dando corcovos, pero no lo hacía siempre, algunos no lo hacen nunca, simplemente salen corriendo, y otros corcovean, salen dando saltos (para algunos que no entienden mucho el léxico). Eso es la jineteada. Muchos coinciden, capaz que la mayoría, en que para domar, para adiestrarlo, para amansarlo, no hay que dejarlos corcovear, no hay que dejarlos hacer eso, hay que tratar en lo posible de que el animal se entienda con el hombre.

EC - Ha ido extendiéndose mucho la doma racional, que es muy respetuosa del caballo. Es un trabajo que se hace con mucha psicología, con mucha paciencia, allí no existe enfrentamiento entre el domador y el potro.

FM - Como le decía, aquellos animales que a veces daban dificultades para domarlos y se necesitaba ser un hombre muy a caballo, muy jinete para andar en ellos, fueron quedando relegados en las estancias. A veces los dejaban, se los utilizaba un fin de semana, en una fiesta, en una yerra, en algún aniversario, y de repente después por ahí alguno empezó a organizar esos eventos y eso pasó a ser el deporte de la jineteada.

Doma sería enseñarle al animal a trabajar, aunque en muchos lados doma se aplica también a la jineteada. La fiesta más grande de la Argentina es el Festival de Doma y Folclore Jesús María, que además tiene personería jurídica; allí se les llama domadores. Es lo mismo que nosotros, por ahí alguien se cansaría de hacer el esfuerzo de explicar que eso no es doma, pero está instaurado para ellos en muchas zonas de la Argentina; en Uruguay también en algún lugar se le dice doma a la jineteada. Hay una diferencia, pero en muchos lados uno utiliza el término, lo mezcla.

EC - Entonces esto que vemos por ejemplo en la criolla del Prado no es una muestra de cómo se trabaja en el campo a la hora de amansar los caballos que después se usan para las tareas agropecuarias.

FM - No.

EC - Es un deporte.

FM - Es un deporte nacional.

EC - Es una diversión, es una fiesta tradicional.

FM - Es una pasión nacional, el Prado empezó en 1925, y creo que después del fútbol no hay otro deporte. Además es ley, en 2005 o 2006 fue aprobado un proyecto de un diputado de Flores y es ley nacional, es deporte nacional la jineteada.

EC - Esta actividad de la criolla del Prado y del parque Roosevelt provoca reacciones encontradas, lo charlábamos desde temprano con los oyentes. Por un lado, son fiestas de una enorme convocatoria, que se llenan de público, pero al mismo tiempo hay otros ecos. Por ejemplo, hay gente a la que le cuesta entender cómo disfrutan de esta actividad, una actividad a la que cuestionan por su crueldad. De hecho, en los últimos años han aparecido grupos defensores de los animales que protestan por el maltrato que se les hace a los caballos en las jineteadas. ¿Qué responde a esas críticas?

FM - Lo que voy a responder es obvio, integro el mundo de las jineteadas. Es una discusión muy vieja y que se da en todos los países del mundo referido a la pasión de cada país. Y es un poco un diálogo de sordos, porque alguien que nació, se crió y vivió en el campo, como yo, que vivo de la jineteada, que vi caer amigos, morirse amigos debajo de un potro o pateados por un potro, y la jineteada continúa porque cuando uno habla de pasión son cosas que no se cortan más, yo qué sé, ¿de qué manera puedo hablarle a una señora que de pronto está con su gatito en un apartamento en Pocitos? Sinceramente, estoy convencido de que no soy la persona para definir eso con unas palabras, quién tiene razón y quién no la tiene.

EC - Pero ¿a usted no le preocupa el tema del maltrato? ¿Hay maltrato? ¿Cómo lo ve?

FM - No hay maltrato, no me preocupa porque para mí no hay maltrato. Todo el problema suscitado en el Prado es por un potro que extraña la cincha, porque está en una categoría que no es la de él –en Uruguay ensillamos de una manera y en Argentina de otro, se ensilla de otra manera–, el animal se echa al suelo y el dueño del caballo, el palanquero, lo azuza para que se levante como un domador maneja un elefante o el que está en la jaula de los leones maneja los leones con términos, con maneras, porque ese hombre nació y se crió toda la vida con ese animal y sabe que así tiene que tratarlo. Para mí no hay maltrato y no me preocupa de ninguna manera.

EC - Usted alude a la situación que se dio esta semana y que incluso, por lo que se ha informado, dio pie a una resolución de la Intendencia que inició una investigación sobre el palenquero que el martes golpeó a este caballo que no quería ponerse de pie.

FM - Pero escúcheme, vivimos en un mundo donde se están entremezclando tantas cosas. Yo soy de Paysandú, mi familia es de un lugar muy cerca de un pueblito que se llama Queguay, y una gurisita desaparece allí, están como tres días, no la pueden ni buscar porque parece que no sé qué plazos tienen que pasar, no sé qué cosa. Y aparece violada, ultrajada, asesinada. ¿Cómo voy a empezar a comparar y a conversar de cosas cuando un palenquero termina la jineteada [...]? [Se corta la comunicación.]

