·    Es un Dionisio Díaz del siglo XXI. María de Punta del Este

·    Tres palabras: Amor (por su hermano y por él mismo), Valentía (porque tanto a esa edad, como a cualquier edad diría, no es tarea sencilla denunciar a nuestra propia madre) y Ejemplo (para todos, pero en especial para la abuela).

·    No se imaginan ustedes cuántos niños piden ayuda en escuelas o comisarías cansados de permanecer días sin referentes adultos y cargando con hermanos pequeños. Aun en esas condiciones continúan asistiendo a la escuela. Silvana de Belvedere

·    Es una situación horrorosa...la entereza del niño recuerda a una versión moderna de un nuevo Dionisio Díaz. Un pequeño héroe.

·    Esos niños necesitan atención muy especial. Que no los dejen tirados en el Inau, en el olvido. Nelson de Colonia Valdense

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Se me ocurre reflexionar sobre dos puntas en torno a esta noticia. Por un lado cuidemos al niño, sí, cuidémoslo, no lo acosemos, no lo convirtamos en un producto mediático. Este niño y su familia van a necesitar mucha ayuda. No prioricemos la nota a la integridad psíquica de este niño que, parafraseando a Horacio Ferrer en su Chiquilín de Bachín. Ya es un niño de mil años.

Por otro lado, detrás del silencio de la abuela, hay algo mucho más común y corriente en estos casos. Las familias se resisten a la denuncia por aquello de cómo un padre o madre va a denunciar a su hijo. No es tan incomprensible aunque no es lo correcto.

Quienes trabajamos en temas vinculados a las adicciones y, más concretamente, a la pasta base, sabemos lo difícil y largo que es el proceso que, necesariamente culmina en cerrar la puerta y, en última instancia denunciar.

Todo ello es producto, por un lado de la desinformación, por otro del estigma que existe en torno a las familias que poseen este flagelo y a la negación que va de la mano de esta no aceptación hacia reconocer que se está frente a una enfermedad
Sí, porque la adicción es una enfermedad crónica, recurrente, hereditaria pero tratable

Cristina Freda, integrante de Madres de La Plaza

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Con respecto de lo del chico de Mercedes, destaco la valentía de ese niño para presentarse a las autoridades, sin pensar en las posibles represalias.

Cuánto valor adquirido vaya a saber de dónde, quizás un familiar, quizás un amigo o quizás por motus propio, por iniciativa natural; le surgió el "ser mejor", para él y sus hermanos.

Queda claro que es un niño con condiciones naturales para desarrollar esa "sana cuota de ambición" por lograr una mejor vida.

Me deja conmovida...Ojalá se atendiera a este chico con algún tipo de apoyo para lograr esa mejora personal y familiar.  
 
¡Que fecunde!
Saludos cordiales,
Ma. Fernanda Nogués

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De las tan anunciadas medidas draconianas que se iban a tomar contra los distribuidores de pasta base solamente quedó la fantochada de la marihuana...otra droga y esta vez estatal. Mientras el estado sigue mirándose el ombligo estas tragedias continúan ocurriendo. ¿Cuántos niños tienen la madurez de este? Por cada denuncia ¿cuántos sufren en silencio?