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Diego Jaume: un exfutbolista que eligió el campo, la vida sin celular y el activismo "en defensa de la tierra"

Diego Jaume: un exfutbolista que eligió el campo, la vida sin celular y el activismo "en defensa de la tierra"

Una multitud proveniente de distintas zonas del país marchó el jueves pasado por Montevideo en contra de la instalación de la minera Aratirí. Entre ellos se encontraba Diego Jaume, un exjugador de fútbol que viene participando activamente de estas protestas. En Perspectiva conversó con él para conocer la historia que se inició luego de su retiro del fútbol, en el campo y –por propia elección- lejos de los celulares y las computadoras. En la entrevista, Jaume explicó las razones que lo alentaron a elegir su estilo de vida actual, alejado de tecnologías que a su criterio "compiten con el relacionamiento humano". "El mundo del fútbol me estaba vaciando", dijo, y afirmó a su vez que la vida en el campo lo hizo "mirar distinto". "El contacto con la naturaleza te da una humanización que no te da la ciudad", aseguró el exfutbolista, que explicó que en esta idea se basa el espíritu de las manifestaciones "en defensa de la tierra y los bienes naturales". "Queremos que se pueble la campaña, que la gente vuelva a la tierra", manifestó.


(emitido a las 8.50 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Siendo jugador, lo apodaban "patrón" porque imponía su presencia en la cancha.

Aunque jugaba en la defensa, en más de una oportunidad se las arreglaba para ser protagonista también en el área rival.

(Audio jugada de fútbol.)

EC - Hoy, ya retirado de la práctica profesional del fútbol, Diego Jaume ha encontrado otra razón para salir a marcar fuerte.

(Audio Diego Jaume.)

"Defender la tierra y sus recursos naturales, porque no se está defendiendo. Creo que hay situaciones que se están viviendo, como la megaminería y muchas situaciones particulares de la tierra, que es todo lo contrario. Hacen lo opuesto a lo que está haciendo. La verdad es que eso es lo que estamos reclamando pacíficamente. Queremos que se defienda realmente la tierra".

(Fin.)

EC - Así hablaba Diego Jaume el 19 de junio de este año en Sauce, departamento de Canelones, en una de las tantas actividades en las que ha participado como integrante del Colectivo Sauce de Lucha por la Tierra.

La semana pasada, estuvo en Montevideo. Fue el jueves, cuando cientos de personas, muchas de ellas a caballo, recorrieron varias avenidas de la capital en defensa de la tierra y, en especial, en contra de la instalación de la minera Aratirí en la zona de Cerro Chato.

Vamos a conversar con Diego Jaume, para conocer la historia que se inició después de su retiro del fútbol, su vida en el campo y –por su propia elección– lejos de los celulares y las computadoras.
 
¿Por qué te sonreías?

DIEGO JAUME:
Porque la introducción estuvo bien y marcó un poco mi sentir de la vida. Uno cuando escucha del otro lado cómo se ve... creo que está bien, que es lo que uno quiere trasmitir en este mundo.

EC - Vamos por partes. Tú iniciaste tu carrera como futbolista profesional en Huracán Buceo, en 1993. Pasaste después por Bella Vista, Defensor y Nacional, en Uruguay, y en España por el Numancia y el Hércules. A los 34 años abandonaste la práctica profesional del fútbol y te retiraste al campo, más precisamente a la zona de Sauce, en Canelones. ¿Por qué? ¿Por qué elegiste vivir en ese ambiente?

DJ - Justo me preguntabas antes de esto si yo tenía relación con el campo. Mi abuelo tuvo estancia, tuvo campo, pero es como todo, hay una etapa en que el campo te parece un lugar muy solitario, sobre todo de joven.

EC - De chico habías ido al campo.

DJ - Iba al campo, sí. Después con el fútbol se me complicaba más, porque el fútbol ya te abarca más tiempo. Pero de chico iba, sobre todo en verano, y me gustaba andar a caballo. Mi abuelo no tenía luz eléctrica, no tenía agua circulante, o sea que era aljibe, entonces te cuesta encontrar el valor que tiene todo eso.

