Entrevistas

Gustavo Malfatto (Hospital Británico): el robot Da Vinci aporta "seguridad y visión completa" al médico que opera

A fines de abril el Ministerio de Salud Pública (MSP) concedió el permiso al Hospital Británico para utilizar el equipo de cirugía robótica conocido como "Da Vinci", que realiza cirugías laparoscópicas robotasistidas. Se trata de una intervención quirúrgica desarrollada a distancia, pero el robot no opera solo, sino que está dirigido segundo a segundo por un cirujano. El equipo utilizado es de alta precisión, permite que el profesional tenga una visión en alta definición y 3D, y multiplica por 12 la visión que habitualmente se obtiene en una operación por laparoscopía. ¿Qué otras ventajas presenta con relación a las cirugías convencionales? Para averiguar más sobre este asunto, En Perspectiva conversó con el doctor Gustavo Malfatto, médico urólogo y jefe de la Unidad de Cirugía Robótica del Hospital Británico.


(emitido a 8.42 Hs.)

EMILIANO COTELO:
A fines del año pasado el Hospital Británico incorporó el equipo de cirugía robótica Da Vinci, una tecnología revolucionaria que facilita la realización de algunas cirugías que requieren un alto grado de precisión. En aquel momento se concretaron cuatro intervenciones con este aparato, pero al poco tiempo el Ministerio de Salud Pública (MSP) cuestionó que el Hospital Británico lo hubiera puesto en funcionamiento sin que el Poder Ejecutivo lo autorizara previamente.

Fueron varios meses de controversia, no solo entre el ministerio y la institución; el tema también se discutió fuerte en el sistema político. Pero finalmente, el 25 de abril el MSP concedió el permiso, aunque con dos condiciones, según lo que se publicó: que el robot esté disponible para Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) y otras mutualistas, y que se organice un programa de formación en cirugía robótica destinado a profesionales y coordinado por la Facultad de Medicina de la Universidad de la República.

Después de tanta polémica vale la pena concentrarnos hoy en lo fundamental, porque es sorprendente, es impresionante esto de lo que vamos a charlar en los próximos minutos. ¿Cómo es, de qué se trata este robot? ¿Qué ventajas presenta con relación a las cirugías convencionales? ¿Qué pacientes tendrán acceso a este avance tecnológico?

Vamos a conversarlo con el doctor Gustavo Malfatto, médico urólogo y jefe de la Unidad de Cirugía Robótica del Hospital Británico, y además escucharemos a Rosario Castellanos, que ya está en el quirófano, cara a cara con Da Vinci.

ROSARIO CASTELLANOS:
Exactamente, estoy aquí al pie de este robot que realmente impresiona.

EC - Doctor Malfatto, en pocas palabras, ¿cómo define al robot Da Vinci?

GUSTAVO MALFATTO:
En primer lugar quiero explicarle a la audiencia que decir "robot Da Vinci" es una simplificación de algo que técnicamente es cirugía laparoscópica robotasistida. Cuando uno escucha "robot", se imagina un paciente acostado, una máquina que entra a la sala, saluda, mete los brazos mecánicos adentro del paciente, lo opera, le saca algo, ve que no sangra, saluda y se va.

EC - Sí, la palabra "robot" suele asociarse a un aparato que se mueve solo, y no es este el caso.

GM - Absolutamente. El robot en este caso es totalmente esclavo, es manejado por una persona, por un cirujano, y tiene tantos mecanismos de seguridad que simplemente basta con que el cirujano que está mirando por un aparato que Rosario está viendo en este momento y después va a describir mueva la cabeza y se aleje para mirar para al costado para que el equipo quede absolutamente detenido. Todos los movimientos que el robot hace, que el equipo hace, están guiados por el cirujano. Por lo tanto, reitero y quiero que esto sea lo primero que quede claro, es un equipo totalmente dependiente de la habilidad, de la preparación y del arte del cirujano que lo maneja.

EC - Una de las características es que el cirujano es quien opera, pero lo hace remotamente, sus manos no manejan de manera directa los instrumentos, y está ubicado a una cierta distancia del paciente, no está al lado de la camilla del quirófano.

