Ruben Villaverde (Sirpa): Uruguay tendrá centros de privación de libertad para menores como "los principales países del mundo"
El martes asumieron las nuevas autoridades del Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente (Sirpa), el nuevo organismo que se creó a mediados de 2011 a partir del acuerdo de todos los partidos políticos, y que se ocupará de la rehabilitación y la reinserción de los menores infractores en la sociedad. Entre otras medidas, se anunció la creación de nuevos centros para abatir la superpoblación; la incorporación de 300 educadores; la creación de talleres de capacitación laboral; y acuerdos con empresas para ofrecer salida laboral a los jóvenes. En conversación con En Perspectiva, el presidente del Sirpa, Ruben Villaverde, expresó que esta institución "es como un pequeño directorio del INAU cuyo objetivo de atención específica son los menores en conflicto con la ley" y coincidió en que forma parte de una transición. "Vamos a empezar a tener nuevos centros de privación de libertad muy en la línea con lo que se está haciendo en los principales países del mundo", aseguró.
(emitido a las 8.45 Hs.)
EMILIANO COTELO:
Superar los motines y las fugas y dar paso a las noticias sobre la educación y el trabajo.
Eso es lo que busca Ruben Villaverde, presidente del Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente (Sirpa), que ayer asumió ese cargo junto con los dos directores que lo acompañarán en la Comisión Delegada: Robert Alonso, perteneciente al Frente Amplio, y José María Mieres, perteneciente al Partido Nacional.
El Sirpa es un organismo desconcentrado, creado el año pasado por acuerdo entre todos los partidos, que se encargará de los menores infractores, procurando su rehabilitación y reinserción en la sociedad. El Sirpa sustituye lo que hasta ahora se conocía como el Semeji (Sistema de Ejecución de Medidas a Jóvenes en Infracción), del INAU.
Ayer en el acto de asunción de las autoridades se realizaron varios anuncios: la creación de nuevos centros para ampliar las plazas disponibles y abatir la superpoblación que actualmente existe en el Semeji; la incorporación de unos 300 educadores para trabajar con estos menores; la creación de talleres de capacitación laboral, y acuerdos con empresas para insertar a estos jóvenes en el mundo del trabajo.
Para conocer más sobre esta nueva etapa que se inicia, hemos invitado al presidente del Sirpa, Ruben Villaverde, a quien los oyentes conocen porque durante un tiempo integró nuestras tertulias.
Primero, brevemente, vamos a recordarle a la audiencia cuáles son las principales diferencias entre este nuevo Sirpa y el Semeji.
RUBEN VILLAVERDE:
Es como un pequeño directorio del INAU cuyo objetivo de atención específica son los menores en conflicto con la ley. La intención es generar una nueva institucionalidad que no esté pendiente de un montón de decisiones de un lugar mucho más grande. Hay que ver que el INAU tiene presencia en absolutamente todo el país, atiende a alrededor de 60.000 niños todos los días, con los CAIF, los centros juveniles, los centros de niños, los hogares de amparo para niñas y niños. Es una institución muy grande. Se busca dotarla de mayor agilidad haciendo que tenga su propio directorio, sus propias autoridades.
EC - El Sirpa ahora es un organismo desconcentrado del INAU, pero la idea es que termine siendo un servicio descentralizado. En el acuerdo político del año pasado se hablaba de ir a un Instituto de Responsabilidad Penal Adolescente (IRPA).
RV - Es así, pero eso seguramente se verá sobre el final de este período de gobierno. Más allá de las formas jurídicas, lo que se busca es mayor agilidad en la toma de decisiones, en la medida en que aquí estamos con temas extremadamente sensibles para la población.
EC - Es un organismo que forma parte de una transición.
RV - Estamos en transición.