EC - ¿No llegaste a trabajar en las tareas del campo?

DJ - Sí, también, vacunábamos ovejas, trabajábamos ovejas. Me gustaba más andar a caballo, corríamos pencas o carreras en todas las esquinas del campo. Pero el gusto este que siento hoy lo vas adquiriendo, porque tiene un valor mucho más profundo que una tarea puntual. Tiene acercamiento de uno mismo con cierto grado de profundidad humana que es lo que yo siento que hoy se ha perdido. Y el hecho de vivir en Europa tanto tiempo... me tocó vivir siete años como exiliado –no yo, mi padre exiliado político y yo como hijo en Holanda– y cinco como jugador de fútbol en España. Y cuando el jugador de fútbol llega a esos niveles de élite donde hay muchísimo dinero, el dinero siempre lleva aparejada toda una forma de vivir, un estilo de vivir, el coche que llevás, la ropa que llevás, la casa que tenés.

A mí me fue alejando de mi esencia, me fue alejando de lo que yo realmente quería vivir, de esa humanidad. Este grado de profundidad humana no va de la mano con ese nivel de vida, yo lo viví en carne propia, me tocó estar en ese mundo donde uno se preocupaba por el Porsche, el Ferrari, el Audi, el BMW, y también por el Versace, por la marca de ropa, por todo ese estilo de trasmitir una vida que no me fue llenando, me fue vaciando. Y fui viendo también lo que generaba alrededor esa vida, en los hijos de mis compañeros, en un mundo, primer mundo, porque aparte yo agarré Europa en pleno auge, no en esta crisis económica y humana, sino en pleno auge económico, donde todo parecía accesible, todo parecía fácil, todo parecía una burbuja donde todo el mundo estaba feliz. Y sin embargo veías por atrás una forma de vida vacía, ellos mismos se dieron cuenta después.

EC - ¿Cuando dejaste el fútbol ya tenías resuelto esto que ahora estás haciendo? ¿O fue un proceso, dudaste, pensaste en distintas actividades alternativas y finalmente te volcaste al campo?

DJ - Volcarme al campo sí, no me animaba, porque mi fuerte era el fútbol. Igual yo quería, ya vine decidido a vivir en el campo. Yo tuve dos etapas en España, la primera etapa fue en el Numancia, del 99 al 2003, y a la vuelta elegí comprar una chacra en Sauce, jugando al fútbol. Pero ahí no me iba a retirar, venía con la decisión de jugar en Nacional, quería ser campeón uruguayo, quería jugar en Nacional. Y ahí elijo vivir en el campo, no vivir del campo, que son dos formas distintas de encarar la vida en el campo. Me compré una chacra cerca de Sauce, vivíamos ahí con mi exseñora y mis cuatro hijos, sobre todo para trasmitirles a mis hijos... yo venía de Europa, del primer mundo, de una locura de vida, y dije "esto no lo quiero". Fue un poco de ver lo que había y de decisión. Montevideo me quedaba chico para lo que yo quería trasmitir a mis hijos, que ellos contactaran. Ya no era el Montevideo de mi época, del barrio, de jugar en la calle. Yo venía asustado de lo que era el PlayStation portátil, la computadora, todo ese mundo donde el prototipo de cuarto de un niño era el plasma con el cable, el PlayStation, la computadora, y no tenían vida esos gurises.

EC - Por eso decidiste irte a vivir al campo.

DJ - Esa fue la primera elección, elegimos ir a vivir al campo, pero seguía jugando al fútbol. Y el proceso posterior fue a mi segunda vuelta, a mi retiro. Yo me retiré joven, tenía oferta para seguir en España, es un tema más futbolístico, pero también hubo situaciones por las que fui eligiendo irme del fútbol. Tenía oferta mismo en Uruguay para seguir jugando, pero dije no, no quiero jugar más. El mundo del fútbol me estaba vaciando; el mundo del fútbol, no el fútbol, al fútbol lo adoro, yo soy deportista.

EC - En ese caso estás aludiendo a maniobras del mundo del fútbol.

