El Banco Interamericano de Desarrollo debería pensar en los sufridos caballos que diariamente llevan sobre sus espaldas la basura de Montevideo, a la hora de darle mas dinero a la Intendencia para establecer áreas de clasificación.

La cosa no se arregla con bebederos y duchas. Lo que hay que hacer aquí es eliminar el perverso sistema paralelo de recolección de basura basado en el abuso de animales y personas sin empleo. La Intendencia ya recauda muchísimo dinero. El problema es que eso va a parar a sueldos y asesoramiento teórico. Montevideo en muchos aspectos es una ciudad medieval y el Palacio Municipal una universidad. Con lo que se recauda podría hacerse una gran cantidad de obras de infraestructura social y sin embargo para eso siempre se necesita pedir prestado. Se recauda como para recoger toda la basura y sin embargo, la mayor parte de esa delicada y pública tarea la hace gente que no recibe ningún sueldo ni beneficio social y que utiliza caballos, haciéndolos sufrir en pleno tráfico, a la vista de todos nosotros.

Tal vez con las plantas recicladoras se atenue la contaminación de arroyos y costa, pero los recolectores informales tienen que convertirse en clasificadores y dejar el traslado en manos de la Intendencia. Por motivos humanitarios y bromatológicos, la tracción a sangre debería estar prohibida,  con más razón cuando se emplea para el manejo de basura en plena ciudad.

No todo se soluciona con dólares sino con autoestima y autocrítica. Para ser civilizados necesitamos una buena dosis de moral, ordenanzas y un sistema inteligente de recolección y tratamiento de residuos. Mientras tanto que Dios nos perdone.

Gracias
Yolanda