Entrevistas

José Luis Rondán: "Los policías no tienen los medios ni la preparación" para efectuar rescates en el mar

José Luis Rondán: "Los policías no tienen los medios ni la preparación" para efectuar rescates en el mar

Jennifer Travieso es el nombre de la mujer que cayó al mar en la zona de Rambla Sur el jueves pasado y fue auxiliada por un civil que se tiró al agua para rescatarla. El suceso desencadenó críticas al accionar de las autoridades en este tipo de rescates. En diálogo con En Perspectiva, el encargado de Comunicación y Relaciones Públicas de la Jefatura de Montevideo, José Luis Rondán, aclaró que los policías no están obligados a tirarse al agua en esas situaciones y que muchas veces el hecho de que no lo hagan se debe a que "no tienen los medios ni la preparación" y "seguramente", según presume el jerarca "no sabían nadar". Sin embargo, Rondán consideró que los policías "no fueron omisos en asumir el procedimiento desde el momento que llegaron" y aseguró que los funcionarios demoraron siete minutos desde que se comunicó del incidente a Jefatura hasta que llegaron al lugar de los hechos.


(emitido a las 7.46 Hs.)

EMILIANO COTELO:
"Recién hoy me doy cuenta de lo que pasó".

La frase pertenece a una mujer que fue protagonista de las noticias la semana pasada: la mujer que el pasado jueves cayó a las aguas del Río de la Plata en la zona de la Rambla Sur.

Ahora se encuentra fuera de peligro y totalmente lúcida, al punto de que ayer concedió más de una entrevista a distintos medios de comunicación.

A media tarde de ayer, Jennifer Travieso fue trasladada desde el CTI del Casmu 2 a una sala común del sanatorio ubicado en la avenida 8 de Octubre y Abreu. Allí recibió a un cronista del diario El País y narró su versión de un accidente que no terminó en tragedia gracias a la atención médica que ella recibió, pero antes, y sobre todo, debido al coraje y decisión de quien fue su rescatista, Sergio Clavijo, un ex fusilero naval que casualmente había salido a pescar en su día libre. Cuando vio que se demoraba la posibilidad de sacarla de las aguas, decidió tirarse y fue quien logró dar con ella, ya contando, ahí sí, con algo de colaboración de dependencias de la Prefectura Nacional Naval. Dichas autoridades se habían hecho presentes bastante tarde, y esa es una parte del debate.

Desaparecida la infección pulmonar, entre las secuelas la señora sólo presenta hematomas en los brazos y algunas excoriaciones en la cara. Sin embargo, dice que no siente ningún dolor. "Recién hoy me doy cuenta de lo que pasó, fue un accidente", dice Jennifer Travieso, que enseguida desmiente las versiones de algunos testigos que imaginaron que aquello era un intento de suicidio. "El que me vio, pudo haber pensado, pero yo no me tiré. Sufro ataques de pánico y estaba un poco deprimida ese día. Estábamos en Semana Santa, aparecen recuerdos de lo que perdimos", siguió diciendo la señora.

Jennifer Travieso, que tiene 63 años, es doctora en Medicina, y confiesa que ya estaba pensarse en jubilarse antes de que tuvieran lugar los hechos que ahora narra. "Ese día fui a caminar, que es lo que me recomienda mi médica. Bajé por los escalones de la escollera, donde había bastante gente. Me dije: miro el mar, miro el cielo y se me pasa. Y bueno, me arrimé demasiado. Estuve parada un rato, me senté a mirar el horizonte y cuando me cansé me recosté mirando al sur con la espalda hacia el este".

