MSP asesorará a mujeres decididas a abortar
Profesor Leonel Briozzo: Más allá de las valoraciones, ocurren embarazos en circunstancias que llevan a muchas mujeres a decidir su interrupción. La mitad de las que consultan cambian de opinión. Se trata de que la otra mitad no ponga en riesgo sus vidas. Las que recurren a prácticas peligrosas son las más vulnerables, simplemente por falta de información.
(Emitido a las 07.37)
EMILIANO COTELO:
"MSP asesorará a las mujeres que decidan abortar", titula hoy en su portada el semanario Búsqueda. El tema también está recogido en el diario La República, que dice que "El MSP decidió prestar asesoramiento en todo el país a las mujeres que decidan abortar, antes y después de interrumpir el embarazo".
"El Ministerio de Salud Pública decidió prestar asesoramiento en todo el país a las mujeres que decidan abortar, antes y después de interrumpir el embarazo, para abatir el 'incremento marcado de la mortalidad' que esa práctica produce al ser efectuada en condiciones de riesgo, según una resolución de su titular Conrado Bonilla", dice la nota de Búsqueda.
Agrega la nota que "el viernes 6, Bonilla y el director general de la Salud, Diego Estol, firmaron una resolución elaborada por la Sociedad de Ginecotología, el Sindicato Médico (SMU) y la Facultad de Medicina para la 'protección materna frente al aborto provocado en condiciones de riesgo'. La propuesta había sido presentada al [entonces] ministro Luis Fraschini en marzo de 2002".
"La norma prevé crear un 'servicio accesible a toda mujer en todo momento y en todo el país' para asesorarlas bajo la premisa de mantener la confidencialidad de las pacientes. Cada grupo asesor estará formado por un ginecólogo, un especialista en salud mental, un asistente social, un médico legista y un sociólogo. Ante una mujer que quiere interrumpir su embarazo, el nuevo protocolo prevé asegurarle apoyo social y psicológico para 'la toma de una resolución informada', comunicarle los 'riesgos médicos y legales' y hacerle una 'evaluación clínica y paraclínica completa'".
"En 'caso de que el ginecólogo perciba' que la mujer no modifica su posición y ha decidido interrumpir su embarazo, el equipo le 'informará y dispondrá los cuidados de protección preaborto', que incluyen la administración de antibióticos, aunque no podrá asesorar sobre lugares o profesionales que practiquen abortos. Para las consultas pos aborto, la norma proyecta prevenir infecciones y hemorragias, garantizar 'soporte emocional' y 'provisión de anticoncepción inmediata'".
"El mecanismo fue puesto en práctica en noviembre del 2002 en el Hospital Pereira Rossell, donde 10 mujeres que consideran abortar consultan cada semana. Los promotores de la norma consideran 'un avance muy importante' su aprobación, dijo a Búsqueda Leonel Briozzo, coordinador del grupo. El Comité Ejecutivo del SMU manifestó 'satisfacción' por la decisión ministerial".
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Estamos en comunicación con el doctor Briozzo, profesor adjunto de la Clínica Ginecotológica de la Facultad de Medicina. Recordemos los antecedentes de este procedimiento.
LEONEL BRIOZZO:
En el año 2001 fue cuando constatamos en el Hospital Pereira Rossell, que es donde trabajamos a partir de la Facultad de Medicina (que tiene un convenio con el hospital), una suerte de epidemia de muertes maternas, de mujeres jóvenes, por abortos realizados en condiciones muy precarias, de mucho riesgo.
A partir de allí, y de un estudio epidemiológico que hicimos en el hospital y en el resto del país, llegamos a una conclusión alarmante: que en mortalidad materna Uruguay estaba en un lugar bastante destacado de América Latina, en una de las mejores ubicaciones. Pero, cuando analizábamos las causas de mortalidad materna, se desprendía que casi el 30% de las muertes maternas en Uruguay se producían por complicaciones infecciosas del aborto provocado. A partir de allí elaboramos una normativa completamente original a nivel mundial, para poder proteger a estas mujeres de la muerte o de las graves complicaciones una vez que ellas habían decidido abortar, aún en el marco de la ilegalidad, como es la situación uruguaya.
EC - Claro, porque no ha prosperado en Uruguay el proyecto que modificaría el régimen vigente y aunque existen algunas excepciones, la ley prohibe el aborto.
LB - En Uruguay el aborto está prohibido en todos los casos. Lo que existe es una figura técnica llamada aborto privilegiado, por la cual cuando se realiza un aborto en determinadas condiciones -extrema pobreza o algún tipo de riesgo vital para la madre- lo que puede pasar es que el juez deje exento de pena al técnico que lo lleva a cabo. Pero Uruguay tiene una de las legislaciones más retrasado a nivel mundial, porque la mayoría de los países tienen despenalizado completamente el aborto, otros lo tienen despenalizado en determinadas circunstancias, otros lo prohiben en unas poquitas circunstancias pero lo permiten en otras, y otros que lo prohiben en todas. Uruguay está en este grupo.
EC - Este mecanismo ideado por la Sociedad de Ginecotología, el Sindicato Médico y la Facultad de Medicina ya se había puesto en marcha en el propio Pereira Rossell.
LB - Sí: a finales de 2001 hicimos un encuentro en el que propusimos los rudimentos de la normativa, y en 2002 hicimos una compilación y publicamos junto con un equipo muy importante y multidisciplinario un libro (tuvimos el honor de que lo prologara el profesor Héctor Gross Espiel). Ese mismo año 2002, coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer, presentamos la normativa al entonces ministro Luis Fraschini; o sea que esto lleva años.
EC - Sí: después de Fraschini asumió como ministro el doctor Varela, y ahora Bonilla.
LB - En la época del ministro Varela fuimos con todo el equipo, hicimos una presentación bastante larga respecto a todas las características de la normativa, siempre explicando que era una normativa que se daba en el marco legal, pero no tuvimos respuesta.
Volvimos a hacerlo con el actual ministro, y no podemos ocultar la satisfacción que nos da el que finalmente se haya aprobado esta normativa.
EC - ¿Cómo opera concretamente? ¿Puede darnos algún ejemplo?
LB - Hay dos escenarios posibles para el trabajo con esta normativa. La idea es que, cuando una mujer decide interrumpir un embarazo no planificado, no deseado o fruto de violencia (es lo que ocurre en la mayoría de los casos) o está en dudas, pueda consultar y no quede con todo para adentro, que no la invada el miedo, el terror, como pasaba antes; que consulte a su médica o a su médico en la policlínica y que, en el marco de la confidencialidad, hable de su situación.
Si la mujer está decidida a interrumpir su embarazo, antes que nada respetamos la autonomía del paciente y en esa consulta, que podemos denominar de preaborto (así la hemos difundido a nivel nacional e internacional), seguimos una conducta bastante pautada. Le explicamos los riesgos de las prácticas más inseguras, informamos cuáles son las prácticas que pueden ser menos inseguras, y desarrollamos un examen clínico y paraclínico que incluye la ecografía para corroborar el embarazo (recordará que hace un año y medio murió una joven en el departamento de Colonia, porque pensaba que estaba embarazada, tenía terror de hablar del tema en su familia, tomó un veneno y murió por un shock séptico provocado por el veneno, y finalmente resultó que no estaba embarazada sino que tenía un simple retraso menstrual).
EC - Sí, sí; un caso terrible.
LB - Lo que queremos evitar es eso. Posteriormente contactamos a la paciente para que, luego de efectuarse el aborto (si es que lo realizó) vuelva al equipo de salud para continuar con la profilaxis de las complicaciones, sobre todo infecciosas.
EC - Pero ¿ustedes llegan a sugerir dónde, con quién efectuarse un aborto?
LB - No: eso es imposible hacerlo. No hay ninguna nómina ni registro como para plantear eso, ni hay ninguna clínica que esté evaluada por el MSP...
EC - Está bien, pero hablemos sinceramente: usted, que es ginecólogo, conoce lugares donde se hacen abortos. Y, si está hablando con una mujer que ha resuelto hacérselo, que tiene la decisión tomada, si le explica las distintas alternativas, cuáles son más seguras que otras, ¿no termina también diciéndose "Entre usted y yo, ya que lo tiene resuelto, lo mejor es tal lugar"?
LB - Esa es una práctica del pasado remoto. Los legrados, los abortos con instrumentos, forman parte del pasado. En el mundo ya no se realizan más así: los abortos se efectúan con métodos médicos, con pastillas, con fármacos que provocan contracciones a nivel uterino y con una seguridad prácticamente total la evacuación antes de las nueve semanas. En los países donde está despenalizada esta práctica, que son los del primer mundo, Europa Occidental, Estados Unidos, Canadá y algunos países periféricos, lo que existe es el denominado aborto médico. Basta entrar en cualquier buscador en Internet para encontrar miles de organizaciones que asesoran a las mujeres con respecto a prácticas seguras de aborto sin necesidad de concurrir a clínicas donde, la mayoría de las veces, lo que se hace es especular con la desgracia y la desesperación de ellas.
JOEL ROSENBERG:
Pero seguramente las mujeres que vayan a consultar no tengan el dinero para esos métodos modernos, y por eso terminan con los antiguos.
LB - No, no. En mi escritorio del Pereira Rossell, bastante humilde por cierto, he recibido mujeres de todas las clases sociales, con previsión de servicios privados de salud, de los más prestigiosos de nuestro medio, que no habían encontrado una respuesta en el sistema y vinieron a una consulta de asesoramiento conmigo.
JR - Pero algunas no tienen el dinero para esos métodos modernos y terminan yendo a los antiguos...
LB - No tenemos todavía forma de evaluarlo porque no estamos procesando los datos, pero pensamos que simplemente con esta información que damos... Primera cuestión: cuando una mujer decidió abortar no hay santo sobre la tierra que le cambie la opinión; eso es paradigmático en el Uruguay y en el mundo entero, independientemente de lo que uno piense del aborto, si está bien o está mal; eso es secundario a este respecto. Pero lo que sabemos es que muchas de esas mujeres que no tienen capacidad económica de acceder a la medicación se juntan muchas veces con otras mujeres que están en las mismas circunstancias y acceden a la medicación.
Lo que pasa es que este tema de la medicación es quizá el paradigma de la hipocresía uruguaya, porque a fines del año pasado se comercializaba en nuestro medio un blister de siete pastillas una medicación llamada Misoprostol, bastante accesible desde el punto de vista económico: los siete comprimidos (aunque para esta práctica se utilizan sólo cuatro) costaban algo así como $700. Pero el MSP lo retiró del mercado de esa forma, y ahora se lo comercializa en 30 comprimidos, lo cual incrementó el costo a alrededor de $4.000, y además se exige receta médica, lo cual comporta un marco bastante hipócrita porque las mujeres más desposeídas, las que tienen menos vínculos con el sistema de salud y con médicos son las que podrían acceder pero continúan exponiéndose a prácticas totalmente inseguras y clandestinas.
EC - Usted utilizó el término "hipocresía", y justamente un mensaje que llega de la audiencia -Enrique, de Villa Colón- dice que "Seguimos siendo el país de la hipocresía. Esto que estoy escuchando me lo confirma", pero lo dice a propósito de este sistema de asesoramiento.
LB - El señor tiene el derecho a decir lo que le parezca, pero creemos que esta normativa trata de sacar el velo de hipocresía que socialmente cubre a este problema, reconocer que es un problema social, que para abatir el aborto en el mundo lo que hay que hacer es hablar del tema, desarrollar políticas educativas adecuadas de educación sexual y reproductiva, educación en derechos sexuales y reproductivos, y generar medidas para que los métodos de planificación familiar y anticoncepción lleguen absolutamente a toda la población, sin ningún tipo de prebenda. Así se evita el embarazo no deseado, que es la causa del aborto. Pero puede pasar, y pasa "en las mejores familias", como se dice, que ocurra un embarazo no deseado y creemos que en ese caso, cuando se decide recurrir al aborto, hay formas de hacerlo de manera segura, efectiva, privada, indolora, y nuestra obligación como médicos -respetando los derechos de la paciente- es asesorarla. Porque, repito, esta información que damos está disponible absolutamente en Internet: o sea que las mujeres que tienen económica y culturalmente la posibilidad de acceder a eso, no van a tener problema. La hipocresía está en que justamente las mujeres más débiles, más vulnerables, son las que no acceden a esa información y ponen en riesgo sus vidas.
EC - A propósito de la compatibilidad de este procedimiento con el marco legal vigente: el ginecólogo que asesora, ¿no termina de hecho cometiendo un delito, encubriendo un delito?
LB - Se imaginará que esta normativa, primero que nada, fue puesta en tela de juicio y discutida con asesores legales, médicos legales y bioéticos. Pensamos, por supuesto, que no se comete ningún delito. En ningún momento se indica sobre ninguna medicación sino que se informa, y hay una diferencia notoria entre una y otra cosa.
Por otro lado, con la práctica que desarrollamos, se busca de manera inequívoca la posibilidad de que la mujer valore otras alternativas, como la adopción, conectarse con casas cuna...
EC - A eso iba: ¿el asesoramiento incluye recomendaciones para evitar el aborto? ¿Se trata primero de convencer a esa mujer de que no se lo practique?
LB - Lo decimos explícitamente en la normativa: lo que se trata de hacer es generar un ámbito médico y psicosocial de diagnóstico en el cual sean manejadas todas las alternativas. Pero, como decía al principio, hay dos escenarios: uno en que la resolución ya está tomada y uno en que hay dudas. En el escenario en que hay dudas impulsamos y hemos tratado de hacer (lamentablemente con poco éxito, le diré) el relacionamiento con casas cuna o lugares de refugio para que las mujeres con dificultades económicas puedan continuar con el embarazo y eventualmente luego dar en adopción, en fin. Se maneja, sí, porque antes que nada no nos gusta el aborto; pensamos que tiene que haber soluciones, que hay situaciones concretas y particulares con nombre y apellido de muchas mujeres uruguayas que deben ser contempladas. Y la hipocresía, volviendo a la "palabra clave", como se dice en las publicaciones, es el motivo de que estas mujeres queden al margen del sistema.
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EC - ¿De qué manera va a funcionar este servicio, cuándo estará disponible?
LB - En el Hospital Pereira Rossell, una vez que llegamos a la conclusión de que esto era lo que debíamos hacer desde el punto de vista ético, comenzamos a desarrollar una experiencia ya en el 2002, que sigue hasta ahora, pero... ¿cómo decirlo? Al margen del sistema y con las dificultades que tiene: sin cargos, sin historias clínicas, sin un lugar físico... Hemos ido consiguiendo algunos espacios dentro del hospital, con una visión muy realista y muy comprometida también de la dirección del hospital donde trabajamos, pero creemos que ahora, a partir de la normatización aprobada por el MSP serán generados los espacios y la infraestructura propia como para poder trabajar -lo más importante- en todo el país y, dentro de Montevideo, en todo Montevideo. Tender a la atención primaria en salud en este tema, descentralizando desde el Pereira Rossell, que es donde comienza esta iniciativa, a todas las policlínicas barriales que tienen un acceso directo a la comunidad, sobre todo a la comunidad más vulnerable.
EC - Pero, por lo que han conversado con el MSP, ¿cuánto demoraría esto?
LB - Lo que pasa es que no hemos conversado nada porque nos enteramos de esto cuando se resolvió, el 6 de agosto, por una llamada telefónica. Luego...
EC - Ustedes habían hecho esta propuesta en marzo de 2002, fue quedando pendiente entre otras cosas porque hubo otros dos ministros antes de Bonilla, y cuando ahora se resuelve poner en marcha la iniciativa recién lo saben cuando se toma la decisión.
LB - Seguro: hace tres o cuatro días. Ahora estamos esperando para conformar la comisión que dice el decreto, la ordenanza, no sé cómo se denomina. Vamos a llevar un memorándum con todo el desarrollo de la práctica que hemos hecho, con los resultados obtenidos: en términos generales, de 10 mujeres que consultan, aproximadamente la mitad continúan el embarazo y la mitad abortan; y de esas cinco que abortan...
EC - De 10 mujeres que en principio tenían la intención de abortar, cinco cambian de opinión.
LB - Sí. Lo que tratamos de hacer -a pesar de que es muy difícil en nuestro país- es una primera entrevista donde informamos, y luego una segunda entrevista en la que se habla nuevamente con la paciente. En ese período de reflexión, como lo denomina la legislación, que es de una semana (acá es muy difícil porque hay muchas mujeres que no tienen plata para pagar el boleto para volver a hablar con nosotros), en ese período hay muchos cambios de opinión, sí.
EC - El asesoramiento es previo a una determinación de la mujer y, en el caso de que se mantenga la decisión de abortar, ustedes le explican cuáles son las alternativas. Y luego, decía usted, hay también un seguimiento.
LB - Sí; eso es fundamental porque lo que se ha visto en nuestro país y a nivel mundial es una tendencia en las mujeres que no tienen un buen conocimiento de los métodos anticonceptivos (porque nunca nadie se los explicó) a tener situaciones de aborto recurrentes. Lo que hacemos sistemáticamente en la consulta post aborto es un examen físico para evaluar que no haya ninguna complicación infecciosa, y comenzamos allí con medidas anticonceptivas que pueden ir desde la colocación del DIU (dispositivo intrauterino) hasta las pastillas anticonceptivas.
EC - Estamos hablando de un mecanismo sin duda polémico; los mensajes de la audiencia lo reflejan. Raúl, del Buceo, dice que "el aborto en términos legales es un delito. ¿La corporación médica entonces está asesorando para cometer un delito? No entiendo eso. La sociedad toda, a través de sus representantes, votó en contra de la legalización de aborto y ahora los médicos asesoran para cometerlo". Ese es un tipo de mensajes de los que llegan. De otro tipo son como el de Liliana, de Pocitos: "Por favor, dejen de ser tan machistas. ¿Cuándo van a invitar a una mujer para hablar del aborto? No puede ser". Esto tiene que ver con una inquietud tuya, Joel.
JR - Sí: yo también tenía la inquietud sobre la paranoia que puede surgir en algunas mujeres que va a estar individualizado, ¿no, Briozzo? Se va a saber que a esa repartición se va por tema de abortos, y en todo caso la Policía sabrá que de ahí salen a abortar, vuelven después del aborto...
LB - Tenemos dos posibilidades. Una es esa que dice Joel, tener un lugar sólo para eso, y otra es que por el contrario esta práctica sea desarrollada por todos los médicos y todas las médicas, que es lo que hemos tendido a hacer. Además vinculamos dentro de este tema una policlínica de salud sexual y reproductiva en la que hablamos de anticoncepción, asesoramiento sobre violencia doméstica (un tema acuciante que daría para hablar como tres días, y más en nuestro país), y la interrupción del embarazo.
JR - Ahí queda más difuso: no se sabe qué mujeres son ni dónde van.
LB - Esa es la idea: además de respetar la autonomía, hay que ser muy confidencial con loa infomación.
EC - ¿Están preparados para enfrentar la polémica?
LB - Creo que sí: hace dos años y medio que estamos trabajando denodadamente con esto, hemos conformado la Sociedad Uruguaya de Salud
Sexual y Reproductiva en el marco de la Sociedad de Ginecología, tenemos representantes muy conspicuos de la academia médica y ginecológica y, lo que más fuerza nos da, tenemos el apoyo del Sindicato Médico del Uruguay, de la Sociedad Uruguaya de Ginocotocología y de nuestra casa madre, que es la Facultad de Medicina. O sea que estamos preparados para el debate pero sobre todo, y es lo que más nos importa en realidad, estamos preparados para efectivizarlo en la práctica y ayudar a las mujeres, disminuir el número de abortos en Uruguay que es nuestro objetivo.
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Transcripción y edición: Jorge García Ramón