La reforma del sistema de salud de Chile
Subsecretario, doctor Antonio Infante Barros: La dictadura dejó a la mayoría de los chilenos en manos de una salud pública sin recursos, y de un sector privado basado en el lucro. El plan vigente asegura a todos un mínimo de derechos y establece protocolos para el tratamiento de las enfermedades. El director técnico médico del Fondo Nacional de Recursos, doctor Álvaro Haretche, comenta algunos aspectos aplicables a Uruguay.
Emitido a las 08.51) EMILIANO COTELO: Para aportar elementos nuevos a esta discusión, les proponemos conocer una experiencia cercana: la de Chile, que desde hace dos años tiene en marcha una reforma muy profunda en esta materia. Se trata del "Plan Auge", la gran apuesta del gobierno del presidente Ricardo Lagos para poner fin a las dificultades de acceso a los servicios de salud de buena parte de la población chilena. Los antecedentes del caso chileno son diferentes de los nuestros, pero seguramente algunas líneas de trabajo pueden ser retomadas en Uruguay, de lo cual vamos a hablar en el final de esta charla. *** Vamos a dialogar con el subsecretario de Salud del gobierno de Chile, el doctor Antonio Infante Barros, que se encuentra en estos días en Montevideo. Usted ha venido invitado por el Fondo Nacional de Recursos... ANTONIO INFANTE BARROS: EC - ...y ha estado dictando conferencias en el día de ayer y tiene otras previstas para el día de hoy. AIB - Una humilde conversación; trabajé con la gente del Fondo todo el día de ayer y vamos a seguir trabajando hoy día y mañana en la mañana. EC - Vamos a ir concentrándonos en el tema que nos ocupa. "Plan Auge" significa "Plan de Acceso Universal de Garantías Explícitas". Fue aprobado en el Parlamento con el apoyo de la oposición, y se aplica en forma piloto desde abril de 2002. AIB Así es. EC - Antes que nada, repasemos un poco los antecedentes de este Plan Auge, ¿qué problemas procuró solucionar? AIB - En lo esencial la reforma, con la llegada al gobierno del presidente Lagos, tomó un cariz netamente sanitario. El presidente define objetivos a cumplir al año 2010, que es el año del bicentenario, plantea que la sociedad chilena debe ponerse metas a alcanzar en 2010. Para eso el Ministerio de Salud selecciona los principales problemas de salud de los chilenos y los distingue con garantías explícitas. Eso quiere decir que, a diferencia de las veces anteriores, en vez de entregar recursos al sistema de salud para que solucione los problemas, esta vez les entrega a los ciudadanos, por ley, derechos explícitos en tiempos de espera, en la calidad de atención que van a recibir y en el gasto que van a realizar para estos que representan más o menos 70 por ciento de los problemas de salud de la población chilena. EC - ¿Pero por dónde pasaban las debilidades del modelo anterior? AIB - Yo diría que en lo esencial el modelo de salud chileno es una copia del sistema inglés. Tenemos un Servicio Nacional de Salud desde el año 1952, pero el gobierno militar incorporó en 1980 un seguro privado dentro de la seguridad social, que hizo que rápidamente los sectores más acomodados comenzaran a cotizar en seguros privados, lo que hizo que la salud chilena se dividiera en dos vertientes, una pública y otra privada, con importantes inequidades de acceso a tecnología, de acceso a oportunidades, y con una importante desinversión y un fraccionamiento grande en el sistema público. El gobierno militar pretendía fraccionar el sistema público para finalmente llegar a privatizarlo, cosa que no alcanzó a hacer, pero nos dejó un sistema muy fracturado, con falta de inversión, y en la sociedad chilena una muy importante inequidad en el acceso a la salud. EC - Si entiendo bien, hay dificultades en el acceso a la atención de salud de quienes se atienden en el sistema público... AIB - Así es. EC - ...pero también de quienes tienen servicios privados. AIB - Los privados tienen el problema