De aguas profundas y turbias
El gobierno de José Mujica ha colocado la piedra fundamental a una idea que lleva decenas de años de idas y venidas. El decreto del pasado 14 de junio aprobó la propuesta del informe final de la Comisión Interministerial designada para estudiar la viabilidad de la instalación de un puerto de aguas profundas en la costa este del país y encomendó al Ministerio de Transporte y Obras públicas dictar los actos necesarios para el desarrollo del puerto a través de un contrato de participación público privada; esas mismas PPP que vienen desmoralizando al titular de esa cartera, Enrique Pintado. La instalación del puerto, a la altura del kilómetro 250 de la ruta 10, es para Mujica la "decisión más importante que tome este gobierno" en materia de política exterior. A la vez, según se ha venido manejando a través de la prensa, será el punto de partida para una serie de obras de infraestructura que incluyen, por ejemplo, un aeropuerto comercial en el mismo departamento, el tendido de una red de ferrocarriles, el desarrollo de una constructora naval para elaborar barcazas que permitan transportar las cargas por la Hidrovía del Río Paraná, la remodelación del puerto de La Paloma para permitir el acceso de cruceros y la construcción de un proyecto hotelero de alto nivel. Claro que la propuesta viene acarreando una buena cantidad de detractores, entre legisladores de la oposición y vecinos de la zona afectada. Uno de los militantes más activos contra estos mega emprendimientos, es el periodista Víctor Bacchetta. En diálogo con Suena Tremendo, expuso sus argumentos y explicò las contras de estos proyectos.