GM - Nosotros estamos a un metro y medio, dos metros, si usted quiere, del paciente. Si pasa algo uno salta de la consola y está en un segundo al lado del enfermo, pero –y en ese sentido creo que es importante como perspectiva de futuro– se han realizado cardiocirugías robotasistidas estando el paciente en París y el cirujano en Houston.

EC – Es que las operaciones a distancia fueron el origen de esta tecnología Da Vinci.

GM - Es un desarrollo de todo el complejo del ejército americano, las naves espaciales y el ejército de tierra, el US Army, porque si alguien tiene un vuelo tripulado a un lado y necesita, por ejemplo, ser intervenido quirúrgicamente, ¿cómo se hace? ¿Llevar cirujanos a un frente de guerra con el altísimo riesgo que significa para personas con enorme capacidad que son muy caras de formar y muy escasas? De alguna manera hay que "protegerlas". Entonces, el hecho de que el paciente esté en un lugar cerca del teatro de guerra, pero que el cirujano esté en otro lugar alejado y seguro permite que el paciente sea tratado teniendo al cirujano en condiciones de seguridad, y ese cirujano puede operar a cientos de pacientes sin correr el riesgo.

EC - Es una tecnología que ya tiene más de 10 años de existencia.

GM - Correcto. La primera intervención quirúrgica y formal en humanos se hizo en setiembre de 2010, un colega mío alemán hizo la primera prostatectomía radical robotasistida en Fráncfort.

EC - ¿Cómo transcurrieron los 10 años?

GM - Explosivamente, diríamos. De esa unidad en desarrollo al día de hoy debe de haber en el entorno de las 2.500, quizás un poco menos, unidades funcionando en todo el mundo.

EC - Sigamos explicando en qué consiste esta cirugía asistida por robot. Usted mencionó algunas de las características, pero hay que incorporar unas cuantas más.

GM - Sí, son muchas más. Para entender cómo funciona y dónde está uno de los diferenciales, hagamos lo siguiente: estiremos el brazo derecho y, sin mover la mano, simplemente abramos y separemos dos dedos, como si estuviéramos cortando algo. Mi brazo es el brazo de un instrumento de cirugía laparoscópica, partimos de la base de que el robot es un desarrollo de la cirugía laparoscópica, esa cirugía mediante la cual se hacen pequeños orificios en el abdomen del paciente –o en otros lados, pero lo tradicional es en el abdomen–, por esos orificios se meten unos cañitos que se llaman trócares y por el trócar pasa el instrumento. Mantengamos el brazo extendido y veamos que el único movimiento que podemos hacer es el de abrir y cerrar los dedos, que puede ser para cortar o para tomar, para pinzar un tejido. Si yo quiero hacer otro movimiento a lo sumo podré girar la mano y poner la palma para abajo o con dificultad girarla y ponerla para arriba, pero no puedo flexionar la mano en la cirugía laparoscópica. Ahora flexionemos la mano apuntando la palma hacia nosotros, la podemos flexionar 90 grados, un poco más, y si tratamos de extenderla ni siquiera llegamos a los 90 grados.

Los instrumentos del robot tienen la posibilidad de moverse como la mano pero además en un ángulo que llega a los 270 grados, es una movilidad completa prácticamente en todos los sentidos. Eso con un instrumento que mide cinco o seis milímetros, que es la parte operativa que queda dentro del abdomen, y con una visión tridimensional. Quienes miran televisión en general ven solo dos dimensiones, que es que tenemos cuando hacemos laparoscopía.

EC - La laparoscopía ya incluye una cámara de video, pero esta que tiene el robot Da Vinci es un escalón superior.

GM - Correcto. Ahora está de moda, sobre todo en las películas para chicos, las películas en 3D, que requieren unos lentes que uno se pone y el espectáculo cobra vida, estamos inmersos en el espectáculo, formamos parte de él. El robot tiene esa visión tridimensional que nos permite estar dentro del abdomen al lado del órgano que vamos a operar estando a dos metros de distancia.

EC - Además la cámara es de alta definición.

GM - Absolutamente. Le diría que por momentos veo mejor con la cámara que con mis propios ojos.

EC - Por último, ustedes trabajan a una escala mínima.