***

EC - Usted reaccionaba contrariado por la preocupación de alguna gente por el presunto maltrato a los caballos y comparaba la situación con lo ocurrido en Paysandú con la niña violada y asesinada.

FM - No era maltrato. Estoy preocupado por la velocidad con que actúan la Justicia y los medios, en el caso de la niña como a los tres días y acá en el Prado a los 15 minutos palenquero a la comisaría, a los otros 15 minutos otro palenquero a la comisaría, y hoy de mañana un tropillero citado a la comisaría. Era referido a eso, no era comparando el maltrato, era diciendo en qué mundo extraño vivimos, cómo los artilugios se mueven a ciertas velocidades por alguien que está trabajando con un potro de la manera que toda la vida lo hizo y que además está en nuestra esencia y nuestra raíz. El día que tengamos que cambiar todas esas cosas y esos métodos estoy convencido de que vamos a tener que cambiar también muchos símbolos patrios, nuestra bandera, y vamos a perder también nuestra identidad. Y ahí todos capaz que juntos festejaremos algo bueno.

EC - Pero déjeme volver a la discusión y a las protestas, porque se cuestiona la forma como se trata al caballo en las jineteadas. Y no lo cuestiona solamente público urbano, una señora de Pocitos que en su apartamento tiene un gatito, hay varios oyentes que están mandando mensajes en este momento y dicen: "Yo soy del campo, yo vengo de ese ambiente, y me choca que al caballo se lo trate como se lo trata en una jineteada". ¿Qué dice de esto más en general?

FM - ¿Y ya no le dije que después del fútbol es el deporte que convoca más gente?

EC - ¿Cuánto se provoca a los caballos con las espuelas? ¿Se los lastima?

FM - Son ocho segundos en pelo, y no se los puede lastimar, porque si no ese jinete es eliminado, como ya fueron eliminados del Prado varios jinetes al aparecer un corte. Los animales tienen un número, son sorteados, en los corrales se sabe qué jinete lo montó. Son ocho segundos que el animal lleva ese jinete y son 10 segundo en bastos. Después pasa tres meses, cuatro meses suelto, hasta que venga otra jineteada. Hay animales que pasan un año, que vienen al Prado, son montados dos o tres veces, se van y vuelven recién al otro año. Si habrá para comparar la vida que puede llevar ese tipo de animal con la de otros animales.

EC - Tengo acá un mensaje que va por ese lado. Una oyente, Luisa, dice: "Mucha gente no sabe que los caballos de jineteada tienen mucho mejor vida que otros caballos. Se defienden totalmente y ese es el encanto, siempre ganan, y por unos minutos de corcovo después se van sueltos al campo y viven como reyes".

FM - Segundos, ocho segundos en pelo, 10; no son minutos. Y ese caballo, ese animal está sueltito, mientras el otro pobrecito está ocho horas trabajando en la estancia, el que tiene que andar con el peón recorriendo y juntando ganado. Como le digo, después del fútbol, con Peñarol y Nacional, porque si sacáramos el clásico y la selección, porque ahora todos somos hinchas de la selección y llena el estadio, la jineteada es el deporte número uno del país. ¿Sabe para qué? Para que en la escuelita los gurises puedan comer todos los días, para acomodar los techos, para la comisaría o el quiosco policial, para comprar una ambulancia, para eso son la mayoría de las fiestas. Una de las fiestas más grandes del interior es la del Club de Leones el Primero de Mayo en Palmitas, que es para la ambulancia, para el merendero, para unas muletas, para una silla de ruedas, para un pasaje, para eso son las jineteadas.

EC - Usted alude a la actividad de jineteadas que a lo largo de todo el año se desarrolla en distintos puntos del país en el medio del campo, en pueblos o en ciudades y hasta en capitales departamentales, por ejemplo, como mencionaba, en escuelas rurales para recolectar fondos para determinada compra.

FM - Eso mismo le decía.

EC - También están los que se preocupan por los riesgos que corren los jinetes que compiten, varios de los cuales han sufrido golpes terribles. Usted mismo mencionaba que le ha tocado vivir esa experiencia con amigos suyos, con conocidos suyos. Ha habido casos de muertos o de jinetes que después de una rodada quedaron con discapacidades permanentes. Y en general es un hecho que pueden quedar lesiones en la columna o las rodillas. ¿Qué dice sobre esta otra crítica a lo que sería la "bestialidad" de esta fiesta?

FM - Es un deporte de alto riesgo como hay muchos, como el automovilismo, el motociclismo y muchos deportes acuáticos. Es alto riesgo, y los jinetes lo siguen haciendo, ni piensan mucho, la única explicación posible es la pasión de los deportes, la pasión de la cultura de los pueblos.

EC - ¿Cuán profesionalizado está este mundo de las jineteadas?