La señora Travieso dice que la ola que la levantó le pareció un tsunami. "Me arrancó de golpe y caí boca abajo. Volví a la superficie y no tuve miedo, pensé que era lo mejor –me dije– flotar, y entonces hice la "plancha". No quería ni mover los brazos, porque era tremendo el oleaje". Cuando las aguas encrespadas la empujaban hacia el muro, la señora Travieso comenzó a sentir los gritos de la gente pero no podía ver nada debido a la basura en el agua y a unos troncos que también flotaban a su alrededor. "Ahí me llega un resplandor anaranjado y mi cuerpo se da vuelta, cae al fondo, ya no podía hacer la plancha", comenta con total precisión y voz calma, según lo que relata el periodista que estuvo con ella. "Cuando me desperté estaba en la ambulancia, me desperté enseguida. Me sacudían y me ponían una vía venosa. Había tragado agua, pero no me afectó para nada".

En medio del mar, la señora Travieso llegó a reflexionar sobre el riesgo de la situación pero, curiosamente, parece haberlo hecho sin esa impaciencia que suele garantizar la derrota, la muerte, de todo náufrago. "Sólo pensé: si Dios me quiere con él, aquí estoy. Y si no, me mandará un ángel de la guarda. Con esa fe no tuve miedo, me quedé tranquila", dice, mientras advierte que aún no vio las imágenes televisivas de Canal 10, que fue el que llegó más temprano y por lo tanto registró prácticamente todo lo que ocurría mientras se esperaba alguna opción de rescate.

La mujer, que reside en Montevideo, en la calle Yaguarón, se doctoró en medicina en 1981. Trabajó en salud pública en el hospital de Río Branco, en una labor de trinchera, como médica de emergencia, y también en otras clínicas que hoy ya no existen. Después egresó del IPA con el título de profesora en Ciencias Biológicas. Asimismo, hasta hace poco, ejerció la docencia de Anatomía y Fisiología Humanas en el IPA y dictó clases en el liceo Miranda. Está casada, es madre de cuatro hijos –tres varones y una mujer– y abuela de cuatro niños. Tiene una hermana, y una de las cargas más dolorosas que enfrenta desde hace un tiempo es la enfermedad de Alzhaimer que afecta a su madre.

"Recuerdo que cuando me caí además de Dios y el ángel grité dos veces: ¡Papá! ¡Papá!, porque él me protegía siempre cuando era chica. Está muerto pero lo llamé, y él también me protegió", sostiene con su voz quebrada durante unos segundos.

"A veces", agrega, "por trabajar tanto, por la obsesión de mejorar, del consumo, uno pierde lo simple de la vida y deriva en crisis, en estado de letargo que le impiden retomar las actividades". Ahora, según cuenta, hará planes para retomar sus cursos de pintura y de canto y caminar por los parques, como hacía antes.

Ahora, ¿qué pasó, por qué el rescate demoró tanto? ¿Por qué terminó dependiendo de un voluntario, o, mejor dicho, de dos? En un primer momento, a partir de la iniciativa de alguien que pasaba, los curiosos que estaban allí utilizaron una cuerda que le tiraron a la señora y que una persona, un cuida coches, trató de alcanzarle a Jennifer Travieso. Se tiró al agua e hizo ese intento que no prosperó.

¿Por qué semejante demora? La primera presencia de un servicio público correspondió a un patrullero de la Jefatura de Montevideo. ¿Por qué todo demoró tanto?

En particular hay un cuestionamiento al comportamiento de esos efectivos que realizó el encargado de Comunicación y Relaciones Públicas de la Jefatura de Montevideo, José Luis Rondán, que está en este momento en línea telefónica.

Usted hizo esa crítica pero aclaró que en realidad los policías no tenían la obligación de tirarse al agua.

JOSÉ LUIS RONDÁN:
Yo primero lo que comento es que toda la movida que se generó entorno a esto fue bastante importante por la presencia de una cámara. Pero el hecho es que los policías no tienen los medios ni la preparación y seguramente, presumo yo, no sabían nadar y por eso decidieron de pronto no arrojarse al mar. Pero los policías no fueron omisos en asumir el procedimiento desde el momento que llegaron. Es más, yo estuve averiguando y hoy lo voy a confirmar, desde que se comunicó del incidente a Jefatura hasta que llegaron demoraron siete minutos.