GM - Exactamente, el aumento de la cámara –porque la cámara además tiene aumento– es de entre por 10 y por 12, y con algunos trucos tecnológicos en ocasiones puede llegar a por 20, aunque ahí pierde un poco de definición.

EC - ¿Qué ventaja tiene eso?

GM - La ventaja que tiene es que trabajando con instrumental de alta movilidad, de altísima precisión, el equipo filtra los temblores y eso es un hecho muy importante.

EC - Aquí hay algo para resaltar: los temblores, las inestabilidades en el pulso del cirujano acá son filtradas, tamizadas por el equipo.

GM - Exactamente. Separen dos dedos y calculen un centímetro, y ahora piensen que a ese centímetro que queda entre los dedos yo lo veo por 12, por lo tanto ahora separen los dedos y traten de abarcar 12 centímetros. Van a ver la enorme diferencia en la visión. Y al moverme con movimientos filtrados, sin temblores, con un instrumental muy pequeño, puedo manejarme con seguridad, con tranquilidad, con firmeza, con visión completa, con dominio completo de la situación entre tejidos a los que de otra manera es sumamente difícil llegar con seguridad.

EC - Me interesa saber en qué tipo de intervenciones quirúrgicas es conveniente y es un avance el Da Vinci, cuáles son las diferencias comparativas con la laparoscopía convencional, pero antes ¿cómo luce, cómo es el aparato, cómo se ve? Vamos con la descripción de Rosario.

RC - Les voy a contar cómo lo veo en este momento. Fundamentalmente el aparato consta de tres grandes piezas. Una, que podríamos decir que es el robot en sí, es una especie de gran pie con cuatro brazos articulados, uno de ellos lleva la cámara que trasmite la imagen al visor que tiene el cirujano, y los otros tres –todos ellos articulados, los cuatro– van haciendo el trabajo dentro del abdomen del paciente. Otra pieza es la consola donde trabaja el cirujano, el cirujano se sienta en una silla frente a un aparato parecido a una gran caja, coloca la cara pegada al aparato, la frente apoyada, y allí a través de dos visores, uno para cada ojo, puede ver una imagen tridimensional y de alta definición en una pantalla que está dentro de la consola. Y luego maneja con las dos manos dos elementos en los que coloca dos dedos, el mayor y el pulgar.

EC - Mientras tú hacés la descripción, el doctor Malfatto repite los movimientos con las manos. Se parecen a los de alguien que juega con un joystick, aunque no son exactamente iguales, pero para tener un paralelismo.

RC - No, porque la mano está en esa posición, hay dos anillos, en uno va el dedo mayor y en el otro el pulgar, hace con la muñeca los movimientos que esta le permite, y eso se traduce en movimientos en la punta de cada una de las pinzas del brazo que está moviendo.

EC - El cirujano también utiliza los pies, hay pedales en la consola.

RC - Tiene tres pedales, dos que maneja con el pie derecho son para coagular con dos sistemas diferentes, y el tercero a su vez tiene tres movimientos, un freno, que lo tiene en un lateral, uno como una especie de embrague que deja la situación stand by para reubicar o recolocar las pinzas y otro para accionar, que elige además el brazo, porque simultáneamente trabajan dos brazos y el otro queda fijo en una posición que se ha predeterminado de antemano.

EC - Doctor Malfatto, ¿algún agregado a propósito de los pedales?

GM - Uno de los pedales maneja la cámara, cuando lo aprieto muevo esas anillas, esos joystick y me permite mover la cámara en diversos sentidos, así como incrementar o disminuir el grado de zum de la cámara. El otro es como un embrague que deja los brazos libres de forma que uno, que está sentado, pueda reacomodar los brazos; uno apoya los brazos en el equipo, opera muy cómodo, es muy ergonómico el equipo, es bárbaro para el cirujano. Y en cuanto al tercer pedal, uno simplemente apoya el talón del pie izquierdo, gira un poco el pie y lo patea un poquito y le permite cambiar de brazo, porque si por ejemplo queremos tirar un poco de un tejido para después ir metiéndonos para ir cortando con más tranquilidad, a veces tenemos que cambiar la posición del brazo, y ese tercer pedal nos permite cambiar entre el brazo dos y el brazo tres para lograr las posiciones adecuadas para el tiempo quirúrgico que estamos efectuando.