EC - Lo que se busca, en el fondo, es que el INAU termine ocupándose de todos esos otros niños de los que tú hablabas recién, de los servicios de acogida y amparo, mientras que los menores infractores pasen a ser objeto de un instituto especializado. En ese camino es que ahora se crea el Sirpa, que tiene como una de sus características especiales el acuerdo político total que lo rodea.
RV - Es para mí un dato sumamente relevante el hecho de que se haya acordado esta fórmula de transición por unanimidad. Eso además vino acompañado de una disposición de recursos para infraestructura como hacía muchos años que el sistema no tenía, y de dotaciones presupuestales que nos permiten aumentar la cantidad de personal de un modo muy significativo.
EC - Según lo que establece la ley que se votó el año pasado y que creó el Sirpa, este servicio tiene una Comisión Asesora intergubernamental integrada por un representante del Ministerio de Desarrollo Social, otro del Ministerio de Educación y Cultura y del Codicen, otro del Ministerio de Salud Pública y de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) y otro del Ministerio del Interior. Y aparte está esta Comisión Delegada, que tiene tres miembros de distintos partidos.
RV - Sí, ese cruce de instituciones nos va a resultar de mucho apoyo porque nosotros requerimos de todos ellos por distintas razones, y es parte de las cosas que queremos transformar: aprovechar distintos servicios del Estado en vez de duplicar esfuerzos.
EC - La llamada Comisión Delegada es eso a lo que tú aludías como un minidirectorio.
RV - Es el minidirectorio, exacto.
EC - Vamos a los temas críticos que tiene que encarar el Sirpa ahora que existe. La falta de plazas y la superpoblación en los centros del INAU que se ocupan de los menores infractores ha sido un problema permanente, que curiosamente aumentó desde que en mayo del año pasado empezaron a reducirse las fugas de los menores. Obviamente, nadie deseaba las fugas, pero permitían aliviar ese congestionamiento. Pero si bien la ley que creó el Sirpa ya tiene nueve meses y establece incluso un fondo especial de infraestructura, todavía no ha comenzado la construcción de nuevos centros. ¿Qué pasó con eso, en qué etapa está ese proceso?
RV - Los recursos fueron liberados, si mal no recuerdo, a fines de setiembre del año pasado. De inmediato el INAU dispuso los mecanismos más rápidos con que se cuenta en el Tocaf, el llamado a empresas para que expresaran su interés. Ese proceso dura un par de meses, y cuando se abrieron los sobres cada una de las empresas que se habían presentado incumplía seriamente alguno de los requisitos que el Estado coloca para presentarse a una licitación, por lo cual el llamado debió declararse nulo. En la etapa en que hay que dar vista a las empresas, estas presentaron recursos, y finalmente esa etapa se cerró en enero. Yo sé que esto puede sorprender a la ciudadanía. Yo soy de los primeros sorprendidos al ver cómo son estos procesos, pero lamentablemente es así.
EC - Hace muy pocos días, en la tertulia de los viernes, un excolega tuyo, Carlos Maggi, estaba muy fastidiado con esta situación. Hablaba de ineficiencia. Ayer también estaba molesto el senador Jorge Larrañaga, cuando lo entrevistamos aquí en En Perspectiva, con todas estas demoras: ¿por qué todavía no se ha avanzado nada con los nuevos edificios que va a tener el Sirpa?
RV - No fue un problema de ineficiencia. Yo he leído alguna cosa que escribió Maggi en El País en algún momento. No es un caso de ineficiencia, en todo caso será necesario que los legisladores revisen algunos aspectos de cómo se llevan adelante los procesos licitatorios. Si no respetamos esos procesos terminamos nosotros tras las rejas por violentar nada menos que un proceso licitatorio en el que están en juego capaz que 20 millones de dólares. Por tanto hay que ser extremadamente cuidadosos y el sistema político deberá resolver de qué modo agiliza los plazos de licitación.
EC - Hubo una primera licitación que se declaró desierta, esa resolución fue impugnada por algunas de las empresas; ¿y ahora en qué estamos?