DJ - A maniobras respecto a temas futbolísticos, que también tienen que ver con la parte humana, que hacían a la parte humana, no me dejaban estar bien estando en esa profesión. Ahí vuelvo con la idea de ser técnico en inferiores. Antes de irme a España en el 2007 me compro un campo en Casupá, del lado de Lavalleja pero cerca de Casupá, unas 130 hectáreas, para tener tipo el fin de semana. Tenía unos animales, un contacto distinto. Iba a ser técnico de inferiores, algo que me apasiona. Y ahí mi viejo, que es un gran influyente en mi vida, me ha guiado muchísimo, un poco me impulsó a que me la jugara al campo.

Yo tenía el curso hecho en España, entonces para dirigir tenía que revalidar, todo un trámite, y ahí me voy al campo y me meto a producir con un sistema que hago también hoy. Una ingeniera agrónoma amiga de mi madre me enseñó muchísimo, porque yo no tenía idea ni siquiera de lo que era una pradera. Sabía que los novillos eran los toros capados, hacíamos unas yerras, pero no tenía idea de casi nada. La idea básica de producción que fui aprendiendo –y que estoy lejísimos de saber, aunque hoy me va muy bien en la producción– es un sistema estilo neocelandés, con pocas hectáreas, muchos animales y una buena rentabilidad.

EC - Hoy estás dedicado al campo, hoy tu actividad económica es el campo.

DJ - Sí, al darse también esta particularidad de mi separación, hoy mi entrada principal es el campo, que también me hizo mirar distinto. Porque antes tenía otros ingresos que hoy no tengo. Hoy antes de venir para acá me fui al campo, cambié los grupos de novillos y me vine para la radio.

EC - Cuando decís que te fuiste al campo, te fuiste de la chacra en Sauce.

DJ - Exactamente.

EC - Seguís viviendo en la chacra en Sauce y tenés el campo ¿dónde?

DJ - A ocho kilómetros, cerca de ahí también, rumbo a Canelones, por la misma ruta sobre la que estoy. Ahí tengo 35 hectáreas, 22 de pradera y tengo una altísima dotación, siete animales por hectárea. Hace unos días vinieron unos productores de Flores a ver, porque esta ingeniera agrónoma da charlas, y es su manera de producir, que increíblemente Uruguay no ha explotado todavía. Yo lo estoy haciendo, me va muy bien, esta primavera está muy buena, el clima es un factor determinante, pero aparte de eso es impresionante cómo funciona ese sistema de producción.

EC - ¿Quiénes viven contigo?

DJ - Mis cuatro hijos, que alternan la convivencia con la madre.

EC - Tú has dicho que no usás celular ni computadora, ¿te mantenés en esa posición?

DJ - Me mantengo.

EC - ¿Desde que volviste de Europa?

DJ - Sí. Es más, nunca usé.

EC - Y además has contado que a tus hijos los has educado para que tampoco utilicen ni celular ni computadora.

DJ - Sí, se me ha complicado. No es una ceguera, tiene un fundamento. Cuando jugaba al fútbol se sorprendían, porque los equipos a los que yo fui en España todos tenían contrato con marcas de compañías y te daban gratis equis cantidad de minutos, más celulares. Sobre todo fue gracioso el último año, cuando fui al Hércules. Firmo el contrato, el gerente me da el celular que venía de la mano con el contrato, y yo le digo: "No, yo no uso celular". Al principio me quedó mirando, y me dice: "Es obligatorio". Yo miré el contrato de vuelta y le digo: "No, no es obligatorio". Y me dice: "¿Qué, no querés que te ubiquemos? ¿Tenés un celular particular? No es que tengas celular, es que estés ubicable". "Sí, yo voy a tener un teléfono fijo". No es que sea un indio charrúa, está claro que tengo tecnología, en un nivel, uso tecnología, tengo lavadora, no lavo a mano, y también cocino, tengo luz.

EC - Supongo que tendrás tractor.

DJ - Tractor tengo también.

EC - Camioneta 4x4.

DJ - No, compré una Fiorino, tuve que economizar las distancias a Atlántida, donde vive mi exseñora.

