Gloodtdofsky (PC): "La irresponsabilidad de los sindicatos de guardias al dejar sin visita era ya dejar la mesa servida"
El presidente de la República José Mujica tomó la decisión de que el Ejército se haga cargo del control en la puerta de las cárceles más grandes. La posibilidad está prevista en la ley Nº 18.717, del año 2010. En diálogo con En Perspectiva, el diputado de Vamos Uruguay, Partido Colorado, Aníbal Gloodtdofsky, que integra la Comisión Especial para el Seguimiento de la Situación Carcelaria, dijo que este "era un mecanismo que el ministro tenía y que no había aplicado nadie sabe por qué". Gloodtdofsky, que afirmó haber sido el único parlamentario que ingresó al Comcar luego de los disturbios que se dieron ayer en la madrugada, dijo estar "muy impactado" por la situación de la que fue testigo. El diputado insistió en su postura de que el Ministerio del Interior no es el ámbito adecuado para la administración de las cárceles y aseguró que "cualquiera cosa habría servido para que esto reventara", refiriéndose a los hechos de violencia, porque "la irresponsabilidad de los sindicatos de guardias al dejar sin visita era ya dejar la mesa servida".
(emitido a las 8.35 Hs.)
EMILIANO COTELO:
El presidente José Mujica tomó la decisión de que el Ejército se haga cargo del control en la puerta de las cárceles más grandes.
Esta posibilidad está prevista en una ley del año 2010, y la decisión fue precipitada por los incidentes de los últimos días, sobre todo el del viernes 20, cuando un preso disparó con un arma, que supuestamente no debía tener, contra policías dentro del Penal de Libertad. El control de acceso hasta ahora no había sido implementado a cargo de las Fuerzas Armadas, según dijo Mujica, porque el Ministerio de Defensa Nacional (MDN) planteó su preocupación por la seguridad de los efectivos que cumplan la función. Dice el artículo que el mandatario está de acuerdo en que estos soldados trabajen con las cabezas cubiertas.
Estamos en comunicación con el diputado Aníbal Gloodtdofsky, de Vamos Uruguay, Partido Colorado, que integra la Comisión Especial para el Seguimiento de la Situación Carcelaria.
Cuando hablamos este lunes usted explicaba por qué iba a plantearle una serie de inquietudes al ministro del Interior esta semana en comisión, a raíz de los hechos del viernes. Y entre otras cosas insistía en esto, el control con funcionarios de las Fuerzas Armadas del ingreso de visitantes y policías a los penales. Parece que ahora la medida se adopta.
ANÍBAL GLOODTDOFSKY:
Me parecía bastante absurdo que habiéndosele otorgado, sin ningún tipo de cortapisa, todos los recursos económicos y de funcionarios que el ministro reclamaba, este además solicitó que se habilitara la vigilancia perimetral y la revisación de la visita y los funcionarios. Sin embargo yo en aquel momento también planteé que tenía algunas reservas respecto a que se le adjudicara toda esa responsabilidad al personal del MDN, y se me decía que el personal del Ejército era un confiable y eficiente para esta tarea, que así lo había demostrado alguna vez.
Yo quiero dejar planteada esta salvedad: el personal del Ejército, del MDN, pudo ser eficiente en esa tarea en circunstancias muy especiales, que no son las de hoy. Así que poner toda esa confianza me parece un poco injusto. Pero así lo establece la ley, era un mecanismo que el ministro tenía y que no había aplicado nadie sabe por qué. Usted mismo me contaba el lunes, porque yo no había leído la noticia, que los escáneres iban a demorar tres meses. Esperemos que esto sea para mejor, pero el panorama que yo vi ayer fui el único que ingresó me pareció francamente muy fuerte.
EC - Esa era la otra pregunta, usted fue de los parlamentarios que ayer entraron al Complejo Carcelario de Santiago Vázquez; ¿con qué se encontró después del motín?
