Así le dijo a El Espectador el padre del copiloto Martín Riba, quien agregó que le consta que las tareas para encontrar los cuerpos de su hijo y del piloto Walter Rigo, no es sencilla. Este domingo continuarán los trabajos.

Julio Riba se alegró y luego se emocionó. Así reaccionó cuando se enteró que habían encontrado los restos del avión que piloteaba su hijo la noche del 6 de junio de 2012 cuando se estrelló.

El avión viajaba de Montevideo a Buenos Aires y nunca llegó a destino. Las condiciones del tiempo eran adversas la noche que se precipitó el avión.

El padre dijo tener esperanzas de que los cuerpos aparezcan cuanto antes, pero sabe que la tarea no será para nada sencilla:

"Paradójicamente vivimos con alegría el hallazgo de haber encontrado la aeronave y ahora las familias queremos que los cuerpos aparezcan, se supone que no será fácil y que llevará su tiempo".

Por su parte el buzo, Héctor Bado, confirmó que las tareas se retomarán este domingo a las ocho horas de la mañana.

En diálogo con El Espectador, Bado dijo que las condiciones no son las mejores este sábado, por más que el tiempo pueda parecer adecuado. "En el mar la cosa es distinta" sostuvo.

Agregó que se utilizará el ROU Vanguardia, que está siendo acondicionado por la Armada para comenzar las tareas este domingo.  Su objetivo es trabajar este mismo domingo y el lunes, ya que a partir de ese día en la noche el pronóstico es malo.

Si bien tiene que volver esta semana a los EEUU, dijo que hasta no encontrar los cuerpos, se quedará.

Bado adelantó las tareas que llevarán adelante este domingo:

"Vamos a elevar la frecuencia y acortar el alcance del sonar para tener más imágenes nítidas y tenemos que hacer un mosaico para sacar las coordenadas de los puntos de interés y la idea es fondear sobre el área de la aeronave y proceder a las tareas de extracción de los cuerpos que es el objetivo primario y eventualmente intentar levantar algún pedazo del avión para tratar de saber que fue lo que pasó".

Bado indicó que intentará bajar personalmente, si se lo permiten, para tratar de encontrar los cuerpos porque asegura tener, "una deuda personal con la familia".

Sobre lo que se encontró, el buzo sostuvo que el avión está partido. Lo primero que encontró fue una parte del fuselaje, de unos 6 metros, donde estima puede estar la cabina, y también a unos 40 metros de allí lo que sería la cola del avión.

No obstante también detectó partes pequeñas por varios lados, rodeando el avión. Sostuvo que en el momento de la búsqueda se pasó por esa zona y un pesquero le pegó al avión, arrastrándolo y dañándolo bastante.

"Los pesqueros son rastreros y uno de los barcos le pegó al avión alterando el estado en el que estaba. Ahí lo debe haber dañado bastante pero eso lo dirán los buzos de la Marina cuando bajen. Tenemos la esperanza de que esto sea parte de la cabina. Se encontraron el tren de aterrizaje del avión y además apareció un cargador de una laptop que pertenecía al copiloto por eso creo que estamos cerca".

Al cierre de sus declaraciones, el buzo dijo que el avión no se había encontrado antes porque las condiciones no fueron las adecuadas, relatando que este viernes el agua estaba "como un plato".

"Lo que pudo haber ocurrido es que en la angustia de no encontrarlo, no se buscó con las mejores condiciones, los equipos son muy sensibles", dijo el buzo.