EC - El problema no es con la tecnología en general.

DJ - Es con cierto nivel de tecnología que yo creo, y lo he vivido, que compite con un relacionamiento humano. Ahí entro a calibrar, en mi vida hoy el celular no lo preciso. Para estar ubicable... ¿qué es estar ubicable? Eso es discutible.

EC - Pero ¿la computadora? ¿Un uso racional de la computadora no podría ayudarte, aplicando la informática a la producción agropecuaria? Eso mejora la productividad en muchos casos.

DJ - La ingeniera que me asesora, Elena, que aparte es una relación humana porque es amiga de mi madre, siempre que me ve me dice: "Te podría mandar esto por e-mail, esta foto". Y yo le digo: "Elena, mirá el campo, ¿cómo estoy produciendo? Hoy estoy produciendo 1.269 kilos de carne por hectárea". En Uruguay el promedio es de 250 por hectárea. No precisás computadora, en mi tarea no la necesito. ¿Podría estar mejor? No sé, creo que no, pero los niveles a los que estoy produciendo hoy son un ejemplo. Y no es que yo lo diga, lo dice Elena y es la que me asesora.

EC - Directamente no te conectás.

DJ - No me conecto. Para que tengas idea, el otro día me comentaban que El País de Madrid sacó –yo estaba seguro de que se iba a llegar a eso– que el primer vicio, más que la droga, más que el alcohol, la adicción número uno es internet. Es impresionante, porque el uso racional es muy complejo, tenés que tener un dominio personal muy grande, porque te vas metiendo cada vez más y te vas convenciendo de que es mejor. Y yo discuto eso. Cuando jugaba al fútbol me decían: "Pero te conectás". Yo escribía por carta o grababa casetes. Me importa mucho la calidad de comunicación, más profunda.

EC - Preferís el mano a mano.

DJ - El mano a mano. Y en este caso era la carta escrita o un casete hablado. Nos juntábamos con mi familia a hablar, cantábamos canciones en el casete y lo mandábamos. Y no había urgencia, el correo demoraba 15 o 20 días, sí, ¿y? Hoy la urgencia ha quitado la calidad. Eso para mí es importante.

EC - ¿Y con tus hijos cómo te ha ido?

DJ - En primer lugar están las XO, mis hijos van a la escuela pública y entraron. Tampoco soy un negado, tengo claro que, dependiendo de lo que elijan profesionalmente en su vida, van a tener que usar esa tecnología, porque el sistema está hecho para que te vayas metiendo. Mi hermana es doctora, estudiante de neurocirugía, residente en grado 3, y usa la computadora y tiene celular, porque la tienen que ubicar. Mis otros hermanos no tienen celular, uno es carpintero y la otra es profesora de educación física. Depende de lo que elijan, si alguno elige –eso va a ser libre elección– venir al campo conmigo, sabrá que no lo necesitamos. Si eligen ser jugadores de fútbol tampoco lo van a precisar, yo jugué al fútbol 17 años profesionalmente. Si quiere ser doctora o elige otro grado de nivel... depende de lo que elijan. El tema va de la mano de que haya una educación, sobre todo en la edad de mis hijos, que aprendan que de última es una herramienta, no una necesidad. Y hoy es una necesidad, se ha trasmitido eso como necesidad.

***

EC - En la zona donde vives integras una comunidad de vecinos que desarrollan distintas actividades en conjunto. ¿De qué se trata exactamente?

DJ - Son dos cosas distintas. Esa comunidad es un grupo de consumo, somos ocho familias que en primer lugar compramos en común, viene de hace mucho tiempo.

EC - Una cooperativa de consumo.