EC - Rosario.

RC - Me falta el tercer elemento, que es una columna con otra pantalla que queda visible para quienes están en el quirófano en ese momento y que es high definition y touch screen. Es una pantalla de alta definición, táctil. En este momento todo el equipo está operando con un programa de entrenamiento y ese elemento permite que la persona que está monitoreando lo que el cirujano a entrenarse está realizando toque la pantalla para indicar tal o cual dirección, corregir el movimiento, y en adelante va a ser la pantalla en la cual va a poder ver lo que está ocurriendo, lo mismo que está viendo el cirujano, pero con dos dimensiones, y el ayudante, otro médico que está junto al paciente, va a poder intervenir o actuar en caso de que sea necesaria alguna complementación.

EC - Doctor Malfatto, para el cirujano una tecnología de este tipo implica un cambio muy importante en sus costumbres, sus manos ya no están en contacto con el cuerpo, no cortan directamente, lo hacen de manera indirecta, es como si estuvieran manejando a un colega a control remoto. Hay que reentrenarse.

GM - Ni (sí y no). Obviamente es necesario ser cirujano, primera cosa, esto no es una tecnología para alguien que se recibe hoy que nunca hizo nada, esto exige experiencia previa. Exige tener conocimiento de la imagen de los tejidos, ya sea por la cirugía laparoscópica, ya sea por la cirugía abierta. Exige conocimientos bastante firmes de todas las técnicas quirúrgicas, puesto que uno puede cometer fallas, reitero que es el cirujano el que opera, entonces yo puedo estar operando al lado de la aorta, le pego un tajo, y no es para decir "traeme la pincita...", no, se salta sobre el paciente, se abre y hay que cerrar la aorta.

EC - Eso si ocurre un error.

GM - Correcto. Es imprescindible tener conocimientos previos. Para que la audiencia lo entienda, como el piloto de un avión, tiene que saber de memoria, tener absolutamente todo incorporado. O como cuando salimos a manejar, ¿quién de nosotros después de estar un tiempo manejando sabe dónde está el embrague, etcétera? Lo hace instintivamente. Aquí tú debes manejarte exactamente igual.

EC - Pero hay que entrenarse para eso.

GM - Hay que entrenarse, obviamente. Y se precisan horas de vuelo, horas de entrenamiento en el simulador, en el laboratorio, ver videos, repasar los videos de las propias cirugías; de todos los enfermos que hemos operado, tanto aquí como afuera, tenemos un video que miramos y vemos cuáles fueron nuestros errores, qué cosas tenemos que mejorar. Y como es una técnica nueva, en desarrollo en el mundo, todavía da pie a la creatividad: me siento más cómodo haciendo tal tiempo en determinado momento, abordando tal órgano en determinada forma.

***

EC - El doctor Malfatto fue quien realizó las cuatro intervenciones que se hicieron a fines del año pasado en nuestro país. Ha recibido entrenamiento en cirugía robótica en Estados Unidos, Irlanda y Alemania.

Completemos cuáles son las ventajas en comparación con la cirugía tradicional e incluso con respecto a la laparoscopía.

GM - Son más evidentes los cambios con respecto a la cirugía tradicional. Acá estamos hablando de un abordaje que implica cuatro, cinco, seis pequeños orificios del diámetro del de un lápiz o un poquitito más versus la incisión, el tajo que se produce con la cirugía abierta.

EC - Así que en cuanto a secuelas en el cuerpo ya ahí hay una diferencia notable.

GM - Ahí hay una diferencia notable.

EC - ¿Qué pasa con el sangrado, por ejemplo?

GM - Los sangrados en términos generales, cuando a uno no le ocurre nada, son mínimos. Tanto es así que en muchos lugares se considera que determinadas cirugías sangran mucho si sangran 50, 40 centímetros cúbicos, mientras que en la cirugía abierta, por algo inherente al método, los sangrados casi siempre son mayores; no tienen por qué ser excesivos, pero siempre son mayores.