de, como que los seguros son con fines de lucro, cuando una persona tiene una alta siniestralidad rápidamente le suben la póliza y la botan, entonces llega al seguro público, que es un fondo solidario. El seguro público en el fondo recoge el mayor daño de la población porque no tiene fines de lucro sino que es un fondo social, mientras que los seguros privados trabajan con una cotización segura y con población joven y sin enfermedad. EC - Para diferenciarlo del caso uruguayo: ustedes en Chile no tienen lo que aquí llamamos mutualistas... AIB - No. EC - Tienen por un lado el sistema público y por otro lado seguros de salud. AIB - Son seguros, en la previsión hay un 7 por ciento a total cargo del cotizante, del empleado, que tiene que ponerlo en una institución de seguridad; puede ser el seguro público, que es Conasa, o el seguro privado, que son las Isapres. En general, de alrededor de 500 dólares hacia arriba el cotizante pone su 7 por ciento en los seguros privados... EC - ¿7 por ciento de sus ingresos? AIB - Sí. Eso es obligatorio, de manera que el cotizante tiene que poner el 7 por ciento; además el trabajador independiente no puede cotizar en la seguridad social pública, tiene que hacerlo en la privada por distintos mecanismos. Hay diferentes privilegios en la seguridad social privada: como afilia a gente de altos ingresos, puede botarla cuando se le vuelve muy cara, muy vieja, para las mujeres en edad fértil han inventado una cosa que se llama "planes sin útero", en los que la mujer tiene que firmar un compromiso de no embarazarse, lo que le garantiza una póliza más baja. Una realidad muy cruel de sistemas de seguridad social orientados solamente a ganar dinero. EC - Parece que el eje de la reforma está puesto en mejorar el nivel de acceso de la población a los servicios de salud. AIB - Y, en el mundo privado, a darle garantías a la población de que no va a ser expulsada de su seguro arbitrariamente, que los planes van a tener un incremento de costo razonable, que si una persona tiene alguna de las enfermedades definidas en el Auge queda de por vida en ese fondo privado, con lo que vamos a obligar a los fondos privados a comenzar a hacer prevención y promoción de salud, cosa la que hoy día no se dedican a hacer para nada. EC - ¿Cómo se logra eso? ¿Cuáles son los principales cambios que introduce el Plan Auge con ese objetivo de democratizar el acceso al sistema de salud? AIB - En lo esencial los problemas que tenemos son: en el sistema público largas listas de espera en las principales patologías... EC - Por ejemplo listas de espera para atenderse... ¿de qué enfermedades? AIB - Para operarse una catarata una persona puede esperar dos años. Lo que estamos haciendo al incluir la catarata en la lista del Auge, es que el tiempo máximo de espera, entre el diagnóstico y la intervención quirúrgica, sea de seis meses. Después de esos seis meses el seguro está obligado a comprar la operación donde sea necesario con tal de que el plazo se cumpla. Si no se cumple ese plazo, hay una superintendencia, que es como una defensoría de los derechos ciudadanos, que se preocupa de sancionar a los seguros por incumplimiento de los contratos con sus afiliados. EC - Yo estaba viendo la lista de los problemas de salud que pasa a cubrir el Plan Auge. Usted citó el caso de las cataratas, pero más temprano había dicho que son 17 problemas. AIB - Hoy día son 17, en abril próximo serán 25 y en 2007 vamos a llegar a 56. EC - Estamos hablando de: insuficiencia renal crónica terminal, cardiopatías congénitas operables, cáncer infantil, cáncer cervicouterino, alivio del dolor en cáncer avanzado, infarto agudo del miocardio, diabetes mellitus tipo I, esquizofrenia, cáncer de mama, cáncer de testículo del adulto, linfomas del adulto, cataratas en mayores de 15 años, artrosis de cadera que requiere endoprótesis total en el adulto de 65 años o más, escoliosis que requiere cirugía en menores de 