DJ - De consumo. Compramos en común, hacemos pedidos en común. Eso fue lo que nos unió. Después le fuimos agregando cosas, por ejemplo agregamos la jornada de trabajo. Eso es lo más interesante hoy, el calcular, el pensar económicamente, porque son realidades muy distintas, no tenemos realidades iguales económicamente. Entonces hoy se agregó una jornada de trabajo, ayer fue la mía, en casa. Cuando uno de los adultos cumple años –no los niños– como regalo todos los adultos hacemos un sobre, que también es hecho por nosotros, donde ponemos equis dinero para comprar los materiales y se hace una jornada de trabajo en la casa. Lo hemos hecho en todos: levantar paredes, construir, pintura, sanitaria, lo que sea que precise esa persona o esa familia particularmente, se hace en esa casa.

Esa jornada de trabajo, que compartimos todo el día, tiene varias cosas más. Por ejemplo hacemos una reunión previa en la que analizamos entre todos qué se necesita, qué se va a hacer, cómo lo vamos a hacer, cómo lo vamos a repartir. Eso se hace el lunes antes, cada uno hace algo manualmente, una comida, todos cocinamos para ese día, y después nos repartimos las tareas. Ayer me tocó en casa, por ejemplo, y se pintaron todas las aberturas y nos fuimos al campo, a ocho kilómetros, a arreglar el tubo donde se vacunan los animales. Trabajar en colectivo exige mucho, de uno y de los demás, para coordinar el trabajo, y sobre todo lo que generás como colectivo. Es impactante ver las transformaciones después de cada jornada.

EC - ¿No es algo parecido a un grupo CREA? ¿Ustedes discuten a propósito de cómo encara la actividad agropecuaria cada uno, o no, es más bien un intercambio sobre cómo viven, qué hacen?

DJ - Es eso, es más que agropecuario. Por ejemplo, ahí no están los productores, están mis hermanos, mi padre es hortícola, pero mi hermano es carpintero, estamos los cuatro hermanos con las parejas, más mi padre más otras familias que no tienen que ver con el campo. Otros viven en Montevideo, por ejemplo. No tiene que ver con la parte agropecuaria.

EC - ¿Ese grupo tiene algo que ver con estas movilizaciones por la tierra y contra la megaminería? ¿Ahí hay un germen también?

DJ - Hay un germen, en el Colectivo de Sauce de Lucha por la Tierra y sus recursos naturales estamos todos nosotros más gente de Sauce que se ha ido integrando. En ese sentido sí compartimos todos, seremos 12 adultos más todos los niños, compartimos todos el mismo criterio. Lo analizamos con diferencias pero compartimos la base.

También hacemos una vez al año una jornada para los niños, para que aprendan a trabajar. Los acompañamos a trabajar, es toda una tarea aprender a hacer un taladro, un martillo, una tornilladora. Después no hay tiempo durante el año, ellos reparten agua y juegan. Pero ese día les dedicamos una jornada a ellos. Por ejemplo en casa se pintaron los arcos de fútbol, ellos los pintaron íntegros. Son cosas que quieran hacer, y aparte aprender.

***

EC - De los mensajes de la audiencia, Romina, ¿qué elegirías? Uno o dos para mencionarle a Diego Jaume.

ROMINA ANDRIOLI:
Hay de todo, está dividida la cosa. Por ejemplo, Américo de Solymar dice: "Yo soy otro marciano del sistema, como usted. ¡Grande, Jaume! Soy escritor, no tengo computadora ni la preciso".

Hay otros que plantean si no son demasiado ilusos e inaplicables la propuesta y el estilo de vida de Jaume.

EC - Dos palabras sobre eso.

DJ - Entiendo que haya de todo. Personalmente me va muy bien, y creo que no es iluso en mi caso. La gente puede pensar que sea iluso.

EC - Vamos a estos reclamos. ¿Concretamente a qué apuntan con estas movilizaciones?

DJ - Venimos desde hace tiempo, después que dejé el fútbol activamente, siempre estuve. Capaz que fue más accidental que fuera a jugar al fútbol que que fuera un luchador social, político, porque mi padre tiene trayectoria de toda la vida. Capaz que el futbolista profesional, de elite, fue distinto.