Habitualmente en el posoperatorio los pacientes prácticamente no tienen dolores, esa ha sido la experiencia de nuestros pacientes acá y en el extranjero. Es un posoperatorio breve, confortable, el paciente se levanta rápidamente. En nuestra experiencia en el país los pacientes al segundo o tercer día –excepto uno– ya están en sus casas y con molestias mínimas, ya están reintegrados a su quehacer cotidiano. Hay una propaganda en Estados Unidos del fabricante del equipo, pero hecha obviamente sobre bases reales –si no, no podrían hacerla, porque en Estados Unidos el tema de la publicidad engañosa es terrible–, en que un paciente es operado pongamos el caso hoy, se le hace una prostatectomía radical robótica y en menos de una semana está sin sonda y jugando al golf. Y hubo otro paciente que se operó, se hizo una cirugía cardíaca robotasistida y a los tres días estaba haciendo deportes.

Es una dimensión distinta respecto de la cirugía abierta. Esto no quiere decir, y al respecto quiero ser muy claro, que desde el punto de vista de los resultados quirúrgicos el robot marque un hecho trascendente por ejemplo en los resultados oncológicos. En mi métier, un cáncer de próstata, un paciente muy bien operado por cirugía abierta y uno bien operado por cirugía robótica tienen aproximadamente las mismas chances de curar su cáncer. Los trabajos evidencian que con la cirugía robótica la tendencia a mantener una continencia muy buena y una función eréctil muy buena sería mayor que con las otras técnicas.

EC - ¿Cómo se logra eso? ¿Qué tiene que ver el hecho de que el robot le permita al cirujano eliminar las inestabilidades del pulso, cómo juega el hecho de que el trabajo quirúrgico sea absolutamente preciso, cómo juega el hecho de que se estén produciendo nanomovimientos, movimientos mínimos que ustedes pueden controlar de todos modos por esa cámara 3D y alta definición que multiplica por 12 las dimensiones? ¿Cómo juega esa parte de la tecnología?
    
GM - Para ser muy sencillo y que la audiencia entienda: usted corta donde debe cortar o separa los tejidos que debe separar y conserva las estructuras anatómicas, nerviosas, vasculares que debe conservar. Si vamos nuevamente al caso de la cirugía prostática, le permite conservar virtualmente en forma íntegra el mecanismo esfinteriano, y de esa manera tiene muchísimas más chances en el posoperatorio de recuperar una muy buena función esfinteriana. Y si vamos, por ejemplo, a la cirugía de recto bajo, el recto es una zona que está totalmente envuelta en una malla de tejido nervioso, como esas chismosas de malla que se llevaban a la feria, el recto es igual, está totalmente rodeado de tejido nervioso. Y en las patologías de recto, en los cánceres de recto que se operan, usted puede separar completamente toda esa red compleja de nervios y extraer el recto sin daños importantes en esos nervios. Eso permite una función vesical normal, la recuperación de una función rectal normal, tanto al hombre como a la mujer les permite mantener una función sexual adecuada, evita daños colaterales que de otra forma es mucho más difícil evitar.

EC - Según una nota que publicó en febrero el diario El Observador, el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria de Argentina evaluó en 2008 la efectividad de la cirugía robótica en el cáncer de próstata y determinó que la nueva técnica es promisoria, que se asocia a una mayor comodidad del cirujano y velocidad de aprendizaje, pero que resulta una intervención significativamente más costosa y no se observan ventajas significativas en cuanto a los resultados clínicos. ¿Qué dice usted del ángulo costo de la intervención?

GM - "Ni", nuevamente. Sin duda hoy todavía la robótica es una cirugía de alto costo por el mantenimiento del equipo y por el costo real de los instrumentos. Pero en Estados Unidos hace tres años, cuando sobre todo con mi colega el doctor Puente íbamos a los congresos americanos de urología y estábamos fanatizados con lo que tenía robótica y prestábamos atención a todo, incluso a los costos, los costos de la robótica eran cinco y seis veces más altos que hoy. Por lo tanto, como todas las cosas, a medida que la técnica se amplía, se populariza, que hay más producción de insumos, que puede incluso aparecer competencia entre los distintos proveedores de insumos, la tendencia natural es a disminuir su costo. Pero es obviamente todavía una cirugía costosa.

