Entrevistas

Julio Calzada (Junta Nacional de Drogas): "Estamos en una sociedad alcohofílica"

Julio Calzada (Junta Nacional de Drogas): "Estamos en una sociedad alcohofílica"

La Junta Nacional de Drogas (JND) difundió ayer los resultados de la Quinta Encuesta Nacional en Hogares sobre consumo de drogas en personas de entre 15 y 65 años. Entre otras cifras, el 74% de la población reconoció haber consumido alcohol en los últimos 12 meses; 8,3% marihuana; 1,9% cocaína y 0,4% pasta base. Para conversar sobre la situación actual de Uruguay en esta materia, En Perspectiva entrevistó al sociólogo Julio Calzada, secretario general de la JND, quien expresó que "sin duda alguna, desde el punto de vista epidemiológico y sanitario país, el alcohol es el principal problema a abordar". En este sentido, apuntó que "estamos en una sociedad alcohofílica, que vive inmersa en el consumo de alcohol". El especialista explicó que "estos números son parte de una tendencia", por lo que desde la JND se está trabajando "en el diseño de una política, que tiene que ser de amplio consenso, que da cuenta de cuatro grandes aspectos: comunicacionales, de prevención, de sensibilización y normativos". Además, Calzada hizo énfasis en mejorar el control, ya que "no siempre se termina controlando de manera efectiva".


(emitido a las 8.38 Hs.)

EMILIANO COTELO:
¿Cuánto consumimos los uruguayos aquellas drogas que son socialmente aceptadas como el alcohol o el tabaco? ¿Cuándo ese consumo pasa a ser problemático? ¿Y qué pasa con las drogas ilegales, como la pasta base, que tanto preocupa últimamente, o con el consumo de marihuana, en momentos en que se debate sobre su posible legalización?

Ayer la Junta Nacional de Drogas (JND) presentó la Quinta Encuesta Nacional en Hogares sobre consumo de drogas en población de 15 a 65 años, con datos correspondientes a fines del año 2011.

Algunas cifras y datos que se conocieron: 1 de cada 4 personas probó alguna droga ilegal en su vida; mientras el consumo de tabaco disminuyó en los últimos cinco años, llama la atención el aumento del consumo de alcohol; unas 18.700 personas en el país consumen diariamente marihuana, y a pesar de la preocupación creciente sobre la pasta base, el consumo de esta droga no aumentó en comparación con la encuesta anterior del año 2006.

Sobre estos resultados, qué lecturas hay que hacer de las cifras, qué políticas públicas se piensan instrumentar para atender algunas de estas problemáticas de consumo, vamos a conversar con el sociólogo Julio Calzada, secretario general de la JND.

Antes de ir al comentario de algunos números en concreto, menciono algo que me llamó la atención en el informe completo de la encuesta. Ustedes señalan: "No solo se apuesta (con esto) al reconocimiento del consumo de drogas legales como un problema sociosanitario de gran importancia, sino que aumenta la necesidad de reflexionar acerca del uso de drogas (legales o ilegales), asociándolo a una conducta adoptada por gran parte de la población uruguaya".

¿Qué quieren decir con eso?

JULIO CALZADA:
Los temas derivados del uso de drogas en general están asociados a conductas y comportamientos de las personas, son aspectos culturales, aspectos que hacen al desarrollo de la vida cotidiana. En ese sentido voy a ir a una propuesta de la Organización de las Naciones Unidas que establece que el principal problema sanitario que tiene la humanidad ahora son las enfermedades prevalentes no trasmisibles, que son el alcohol, el tabaco y los resultados de la obesidad, es decir, el comer mal y no hacer ejercicio. Y esto tiene que ver no con las sustancias propiamente dichas, sino con actitudes y comportamientos de las personas.

Como bien decía recién el oyente: "Cuando me siento mal, me tomo un tetris". Hay quien cuando se siente mal se toma otras sustancias o consume otras sustancias. Alguien que en un determinado momento se siente mal puede consumir una sustancia ilegal o puede consumir una sustancia legal. Esto es clarísimo en el consumo de tabaco. No sé cómo sería este estudio hace 10 años, antes del tabaco, pero ustedes habían avanzado con relación a no consumir acá. En muchas situaciones de estrés era normal consumir en estos ambientes.