RV - Anteayer se abrieron sobres, porque se hizo un nuevo llamado, y se presentaron cuatro empresas. En aproximadamente 10, 12 días vamos a tener el fallo final de la comisión que está trabajando en el análisis de las propuestas. No se resuelve solo por el precio o porque hay una maqueta más linda que otra, hay un rubrado con cientos de conceptos que deben ser comparados uno a uno en términos de calidad, durabilidad, sostenibilidad de la propuesta. Son muchas las variables, esto nos va a llevar cerca de dos semanas, y allí se laudará cuál es la empresa que de inmediato empezará las obras de construcción.
EC - ¿Qué es lo que va a construir esa empresa? ¿Cuál es el primer edificio de los que se van a construir en el Sirpa?
RV - Un centro de internación transitorio. Cuando la policía detenga a un menor de edad este irá a parar a este centro de internación transitorio, y en la jornada siguiente se coordinará con el Poder Judicial su conducción al juzgado para que el juez determine qué va a suceder con esa persona. A veces se mantiene la situación y tiene que volver al día siguiente o dos días después. Entonces precisamos un centro de internación transitorio con 20 plazas.
Luego se va a construir un centro de derivación y diagnóstico, que es el primer elemento, el anuncio del proceso de cambio de la institución.
EC - ¿Qué es ese centro de derivación y diagnóstico?
RV - Durante aproximadamente 15 días tenés que revisar historia de vida. Psicólogos, psiquiatras si es necesario, asistentes sociales, educadores en general tratarán de ver cuál es el entorno familiar, cuál es la trayectoria. También la trayectoria de la familia. Normalmente nos topamos con jóvenes que abandonaron el sistema educativo, entonces hay que ver dónde quedaron, por qué, recabar información tanto de la escuela o del liceo, si corresponde, como del barrio, de todo su entorno, y de la trayectoria que los llevó a incurrir en el delito.
EC - A partir de ese estudio se clasifica a los jóvenes.
RV - Más que clasificarlos, armás una propuesta para ese joven. Ese joven tiene unas características que son únicas, no repetibles, y se le hace una propuesta individual de trabajo y de tránsito dentro de la institución. Allí se ve a cuál nuevo centro va a ser derivado y qué tipo de trato hay que continuar con él.
EC - En este predio en el que va a comenzar a construirse la nueva infraestructura del Sirpa por un lado estará ese centro de ingreso transitorio y luego estará también este centro de derivación y diagnóstico.
RV - Exactamente, con unas 30 plazas; y luego dos centros de seguridad.
EC - ¿Estamos hablando de cuatro edificios en total?
RV - Estamos hablando de cuatro edificaciones.
EC - ¿Para cuántos menores van a tener capacidad?
RV - Van a ser 110 plazas en total.
EC - ¿Qué pasará con la seguridad de este centro, con todas esas partes que estabas describiendo?
RV - El centro se va a construir en un predio de la institución que ya tiene un perímetro asegurado. En General Flores y bulevar Artigas funcionan otros centros de privación de libertad, por lo tanto no tenés que estar pensando en nuevos muros, nuevas concertinas, nuevos alambrados, eso ya está resuelto.
EC - Pero el tema seguridad siempre ha sido crítico en este tipo de instituciones y en el pasado reciente del INAU. ¿Se recurrirá a innovaciones desde el punto de vista de la tecnología?
RV - Sí, los centros de seguridad van a contar con cámaras, cierre especial de puertas, exclusas dentro de las celdas. Se van a incorporar distintas cosas en materia de seguridad en los dos centros de seguridad. Siempre estamos revisando cualquier modificación que haya que hacer, pero en este momento el perímetro está asegurado.
EC - ¿Qué libertad tendrán los menores internados en estos establecimientos, qué grado de movilidad podrán manejar?