***

EC - Han llegado muchas preguntas. Por ejemplo, Diego quiere saber si los cirujanos uruguayos que utilizarán Da Vinci están al mismo nivel en cuanto a pericia que los de Alemania y Estados Unidos.

GM - Sería absolutamente una mentira si yo dijera que sí. La ventaja es que el entrenamiento para el manejo del robot para un equipo como el nuestro, que ya somos cirujanos de mucha experiencia, es muy rápido. Por lo tanto, Diego, que todavía no se opere, que no se vaya a operar afuera, en poquito tiempo va a estar aquí casi con las mismas seguridades que afuera.

EC - Se acaba de resolver que habrá un convenio entre el Hospital Británico, el MSP y la Facultad de Medicina de la Universidad de la República a los efectos de formar profesionales en cirugía robótica.

GM - Exactamente, se está elaborando un convenio que va a permitir que nosotros podamos volcar toda la experticia que tenemos, todo lo que hemos adquirido, en beneficio de otros médicos, que en última instancia es en beneficio de la sociedad toda.

EC - Inés quiere saber: "Todos los que usamos computadora estamos acostumbrados a que el sistema se cuelgue. ¿Qué ocurre si se cuelga el sistema del robot Da Vinci en medio de una operación?".

GM - A Inés le puedo responder que si ella conoce un poco de computación sabe lo que son los mecanismos de seguridad redundante. Para que el resto de la audiencia entienda, hoy los aviones son computadoras que vuelan, por lo tanto tiene que haber muchos mecanismos de seguridad, porque que se te rompa un chip o una tarjeta en pleno vuelo termina con el avión en tierra. Esto es exactamente lo mismo, el equipo tiene un botón, si tú aprecias una falla lo aprietas y el equipo se apaga, se enciende nuevamente y hace en forma instantánea un chequeo, un nuevo chequeo, porque es importante saber que el equipo se chequea aproximadamente 100 veces por segundo, está continuamente estudiando su funcionamiento y su seguridad. Y si hubiese un fallo irreversible, no queda más remedio que desconectar el robot, pasar a operar por laparoscopía o por cirugía abierta, pero la tasa de fallos que ha reportado el fabricante y que se reporta desde el punto de vista médico –porque de eso también se habla en los foros científicos sobre robótica– es que son fallas a la millonésima.

EC - Rosario, ¿sigues allí?

RC - Estoy acá.

EC - Contanos ahora cómo es el Da Vinci en movimiento.

RC - Primero una aclaración: el Da Vinci en este momento está utilizando un programa de entrenamiento, no está instalado en un quirófano. Para las operaciones que hasta ahora se han hecho estos tres elementos, que tienen rueditas, se trasladan a determinado quirófano. Sin embargo, el lugar donde hoy está funcionando va a ser transformado en un quirófano, de manera que de aquí en adelante no tenga que cambiar de posición.

Le pregunté al doctor Scasso cómo se colocan los tres elementos con relación al paciente ingresado en una camilla, y me contó que la gente ingresa en la camilla, detrás de su cabeza se coloca el anestesista con todo el equipamiento necesario para monitorear la situación de la anestesia, a un lado está el elemento que yo llamo el robot en sí, que posiblemente sea el elemento más impresionante –espero que el paciente ingrese dormido, porque es como un gigantesco pulpo con brazos articulados–, del otro lado está el médico asistente mirando en la pantalla lo que va ocurriendo y dispuesto a una acción en caso de que tener que intervenir, y a los pies de la cama y de frente al paciente está ubicado el cirujano con la consola realizando los movimientos que indicábamos de manera de ir realizando la operación con los brazos articulados. Según lo que me explicaron, esa va a ser la disposición final, más allá de todo el resto de las pantallas que van a estar en la sala, que ya tienen todas las demás salas de operaciones, esa va a ser la situación del Da Vinci cuando tenga su sala propia instalada correctamente.

EC - Doctor Malfatto, ¿algún añadido?

GM - Las posiciones que describió la señora Castellanos varían de acuerdo al tipo de cirugía que hagamos. Lo que lamento informarle a Rosario es que a veces el paciente ingresa despierto; lo que hacemos es ponerle el pulpo bien lejos para que no lo vea y no se asuste.