FM - Nosotros estamos en un nivel medio, en la Argentina está altamente profesionalizado y un poquito más arriba está en Brasil, en el estado de San Pablo. Y ni que hablar que los número uno son los americanos, en Estados Unidos se da el más alto profesionalismo en las jineteadas.

EC - Usted mencionaba que vive de su trabajo como relator de jineteadas. ¿Cuántas personas viven de su trabajo como jinetes o en las otras tareas que se realizan en torno a una de estas fiestas?

FM - Seremos 20, 30 los que andamos por todos lados, cuatro o cinco relatores que andamos por todos lados, 15, 20 jinetes que van a todas las jineteadas y otros que no pueden ir, que van solo a las que les quedan cerca de alguna estancia donde están trabajando y a otras no. Pero debe de haber 20, 25, 30 que van a todos lados. Hay gente que se ha ido a Chile, Brasil adentro, que hacen muchos kilómetros. Hay un grupito, un grupo chico; en Argentina, por supuesto, debe de haber 500 que andan en la vuelta.

EC - ¿Se compite siempre individualmente, los jinetes compiten individualmente?

FM - Sí, la mayoría de las veces sí.

EC - Y además de los premios que están previstos, ¿cobran un sueldo algunos de ellos por participar en las jineteadas?

FM - No, no es sueldo, es que casi siempre, sobre todo cuando uno va lejos, se arregla algo así como un viático para viajar y llegar al lugar donde es la fiesta.

EC - El tema de los premios en particular abarca no solo a los jinetes, ¿no?

FM - A las tropillas también, por supuesto. Hay dos jurados, uno para el jinete y otro para la tropilla.

EC - Ahí está otra parte de lo que podríamos llamar la profesionalización de esta actividad. ¿Cuánta gente se dedica a criar tropillas y pasearlas por el país?

FM - Ahí aumentaría, acá por ejemplo son 18, 20 tropillas que andan en la vuelta, pero justamente en esta Semana Santa hay fiestas por todos lados y hay que sumar todas esas otras.

EC - ¿Qué caballos son, qué caballos se usan?

FM - Cualquier tipo de caballo. Hay una consideración general de que el animal de una raza pura no es apropiado, un criollo puro, un árabe puro, un sangre pura de carrera. Como que esa rebeldía del animal para el deporte la daría la cruza de razas, la entremezcla de sangre.

EC - ¿Se lo prepara de alguna manera especial al caballo para que sea bravío?

FM - No, nosotros no. Hay alguno que tiene alguna teoría, en algunos lados les hacen hacer alguna serie de ejercicios. Nosotros no, para nosotros es aquel que se crió en el campo, tiene tres o cuatro años, un día se prueba en la jineteada y pasa una de dos cosas, o dispara o corcovea muy poquito o demuestra mucho valor para la jineteada y pasa a valer más que si uno tuviera que domarlo y amansarlo para trabajo. Pasa a valer mucho más si se destaca para la jineteada.

EC - ¿Cuántas jineteadas hace un caballo?

FM - Como le dije, hay gente que los echa todos los meses, por ejemplo una vez, que es bastante exigente, o algunos cada dos meses, y hay gente que los tiene solo para una vez al año en la Semana Santa.

EC - También hay premios a los relatores. ¿Cómo le ha ido en esa materia?

FM - No son premios, son jornales. Cuentas claras conservan las amistades: van de 150 a 300 dólares, por ejemplo. Si usted en un mes puede ir a tres relatos de 200 dólares, que son 600, 700 dólares, el sueldo es mucho más que el de peón de campo. Por eso las cuentas salen más claras todavía para seguir relatando en vez de intentar ir a trabajar a la estancia.

EC - ¿Va a seguir en esto, esta es su vida?

FM - Sí. Voy a seguir, no me quedará mucho, y hay mucha gente joven, pero iremos hasta que esto nos siga gustando, sigamos sintiendo la emoción de estas cosas, y de esa manera... Si un día vemos que no nos interesa mucho la jineteada, que perdemos aquel gustito cuando la emoción es grande, cuando la gente empieza a gritar en las tribunas y cuando vemos que los jurados dan la vuelta de honor, el día que eso pierda el encanto seguramente vamos a dar un paso al costado e intentemos hacer alguna otra cosa, porque no quiere decir que nos retiremos de la jineteada por eso.

EC - Ahora, después de la criolla del Prado, ¿cuál es su nueva escala?

FM - Voy para algo que se llama la Revancha del Prado, que cumple 50 años, en Cardona, Soriano. Antiguamente se originó en que toda la gente del Prado, capataces de campo, tropilleros, jinetes, los campeones, iban a Cardona a una fiesta que se empezó a organizar allí. Este año cumple 50 años. Hoy es el lanzamiento en el Prado a las seis y media de la tarde, viene el intendente de Soriano y se lanza esa fiesta.

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Transcripción: María Lila Ltaif

Foto: Flickr.com/Eduardo Amorim