Carlos Ott construye en Punta del Este y Montevideo dos proyectos que siguen imprimiendo su sello en Uruguay
El reconocido arquitecto uruguayo Carlos Ott se encuentra por estos días en el país para presentar uno de sus últimos proyectos: Art Tower, un edificio circular de 23 pisos a construirse en Punta del Este. En Perspectiva conversó con él para conocer más al respecto. Según explicó, es un proyecto construido en asociación con el arquitecto Vito Atijas y el escultor Pablo Atchugarry y previsto para ser terminado en el lapso de dos año. Será un edificio "con vistas en 360 grados", ubicado en una zona "equidistante de la playa Brava y de la Mansa" y destinado tanto a compradores extranjeros como a uruguayos, explicó Ott. El arquitecto también se refirió al Forum Puerto del Buceo, un proyecto que realiza junto al estudio Carlos Ponce de León y que ya ha comenzado su construcción en esa zona de la rambla capitalina. El proyecto busca aprovechar los 11.000 m2 del predio contiguo al Yacht Club para construir un edificio de apartamentos que respete la "forma quirúrgica" de esa zona portuaria.
(emitido a las 8.58 Hs.)
ROMINA ANDRIOLI:
Carlos Ott es probablemente uno de los uruguayos más conocidos en el mundo. Y no es para menos: su sello está impreso en ciudades tan diversas como París, Dubái, Shanghái, Bombay, Singapur, Toronto, Buenos Aires, San Pablo y, por supuesto, Montevideo, Punta del Este y José Ignacio.
Este arquitecto de 66 años mantiene un ritmo vertiginoso en su vida: un día está en Sri Lanka supervisando la construcción de un edificio que ha diseñado, y al otro se encuentra en el estado de Florida, en Estados Unidos, inaugurando uno de sus nuevos proyectos.
En ese transitar constante por el mundo, cada tanto viene a Uruguay. En estos días se encuentra precisamente en nuestro país para presentar uno de sus últimos trabajos: Art Tower, una torre de 23 pisos que se construirá en Punta del Este.
Vamos a conversar con él sobre ese proyecto, y también sobre las otras obras que está encarando en nuestro país.
¿Cómo lo está llevando su agenda estos días aquí por Uruguay? Imagino que con una intensa actividad, aprovechando cada ratito.
CO - Sí, es muy intensa. Lamentablemente llegué hace menos de una semana al país después de varios meses de ausencia, así que tenía muchas cosas en la lista.
RA - ¿Cada cuánto viene a Uruguay habitualmente?
CO - Me gustaría venir muy a menudo, pero vengo poco, porque, como usted decía, estoy con muchos trabajos en el sureste asiático, en América del Norte y el Oriente Medio.
RA - ¿Cuánto tiempo estima que pasa viajando en un año, por ejemplo?
CO - Mucho, mucho; debo hacer más de siete u ocho veces la vuelta al mundo, fácil. Sin contar viajes cortos.
ROSARIO CASTELLANOS:
Por lo pronto, cada vez que estás por acá aprovechamos para charlar un poco a propósito de lo que estás haciendo en nuestro país, que es mucho.
Hablemos de Art Tower, que es lo que te trajo en esta oportunidad a Punta del Este. Un proyecto que va a estar frente al Conrad, en la playa Mansa, pero que además tiene algunas originalidades; por lo pronto, estás en sociedad con Atijas y con Pablo Atchugarry. Me gustaría saber cómo te involucraste en este proyecto.
CO - En este momento estamos pasando una época muy buena en Uruguay, estamos con varios proyectos, y Art Tower es un edificio importante. Fue un proyecto que comenzó con la idea de construir algo cerca del Conrad, en Chiberta, a pocos pasos de la Brava y de la Mansa. La idea surgió de juntarnos con Pablo Atchugarry para darle un toque especial al edificio con la incorporación de ese talentoso escultor uruguayo, y con mi amigo Vito Atijas, que tiene una experiencia muy grande en arquitectura y en construcción, y que ha construido medio Punta del Este. Nos juntamos los tres y esta noche vamos a anunciar el comienzo de los trabajos con una compañía de construcción argentina muy importante que ha cruzado el río, Criba, que va a ocuparse de la construcción del edificio.
Carlos Ott y Pablo Atchugarry en la Fundación Atchugarry, horas antes de la presentación del proyecto Art Tower. |
CO - En el Quattrocento italiano era difícil decir dónde terminaba la labor del arquitecto y empezaba la labor del artista, porque quizás el arquitecto era arquitecto y artista al mismo tiempo. Estoy pensando en Miguel Ángel, en Bramante, que integraban arquitectura y arte juntos. Por esa razón se nos ocurrió, para darle un toque especial a este proyecto, incorporar el rol de Pablo. Pablo va a hacer unas esculturas que van a adornar el lobby circular del edificio, que va a ser el elemento principal del enfoque del proyecto. Esto nos obliga a Vito y a mí a hacer una arquitectura más tranquila, más controlada, para dar relevancia a las espectaculares esculturas que hace Pablo en ese mármol de Carrara, tan blanco y tan limpio.