En defensa de la tierra y los bienes naturales es la consigna nuestra. Apunta a que queremos que se pueble la campaña, que vuelva la gente a la tierra. Me tocó trabajar con un neocelandés, aprendí algo que me gusta y me fui de empleado a trabajar con una empresa de sistema de riego. Vino un neocelandés y tuve oportunidad de trabajar con él para aprender de sistema de riego, y no podía creer la tierra que tenemos nosotros, muy parecido a allá. Pero allá está todo poblado, acá el último censo indicó que el 5% vive en el campo del Uruguay. Defendimos mucho el caso de Nei Teddy, un colono que echaron por una deuda miserable de 3.500 dólares, pero un tipo que trabajó en la tierra, que vivió en la tierra, el primer cañero que peleó con Sendic que obtiene tierras en el año 1992 con el Gobierno de Lacalle y lo expulsa el Gobierno del MPP, los extupamaros. Ese tipo de cosas. Me tocó conocer a Nei Teddy, él encabezó la marcha el otro día, y aparte estuvo en casa y uno va conociendo. Y te impacta. Sobre todo para que la gente sepa que uno no tiene interés ahí.

EC - ¿Cuánto juega lo ideológico en tu posición y en estas actividades en las que estás metido?

DJ - Tiene mucho que ver. Una cosa que estuvo muy bien en la marcha el otro día –por eso se juntó tanta gente, nosotros hablamos de 10.000 personas– es que apuntaba a la parte social, no a la parte política partidaria. Creo que eso es importantísimo.

EC - Pero por ejemplo a propósito de lo que tú venías diciendo han llegado algunos mensajes que dicen: "Ah, este es otro blanco más, y desde esa posición es que le complica las cosas al Gobierno". Y otros que dicen: "Este es un ultra de izquierda, ex Frente Amplio, debe estar con Asamblea Popular, por eso se entienden sus planteos".

DJ - Capaz que soy un poco de todo. No sé, hoy no me siento identificado con ningún partido político, ninguno, hoy me siento identificado con causas mucho más que con partidos políticos. Tampoco soy apolítico, porque creo que la política en la vida es todo, cómo me visto, cómo me muevo, cómo hablo, cómo encaro la vida. No me siento identificado con ningún partido político. Creo que el otro día en la marcha estuvo increíblemente bueno que había de todo. Estoy de acuerdo, estaban los carritos del Ucrus (Unión de Clasificadores de Residuos Urbanos Sólidos), que era gente de abajo-abajo, había gente de Toledo, nosotros vinimos con un grupo grande de Sauce como Aguanta Caballos, que eran realmente humildes.

Yo tampoco vendo un cartel de que me estoy haciendo el tipo de campo, no me siento un gaucho, el otro día usé bombacha porque mi profesión hoy requiere eso. Cuando jugaba al fútbol usaba zapatos de fútbol, pero soy mucho más citadino que de campo, no voy a vender una cosa que no soy. Creo que sí me mueven las situaciones sociales, y en este caso con el campo porque me siento identificado. Creo que al campo hay que recuperarlo porque los valores humanos del campo –eso es muy importante– no tienen nada que ver con los valores humanos de la ciudad. Me tocó vivir en la ciudad, y en ciudades europeas, donde la tecnología tiene una base enorme, y el contacto con la naturaleza te da una humanización que no te da la ciudad.

EC - ¿Cuál es el problema de la megaminería en ese análisis que estás haciendo?

DJ - No soy un experto, pero hay datos que me gusta que la gente conozca, que yo los conozco y que creo que son importantes para que tome su decisión. La megaminería utiliza, por ejemplo, 100 litros de agua dulce por segundo, o sea 6.000 litros por minuto. A mí me tocó vivir en Alicante el último año que jugué en Hércules, que es una zona bien árida frente al Mediterráneo, frente a África, donde el agua dulce es todo un problema. En las casas hay agua de mar desalinizada, no hay más agua dulce, sale carísimo sanear el agua, y el agua dulce para tomar sale fortunas, más cara que la Coca-Cola. Y acá no tomamos conciencia de que un proyecto como el de la megaminería consume 6.000 litros por minutos, 100 litros por segundo. Después los cráteres, va a abarcar 150.000 hectáreas –yo en 22 hectáreas tengo 152 novillos– en cuatro departamentos, que son Treinta y Tres, Cerro Largo, Durazno y Florida, y van a quedar cráteres de dos kilómetros de largo por 400 metros de profundidad. ¿Qué vamos a recibir después?

