Tras haber fundado y dirigido el Movimiento Tacurú, y haber pasado fugazmente por la gerencia del Semeji (ex Instituto Técnico de Rehabilitación Juvenil), el padre Mateo Méndez continuó su labor social como párroco de la Iglesia San Isidro, en Las Piedras, donde lleva adelante el proyecto Minga. Desde allí, mantuvo su trabajo con jóvenes de entornos problemáticos con el objetivo de capacitarlos para la inserción laboral y alejarlos del consumo de drogas. En tiempos en que en nuestro país se debaten diferentes alternativas para el tratamiento de los jóvenes con adicciones, entre ellas la de la internación compulsiva, Suena Tremendo se propone conversar con este sacerdote salesiano que ha dedicado buena parte de su obra al trabajo con adolescentes. En Suena Tremendo lo recibimos para conocer mas acerca de su trabajo.