RV - Todos los centros van a contar con espacios muy aireados. Se ha buscado que haya verde, que el diseño sea moderno para el manejo más adecuado de los jóvenes, para disminuir tensiones, ira, violencia dentro de los centros. Las propuestas que nos han presentado se acercan muchísimo a esa aspiración y a las indicaciones de los organismos internacionales acerca de las buenas prácticas en esta materia. Así que creo que vamos a empezar a tener nuevos centros de privación de libertad muy en la línea con lo que se está haciendo en los principales países del mundo.
EC - ¿Podemos decir que en el Sirpa se instalarán las nuevas cárceles para menores infractores?
RV - La palabra suena dura. Vamos a tratar de ir mejorando en materia de infraestructura e ir superando a los centros que no tienen el perfil necesario para lo que hoy se necesita. Esto puede parecer contradictorio. Algunos de los actuales están pensadas para que durante 23 horas del día el individuo esté encerrado en una pieza. Se ha demostrado que ese no es el mejor manejo, además de los cuestionamientos que en alguna oportunidad le han hecho al sistema organismos internacionales y organizaciones locales. Esto profundiza los problemas del individuo que en algún momento cometió una infracción. Por lo tanto estamos apostando mucho a que todos los nuevos centros tengan espacios privilegiados para aulas y talleres de trabajo.
EC - ¿Cuántas plazas va a haber entonces en este primer conjunto de edificios en General Flores y bulevar Artigas?
RV - En este primero, 110.
EC - ¿Y cuál es el total que aspira a tener el Sirpa?
RV - Vamos a tener que llevar la capacidad locativa a superar las 500 plazas.
EC - Ustedes prevén utilizar otros predios a esos efectos. Por ejemplo, han manejado un predio de cuatro hectáreas del Regimiento 9 del Ejército, en Belloni y Aparicio Saravia. ¿Ese es otro?
RV - Ese es otro con características diferentes. Allí van a ir todas las oficinas centrales del Sirpa, todos los equipos técnicos de la institución. También allí es donde queremos concentrar toda la dinámica de talleres: talleres de mecánica, de carpintería, de electricidad, salas de informática. Es como un gran espacio de educación donde vamos a proponerles a los jóvenes que hayan comprendido la circulación interna en términos de progresividad que participen en experiencias laborales. De hecho, hoy tenemos jóvenes con salidas laborales autorizadas por el juez, y ese es el camino que queremos profundizar, el camino que queremos transitar. Pretendemos que alrededor de 100 jóvenes con salidas laborales tengan su residencia allí. Pero eso no tendría características de cárcel tradicional, estamos hablando de jóvenes que deben cumplir una medida que el juez aceptó sustituir por un régimen de salidas laborales y vuelven a la institución tras la salida laboral. En la medida en que el joven mostró capacidad, porque se adaptó a un proyecto educativo y está con una salida laboral, es razonable pensar que puede haber un manejo diferente en los centros que vamos a ubicar en lo que hoy es el Batallón 9.
EC - Ayer se anunció también que están en conversaciones con la Armada para acceder a un predio de 26 hectáreas donde se instalaría una granja.
RV - Sí, tenemos dos experiencias pequeñas en Colonia Berro, del Centro Ituzaingó y del Centro Cerrito, que han sido buenas, y nos parece que eso hay que proyectarlo. Hay que buscar apoyos, básicamente de la Universidad de la República, pero vamos a buscar que varias instituciones nos acompañen en ese proyecto. Hay jóvenes que se muestran bastante bien en estos proyectos de trabajo con la tierra, con pequeños animales, y queremos armar algo que se parezca a un emprendimiento productivo con mucho de educación.
EC - ¿Qué tipo de menores irían a ese establecimiento? ¿Qué diferencias tendría con los centros que hemos venido describiendo?
RV - No es mucha la cantidad de gente que, en caso de aceptar reincorporarse vía el mundo del trabajo, desee hacerlo dando vuelta la tierra en una chacra o cuidando gallinas y cerdos. Pero tenemos una cantidad de población, que no es chica, que se encuentra bastante bien cerca de los animales, en el trabajo en la tierra.