25 años, disrafias espinales operables, fisura labiopalatina y VIH-SIDA. Esos son todos los problemas de salud que quedan cubiertos de la manera que usted estaba explicando. AIB - Hasta ahora esos 17, sí. EC - ¿Quiénes pueden beneficiarse con esta obligatoriedad? AIB - Es universal: todos los chilenos y chilenas tienen derecho a esas garantías y a los tiempos de espera y la protección financiera que se fijan. EC - A cambio de lo cual, ¿qué van a pagar? AIB - Siguen pagando lo mismo que pagan hoy día, no hay incremento en las cotizaciones, hay un aumento de 10 por ciento del aporte fiscal al seguro público, que se logra aumentando un 1 por ciento el Impuesto al Valor Agregado por cuatro años, y en los seguros privados se regula su cotización 7 por ciento, impidiendo que cobren adicionales arbitrariamente. EC - Además de establecer esta lista que recién estábamos detallando y que va a crecer en el futuro, otro de los aspectos distintivos de este Plan Auge es que no se da cobertura a actos médicos, sino que se cubren directamente enfermedades. Hay una perspectiva mucho más global. AIB - Lo que nos ha interesado es no centrarnos en el proceso curativo sino abarcar la historia natural de la enfermedad desde sus orígenes; por lo tanto hacemos mucho énfasis en promoción de estilos de vida saludables, en pesquisa precoz de problemas, entonces hay programas para control de tabaquismo, de obesidad, promoción del ejercicio; con eso vamos a asegurar que nos llegue población más sana. Lo hacemos básicamente en consultorios municipales que están en los barrios, hay un enorme esfuerzo por fortalecer la red de salud que está en los barrios, por hacer ahí el gran esfuerzo preventivo, todos los procesos de tamizaje para pesquisar pacientes que tengan alguna enfermedad. Una vez detectada esa enfermedad pasan al especialista, éste hace el diagnóstico y, si es necesario, llegamos a la máxima complejidad. Dentro de cada protocolo de atención se incorpora desde la prevención en el consultorio del barrio hasta una operación de trasplante de médula, de cambio de lentes en el caso de las cataratas, etcétera. EC - Así que hay un énfasis fuerte puesto en la atención primaria. AIB - Atención primaria y prevención como algo esencial. Hemos hecho ejercicios de hecho en el mundo están hechos, si hoy día uno se dedica a curar y dar remedios, no hay economía que lo sostenga, tenemos que caminar hacia la prevención, y eso significa promover estilos de vida, dejar de fumar, dejar de comer chatarra, hacer ejercicio, etcétera. *** EC Refrescamos, en dos palabras, en qué consiste el Plan Auge, qué es lo que busca atender como problemas que tenía el sistema de salud de Chile. AIB - En lo esencial hemos buscado ajustar nuestros objetivos sanitarios nacionales a la realidad actual, lo que significa diseñar un sistema priorizado en determinadas áreas de problemas que nos permita disminuir desigualdades, aumentar el impacto sanitario y ajustarnos al problema de envejecimiento que se nos está viniendo encima como sociedad. Yo diría que esos son los tres esfuerzos centrales, para los cuales se distingue eso es el Auge un conjunto de problemas de salud perfectamente identificados que les entrega a los ciudadanos derechos específicos en el área de los tiempos de espera, la calidad de la atención que reciben y la protección financiera en los desembolsos que tengan que hacer por esos problemas. EC - Son 17 los problemas más graves, más importantes. AIB - Hoy día son 17; vamos a llegar a 56 en el año 2007. EC - Más temprano mencionamos que el plan prevé poner el acento en el tratamiento de las enfermedades incluidas en la lista, no en el acto médico en sí. AIB - Así es: tratamos de enfocar toda la historia natural de la enfermedad, haciendo el máximo énfasis en que no se presente, con todo lo que es promoción de salud, y si se presenta haciendo todos los esfuerzos para que no se complique. EC - El plan también