EC - Es interesante observar en los videos la facilidad con que se le cambia a cada uno de los brazos del pulpo la herramienta, el instrumento con el que se interviene, es una operación que demora segundos.

GM - Absolutamente. Hay que estar entrenado para ello, pero ese es uno de los jeitos del equipo, que la utilización, que la ergonomía sea lo más fácil y sencilla posible, se trata de facilitar y no de complicar. Esto es fruto de muchísimos desarrollos, yo he seguido la historia de todo esto desde el principio, en el Hospital Británico hace ya casi cuatro años que comenzamos con el estudio del proyecto, y en ese ínterin todos hemos viajado mucho, hemos visto mucho y hemos seguido el desarrollo de las distintas generaciones de equipos. Quiero explicarle a la audiencia que por suerte este equipo es la última generación, difícilmente la fábrica saque demasiado mejores que esta, y que además –Rosario lo dijo– tenemos un equipo de simulación, lo que permite, con vistas a la formación de nuevos técnicos, manejar todos los movimientos básicos que les dije, como los pilotos que van a un simulador.

EC - En este período de cuatro meses durante el cual no se pudo utilizar el Da Vinci porque estaba pendiente la autorización del ministerio, se lo ha estado utilizando a estos efectos, de la formación.

GM - Exactamente, no solo hemos salido afuera, sino que cuando estamos acá –porque todos tenemos que trabajar, vivimos de nuestro trabajo– lo hemos dejado calentito al equipo, hemos simulado mucho.

EC - Las operaciones más indicadas para este tipo de tecnología son las urológicas como el cáncer de próstata, las ginecológicas, por ejemplo ¿cuál?

GM - Por ejemplo la histerectomía, el tratamiento de la endometriosis, algunas situaciones de cáncer de cuello, la linfadenectomía del retroperitoneo, o sea sacar todos los ganglios que dependen del útero.

EC - ¿Y en otorrinolaringología?

GM - Ese es un capítulo aparte, la cirugía transoral. Pero también se usa en cirugía pancreática, en la cirugía bariátrica –la cirugía de achicamiento gástrico para los obesos mórbidos–, en la cirugía de recto. Vamos a entendernos, en un sentido amplio todo lo que se puede hacer por laparoscopía se hace mejor con robótica, o más fácil. Una palabra aparte es la cirugía transoral, que solamente puede hacerse gracias al robot.

EC - ¿A qué se refiere?

GM - Por ejemplo, en aquel paciente que tiene la desgracia de tener un tumor en la cuerda vocal, llegar a operar la cuerda vocal hasta ahora en la gran mayoría de los casos implicaba una incisión bastante antiestética en el cuello, abrir la laringe, etcétera, toda una serie de problemas. Hoy, en aquellos casos en los cuales está indicado, simplemente se abre la boca del paciente, y como el robot filtra los temblores, puede usar instrumentos muy largos que permiten llegar a la zona enferma y utilizar simplemente un láser o instrumentos mecánicos, coagular, retirar el trozo de cuerda o toda la cuerda, etcétera. Eso permite que el paciente tenga una operación pretendidamente oncológica sin ningún tipo de incisión externa y sin necesidad de traqueostomía, que la sonda nasogástrica se mantenga muy breve plazo, que el paciente rápidamente vaya a reeducar su habla, es un exceso lo que voy a decir, pero en horas el paciente está reinserto en su vida habitual.

EC - Por último, ¿cómo queda Uruguay con la incorporación de esta tecnología en comparación con la región?

GM - Quedamos tecnológicamente muy, muy bien posicionados en lo que a equipo respecta. Y después podemos tratarnos de tú y tú con Argentina, con Chile, con Brasil, con Venezuela, que tiene muchísima experiencia, es uno de los lugares adonde vamos a entrenarnos, tenemos muchos amigos allí. Y ahora en Bolivia se compra un equipo, y en agosto espero ir a colaborar con colegas peruanos a los efectos de la introducción de la robótica también en Perú.

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EC - Han quedado una cantidad de dudas de los oyentes, se las paso por correo electrónico, usted las contesta por escrito y las ponemos en Espectador.com. ¿Le parece?

GM - Ningún inconveniente, será un gusto; ¡no hagan preguntas muy difíciles!

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Transcripción: María Lila Ltaif

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