EC - Pero ¿ustedes rechazan los proyectos de megaminería a cielo abierto o entienden que hay que regularlos y controlarlos de manera muy rigurosa?

DJ - Este proyecto a cielo abierto sí lo rechazamos, porque genera esto, en 20 años nos van a quedar 150.000 hectáreas totalmente destruidas. La minería a cielo cerrado, que es la que va por abajo, destruye mucho menos, ahí hay que ver. Tampoco soy un analista de esto, pero en el 2050 va a haber 9.000 millones de habitantes. Yo siempre digo: cuidemos el agua y la comida porque podemos vivir sin el Porsche, sin el auto Fiat, sin el celular, pero sin agua no vivimos.

EC - ¿Has podido leer el proyecto de ley sobre minería de gran porte, este que el Poder Ejecutivo envió al Parlamento hace pocos días?

DJ - No, no lo leí, me he informado sobre cosas. Utilizan 8 toneladas de nitrato de amonio por día para extraer el hierro, como dinamita. Toda la contaminación que genera eso. Y aparte me tocó vivir en Europa, vi el resultado de la minería a cielo abierto, y está prohibida, y con la necesidad de trabajo que tienen hoy los europeos. Entonces digo: ¿por qué nosotros? Tenemos un campo que si vieras dónde producen en Europa... producen en los caminos de balastro, nosotros tenemos una tierra que es un paraíso. Yo estuve viajando por muchos lugares del mundo. Sin ser África, donde conozco solo Marruecos, estuve prácticamente en todos los continentes. ¡En Uruguay qué paraíso tenemos!

EC - Te preguntaba por el proyecto de ley porque, primero, es bastante factible que salga, se elaboró en una comisión multipartidaria, o sea que tiene un respaldo político amplio a esta altura. Pero sobre todo porque incluye una serie de disposiciones que procuran atenuar impactos como los que a ti te preocupan. Por ejemplo, medidas destinadas a mitigar el impacto de la megaminería o minería de gran porte en el entorno. Ejemplo: se obliga a la empresa que quiere iniciar una inversión de este tipo a establecer un plan de cierre que "comprende el conjunto de medidas y acciones para mitigar los efectos que se derivan de las actividades mineras y conexas en los lugares en los que esta se realice, de forma de asegurar el reacondicionamiento de los mismos a niveles tales que posibiliten el desarrollo de actividades poscierre u otros usos posteriores". Incluso está previsto que la empresa presente una serie de garantías que se ejecutarán en caso de que ese plan no se cumpla. Te pregunto por el proyecto, porque da la impresión de que hay decisión política de ponerles límites a este tipo de explotaciones. ¿Con eso no alcanza?

DJ - Acá viene lo que hablábamos hoy. En letra está muy bien, yo te escucho y digo "van a cuidar nuestra tierra". Pero es lo que te decía hoy, yo ya no creo en los políticos, me han demostrado que todo lo que ha pasado ha ido para atrás. Y he visto resultados en Europa de lo que quedó como megaminería a cielo abierto, yo lo vi con mis ojos, y te puedo asegurar que lo único que ponés ahí, como dijo uno, es un Walt Disney subterráneo en un cráter o hacer que es un espacio lunar. Yo personalmente no creo en eso, porque si una multinacional viene a extraer 20.000 millones de toneladas de hierro por año y un plan de extracción para llevarse lo máximo que pueda, si yo soy un inversor y quiero sacar el máximo de rentabilidad, digo que sí y después no cumplo. ¿Y quién va a saber de acá a 20 años si ya cumplí? Y aparte, ¿cómo vas a hacer para tapar los cráteres que ellos mismos dicen que van a hacer? Es muy complicado.

EC - El proyecto prevé todo un sistema de control paulatino, mientras se va desarrollando la inversión, en cuanto a cómo se cumplen o no se cumplen los cierres parciales, etcétera. Y además está la garantía, de modo que si el inversor no cumple hay de dónde sacar dinero del propio inversor para llevar adelante esas tareas de recuperación. Te lo menciono como un ejemplo de las medidas que se están previendo.