AG - Fui el único, y repito, personalmente estoy muy impactado. Primero hablé con los reclusos. Iban a dormir al aire libre, estaban vestidos, distribuidos en tres o cuatro patios. Me sorprendió la juventud, eran todos jóvenes, no había un solo veterano. Estaba todo lleno de agua, había agua con sangre. Estuve en los módulos donde se había producido el motín, las guardias totalmente quemadas, la ropa desperdigada por todos lados, montañas de piedras, lanzas, machetes, cortes por todos lados, cartuchos. Aquello era una cosa horrible. Confieso que me sentí y me siento totalmente apesadumbrado de que en la República pueda haber algo así.
Le voy a contar algo. Mi padre ocupó un cargo durante muchos años al frente de los llamados centros de recuperación, a mí de gurí me llevaban en verano en penitencia a estudiar siempre con él, yo viví y conozco lo que es esto. No le puedo explicar lo horrible que fue la experiencia de ayer. Un patio entero que dice "no comimos", "¿y por qué decidieron no comer?", pregunto yo acompañado de tres guardias nada más, y uno dice: "No comimos porque vimos que la comida era poca, y si poníamos la olla con poca comida aquí, nos terminábamos matando entre nosotros, así que resolvimos no comer". Y ahí me encontré con un líder interesante, un muchacho joven que lo señala al subdirector y le dice: "Entre estos así nomás, hay muchos que han ganado, y han ganado mucho, y entre los de este lado también hay algunos que han ganado mucho, pero la verdad es que somos muchísimos más los que perdemos. De ellos, de los que tienen uniforme, y de los que estamos de este lado. Así que de alguna manera esto lo vamos a arreglar".
Le confieso que era horrible, no tengo otra opinión, me da mucha pena la gente que tiene que trabajar allí, y también me dieron mucha pena los reclusos, por más que había un clima de violencia y de frustración muy, muy triste. Hablé con los enfermeros, con ciertas evasivas me confirmaron que no había muertos, que había habido algunos heridos. Funcionarios eran cuatro, uno con un pico de estrés, que se aterró al ingresar a una guardia incendiada, y los otros tres con lesiones por las piedras. Y sobre los reclusos no se me dijo más nada. Hablé con los arquitectos también.
EC - Ahora viene la eventual reconstrucción, y ese es todo un tema que la gente debate: ¿cuánto le va a costar a la sociedad uruguaya poner el dinero que hay que poner para que esos módulos puedan ser utilizados de nuevo?
AG - Sí, hablé y los vi, y me dijeron que era para largo y que la tarea iba a ser complicada y cara. Yo se lo dije el otro día, no creo, insisto, en que el Ministerio del Interior sea el ámbito donde esto pueda funcionar. Fíjese, ¿por qué tenemos a los policías? Porque decimos: hay una cadena de mando, hay una cierta garantía... Pero tal cosa no existe, es una ficción, se suspenden las visitas por decisión de uno de los sindicatos policiales, que es el detonante de esto.
Le cuento que en tres patios me contaron otra historia, además de esta, que no la he dicho y con gusto se la cuento. Dicen que el lío empieza porque en el piso de arriba había alguien atacado de asma y llaman al llavero, y el llavero mira y no se anima a entrar porque había boquetes y había mucha gente. Y le insisten y le insisten en que la persona se siente mal. Vuelven a gritar, y el llavero dice: "Yo ahí no entro, dejalo que se muera". Cualquiera cosa habría servido para que esto reventara, porque la irresponsabilidad de los sindicatos de guardias al dejar sin visita era ya dejar la mesa servida. Cualquier cosa habría servido, pero esto me lo dijo, en tres patios, gente que estaba separada y aislada.
Le agradezco, porque es la primera oportunidad que tengo en la mañana. Fue una jornada larga y un día que habría deseado no vivir. Le regalo la experiencia.
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Transcripción: María Lila Ltaif
Foto: perfil de Facebook de Aníbal Gloodtdofsky
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