introduce la protocolización de la atención, lo que ha dado lugar a una polémica fuerte en Chile, en especial con el Colegio Médico. Me gustaría que explicáramos en primer lugar de qué se trata. AIB - La protocolización pretende señalar en la historia natural de la enfermedad aquellos puntos donde las intervenciones son de máxima eficacia y por lo tanto las ordena desde el minuto de hacer la prevención máxima en salud, hasta el minuto de llegar a las intervenciones quirúrgicas más complejas. Todo ese camino se señala, se dice: si usted tiene un riesgo de patología cardiovascular, haga tales ejercicios, deje de fumar, coma sano; si eso fracasa y se encuentra que su presión está alta, tiene que hacer determinadas cosas; si a pesar de hacer esas determinadas cosas su presión está alta y usted comienza a tener problemas de dolor al pecho, tiene que hacer tales otras cosas; si ese dolor al pecho se transforma en un infarto, se hacen tales cosas; si no se transforma en infarto se hace una intervención quirúrgica determinada... Todo ese camino se señala con mucha claridad porque lo que nos interesa, que es un tema muy grave en la práctica de los sistemas de salud, es la variabilidad de la práctica clínica. No queremos que los médicos hagan lo que se les ocurra, sino que estén orientados. Hoy día hay una tendencia muy fuerte que es la medicina basada en la evidencia, es decir que haga las cosas que tiene que hacer porque se ha demostrado que son de alta eficacia, que use los medicamentos que tiene que usar porque se ha demostrado que tienen eficacia, y no estar sujetos a improvisación. EC - El Colegio Médico de Chile ha sido muy crítico con este plan, incluso organizó varios paros, que llevaron a la caída de un ministro de Salud en medio de toda esta polémica. Lo que el Colegio Médico chileno ha cuestionado en esta reforma es, básicamente que la califica como incompleta; y dice que es violatoria de la autonomía de los médicos porque establece esos protocolos para el tratamiento de las enfermedades. ¿Qué dice usted de esto último? AIB - Hemos tenido una muy larga discusión con ellos. El alegato respecto de la autonomía profesional no es propio de los médicos chilenos, es un tema de los médicos de todo el mundo frente a las reformas. El médico partió siendo un artesano que se manejaba muy solitariamente y está acostumbrado a hacer las cosas de acuerdo a su experiencia. Nosotros les proponemos una mirada basada en la realidad científica y las evidencias contemporáneas respecto de eficacia. No queremos obligar: los protocolos sugieren, recomiendan, pero después nos reservamos el derecho a revisar lo que ha hecho el médico. EC - Y si se revisa y se observa que lo actuado por el médico fue incorrecto, ¿qué pasa? AIB - Si se puede explicar como un problema de emergencia, no tiene ninguna importancia, eso es natural; pero si es sistemático, si un médico sistemáticamente recomienda exámenes que no se justifican, sistemáticamente recomienda remedios del laboratorio más caro... ahí le decimos: "Oiga, usted probablemente está induciendo un determinado tipo de consumo que no nos interesa". Le ofrecemos capacitación, pero si eso continúa al final ese médico debería dejar de trabajar en el sistema público. EC - Repito: la protocolización de los tratamientos de las 17 enfermedades seleccionadas por ahora y de las que sean incorporadas después vale para todo el sistema, tanto para el público como para la atención en clínicas privadas. AIB - Así es. EC - Por lo tanto estas obligaciones y estos riesgos para los profesionales que incumplan se extienden a los dos ámbitos. AIB - Van a ser vigilados por distintas personas. En el caso de los privados los seguros privados van a tener que mirar cómo se comportan sus médicos, y en el caso del sistema público, obviamente, todo el aparataje del sistema nacional vigila el comportamiento de los médicos. EC - El otro temor del Colegio Médico pasa