EC - Sí, en el periodismo.

JC - En el periodismo en general, en la noche.

EC - En radio, en televisión.

JC - En la prensa escrita más todavía. El consumo de drogas está directamente asociado a actitudes y comportamientos, eso no hay quién hoy lo ponga en duda. Más allá de que cada una de las sustancias después tiene características específicas incluso por el tipo de consumo, hay gente que consume cierta droga para levantarse, para energizarse –que sería el término más adecuado–, y otras personas consumen otro tipo drogas para aplacarse cuando se usan depresores, como es el caso del alcohol. Por eso por ejemplo en la encuesta aparece una diferencia importante entre el consumo de psicofármacos en hombres y mujeres, generalmente las mujeres tienden a consumir más psicofármacos porque tradicionalmente estaba mal visto que consumieran alcohol. Pero el alcohol es un depresor también, en contraposición a lo que la población piensa muchas veces cuando dice "me tomo una copa de alcohol y me da para arriba". Es un síndrome paradójico, el alcohol aparenta tirar para arriba en un inicio, pero es una droga depresora del sistema nervioso central.

EC - Los oyentes van a poder encontrar en Espectador.com la documentación de esta Quinta Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas en Hogares que ustedes dieron a conocer ayer, en especial el PowerPoint con la síntesis. Y en ese PowerPoint hay una placa que muestra el ranking de las drogas más consumidas por la población de entre 15 y 64 años. Las más consumidas son el alcohol y el tabaco, seguidas por tranquilizantes y marihuana. No sé si los oyentes se habían puesto a pensar en el tema de esta forma.

JC - El incluir la información en una lógica de código de barras da para hacerse una idea muy interesante de lo que tenemos por delante. Sin duda alguna que desde el punto de vista epidemiológico, sanitario país, el alcohol es el principal problema a abordar.

EC - El 74% dice que ha consumido alcohol en los últimos 12 meses.

JC - Es difícil trasmitir una imagen, en eso los periodistas son más hábiles, pero 74 y 0,1 cuando hablamos de los inhalantes es la magnitud del impacto sanitario que tienen una cuestión y la otra.

EC - O con el 0,4 que tiene la pasta base, 74% alcohol, 0,4% pasta base. O la cocaína 1,9% y la marihuana 8,3%.

JC - En todas las encuestas estamos hablando de poblaciones de entre 15 y 64 años y del consumo en los últimos 12 meses, no estamos hablando del consumo habitual exclusivamente. Los consumos habituales incluso caen con relación a estas magnitudes. El consumo habitual es el consumo consuetudinario. Y los diferentes tipos de sustancias presentan problemas diferentes, las sustancias juegan también en este papel. Como te decía inicialmente, las actitudes, los comportamientos, los valores de una sociedad juegan de manera muy importante en el momento de realizar ciertos actos, ciertas acciones.

EC - Pero con estas consideraciones generales que hemos venido haciendo hasta este momento, ¿cuál es la reflexión que ustedes buscan despertar en la sociedad uruguaya?

JC - Tendría que haber dicho antes que estamos firmemente convencidos de que tiene que haber un diálogo entre la ciencia, la academia y la política, y que la política se tiene que construir sobre la base de la evidencia, de lo que la información veraz, confiable aporta. En este sentido esto nos dice que tenemos que tener políticas diferenciadas, primero. Sin duda tenemos algunos problemas con las drogas legales, hay una muy baja percepción de riesgo de las drogas más legitimadas socialmente, te diría más que las legales. Por ejemplo, hay una muy baja percepción de riesgo para la marihuana, la gente consume marihuana y muchos dicen "la marihuana hace menos daño que el tabaco", cosa totalmente infundada. La marihuana es una sustancia como cualquier otra que tiene riesgos sanitarios importantes en función de la vía de acceso al organismo, a nivel pulmonar, a nivel de la boca, por el calor y la forma en que se consume, por la poca información que hay. Eso explica en parte alguna información que hay en la encuesta que muestra que ha aumentado muchísimo el consumo experiencial.