DJ - Es lo que te decía, creo que no se van a cumplir porque este Gobierno y todos han demostrado que las multinacionales no terminan cumpliendo. Mirá lo que pasó con Pluna, no quiero entrar en detalle porque no tengo información, pero mirá lo que pasó, parece que todo está muy bien y después van cambiando. Creo que tenemos que ponernos firmes, hay producciones que van a generar, por más que la empresa sea cuidadosa, cosas que no se pueden tapar, el cráter no se va a poder tapar. Y tenemos una tierra que es el futuro de la comida, no lo digo yo, lo dice la FAO, lo dice el mundo entero. Todo apunta al futuro, por algo la gente invierte, ¿por qué vale tanto el campo? Porque la gente invierte en el campo, porque va a ser el futuro nuestro, de nuestros hijos, de nuestros nietos, de nuestros bisnietos. Este tipo de proyecto a cielo abierto, ¿por qué no lo hacen a cielo cerrado? Porque no es tanta la rentabilidad. Yo no leí esto, porque sobre todo quiero llevar a la gente lo que uno vive y que te genera ciertos argumentos y ciertos conocimientos, y a su vez con cierta experiencia que uno vivió y con razonamientos como el que te decía hoy. ¿Por qué la prioridad es Europa? ¿Los europeos son más atrasados que nosotros?

EC - ¿Qué resultados están obteniendo estas movilizaciones? Ustedes además de manifestar en las calles se han reunido, han tenido encuentros ahora mismo con parlamentarios, con dirigentes políticos. ¿Qué les parece que está dejando toda esta movida?

DJ - Lo del otro día fue impactante, en primer lugar hacía tiempo que no metíamos tanta gente en la calle. Yo te decía fuera de micrófonos que antes de la dictadura meter 10.000 personas no era nada, se metían millonadas de gente. Mismo a la vuelta de Europa después de la dictadura eran comunes marchas de 10.000, 15.000, 20.000. Y sobre todo el ánimo que había, ese ánimo que yo te trasmitía hoy, que fue muy bien pensado con respecto a que fueron 38 grupos sociales sobre todo, más que partidos políticos. Eso fue lo importante que se logró, ese ánimo. Lo que nosotros queremos es que la gente se concientice. Es lo que yo te decía, la gente no tiene idea de lo que es el agua, tenemos un futuro ahí que no podemos arriesgar, no podemos arriesgarlo en proyectos como estos, que van a usar el agua. ¿De dónde vamos a sacar tanta?

EC - Tú decís que la utilidad viene por el lado de la agitación del tema, de la difusión de las posiciones de ustedes. ¿Cuál es el balance por el lado de medidas políticas o acuerdos o ambiente en el encuentro que tuvieron con parlamentarios?

DJ - Ahí perdemos por goleada. Yo no tengo ninguna vinculación con ningún partido político, no tengo una referencia que me diga "vamos a plantear lo de acá". Es más, tampoco creo. Creo que se puede llegar a lograr que no se instale si movemos mucha gente y si Uruguay en gente se pone en contra, no si logramos que los partidos políticos logren vetarlo, porque creo que hay acomodos y arreglos que ya van a llegar y va a ser muy difícil más allá de todo. Te repito, sobre todo lo que queremos nosotros es que la gente se mueva y logre esa confianza de decir: vamos a defender lo que hoy es nuestro, aunque parezca que no. Porque es siempre lo mismo, no esperemos que esté en el fondo de casa para salir a manifestarnos. Si yo mirara desde mi lugar, a mí no me toca el campo, tengo mi campo, tengo tranquilidad, no tendría problema, pero va más allá de mí. A mi hija que tiene 12 años, que se preocupa mucho, le digo siempre: "Vamos a intentar, si sale no sé, pero por lo menos mañana a mi nieto le diré que lo intentamos, tu abuelo lo intentó".

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Transcripción: María Lila Ltaif

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