RC - ¿Es decir que ese cilindro, que en definitiva es la forma de tu edificio, es consecuencia de rodear lo que Pablo propone para sumarse a este emprendimiento?
CO - No, la forma cilíndrica se nos ocurrió porque es una zona con vistas en 360 grados. El edificio va a estar ubicado en una zona muy especial, equidistante de la playa Brava y la playa Mansa, en Chiberta, y por lo tanto tiene vistas hacia la Mansa, hacia la Brava, hacia la punta y hacia el bosque. No es un edificio sobre la Mansa o sobre la Brava con una clara orientación hacia el mar.
RC - Tiene 360 grados de orientación, en una palabra.
CO - Exacto; por esa razón se nos ocurrió que hacer una planta circular era lo lógico, y efectivamente la solución cilíndrica nos da algo que quizás empieza a asemejarse un poco a algunas esculturas de Pablo. Pero nos parecía importante incorporar la obra de Pablo a este proyecto dándole predominio visual, por esa razón hemos elegido un tratamiento de las fachadas y de los interiores muy calmo, en negros, oscuros y grises, para resaltar la obra de él.
RA - Hablemos un poco más de cómo será el edificio. Rosario, tú que has visto algunas imágenes y los planos, ¿cuál es tu impresión? ¿Cómo lo podemos describir?
RC - Me voy a reservar la impresión para cuando el edificio esté en pie, porque el edificio tiene todo que ver con el entorno en el que se implanta. Para mí era una gran incógnita cómo se resuelven apartamentos cuando la planta es un círculo perfecto. Pero en ese sentido Ott nos hizo una trampa, porque en realidad en los ocho apartamentos por planta es perfectamente perpendicular y recta cada una de las paredes y lo que se va curvando es la terraza, que en todos ellos juega un papel fundamental. Poder disfrutar la vista desde un espacio cubierto y al exterior es parte del encanto de la propuesta.
Son ocho apartamentos de uno, dos y tres dormitorios por planta, cuatro ascensores y un núcleo central de circulaciones en el centro del círculo. Luego cada uno de esos ascensores da a un palier que lleva dos puertas de ingreso a estas unidades. Y finalmente hay una piscina, esa sí circular, en la parte alta. ¿Es verdad, Carlos?
CO - Así es. Es un aro de infinito con desborde, por lo tanto la gente va a estar en el deck, en el centro de esta superficie circular, mirando el horizonte en los 360 grados de orientación . Va a ser difícil nadar, quizás, porque no sé cómo nadás redondo.
RC - Cómo vas a hacer 50 metros, por ejemplo, para mantener la práctica. ¿Cómo pensás que se va a compatibilizar este edificio cilíndrico con ese entorno, que por lo pronto no tiene formas de ese tipo?
CO - En efecto, es un entorno muy construido, en los últimos años se ha construido muchísimo en toda la zona. La forma cilíndrica hace el volumen lo más esbelto y lo más chico posible, porque si fuera una planta cuadrada o en diagonal, daría la impresión de ser mucho más grande.
RC - Y cierta condición más blanda.
CO - Exacto. Además es un terreno esquina, por lo tanto ubicar una planta cilíndrica aunque como tú bien decís es una trampa, porque los apartamentos son octogonales, lo que es curvo es el borde del balcón allí juega como un pivote en la composición urbana.
RA - ¿A qué público apunta este proyecto? ¿Está pensando para uruguayos, para extranjeros?
CO - Punta del Este dejó hace mucho tiempo de ser solamente uruguayo, o quizás nunca lo fue, porque en sus principios fue sobre todo de ingleses que vivían en Argentina, a principios del siglo XX. Es un edificio que se va a vender a gente de todos lados; por supuesto a uruguayos, por supuesto a argentinos, a brasileños y a todo el público internacional que viene a Punta del Este. Sobre todo por su proximidad a estas dos playas, al Conrad y la península, lo que le da un atractivo muy grande para aquella gente que viene por poco tiempo, por temporadas cortas y que quiere acercarse cuando hay viento como hoy al Conrad, y si no hay viento en la Mansa a la Brava, y viceversa.
RA - ¿Cuánto se piensa invertir en total en la construcción? ¿Cuánto implica el proyecto?
CO - Para eso habría que hablar con Vito Atijas, que es el que está con los números. Pero es una obra importante, son ocho apartamentos por piso y con muchos servicios y muchas amenities, una piscina superior, una piscina en planta baja, muchos estacionamientos. Sobre todo, creemos que el sello de Pablo Atchugarry le da al edificio una característica muy importante.
RC - Me gustaría consultarte sobre la presencia de la torre con relación a lo que algunos entienden es desvirtuar un poco la condición de balneario. Hay quienes defienden todavía el Punta del Este de la península, donde no se permite construir en altura, sin embargo tú has realizado fundamentalmente obra en altura en Punta del Este. ¿Cómo defiendes esta condición? Es decir, ¿en una ciudad balnearia cabe la edificación en altura, la favorece?
CO - Creo firmemente que Punta del Este tiene que mantener en ciertas zonas esas dos plantas que fueron tradicionales. Yo tengo 66 años, conocí Punta del Este cuando era muy chico, y era todo bajo. Recuerdo la construcción de la Opus Alpha y la construcción del Vanguardia, que fueron elementos altísimos; mi padre arquitecto protestaba porque entendía que se iba a desvirtuar Punta del Este y que íbamos a terminar como Mar del Plata.
En efecto, Punta del Este se ha desarrollado lamentablemente en muchas zonas de una forma muy densa. Pero es así, creo que hay que cuidar enormemente la punta para que se mantenga como es ahora y no construir en altura allí, pero a mí me toca construir hoy y esa zona ya está construida, en los años 60, 70, Safema construyó toda la Mansa o gran parte de ella. Por lo tanto hoy el ordenamiento territorial debería permitir ciertas zonas de altura, porque ya son, aunque quizás debería ordenarlas. Este edificio se encuentra en una zona muy densa, donde se ha construido mucho, el Conrad es el más alto de todos ellos, y creo que construir ahí un chalet de dos pisos sería hoy absurdo, no sé si a alguien se le ocurriría hacer eso. Lo mismo que, lamentablemente quizás, pero es así, en la Mansa y en la Brava. Pero sí hay que controlar la altura.
RC - La Brava tiene, por lo pronto en la primera fila, cierto control de altura que parece adecuado.
CO - Claro, me parece que hay que controlar. Hoy estoy aquí en José Ignacio y veo las dunas, veo el mar y veo el pueblo, lo único que aparece alto es el faro; eso tenemos que protegerlo enormemente para que así sea. Y creo que también Manantiales y la Barra deben controlarse. La Mansa, la Brava, el corredor Roosevelt ya son altos, donde está este edificio también es alto; creo que ahora tenemos que controlar mucho, en cada proyecto que se haga debe cuidarse de forma quirúrgica cómo se integra en ese ambiente.
RA - ¿Cuándo está previsto que se inaugure Art Tower?
CO - Estamos en plena construcción, en dos años estará terminado el edificio. Las ventas están yendo muy rápidamente y estamos con todo el interés de construir lo más rápido posible.
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RA - Usted también está involucrado en otro proyecto muy importante y que genera una fuerte expectativa, esta vez en Montevideo. Me refiero al Forum Puerto del Buceo, sobre la rambla, casi frente al emblemático edificio Panamericano. ¿Cómo es este proyecto?
CO - Es un proyecto importante, de varias unidades, que estamos haciendo con el arquitecto Carlos Ponce de León, frente al Panamericano, sobre el puerto del Buceo, en una posición privilegiada. También es un edificio que mira en diferentes direcciones, 360 grados. Fue un proyecto que llevó mucho tiempo desarrollar, en un principio hicimos una propuesta de un edificio en altura, pero después de muchas discusiones con la Intendencia de Montevideo y la Comisión del Patrimonio finalmente se consideró que era más importante bajar la altura, hacer un proyecto más bajo. Tratamos de hacer el edificio no más alto que el edificio del Yacht Club de Montevideo, entonces es un edificio que, a diferencia del original, que eran dos torres en el centro del terreno, se desarrolla en todo el perímetro del terreno, creando un gran pulmón interior.
RA - En este caso ha habido una polémica más importante con relación al impacto de construir un edificio de apartamentos en la rambla, pero del lado sur, casi a orillas del mar. Rosario, ¿qué agregarías a la descripción que hacía Ott del proyecto?
RC - En mi opinión, que poco vale, este proyecto es muy interesante, justamente por esta adecuación. No recuerdo cómo era el de las torres, pero debe de haber ganado en cuanto al impacto de su implantación, porque la forma que ha encontrado en este caso el arquitecto Ott es como un aro con un perímetro muy ondulado, que tiene que ver con la ondulación permanente de la superficie del mar, con un aprovechamiento muy grande de ese centro verde, pero además con una altura escalonada que empieza en cinco niveles y termina en nueve enfrentando el Yacht. Una serie de terrazas enjardinadas le dan una perspectiva verde para los edificios más altos del otro lado de la rambla. No sé qué opinás tú, Carlos, pero este resultado me parece más adecuado que el que originalmente propusiste más allá de si es o no más negocio en cuanto a su relación con la implantación, con el Yacht, con el mar y hasta con la vereda de enfrente. ¿Qué opinás tú?
CO - Tú lo describís mejor que nadie. Los argumentos que tú usabas eran los argumentos tanto de la Intendencia como de la Comisión del Patrimonio.
RC - Me gustaría saber si los tuyos coinciden.
CO - Yo soy muy de los edificios de altura. Yo creía que la ventaja del edificio de altura era que dejaba mucho espacio verde y transparencias a través del terreno. Pero reconozco que este proyecto, como tú bien decís, siguiendo la forma del terreno, haciendo un enrace con los edificios bajos que están hacia el oeste, de cuatro pisos, permitiendo una altura que hace un diálogo con el edificio del Yacht Club de Montevideo del otro lado, es muy lógico y muy defendible. A la gente le ha gustado mucho, y tiene otra gran ventaja: aprovecha al máximo todo el perímetro del terreno.
RC - Que es enorme, son 11.000 metros cuadrados.
CO - Y usé la misma trampa que en el edificio de Punta del Este.
RC - Claro, la ondulación tiene que ver con los balcones. Y hay una gran transparencia en las unidades que también tiene mucho que ver, es una fachada que en sí no se impone como material opaco, sino fundamentalmente como una superficie vidriada de piso a techo, porque los propios balcones también son vidriados.
CO - Exactamente. La otra ventaja es que al ser muchos apartamentos pasantes, tú tenés vista al mar y al pulmón, con lo cual los apartamentos que son al este van a ver el sol en la mañana y en la tarde, y van a ver mar y la piscina y las amenities que están en el pulmón verde. También es muy cierto lo que tú decías, pensamos mucho con Carlos Ponce de León en la quinta fachada, en el techo. La desarrollamos como un gran jardín, ya que los edificios que están del lado de la ciudad de la rambla, como el Panamericano, van a mirarlo desde arriba y van a ver un jardín que se empasta, hace una simbiosis con el pulmón del centro.
RA - ¿Cuándo comenzará a construirse?
CO - Estamos en plena obra, estamos haciendo excavaciones, si han pasado por ahí habrán visto que hemos cerrado el perímetro del terreno y estamos en plena excavación.
RA - ¿Cuándo está previsto terminar?
CO - Tres años nos va a llevar esta construcción, es una construcción muy importante. En un principio pretendemos hacerla en dos o tres fases, pero son tres fases que no se interrumpen, por lo tanto en tres años estarán los primeros ocupantes en sus apartamentos.
RA - Estos dos proyectos de los que venimos conversando, tanto Art Tower como Forum Puerto del Buceo, son quizás ejemplos de un fenómeno que en los últimos años se ha extendido en Uruguay, pero especialmente en Punta del Este y en Montevideo, que es el boom de la construcción. ¿Cree que está ocurriendo en Uruguay este fenómeno?
CO - Sí, en Punta del Este además estamos terminando una torre en la parada 5, que se llama Sunrise, para un grupo de inversores chilenos, y haciendo otro edificio para ellos en Roosevelt, también de altura, y edificios bajos. Acabamos de terminar Le Bleu, un edificio sobre el Yacht de Punta del Este, en la rambla Artigas, en la punta, y estamos con dos proyectitos chicos en Manantiales de cuatro pisos sobre Bikini en la ruta, y construyendo algunas viviendas individuales en Laguna Escondida, en pleno José Ignacio.
En Montevideo con Carlos Ponce estamos trabajando en el proyecto Celebra, que fue determinado como el mejor proyecto de oficinas del año pasado por los International Awards de arquitectura en Londres. Tenemos también dos edificios de oficinas, uno terminándose y otro en construcción, en la avenida de las Américas hacia el aeropuerto en Montevideo. Además estamos terminando un proyecto residencial en el Lawn Club Tennis de Carrasco. Así que sí, como decía Rosario, en una época se hacían pocas obras, pero todas esas obras las estoy haciendo yo pese a que estoy muy lejos del país.
RA - ¿A qué atribuye este fenómeno, este boom?
CO - Creo que es un fenómeno nacional, regional e internacional. Uruguay se ha desarrollado de una forma importantísima en este contexto internacional, en el que de la mañana a la noche las materias primas son muy importantes, porque países como India y China pagan alto las commodities que antes vendíamos a precios bajos, eso nos ha permitido desarrollar una economía muy fuerte. Esto ha hecho que países que hacían productos de alto valor agregado, como los países europeos, pasen por una situación económica difícil, y no así nosotros, que vendemos materias primas que tienen hoy un valor muy alto.
RC - Volviendo a la arquitectura, al pasar lo dijiste ahora, pero también lo había leído en un artículo que apareció en Galería. Tú sos un defensor de los edificios en altura. ¿Cómo pensás que interpretan esto los uruguayos, que todavía siguen pensando en el parrillero, en las familias con niños y el jardincito? ¿Pensás que el Uruguay está preparado para encarar esa teoría de que densificar las ciudades tiene sus ventajas en cuanto a que disminuye tiempos de recorrido y a su vez no ocupa tierras que pueden dedicarse a la producción? Hay que caminar mucho para eso, ¿no?
CO - Lo que tú decís se enraba con el comentario precedente. Si de la mañana a la noche nuestra tierra fértil es lo que nos produce la riqueza y tenemos que desarrollar la industria agropecuaria, usar tierras fértiles para hacer nuestra casita, nuestro ranchito y nuestro parrillerito parece un poco absurdo. En el Quattrocento, en el Cinquecento, en Italia la gente no construía su casa en el valle fértil, construía las casas en San Giminiano, en Siena, en zonas rocosas donde no se podía plantar. Y esa fue la gran inteligencia de los italianos y de los griegos: cuidar su fuente de ingresos, que era el valle fértil, y construir donde no se podía plantar.
En Uruguay hemos vivido en un país riquísimo, donde éramos pocos y cada uno tenía su chacrita y su parrillerito, pero en un mundo que se está desarrollando rápidamente eso pasa a ser un lujo que tenemos que cuidar mucho. Uruguay no tiene la riqueza de Estados Unidos, y aun en Estados Unidos me parece un absurdo hacer ciudades como Los Ángeles, que de una punta a la otra llevan cientos de kilómetros. Montevideo es una ciudad que tiene sus 80 kilómetros si la medimos del Cerro a Atlántida o a Parque del Plata. Es un lujo absurdo. Por supuesto que a todos nos gusta tener el parrillerito y un poco de jardín, pero tenemos que controlar mucho el desarrollo de nuestro planeta, tenemos que cuidar mucho lo que hemos recibido. Por lo tanto, yo soy de los que creen que hay que densificar, porque es respetar lo que tenemos para las generaciones que vengan.
Eso no quiere decir que no me guste tener el parrillerito, en el edificio Le Bleu hemos puesto los parrilleritos en los balcones, y estamos haciendo edificios en Nordelta, en Buenos Aires, en los que cada apartamento tiene su parrillero, y todos tienen vista al jardín, pero es un jardín ya comunal. La casita con el jardincito y con la valla blanca es un sueño muy lindo pero creo que tenemos que controlarlo.
RA - ¿El mercado uruguayo permite que sigan creciendo este tipo de proyectos como el suyo? ¿Hasta cuándo es sostenible que este fenómeno se prolongue?
CO - Nuestro país no crece desde el punto de vista de población, somos tres millones y medio y crecemos muy poco. Por lo tanto, evidentemente hay un límite a todo esto, pero estamos mejorando nuestras viviendas y se están construyendo edificios porque otros edificios se están dejando de lado. También está el fenómeno de la inseguridad. La gente deja esa visión dorada que mencionaba Rosario y se va a edificios de apartamentos, donde hay un control de seguridad más grande. No es usualmente la razón de la densidad, lamentablemente en nuestro país está también esa razón. Pero evidentemente no va a poder continuar así, por lo tanto tenemos que tener mucho cuidado con lo que estamos haciendo.
RA - ¿Puede llegar a haber una burbuja en ese sentido?
CO - No, no creo. Estamos pasando un momento muy especial, muchos de mis clientes son argentinos que vienen con inversiones a Uruguay; es el caso de Forum, que son capitales argentinos que han comprado esa tierra y la están desarrollando, y muchos argentinos vienen a vivir al país. El presidente de la República, en varios discursos que ha hecho en los que yo he participado, ha invitado a inversores de la región a venir a Uruguay, que es un país que los recibe con un marco de seguridad y un marco jurídico importante para que hagan inversiones. Necesitamos esa inversión extranjera y tenemos que abrir nuestras puertas a ello. Por lo tanto no, no creo que sea una burbuja. Al contrario, creo que estamos viendo un interés regional, en primer lugar argentino, brasileño, paraguayo, chileno. Y lo digo porque mis clientes son paraguayos, chilenos, argentinos y brasileños que vienen a invertir al Uruguay.
RA - ¿Los uruguayos tenemos que acostumbrarnos a ir a Punta del Este y ver muchos edificios vacíos o pocos apartamentos ocupados, por ejemplo?
CO - No, eso está cambiando. La estacionalidad de Punta del Este se está alargando, es la intención del intendente [Óscar de los Santos] y es la intención de cuanto intendente ha habido en Maldonado y de cuantos presidentes ha habido en el país. Por ejemplo, el tratar de hacer el predio ferial, traer actividades; hoy en Punta del Este hay escuelas primarias y secundarias y hasta universitarias que no había hace 10 años, más y más gente vive todo el año. Aquí en José Ignacio atrás de los montes también hay chacras donde hay gente que vive todo el año. Así que todo lo contrario, muchos de esos edificios que estamos acostumbrados a ver cerrarse en marzo y reabrirse recién en diciembre están abiertos todo el año.
***
Continúa el diálogo con Carlos Ott en La Tertulia de los viernes.
ROSARIO CASTELLANOS:
Carlos, los contertulios pidieron que tú te sumaras a esta Tertulia porque tenían preguntas para hacerte. Va a comenzar Carlos Maggi.
CARLOS MAGGI:
Tengo muchas cosas para conversar. La cosa empieza gravísima contigo, porque leí un reportaje en Galería que dice que te entrevistaron y estabas perfumado.
CO - Te cuento la verdad de la historia. Me había olvidado completamente de la entrevista, y creí que mi novia había bajado a buscar el pan flauta para comer unas tostadas y abrí la puerta en calzoncillos. Quedaron shockeados los fotógrafos y la periodista.
RC - Ellos no describieron lo del calzoncillo, hablaron de un pantalón.
CM - Ese reportaje que empieza como peligroso después se pone muy bien, porque te pinta como una especie de león, un condotiero internacional: donde vas, matás. Así que ese perfume se disuelve en el aire.
¿Cuánta gente tenés trabajando en proyectos por el mundo?
RC - ¿Tú crees que la tenga contada, con la cantidad de estudios que tiene por el mundo?
CM - Pienso que sí, porque trabaja en 15 países: Estados Unidos, Canadá, Argentina, Chile, Perú, República Dominicana, Puerto Rico, Panamá, Singapur, China, Emiratos Árabes, la India, Sri Lanka, Brasil y Uruguay. Si trabaja en 15 países tiene que tener 15 estudios.
CO - Son unos cuantos, acá en Montevideo somos varios. Tuvimos un shock importante en 2008, cuando la actividad en todo el mundo se paró, sobre todo en Norteamérica, en el Medio Oriente y en Europa, pero a Dios gracias estamos recuperándolos rápidamente y hoy estamos con proyectos en todos lados. Sería difícil para mí decir exactamente el número, pero estamos con muchos arquitectos trabajando en diferentes lados.
CM - Yo quería destacar cosas raras tuyas, porque todo el mundo te conoce, pero hay sesgos raros que no son fáciles de aislar. Uno que me llamó la atención es que sos constructor de teatros. Por las cuentas que tengo, hiciste ocho, después del de la Bastilla.
CO - Creo que tu cuenta es correcta.
CM - El de la Bastilla y en China el de Jiangsu, el de Hangzhou, el de Dongguan Yulan, el Teatro Nacional de Wenzhou, el Centro de Artes de Nan, y después el Centro de Conferencias Internacional de Guangzhou. Así que llevás un rato largo haciendo salas de espectáculos.
RC - Un hombre que, sabemos, es sumamente culto, con un gusto particular por la música, por ejemplo, ¿cómo se sienta ante la mesa de dibujo, ante la mesa de proyectar, cuando tiene que hacer un teatro, un centro de ópera, como ha hecho? ¿Siente la misma emoción que proyectando edificios para vivienda, por ejemplo?
CO - Poder hacer una sala de teatro o una sala de música es un privilegio. Además, uno tiene que ser consciente de que está diseñando un instrumento más de la orquesta que va a tocar en esa sala. Por lo tanto es un tema arquitectónico, pero también musical y cultural. Hay que pensar de una forma muy importante qué repertorio se va a hacer, qué tipo de música, qué tipo de danza, de teatro o de ópera se va a hacer.
CM - Te da un aire a los constructores de catedrales de la Edad Media.
CO - Los constructores de catedrales pasaron de generación en generación, porque llevaba dos, tres o cuatro siglos hacerlas; nosotros increíblemente las hacemos en poco tiempo. Cuidado, en el pasado también se hacía rápido, pero el hecho de que en dos, tres, cuatro años ese garabato en el papel pasa a ser hecho en piedra y con gente que lo ocupa y toca música ahí lo hace a uno más humilde.
CM - Sí, pero son lugares adonde se va para ejercitar valores, así que tienen muchas coincidencias, y el que los hace tiene que pensar en eso.
RC - Faltaría preguntarte si no tenés algún proyecto de esa índole para nuestro país, por ejemplo.
CO - Hay algo en discusión, pero no estoy en libertad de hablarlo. Me quedo atónito de cuán al tanto están de varias cosas que se están haciendo. Me dejan espeluznado.
RC - Sigamos con la ronda, Juan Grompone también tiene preguntas para Carlos Ott.
JUAN GROMPONE:
Tengo dos preguntas. La primera es como espectador de ópera y tiene que ver con la ópera Bastilla. Una de las cosas que me llamaron la atención la he visitado y además he asistido a funciones, es una preciosa sala fue el contraste entre lo que se hizo con los escenarios hay múltiples escenarios con capacidad para mover las escenografías, una cosa ultramoderna y el foyer tan chico y los poquitísimos baños que tiene esa ópera. ¿Por qué ese contraste? Uno no se espera eso, tanto para la escenografía y el vestuario y tan poco para la gente. En el foyer del Metropolitano de Nueva York se puede almorzar y se puede cenar, por ejemplo.
RC - Es que Ott quiere que vayan a escuchar música y nada más, que se vayan.
CO En un momento en el último piso de la Bastilla había un restaurante, pero lo cierto es que era un terreno muy exiguo y era esencial todo ese espacio escenográfico para permitir lo que se llama en Francia el teatro de alternancia, poder hacer una función en la misma sala todos los días. No es fácil, ello exige que en la mañana se repita una ópera, en la tarde una segunda y en la tercera un espectáculo, porque martes, miércoles y jueves cambian las óperas. Eso nos enfrentó a ciertas dificultades que Charles Garnier no tuvo cuando diseñó Palais Garnier. Seguramente la emperatriz le dijo a Charles Garnier: "Haceme una escalera muy grande, porque mi pollera va a ser muy larga". Cuidado, los baños de Garnier son muy exiguos también, y tiene solo dos ascensores, nosotros tenemos un poco más.
Tuvimos que privilegiar mucho el hecho de que hacíamos una ópera popular para el siglo XXI, como dijo el presidente [François] Mitterrand [1981-1995]. Teníamos que permitir que un señor de Lyon o de Niza pudiera venir en tren y estuviera el espectáculo. Para eso necesitamos la producción en alternancia. Había que dar una prioridad a la parte arrière scène, y por lo tanto no solo los espacios escenográficos. Juan, si has visitado la parte de artistas, es enorme el espacio dedicado a los ateliers y a los figurantes, porque además es un teatro que hace ópera, ballet y música, así que hay salas de repetición de ballet, salas de repetición de coro... Ante todo eso, teníamos que decidir: ¿qué hacemos? ¿Hacemos teatro de con una gran escalera y el gran salón y los grandes candelabros, o hacemos algo mucho más reducido pero damos un espectáculo que permita al francés, al europeo y al mundo internacional venir lo más posible? Esa fue la decisión, fue una decisión que tomamos con la fuerte impronta de gente como Pierre Boulez y Daniel Baremboin, que participaron en toda la discusión.
En efecto, quizás los baños no son los más lindos posibles, pero creíamos que sobre todo teníamos que poner el énfasis en una zona que además tenía que ser una sala para acústica natural. No podíamos justificar hacer una sala pese a toda la tecnología que usara electroacústica. Fueron decisiones muy difíciles, que dieron lugar a discusiones larguísimas, que terminaban a las seis de la mañana, en las que el director de danza se oponía con el director de orquesta, y no te cuento el punto de vista de los americanos con el de los japoneses, porque Jack Lang [ministro de Cultura francés, 1988-1993] metió gente de todos lados para dar su punto de vista.
CM - Si había 700 proyectos y ganaste, por algo será. Una vez leí que ese teatro comprendía mecanismos de ascensores correspondientes a submarinos que eran secretos de Estado. ¿Es verdad eso, o es leyenda?
CO - Tenemos ciertas maquinarias que están allí, las pueden visitar, que tienen equipos que fueron desarrollados en Francia por grupos que trabajan para submarinos. No sé si son los mismos, me imagino que sí, porque para subir a un avión de un portaaviones necesitás estas mismas placas que usamos para subir los escenarios en la ópera. Pero te aseguro que desde mi punto de vista no hubo ninguna razón bélica.
JG - Eso está perfectamente resuelto y es asombroso, invito a todo el mundo que pase por allí a que no se pierda la visita de los escenarios, porque es espectacular.
Pero tengo una segunda pregunta. Esta es una pregunta ya no como espectador sino un poco más como técnico: en los revestimientos, por ejemplo en el palacio de Antel, se usan adhesivos para ligar la piedra con el resto del edificio. ¿Qué vida útil tienen esos adhesivos? ¿Qué mantenimiento tienen que tener? ¿Qué podemos esperar de esos adhesivos sometidos al clima, al sol, a la lluvia?
CO - El hombre está siempre probando cosas nuevas, y sabemos lo que sabemos basados en nuestra propia experiencia. Para unir la piedra a la estructura como en Antel o en la Bastilla no se usan solo adhesivos, sino también con grapas de acero inoxidable que la sostienen. Se usan con estudios de envejecimiento en todos lados. Los más viejos que se han hecho están quizás en Hong Kong, Nueva York y Chicago, ciudades donde se ha sentido, se ha visto y estudiado el comportamiento frente a terremotos, huracanes o fuertes vientos y lluvias, tanto de estos adhesivos como también de los que unen vidrio con vidrio, a través de siliconas sintéticas. Y se ha progresado mucho. Hoy llevan sus 50, 60 años de existencia y esos edificios se mantienen bien en algunos casos y en otros se han mejorado. No podemos decir que es para siempre, se va mejorando. Nos ha pasado de piedras que se han caído, tuvimos ese problema en la Bastilla.
El arquitecto I.M. Pei hizo en los años 70 en Boston un famoso edificio que era una compañía de seguros, la John Hancock Tower. Montó toda una cristalería, en un edificio de unos 50 o 60 pisos, que se vino abajo, y el edificio estuvo cerrado por 10 años tapado con madera. Luego de caso se hizo un estudio muy profundo, no podemos entrar en detalles hoy, pero se dio una forma muy compleja de reacción de la silicona con el vidrio o de la piedra con la estructura. Son cosas que vamos aprendiendo con nuevos materiales. Lo fantástico para los arquitectos hoy es que tenemos nuevos materiales, como los médicos tienen nuevos instrumentos, y estamos progresando, tratando y probando. Muchos son malos, algunos se mejoran y otros son excelentes.
JG - 50 años me tranquilizan.
RC - Carlos, Matilde también tiene preguntas para ti.
MATILDE RODRÍGUEZ LARRETA:
No tengo el gusto de conocerlo, pero es un placer poder hacerle alguna pregunta, simplemente desde la óptica de una admiradora de su obra, de lo que vemos aquí en Uruguay. Todavía me pasa que cuando voy por la ruta Interbalnearia y se avecina el aeropuerto me da un vuelco el corazón, es un impacto de belleza muy interesante. Parto de ese punto de vista.
Pero también estuve en colectividades políticas que discreparon con la construcción de la torre de Antel. Y es interesante saber su opinión sobre hasta qué punto una obra bella que lo es, debo reconocerlo se justifica cuando no es tan importante lo que se hace desde el punto de vista funcional para el Estado, como gasto para el Estado. En definitiva, para nosotros fue un acto de desprendimiento económico en un momento en el que no había la bonanza que hay hoy para construir un edificio bello, pero no necesariamente necesario.
CO - La decisión de construir la torre de Antel fue una decisión sobre todo política, el arquitecto juega un rol limitado. Pero en el mismo momento en que yo estaba haciendo la torre de Antel, el jeque de los Emiratos Árabes me pidió que hiciera la oficina central de la compañía de teléfonos de los Emiratos Árabes, que se llama Etisalat, y quería también un edificio en altura, una torre importante, porqu para los Emiratos Árabes las comunicaciones eran importantísimas. Estamos hablando de 1990, todavía no se conocía mucho Dubái o Abu Dabi y era muy importante hacer un símbolo de que los Emiratos Árabes eran un Estado abierto al mundo, porque iba a tener, entre otras cosas, telecomunicaciones de primer nivel. E hicimos un edificio de la altura más o menos del de Antel, con una gran esfera arriba donde se ubican todos los satélites para facilitar las telecomunicaciones.
Fue más o menos la misma teoría de Uruguay. En aquel momento Antel empezaba a hacer acuerdos interregionales, sobre todo con Brasil, donde iba a vender su tecnología. Reconozco que el paralelismo es difícil, Emiratos Árabes es un país riquísimo en petróleo y Uruguay no lo es, pero yo consideraba, al igual que en los Emiratos Árabes, que las telecomunicaciones eran importantísimas. Hoy yo estoy instalado en mi oficina en Zonamérica, atrás del aeropuerto, y al lado están instaladas compañías de todos lados del mundo, entre ellos mi banco de Canadá, el Royal Bank of Canada, al lado están PriceWaterhouse, Merrill Lynch y no sé cuántas otras compañías más. Eso sería imposible sin las telecomunicaciones.
Así que, con todo mi respeto, Matilde, discrepo. Creo que en el siglo XXI las telecomunicaciones son algo esencial. Y así como en un momento teníamos que hacer antenas de televisión y Canal 5 tenía la suya y Canal 4 tenía la suya, hoy el edificio de Antel de una forma u otra simbolizaba esa apertura al mundo, el hecho de que Uruguay, aunque estuviera en el sur de América del Sur, estaba dentro de todo un planeta que está hablándose de una punta a la otra, en el que hoy en mi estudio en Uruguay hacemos proyectos para Medio Oriente y en Medio Oriente se hacen proyectos para el Extremo Oriente. Me parece que era un elemento esencial.
JG - Te invito a que tomes el ascensor panorámico y subas hasta el piso 24.
MRL - Lo hice, y me encanta. La belleza del edificio no está en juicio. Era el gasto excesivo desde el punto de vista de los administradores de la época, el gasto excesivo para una cosa que no parecía necesaria. Porque es cierto que las telecomunicaciones igual se podían mantener sin ese gran edificio.
CO - Escucho muy bien su punto de vista y no digo que no tenga razón, pero déjeme aportar otro elemento. Todo ese edificio cuando se hizo y se licitó salía 65 millones de dólares. Yo en aquel momento dije: "Háganlo, porque nunca más vamos a poder hacer un edificio de esta calidad, de esta área, con este precio". Hoy ese edificio no sé si no saldría 10 veces más.
CM - Hoy vamos a tratar en otro momento en la Tertulia cuánto cuestan los delitos en el Uruguay. Parece que estamos en 1.200 millones anuales, el costo de los criminales. Así que si el costo de los arquitectos está limitado a 67, me parece una apreciación indebida. Los gastos públicos son muy misteriosos, cuando estudié la política de los años 900, en la época del viejo Batlle, cuando se hicieron las obras públicas más espectaculares, no tenían plata. Eso lo cuenta la economía y no es mentira.
RC - Un oyente nos alcanza un detalle que es cierto, que la torre de las telecomunicaciones era parte de un programa de revitalización de toda la zona de la Aguada que lamentablemente quedó en nada, y también quedó en nada la estación.
CO - Cuidado, quedó en nada hasta ahora. Un día de estos...
MRL - Se puede retomar.
JG - Por algo el plan se llama Fénix, va a renacer de sus cenizas.
Transcripción: María Lila Ltaif
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Fotos: polosur.com.uy y tglt.com