Un dato importante es que el consumo habitual permanece en una fase de meseta, como sucede comparativamente. Tú me preguntabas qué se puede comparar, y hay cosas que se pueden comparar, el consumo de drogas en el mundo tiene una etapa de subida, un tiempo en que se eleva el consumo, y después se estabiliza en una meseta; esto está asociado directamente a aspectos como la percepción de riesgo. En Estados Unidos se hacen estudios longitudinales muy importantes, están los recursos para hacerlo, de pronto siguen a una población durante 10 años, algo que es imposible hacer en nuestros países. Ellos han estudiado que las curvas de prevalencia de consumo tienen una relación de espejo con las curvas de prevalencia de la percepción de riesgo. Es decir, controlando la disponibilidad de una sustancia, a mayor percepción de riesgo menor consumo habitual. Y nosotros tenemos que enfocar las políticas en esta orientación.

***

EC - Hablemos del alcohol, una droga legal. Los datos de la encuesta indican que 9 de cada 10 personas en esa franja de 15 a 65 años han probado alcohol alguna vez en su vida y que 3 de cada 4 lo han consumido en los últimos 12 meses. A su vez, el consumo habitual de alcohol es declarado por más de la mitad de las personas (55,3%). ¿Qué análisis hacen en general de estos datos?

JC - Estamos en una sociedad alcohofílica, una sociedad que vive inmersa en el consumo de alcohol. Esto puede ser algo natural, puede tener mayor o menor impacto sanitario, según otros factores. En sí el alcohol es una sustancia que durante mucho tiempo ha sido considerada incluso un alimento. Hemos hecho un cruzamiento con la Encuesta de estudiantes y nos aparece que en algunos sectores de estudiantes el alcohol es consumido no porque facilite las relaciones sociales, no como un elemento socializador, como podía ser hace unos años, sino en busca de un efecto. Esto pone al alcohol en la misma categoría que cualquiera de las sustancias ilegales, se lo consume en busca de un efecto. Es decir, vos no estarías consumiendo alcohol o una copa de vino en una comida como parte de lo culinario.

EC - Como parte de la mezcla de sabores.

JC - Como parte de la mezcla de sabores, como parte de esa cultura mediterránea de la cual somos herederos, sino ya en la búsqueda específica de un objetivo que es el pegue del alcohol.

EC - "Pegue".

JC - "Pegue" es en el lenguaje por lo menos de una generación, hoy ya hay otros lenguajes. En definitiva y conceptualmente, es en busca del efecto. Esto pone al alcohol para algunos sectores sociales en el mismo lugar que la marihuana, que la cocaína. Es decir, tú no consumís marihuana en el marco de una comida, sino que vas a consumirla porque querés un efecto determinado. Lo mismo sucede con la cocaína o con otras drogas. Y cuando el alcohol comienza a ser consumido en busca de un efecto se asimila a esta otra categoría.

EC - Otro dato que aparece en el trabajo es que una de cada cuatro personas consumidoras de alcohol el último año presenta un uso problemático del alcohol. Estamos hablando de que 260.000 personas tienen ese uso problemático del alcohol. ¿Quiénes entran dentro de este grupo?

JC - Es importante distinguir entre uso problemático y adicción al alcohol, que son dos categorías diferentes, eso sería lo primero.

EC - Hagamos la diferencia.

JC - El uso problemático, según la categorización que nosotros usamos, es cuando una persona en un solo acto de ingesta –no quiere decir en un mismo momento, pero en un período, en una fiesta– consume lo que se llama internacionalmente cuatro tragos de alcohol o cuatro vasos de whisky o dos litros de cerveza o un litro de vino, grosso modo. Es decir, consume determinado gramaje de alcohol, que tiene que ver con aspectos orgánicos de cuánto demora el organismo humano en metabolizar esta sustancia. Hablamos de uso problemático cuando sucede esto. Y hablamos de adicción cuando una persona tiene una relación con una sustancia, en este caso con el alcohol, por la cual tiene que consumir todos los días porque, si no, empieza a sentir malestar, y cuando fundamentalmente la droga se vuelve el eje de su vida.

EC - ¿Cuál es el problema con el consumo problemático? ¿Por qué destacan ese dato: uno de cada cuatro consumidores de alcohol tiene un uso problemático?