Uno después, poniendo sobre la mesa los hechos, se da cuenta de que eso hace la diferencia. Porque hay un tema: a veces dicen "la policía llegó y no se tiró al agua". Pero los policías no tienen por qué hacerlo, no le pagan para tirarse al agua y exponer su vida de esa manera, más allá de que sean policías, porque a veces no tienen los medios ni la preparación. Porque allí en la escollera también había mucha gente, otros hombres, que también podían haberse tirado al agua y no haber esperado por los policías. Hoy tenemos a estos muchachos que se arrojaron al mar. Eso hace la diferencia entre toda la gente que había ahí y alguien que se erige por circunstancias fortuitas en héroe.

EC – Usted, de todos modos, entiende que los policías pudieron haberse comportado de otra forma sin tirarse al agua.

JLR – Pienso que tendría que haber habido otra forma de darle amparo al entorno, a la gente que estaba allí desesperada. No sé, los muchachos sabrán, y los superiores evaluarán de acuerdo a la filmación. Pero más allá de eso, yo el otro día le decía a una periodista con respecto a esto... La gente enseguida habla de castigos o de sanciones. Le digo "no hables de esto, vamos a una cosa": la vida presenta oportunidades para demostrar fibras que uno lleva adentro y que generalmente no se subliman hasta que no se dan determinado tipo de situaciones. A veces, cuando la oportunidad se nos da y no podemos hacerlas reaccionar, cargamos un poquito con eso el resto de nuestra vida.

EC – Usted dijo al pasar que los policías no están obligados a realizar ellos una tarea de rescate como la que se necesitaba allí y dijo que quizás incluso no saben nadar, pero agregó que tampoco tienen los medios. Esa es una pregunta que yo me hacía, ¿un patrullero, por ejemplo, no tiene una cuerda? ¿No tiene un set de herramientas que permita colaborar en una emergencia con la que se enfrentan, no hay implementos de ese tipo? Porque la cuerda que se utilizó no era de la policía.

JLR –  La verdad que no lo tienen. Yo me acuerdo que yo trabajaba con un muchacho que tenía de todo. Era una maravilla trabajar con él, porque era un tipo previsor, ya era su carácter así. Pero no todo el mundo es así. Al policía se le puede amonestar si no tiene esposas, si no tiene el armamento que le requiere el Estado, pero no se le puede amonestar si el individuo no tiene una cuerda de veinte metros adentro del...

EC - ...¿En todo el mundo es así, la policía no cuenta con ningún implemento en un patrullero?

JLR – Pero no es un pecado eso.

EC – No, pero pregunto si eso es así.

JLR – No, en algunos lugares podrá tenerlo, de acuerdo a las circunstancias. Acá capaz que habría que pensar en tenerlo porque vivimos en la costa y estos hechos se suceden lamentablemente de manera más habitual de lo que uno piensa. Esto se hizo público porque dio la casualidad que estaba el Canal 10 ahí dando vueltas, pero antes se ha caído gente al mar. De pronto es hora de pensar y decir "podríamos tener implementos ante esta circunstancias".

***

EC – Ayer justamente cuando la entrevistaron en televisión la señora Jennifer Travieso se refirió a la circunstancia que le tocó vivir. Una de las cosas que dijo es que tal vez a partir de lo que a ella le pasó se de un cambio en la forma en la preparación de las autoridades para enfrentar situaciones como esta en la zona de la rambla.

(Audio Jennifer Travieso.)

"Porque de esto que me pasó a mí va a surgir algo bueno. ¿Por qué? Porque se ve que en la costa no hay sistema de emergencia. Lo que pasó a mí le puede pasar a un niño, al hijo de algún ministro, a la madre de alguna persona importante...".

(Fin audio.)

Ayer mismo un hombre murió al caer al agua desde la Rambla Sur en la zona del templo inglés. Se trataba de una persona de 53 años que estaba en situación de calle. Según los testigos del hecho el individuo que se encontraba alcoholizado cayó al mar, ubicado, como estaba, en el borde de la rambla misma.

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Foto: archivo