por la preocupación de que el plan termine siendo sólo una canasta básica de prestaciones y que las enfermedades no incluidas queden sin cobertura. ¿Qué pasa con las otras enfermedades, las que no están incluidas en el plan? AIB - Ha sido una larga discusión, incluso incorporamos en la ley que el tema del acceso a la salud en Chile queda como un derecho; eso quedó producto de la discusión con los médicos, lo explicitamos con mucha fuerza. Está el tema de lo que no está incluido en el Plan Auge. Como le decía, el Auge explica el 70 por ciento de las probabilidades de enfermar o tener discapacidad de un chileno o una chilena, entonces si usted invierte en solucionar ese 70 queda con un sistema de salud mucho más robusto que soluciona por defecto lo otro. EC - ¿A qué alude con eso, cómo soluciona por defecto lo otro? AIB - Para solucionar el 70 por ciento hemos tenido que invertir en tecnología nacional, tenemos una red radiológica nueva, laboratorios nuevos, anatomía patológica nueva, entrenamiento de los médicos; entonces un sistema que está con su tecnología al día, con sus médicos más capacitados, va a resolver mejor también lo que no es Auge, es lo que hemos estado viendo en el piloto. La diferencia está en que lo que no es Auge no tiene tiempos de espera definidos por ley, por lo tanto el usuario que tiene un problema que no es Auge va a tener que ponerse en la lista de espera, como se pone hoy día todo chileno o chilena para todos los problemas. Hemos distinguido el 70 por ciento que vamos a solucionar en un tiempo definido; todavía no tenemos capacidad para solucionar el otro 30. EC - Evidentemente a partir de esta reforma aparece un compromiso mayor del Estado chileno con la provisión de servicios de salud, y esto sin duda lleva como contrapartida la necesidad de más recursos, más financiamiento estatal para el sistema en general. Algo usted ya dijo, pero me gustaría que profundizáramos: ¿de dónde surgen los recursos para sustentar este esquema? AIB - Hemos aumentado en un punto el Impuesto al Valor Agregado por cuatro años, que es lo que va a demorar la implementación, y tenemos mucha confianza en dos temas: uno, la protocolización: al disminuir la variabilidad de la práctica clínica se producen enormes ahorros porque dejan de hacerse cosas que no tienen utilidad clínica; dos, estamos con una política nacional de medicamentos genéricos que también nos ha valido críticas de los laboratorios farmacéuticos, a los que tampoco les gusta la protocolización porque ésta trabaja con medicamentos genéricos de bajo costo, por lo tanto lo que vamos a ahorrar en medicamentos y en procedimientos médicos de bajo impacto sanitario va a financiar finalmente la reforma. EC - ¿No se corre el riesgo de que las Isapre aumenten el descuento que realizan sobre los ingresos de las personas afiliadas? AIB - Eso está definido en la ley, la ley toca al sistema Isapre y le fija un aumento máximo. EC Recordemos qué son las Isapre. AIB - Son los seguros privados que se crearon en el año 1982, que toman a la gente de más altos ingresos en Chile. En la ley se define que no pueden modificar el plan durante tres años fijos, como tampoco pueden hacer un incremento que esté más allá del incremento de precios está fijado en la ley el incremento que pueden hacer, ni pueden botar arbitrariamente gente, como lo hacen hoy día, que luego tiene que recoger el sistema público. EC - ¿Está absolutamente despejada la posibilidad de que termine habiendo aumentos de esas cuotas? AIB - Está totalmente despejada porque está definido en la ley el aumento que pueden tener. EC - Se lo consulto porque, justamente, conversando con fuentes chilenas para la preparación de esta entrevista, surgía la inquietud de que en determinado momento se termine aflojando en esa materia y se termine habilitando ese tipo de incrementos. AIB No; ha sido una discusión parlamentaria y el acuerdo del Parlamento es que no pueden