EC - ¿Va a depender de la voluntad de este tipo de jóvenes? ¿O la idea de que trabajen en una granja es para los casos más complejos, para los que, como se ha dicho en alguna oportunidad lo han dicho dirigentes políticos, como el propio presidente Mujica, la solución es que vayan a trabajar la tierra y de esa forma cambien su cabeza y su actitud?
RV - No está pensado como castigo, está pensado como parte de una propuesta. Hay jóvenes que uno logra hacer funcionar mejor en un taller de mecánica y que aprenden alguna disciplina que les permite luego una salida laboral en esa materia, pero hay otros que se encuentran mejor trabajando la tierra y con pequeños animales. Tenemos muchos jóvenes que vienen del interior del país. En los centros en los que tenemos algunas prácticas de quinta y de cuidado de animales la mayoría de los chicos son del interior. Este es uno de los temas que el centro de derivación y diagnóstico nos va a tener que ir perfilando. Según las características del individuo, cuál será el tipo de trabajo que le vamos a buscar.
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EC - Villaverde detallaba las obras que están previstas para que el nuevo Instituto cuente con la infraestructura que requiere, con la infraestructura que no ha tenido hasta ahora el INAU y así han pasado las cosas que han pasado. Hablaba de las obras que van a iniciarse próximamente, después de esta licitación que estuvo complicada, en el predio de General Flores y bulevar Artigas; hablábamos también de utilizar un primer predio militar, el del Batallón 9, donde se instalarían tanto oficinas como talleres, y de la posibilidad de un acuerdo con la Armada Nacional para incorporar otro predio para proyectos vinculados con la granja.
¿Cuándo va a estar pronto todo esto, de qué plazos estamos hablando?
RV - En el primer capítulo, General Flores, la apertura del sobre fue anteayer, el equipo técnico está analizando cada una de las propuestas. En menos de dos semanas se laudará cuál es la empresa que presentó el proyecto que hay que ejecutar, de inmediato se inicia la ejecución, y en un período de aproximadamente cuatro meses, según los plazos previstos en la licitación, estaríamos habilitando estas 110 plazas. Por lo tanto, este año vamos a contar con 110 plazas.
En cuanto al Batallón 9, se están solucionando temas de papeleo. Había que hacer una regularización de planos, tras la cual se harán las inscripciones, y en ese momento, previa vista del Tribunal de Cuentas, se hará el traspaso de un dominio del Ministerio de Defensa al INAU. Apenas nos hagamos de este predio haremos un llamado a que las empresas expresen su interés y nos hagan propuestas para la construcción de talleres y la realización de algunos ajustes en ese predio de cuatro hectáreas. No sabemos si los tiempos van a dar para que este año ya tengamos en funcionamiento los talleres. Como la obra no sería tan voluminosa, tal vez sí, sobre fin de año tengamos operativa esta parte de talleres en el cuartel 9.
Y en cuanto a las conversaciones con la Armada, están avanzadas. Ellos estaban revisando las cuestiones jurídicas en cuanto a los temas de enajenación. Pienso que para el primer trimestre del año que viene podríamos tener operativo este centro-granja especializado en el norte de la ciudad.
EC - ¿Qué presupuesto tiene disponible el Sirpa para todas esas obras?
RV - Son 300 millones de pesos, unos 15 millones de dólares. En caso de necesitar algún refuerzo, será cuestión de conversar con Economía. Nos parece que el ambiente político es favorable como para dar impulso a las iniciativas que estamos teniendo.
EC - De la audiencia llegan visiones encontradas, desde quienes entienden que es absurdo que se destinen todos estos recursos a estos menores peligrosos y que han delinquido en muchos casos de manera grave, hasta quienes se muestran ansiosos. Por ejemplo, hay un mensaje que dice: "¿No se puede empezar a trabajar ya utilizando locales alquilados en vez de seguir esperando todos estos procesos que terminarán con los ladrillos? Este asunto es una tragedia".
RV - Es cierto. Si ya hubiera cárceles desocupadas en manos de algún privado, de repente podríamos usarlas, pero no hay centros de privación de libertad con todas las características que tienen que tener. No los hay en el país, hay que construirlos. No es un capricho, no es desidia, no son problemas de gestión, de falta de ejecutividad, es que estamos en la situación que estamos; en algún momento de este año llegamos a tener 450 chicos internados con medidas de privación en un lugar con capacidad para atender, con suerte, a 300 personas. Eso lleva a un manejo extremadamente complejo para todo el personal, para los propios jóvenes, no podés tenerlos diferenciados según los perfiles en los centros. Estamos acumulando colchones en los centros. No podemos adaptar una casa anunciada en el Gallo Luis el fin de semana como centro de privación de libertad. De hecho, alguna tenemos y estamos buscando sustituirla, porque no tiene las características que tiene que tener.
EC - ¿Qué pasará con toda la infraestructura que hasta ahora ha venido manejando el INAU para los menores infractores? ¿Qué pasará con la Colonia Berro, por mencionar un ejemplo emblemático?
RV - La Colonia Berro continúa. En la medida en que vayamos ganando plazas en otros lados podremos ir haciendo reparaciones de volumen en los centros que están más deteriorados, en temas de sanitaria, de electricidad, tareas de albañilería. Hay mucha obra para hacer. Estos nuevos centros nos permitirán ir desagotando lugares de a poquito para poder hacer reparaciones y tener centros con características diferentes, todos confluyendo en un mismo objetivo.
EC - ¿Qué pasará con el Sirpa en el interior del país? Se lo pregunto porque ustedes han anunciado que se van a crear centros regionales también.
RV - Inicialmente estaba la idea de ir a centros regionales. En el último mes hemos tenido muchas conversaciones con gente de todo el país y vamos a buscar que termine este período de Gobierno contando en cada uno de los departamentos con un centro de ingreso transitorio, con personal atendiendo un centro transitorio, donde los jóvenes puedan cumplir esos períodos de hasta 90 días que están como cautelares o por faltas menores, porque a veces son enviados a los centros de privación de libertad en Montevideo y Canelones y preferiríamos que el manejo sea departamental. Por ejemplo, los dos directores que me acompañan, José María Mieres y Robert Alonso, en este momento están reunidos en Maldonado, que es el primer lugar que pensamos atender para ver cuáles son las necesidades, qué es lo que hay que construir, con qué personal podríamos atender, de modo de ir reteniendo cinco, seis, ocho, diez chicos en cada departamento, entre otras cosas porque preferimos un manejo departamental, en acuerdo con las intendencias, con las ONG, trabajando con el Poder Judicial, con la Jefatura de Policía, para que esos muchachos estén cerca de su familia tenemos mejores experiencias con chicos del interior en ese sentido que con los de Montevideo y evitar algunos aprendizajes no deseados.
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EC - Hablemos de algo que está implícito en todo lo anterior, pero con respecto a lo cual también hay expectativas importantes: el personal con el que va a contar el Sirpa en esta nueva era. Se anunció ayer un llamado para contratar 300 educadores, y también se anunció que luego vendrá la incorporación de un número significativo de psicólogos, asistentes sociales y abogados. ¿Cuánto va a mejorar entonces la plantilla del INAU en términos cuantitativos y cualitativos?
RV - En términos de cantidad, en aproximadamente 50%. Hoy hay alrededor de 800 personas trabajando, y vamos a incorporar aproximadamente 400 personas en los próximos meses. Y en términos de calidad, hay una fuerte inyección de técnicos, porque muchos se han retirado de la institución y estamos debilitados en todos los servicios. Los psicólogos son absolutamente necesarios, los asistentes sociales para trabajar también con el entorno familiar, esa es la tarea que se les ubica allí, y para mejorar el servicio para los que están con medidas no privativas de libertad, lo que se denomina Promesec, que es el programa de base comunitaria. Allí es muy importante la tarea de asistentes sociales y psicólogos haciendo el seguimiento de individuos que han cometido alguna infracción y el juez define que trabajen con nuestra institución pero sin estar privados de libertad. Eso supone un trabajo de infraestructura muy grande y muy individualizado, y ese es un trabajo que queremos mejorar mucho, de modo de, cumpliendo con el Código de la Niñez y la Adolescencia, apostar más a esta medida socioeducativa que a la privación de libertad pura y dura ante cualquier clase de delito.
EC - ¿Cómo ha evolucionado la línea de trabajo de firmar convenios con empresas para que algunos de estos jóvenes puedan llevar adelante experiencias laborales?
RV - Empezamos un camino con muy buen éxito con la empresa Umisa a instancias del sindicato metalúrgico. Por allí han pasado 17 chicos con una estupenda respuesta, uno de ellos ha sido nombrado encargado de sección. Por lo tanto estamos muy satisfechos con esa experiencia, y también con una fábrica de guantes que está en la zona de Suárez, por donde han pasado una decena de muchachos. Por otra parte, tenemos en vista un par de acuerdos con empresas públicas que esperamos anunciar antes de fin de mes. Además, estamos en conversaciones con Hípica Rioplatense, con la posibilidad de hacer unos talleres de capacitación específica para tareas tanto en la empresa como en los servicios del entorno que brindan los cuidadores de pura sangre con la perspectiva de generar hasta 20 becas laborales allí. Y tenemos a la empresa Bimbo, con la cual ayer tuvimos algún contacto, interesada en acompañarnos en este proyecto. En el PIT-CNT se habilitó un acuerdo general para que los sindicatos impulsen en cada uno de los sectores de actividad esta oportunidad de trabajo. Eso va a suponer mucho esfuerzo, mucha dedicación, vamos a tener que hacer una recorrida muy importante por las cámaras empresariales para tratar de conquistarlas.
EC - ¿Qué importancia le asignan a este capítulo?
RV - Mucha, absoluta. Tenemos un nivel de reincidencia en el delito enorme, en alguna época la gran preocupación de la población eran las fugas del INAU; el tema de las fugas esperamos que sea una etapa del pasado toquemos madera, ahora logramos que cumplan con la privación de libertad dispuesta por la justicia, pero eso no quiere decir que 30, 45, 60 días después el mismo individuo al que le habíamos dicho "hijo, mucha suerte, no haga macanas", no vuelva a estar bajo nuestra órbita. Hay un nivel de reincidencia importante.
EC - ¿Estos convenios con empresas son para que el menor desarrolle una experiencia laboral mientras está todavía bajo la órbita del Sirpa o para que tenga trabajo cuando sale, cuando es "liberado"?
RV - Es un continuo, lo que se busca es transformar la privación de libertad en un hecho transformador en la vida de un individuo que venía en una trayectoria delictiva, acomodarlo, ordenarlo, disciplinarlo de modo que se pueda incorporar al mundo del trabajo, que es un mundo de disciplina. Esa tarea no es fácil. Y una vez que se incorpora al mundo del trabajo, hacer posible que cuando el individuo obtiene nuevamente la libertad se sienta atraído porque recibe mes a mes un salario como cualquier otra persona que vive en este país y se dedique a vivir de eso en vez de retornar al circuito delictivo.
EC - ¿Una empresa unipersonal puede participar en esta línea de convenios? Lo pregunto a partir de un caso concreto, tengo un mensaje de texto de un oyente que dice: "Yo estoy interesado en apoyar este tipo de emprendimiento. Tengo una empresa unipersonal, puede dejarle mi número a Villaverde".
RV - Bienvenido, sí. Todos los que quieran ayudar van a ser bienvenidos, los precisamos.
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Transcripción: María Lila Ltaif