JC - Si lo cortás por edad, en adolescentes te da uno de cada tres. El uso problemático tiene una cantidad de aspectos –y se llama problemático por eso y se lo distingue de la adicción por eso–, por ejemplo el usuario no consume de lunes a viernes o de lunes a jueves, pero consume de jueves a sábado una cantidad que sería para consumir en toda la semana. Esto tiene un impacto en la vida cotidiana, tiene un impacto orgánico, tiene impactos con terceros, una persona que se toma dos cervezas en un rato y sale a conducir, por ejemplo, puede poner en riesgo su salud y la de terceros. O sale a caminar y cruza un semáforo en rojo porque su estado de conciencia está alterado y puede provocar un accidente a terceros, no necesariamente a sí misma. Hablamos de uso problemático en estas circunstancias.

En adolescentes y jóvenes esto es más complejo, porque se da en una etapa de la vida –y ese es un problema grave que tiene el país– en la que todavía no están terminados de conformar en su totalidad ciertos órganos como el hígado, órganos del aparato digestivo, no está consolidado el aparato psíquico de la persona, entonces una experiencia compleja con el alcohol o con otras sustancias en edades como los 14, 15, 16 años puede tener consecuencias importantes para la vida futura.

EC - Dentro del consumo de alcohol ustedes destacan la problemática del consumo cada vez más temprano por parte de los jóvenes. En promedio la edad de inicio es a los 16 años.

JC - Sí, la edad de inicio más generalizada. Incluso en otro tipo de trabajos que hacemos con personas que están en tratamiento en centros de tratamiento, esta edad baja a veces incluso hasta los 12,8, es lo que hemos encontrado.

EC - Entonces, ¿qué tipo de políticas se aplican hoy y cuáles nuevas se vienen en esta materia, con respecto al alcohol, teniendo en cuenta estos números?

JC - Estamos trabajando ya desde el año pasado, porque estos números no aparecen así de un día para el otro, son parte de una tendencia. Identificamos claramente que el problema del alcohol es uno de los principales problemas sanitarios que tiene el país. Estamos trabajando con dos equipos de trabajo, con una comisión honoraria consultiva vinculada al tema del alcohol estamos trabajando en el diseño de una política, que creemos que tiene que ser de amplio consenso, que da cuenta de cuatro grandes aspectos: aspectos comunicacionales, aspectos de prevención, aspectos vinculados a la sensibilización de la población con relación a que no estamos ante una sustancia inocua –eso nos parece muy importante– y aspectos que tienen que ver con la normativa, con la legislación.

Hoy los aspectos normativos y de control están vinculados al Ministerio de Salud Pública, al Ministerio del Interior, al INAU, a las intendencias y recientemente a los municipios, hay una legislación que da cuenta de este tema totalmente dispersa. Después tenemos por lo tanto dificultades en el control, hay muchos organismos que controlan y no siempre se termina controlando de manera efectiva. Creemos que hay que repensar ese aspecto y estamos trabajando en ello. Creemos, un último aspecto muy importante, que tenemos que tener una respuesta sanitaria adecuada para tratar tanto los problemas de uso problemático –hay toda una corriente de trabajo a nivel mundial que se llama "intervenciones breves", que tiene que ver con entrevistas motivacionales que ayudan a que los usuarios problemáticos de alcohol cambien esa actitud y ese comportamiento del que hablábamos al inicio de la entrevista– como los problemas de adicción, en este caso con policlínicas de cesación para las personas afectadas.
    
EC - ¿Cuándo se va a conocer ese nuevo esquema de trabajo?

JC - Esperamos que antes de que termine este semestre podamos tener un avance muy importante al respecto y podamos abrir esa discusión al conjunto de la sociedad. Aunque ya estamos discutiendo con empresarios, con trabajadores, con diferentes actores el tema.

EC - La conclusión que desde ya se puede sacar es que hay una preocupación fuerte de la JND con respecto al problema del alcohol.

JC - Hay una preocupación muy importante del Poder Ejecutivo con respecto a esto, y estamos convencidos de que, de la misma forma en que fue posible regular el consumo de tabaco, es posible avanzar progresivamente en la regulación del mercado del alcohol, teniendo en cuenta que se trata de sustancias diferentes y de realidades diferentes.