aumentar más que un cierto límite que está definido en la ley. *** EC - Aunque antes de ingresar en la comparación con Uruguay tenemos algunas preguntas de la audiencia. Pregunta un oyente si el Plan Auge que están implementando implica reconocer implícitamente el fracaso del modelo de privatización que se implementó durante la dictadura militar. AIB - No; yo diría que el modelo de privatización cumplió absolutamente su objetivo: lo que muestra la privatización es que se hace con intereses que no son de solidaridad social. La privatización persiguió que un grupo de empresarios lucrara con la salud de la gente que podía pagar más. Ese lucro tocó su techo, mostró que ese sistema no estaba bien diseñado. No es un fracaso, pero muestra que la orientación de los seguros privados era equivocada. EC - En materia de resultados globales en cuanto al estado de la salud de los chilenos, ¿cuál es el balance hasta ahora? AIB - Todavía nos manejamos con muy buenos indicadores de salud, en lo materno-infantil estamos muy bien, pero tenemos la amenaza del envejecimiento que vemos con mucha preocupación, y nos lleva a afianzar hoy día todo lo que son políticas preventivas y de promoción. En eso los seguros privados no estaban haciendo nada, de ahí la obligación que se les impone de incorporar estrategias de promoción y prevención, unificando una mirada sanitaria en la salud chilena. EC - Usted decía que para solventar los mayores costos que implica para el Estado la puesta en marcha del Plan Auge se ha aumentado transitoriamente el IVA en un punto; ¿por cuánto tiempo? AIB - Por cuatro años. EC - ¿En cuánto queda el IVA entonces? AIB - En 19 por ciento. EC - Otra pregunta a propósito de números: ¿cuánto invierte hoy por hoy Chile, con el sistema tal cual está, en materia de salud? AIB - La sumatoria de lo público, lo privado y el gasto de bolsillo, está en un 7,5 por ciento del Producto. EC - Muy a grandes rasgos, el doctor Infante ha explicado en qué consiste el Plan Auge. Pero, a partir de esa descripción, nos preguntamos de qué sirve esa experiencia para el caso uruguayo, qué lecciones se pueden aprender, cómo podemos aplicar algunos de estos puntos. Vamos a cerrar con ese tema consultando al director técnico médico del Fondo Nacional de Recursos, doctor Álvaro Haretche. Decía el doctor Infante Barros que Chile invierte en salud un 7,5 por ciento del Producto. Nosotros invertimos más, según las estadísticas que se conocen estamos por arriba del 10; ¿no es así, doctor Haretche? ÁLVARO HARETCHE: AIB - Estamos un poco bajos, los europeos están entre 9 y 9,5, Estados Unidos en 14%. EC - Un oyente que tiene familia en Chile pregunta qué cobertura tienen los trabajadores autónomos o los indigentes con la reforma. AIB - Los indigentes tienen gratuidad total en el sistema, son beneficiarios del sistema público, tienen una credencial de Fonasa que les permite acceder a todas las patologías y las patologías Auge con todas las garantías. Con los independientes tenemos un problema: en la legislación actual, si tienen un nivel de ingreso adecuado, pueden cotizar sólo en el sistema Isapre, por lo tanto van a tener las garantías del sistema Isapre. Si tienen un bajo ingreso van a quedar en la categoría de indigentes y se atenderán enteramente en el sistema público. EC - Después de esas consultas puntuales vayamos a lo que nos interesa desde acá. Doctor Álvaro Haretche, director técnico médico del FNR, ¿qué extrae usted como útil para el caso uruguayo? AH - Lo primero es la utilidad, la fortaleza que significa tener programas transversales. El Plan Auge de alguna manera está formulando un programa que genera obligaciones, tanto para el sector público como para el privado. Para Uruguay es un instrumento útil, Uruguay lo tiene, hay varios programas importantes y significativos que generan obligaciones al sector público y al sector privado. El FNR es uno de ellos, de ahí nuestra simpatía o