***

EC - Pasemos al capítulo del tabaco. Durante la conferencia ustedes destacaron el descenso significativo –de tres puntos porcentuales– en el consumo de tabaco desde la encuesta anterior, 2006, producto de las políticas que se han llevado adelante desde la administración del doctor Tabaré Vázquez. De todos modos, de los datos de la encuesta surge que el 31% de las personas de entre 15 y 65 años son consumidoras habituales de tabaco. Entonces, teniendo en cuenta lo firmes, lo restrictivas que son esas políticas antitabaco, ¿no debió haber sido mayor el impacto en el porcentaje global de consumo?

JC - Una cosa es el deseo y otra la realidad. Esto tiene impactos que es necesario medir en otros campos y que es muy interesante medir. Por ejemplo, el descenso de las enfermedades cardiovasculares que produjo este 3% es muy significativo, hubo un descenso del 17% de las enfermedades cardiovasculares entre el 2007 y el 2011. El impacto con relación al consumo de drogas se puede medir de manera directa en la cantidad de sustancia consumida, o de manera indirecta en los daños que genera.

EC - Es un hecho, de todos modos, que de repente no está así numerado en la encuesta, que cayó a cero la cantidad de fumadores pasivos. Esa era una parte del problema.

JC - Sí, ese es un impacto que se verá en el correr de los años también.

EC - ¿Qué problemas operan en el consumo de tabaco como para que no se pueda disminuir aún más este porcentaje, como para que todavía tengamos ese 31% de consumidores habituales?

JC - El consumo de sustancias tiene que ver con la cultura, depende de la óptica con que lo mires. Por ejemplo, hay una teoría económica que tiene una visión de este tema que habla del daño racional, es decir, ante determinado tipo de sustancias las personas dicen: "Esto me provoca un daño a futuro, pero me da un beneficio personal ahora". Esa puede ser una mirada, aquellas personas que racionalizan y dicen "yo en realidad no quiero dejar". Después si lo mirás desde el punto de vista de la sustancia, todas estas sustancias tienen un componente adictógeno muy importante, el tabaco lo tiene, según el tipo de sustancia es mayor o menor. Hay personas que no pueden superar la adicción que tienen a la sustancia. El tabaco tiene impacto no solo desde el punto de vista orgánico, sino también desde el punto de vista psicológico, hay una adicción psicológica que le da a la persona ciertas seguridades, entonces el daño que le provocaría perder esas seguridades es mayor que el daño que visualiza que le provoca consumirlo. Es necesario trabajar con relación a este conjunto de factores.

EC - ¿Se están estudiando nuevas medidas en esa política antitabaco, o ya no se puede hacer nada más?

JC - En el tabaco han sido medidas muy progresivas, la última fase en que estamos en materia de publicidad y demás consiste en que en los locales en los cuales se expende tabaco ya no haya más propaganda. Eso fue progresivo, y nos parece que fue acertada esa política, uno no puede hacer tolerancia cero desde un primer momento con cosas que están arraigadas en la población. Lo que quedaría sería la prohibición, que en ningún caso en el tema de las drogas es buena, ni la prohibición del tabaco. Hay experiencias de sobra en el mundo, el contrabando, todo lo que genera el prohibicionismo con relación a este tipo de sustancias, porque la gente consume por moda, por placer, a veces como un aspecto de automedicación, lo que te decía, ante ciertas situaciones de estrés las personas fuman y eso les mejora su estar en el mundo.

EC - Pero por ejemplo dice el informe: "Conviene reorientar las campañas haciendo especial hincapié en la cesación tabáquica de las mujeres". ¿Ese es el segmento que presenta menos permeabilidad hasta ahora a las políticas destinadas a la cesación?

JC - Exacto, ha bajado mucho más en los hombres de 35 y más años que en las mujeres. Las mujeres no se han mantenido igual, han descendido pero apenas, mucho menos que los hombres. En esto hay que estudiar más y estudiar el comportamiento, porque eso es lo interesante desde el punto de vista de las ciencias sociales en general, por qué se dan este tipo de comportamientos.

***

EC - Desde la audiencia me corrigen, yo dije que con estas políticas antitabaco se logró que cayera a cero el porcentaje de fumadores pasivos. Y hay oyentes que dicen: "Cayó a cero en los espacios cerrados de uso público", que es donde rige la prohibición. Dice un oyente: "No en el hogar, donde el que fuma en general sigue fumando y por lo tanto haciendo fumar indirectamente a quienes lo acompañan".

JC - Ahí está todo el tema del control social autónomo, que en los países latinos, en Uruguay en particular, no funciona con facilidad. De todas maneras creo que en el hogar ha tenido un muy fuerte impacto, como es difícil que lo tenga para otras sustancias, el papel que jugó la educación primaria, sobre todo, la educación inicial, en el sentido de que los niños presionaron durante muchos años, previo incluso a esta reglamentación, en el hogar para que los padres no fumaran dentro. Después se da un mecanismo que es muy complejo, que es cómo se llevan adelante los arreglos familiares para que este tipo de cuestiones no funcionen.

***

EC - Julio Calzada, secretario general de la JND desde mayo del año pasado, tiene 55 años, es licenciado en Sociología y fue uno de los fundadores de El Abrojo, donde trabajó precisamente en consumo de drogas.

***

EC - Pasemos a otro capítulo de la Quinta Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas en Hogares, vayamos al caso concreto de la marihuana, la droga ilegal más consumida, según el ranking del que hablábamos al comienzo. El 8,3% de la población representada ha consumido marihuana en los últimos 12 meses; estamos hablando de 128.000 personas. Ha consumido marihuana alguna vez en su vida uno de cada cinco uruguayos. Y de cada 10 personas que probaron marihuana, 4 mantuvieron el consumo en el último año. ¿Cuánto les preocupa el consumo de marihuana?

JC - Como te decía con relación al tema del alcohol, el consumo de marihuana tiene una amplia legitimidad social hoy, si uno de cada cuatro uruguayos la ha consumido al menos una vez en su vida, cuando subimos a un ómnibus con 30 personas ya sabemos que ahí al menos 8, 10 personas han consumido marihuana una vez en la vida. Esta sustancia tiene una legitimidad importante. Lo que ha pasado en los últimos años es que ha habido una banalización con relación al uso, se cree que es una sustancia que no tiene un impacto negativo sobre la salud psíquica o sobre la salud física. Esa banalización es una preocupación importante.

EC - ¿Por qué?

JC - Porque, justamente, es la que habilita esta expansión. Cuando tú mirás los datos en detalle, el consumo habitual se mantiene y lo que ha avanzado fundamentalmente es la experimentación. Entonces, como hay una banalización del uso, no hay una percepción de que esta sustancia puede tener riesgo, se la consume como si fuera cualquier otra sustancia que no genera daño.

EC - En dos palabras, ¿cuáles son los riesgos, ya que existe la generalización de la impresión contraria, de que no los hay?

JC - Tiene riesgos por la vía de acceso, por ejemplo. Según cómo se consuma puede provocar daños vinculados al aparato respiratorio, a la boca, se consume a muy alta temperatura muy cerca de los labios, eso produce quemaduras y daños, genera daños en el sistema pulmonar y respiratorio igual que el tabaco y que todas las sustancias que se fuman. Esto hablando de los aspectos físicos.

EC - Dice un oyente: "Yo fui víctima de un matrimonio que fuma marihuana. Venían conduciendo una 4×4 y se subieron a la vereda".

JC - Sí, todas las sustancias, cualquiera de las drogas de las que estamos hablando, tienen un impacto importante en daños a terceros, igual que el alcohol, por ejemplo. Seguramente para junio-julio, a más tardar, vamos a traer un catedrático belga que está trabajando en la identificación en isótopos para detectar –de la misma forma que los espirómetros para el alcohol– marihuana, cocaína y psicofármacos, que es una droga que tiene más prevalencia que la marihuana y que no es detectada. Hoy puede haber cientos, miles de personas en Montevideo manejando bajo los efectos de medicamentos o de la marihuana y no tenemos capacidad para detectarlo.

EC - ¿Esa es una política que se va a seguir, empezar a controlar entre los automovilistas el consumo, por ejemplo, de marihuana?

JC - Está en el horizonte y creo que es una medida totalmente consecuente y en concordancia con las políticas vinculadas al control del alcohol.

EC - Si se legalizara el consumo de la marihuana, ¿qué impacto tendría esa medida?

JC - Primero hay que definir qué es lo que se quiere legalizar.

EC - Por ejemplo, un trascendido en Búsqueda hoy a propósito de este paquete de medidas que está considerando el gobierno a raíz de los problemas de inseguridad dice: "‘Hay que discutir hasta el cultivo libre de la marihuana con destino personal’, señaló el informante, y agregó que esa postura es compartida por el presidente, porque entiende que ello es una alternativa menos nociva y que permite evitar las mafias vinculadas al tráfico de drogas".

JC - Sí, las políticas de descriminalización del cultivo y la posesión de la marihuana en el mundo han estado orientadas a separar mercados fundamentalmente. El ejemplo paradigmático es el de los coffeeshops en Holanda, en el año 77 los holandeses, una cultura muy pragmática y muy racional, diseñaron esta política que lo que hace fundamentalmente es separar el mercado de la heroína del mercado de la marihuana. Los holandeses fueron los que tuvieron el menor impacto de la epidemia de sida de los años 80 y 90 en Europa. Es una política que en ciertos aspectos está medida. Incluso ahora que se la está reformando con una perspectiva conservadora, si se quiere, en función de los vaivenes políticos de Holanda, la modificación se refiere a prohibir que cualquier persona que no sea holandesa pueda comprar, pero la medida se mantiene en todos sus términos para los ciudadanos holandeses.

Hay una discusión política interna en Holanda y en Europa con relación a estos temas, que pone en juego la necesidad de que las políticas vinculadas a la descriminalización y despenalización de ciertas drogas tiendan a ser regionales. No obstante eso, pensamos que puede ser una política importante para el Uruguay en la medida en que aparte hay un pronunciamiento positivo en principio de todo el espectro parlamentario, de todo el arco parlamentario, de sectores de todo el arco parlamentario, en cuanto a que este es un camino posible.

EC - ¿Se podría recorrer ese camino, dice usted?

JC - Creo que sí, que hay condiciones políticas para recorrerlo.

EC - ¿Y entonces? ¿Qué pasa con esos riesgos de los cuales hablaba? Una oyente, Cristina del Prado, dice: "Por favor, recalquen el daño de fumar marihuana, los chicos están convencidos de que es menos peligrosa que el cigarrillo porque no provoca cáncer de pulmón, no saben de los daños de ese humo caliente en la boca y en las vías respiratorias".

JC - Es lo que acabo de decir. Todas las políticas tienen que estar orientadas a dar información veraz y confiable. Información veraz y confiable significa decir que tal tipo de sustancia tiene tal tipo de riesgo por tales y tales características, por ejemplo por la vía de acceso. La vía de acceso en este caso son los labios, la garganta, el sistema respiratorio. Sin duda que cualquier política que se haga para la marihuana no puede ser parcial y decir: cultiven y no pasa nada. Tiene que estar integrada, tiene que haber mecanismos de control que hay que diseñar y que tienen que ser claros y efectivos.

EC - ¿Esa campaña incluiría también información, como por ejemplo las ilustraciones que hoy se obliga a colocar en las cajillas de cigarrillos?

JC - Con relación a la regulación del mercado de la marihuana hay diferentes teorías: que debe ser el Estado el que las expende... En ningún caso he escuchado, en ningún país donde se discuten estos temas, que mercantilización de la distribución de la marihuana tiene que ser igual a la del tabaco. Acá no estamos hablando de que se monte una compañía o que se les dé a algunas de las compañías existentes para que difundan y hagan propaganda sobre el uso de la marihuana.

EC - Me refería al tipo de advertencias que hay que hacer, que la población tiene que conocer a propósito del impacto.

JC - Sin duda, eso hay que hacerlo y de la manera más adecuada.

***

EC - Vayamos finalmente al consumo de pasta base, que tanto preocupa a la sociedad uruguaya. Según este informe que se divulgó ayer, "el consumo de pasta base para el total del universo de estudio es marginal y no representa cambios significativos con respecto a la medición de 2006. El 1,1% declara que consumió pasta base alguna vez en su vida".

En la población en general existe la percepción de que en estos años aumentó el consumo de pasta base. Los números que ahora se conocen dicen que eso no es así. ¿Entonces?

JC - Algunas salvedades. Esta es una encuesta de hogares, se realiza en los hogares de las personas, y no tiene en cuenta lo que se llama "poblaciones ocultas", aquellas poblaciones a cuyos hogares no accedemos porque viven en la calle o en zonas tugurizadas y demás. La muestra y la encuesta tienen una importante validez en términos estadísticos, porque fueron 5.000 casos, porque es polietápica, es decir, se selecciona un territorio, se selecciona una manzana, se selecciona una casa y en la casa se selecciona una persona. Tenemos una alta confiabilidad. Con las salvedades de que no damos cuenta de este tipo de poblaciones que son las que más consumen pasta base. En la última filmina del material que entregamos ayer aparece la distribución en el territorio, es claro que hay una segmentación residencial en el consumo de pasta base.

EC - El consumo en Montevideo es el doble que en el interior del país; y a su vez dentro de Montevideo el consumo en algunos barrios más vulnerables es varias veces mayor que en otros. ¿Entonces?

JC - Tenemos que tener políticas adecuadas a esta realidad. Una sustancia que no tiene un impacto sanitario global en el conjunto de la sociedad es una sustancia que tiene un impacto en determinados sectores de la población, es una sustancia que tiene un impacto fuerte en términos de seguridad, eso es indudable, nadie puede dejar de plantearlo, por las características del consumo. Esto tiene implicancias en cómo abordarlo. Nosotros estamos orientando políticas en Montevideo junto con la Intendencia de Montevideo y el Mides vinculadas a trabajos en calle orientados a vincular a los usuarios de pasta base al sistema sanitario. Desde abril estamos desarrollando junto con la Intendencia de Montevideo un programa que se llama Alero, uno en la zona este y otro en la zona oeste de Montevideo, que tiende a vincular a los usuarios de esta sustancia al sistema sanitario. Se hacen recorridas de calle, se trabaja con las organizaciones sociales que trabajan en el territorio para acercar a estas personas que están en esta situación y están consumiendo este tipo de sustancias al sistema sanitario. Vincularlas al sistema sanitario significa vincularlas al primer nivel de atención que proporciona ASSE, vincularlas a los dispositivos de tratamiento que tenemos instalados. En la zona de Canelones y en la zona de San José estamos terminando la refacción edilicia de algunos dispositivos de tratamiento para poder dar asistencia sanitaria a este tipo de usuarios.

EC - ¿Qué otros cambios, qué otras novedades se están previendo en esta materia?

JC - Continuar en el trabajo de identificación. Estamos trabajando fuertemente y constituyendo un grupo a nivel regional, hoy llega a Uruguay el director del Observatorio Internacional de Drogas de las Américas. Estamos trabajando en un proyecto conjunto con Argentina, Brasil, Paraguay y Chile orientado exclusivamente a las cocaínas fumables. Uruguay tiene una importante investigación académica en esta materia, es de los países que tienen más y donde primero se empezó a investigar: Rodolfo Ferrando de Medicina Nuclear de la Facultad de Enfermería, la doctora Scorza en el Clemente Estable, la Cátedra de Toxicología, ASSE, el Portal Amarillo. Además hemos constituido un equipo de trabajo hace un tiempo ya en la Secretaría Nacional de Drogas específicamente para el estudio de las cocaínas fumables, porque tenemos que trabajar en los aspectos sociales –están participando también la Facultad de Humanidades y la de Psicología–, en los aspectos clínicos y en los aspectos preclínicos de ciencias básicas para conocer el impacto real de estas sustancias desde el punto de vista adictógeno, en el cerebro, en los diferentes órganos.

***

Más temprano, por ejemplo, venían mensajes que nos hablaban de grupos de alumnos de liceo interesados en esta problemática que se disponían a escuchar la entrevista, en un trabajo que iban a hacer con los docentes correspondientes, escuchar la entrevista y a partir de ella discutir. Si precisan más información, a las órdenes; supongo que la JND también está a disposición.

***

Transcripción: María Lila Ltaif

Contenidos relacionados:

Video de la entrevista