interés particular para revisar lo que estamos haciendo. No hay duda de que es útil, de que a través de disposiciones legales en un marco legal bien establecido se generen obligaciones para el sector público y el privado. EC - No es lo mismo el Plan Auge que el FNR. AH - No es lo mismo, no. EC - Para empezar, abarca problemas de salud diferentes. AH - Sí. La diferencia más importante, lo que más nos ha hecho pensar el trabajo que hemos hecho en estos días es esa migración que hace el sistema en Chile de dejar de pensar en el tratamiento de los episodios para pensar y trabajar en función de patologías. Esa es una diferencia sustancial con lo que hasta hoy ha hecho el FNR. EC - No estamos hablando de que se cubre un acto médico: estamos hablando de que se cubre el tratamiento de toda esa enfermedad. AH - La segmentación que tiene hoy el sistema uruguayo, por el cual distintas instituciones tienen distintas obligaciones, hace que por ejemplo en el caso de un paciente que tenga un problema en sus coronarias, tanto la prevención como el tratamiento inicial del problema, la detección precoz, el tratamiento de la presión arterial, todo eso, sea responsabilidad de su institución, si la tiene, o del hospital público donde se atiende. Cuando ese paciente llega a un nivel de gravedad que requiere una intervención más costosa y compleja, eso lo hace el FNR. Pero el problema tampoco termina allí, porque el paciente va a requerir después una rehabilitación, un seguimiento, etcétera. Yo diría que hasta hoy ese fraccionamiento ha actuado negativamente, en primer lugar sobre los pacientes, en segundo lugar sobre el sistema, porque se hace lo costoso y normalmente no se hace lo más barato, que es lo más efectivo. EC - O sea que si se impusiera en Uruguay un modelo de este estilo, la protocolización, por ejemplo, del encare de una determinada enfermedad, podría ocurrir que la intervención en sí no fuera necesaria, por ejemplo. AH - Seguramente esa sería una meta planteable. El FNR ha comenzado a trabajar en esta línea de una manera muy incipiente, pero es un modelo que nos resulta atractivo para discutir entre todos porque es algo que no puede hacer solo el FNR, sino que tenemos que estar todos de acuerdo y decir: ciertas patologías, por su implicancia, su impacto social, van a ser cubiertas integralmente por un fondo marcado, como hemos hecho los uruguayos, de definir recursos específicamente, pero ya no para el episodio agudo sino para el conjunto de la patología. EC - ¿Qué más? AH - El otro tema que nos pareció muy importante es ese rol de evaluación y control de la calidad. Nos parece que pensar el sistema de salud sólo desde lo financiero, sin pensar en la calidad de las prestaciones y el impacto que estamos teniendo sobre las condiciones de la gente, es un error. Muchas veces cuando se habla de las reformas pensamos en los temas económicos, que por cierto son muy importantes, pero nos parece que hay que extender y profundizar la experiencia de evaluación de calidad, algo que también nos ha preocupado en los últimos años, en lo que estamos trabajando, pero en lo que hay mucho más por hacer. EC - Esta tarde hay una actividad prevista en la que expone el doctor Infante. AH - Hoy hay una segunda conferencia a las seis de la tarde en el Salón de Actos de la Comisión Honoraria para la Lucha Antituberculosa, en 18 de Julio y Beisso. Allí se va a tratar, sobre todo, cómo es el proceso de los cambios, los problemas que generan los cambios, los conflictos que se producen y cómo manejarlos. EC - Quedan invitados quienes tengan interés en seguir avanzando en la comprensión de la experiencia chilena. ------------------------------
La reforma del sistema de salud es, sin dudas, una de las asignaturas pendientes en la sociedad uruguaya. Por eso suele aparecer en estos días en el debate de la campaña electoral.
Así es.
Cerca de 11.
Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón