Entrevistas

Ruben Villaverde (Sirpa): convenios de trabajo para internos del INAU son un camino por el cual "hay que seguir avanzando"

Ruben Villaverde (Sirpa): convenios de trabajo para internos del INAU son un camino por el cual "hay que seguir avanzando"

De los aproximadamente 60 jóvenes que participan desde el año pasado en un programa educativo-laboral que desarrolla el INAU y que recuperaron su libertad, ninguno volvió a reincidir en el delito. La propuesta permite que los jóvenes accedan a cursos de capacitación en empresas, teniendo la posibilidad de incorporarse a ellas una vez que recuperen su libertad. En diálogo con En Perspectiva, el director del Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente (Sirpa), Ruben Villaverde, explicó cuáles son las perspectivas a partir de estos resultados primarios. "La experiencia ha sido en líneas generales muy buena", aseguró, y destacó que las empresas y sindicatos involucrados han tenido un "rol protagónico" en el impulso a este programa, ayudando a los jóvenes a reincorporarse a la sociedad mediante "un eje estructurador en el mundo del trabajo". "En la medida que no hemos tenido todavía ningún retorno de estos jóvenes, se fortalece la idea de que es un camino con el que hay que seguir tratando de avanzar", sostuvo.


(emitido a las 7.43 Hs.)

EMILIANO COTELO:
"El hogar Ser es una vergüenza."

La frase pertenece a Ruben Villaverde, director del Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente (Sirpa), en una entrevista que se publica esta mañana en el diario El Observador.

La entrevista toca varios temas, pero en determinado momento le preguntan a propósito del diagnóstico que hizo el relator especial de Naciones Unidas, Juan Méndez, hace tres meses sobre del hogar Puertas, donde en celdas de cuatro metros cuadrados y con una ventilación pésima, dormían, comían y defecaban tres menores. "¿Esa situación se mantiene?", le consultan y Villaverde responde: "La situación se mantiene porque, hasta tanto no terminemos con las obras, se necesitan lugares como el hogar Puertas, que no son los más apropiados. Tiene una cantidad de internos mayor de la que debería tener. Hoy día se mantiene el centro Ser, que tiene un diseño inapropiado, con iluminación inapropiada. Son centros a transformar totalmente. Espero que antes de fin de año podamos hacer una intervención profunda. Cuando terminemos el primer capítulo del plan de obras dificulto que alguna organización vuelva a establecer críticas" de ese estilo.

Le insiste el periodista con el tema: "¿Las condiciones de reclusión en el Puertas deben considerarse violaciones a los derechos humanos?", y Villaverde responde: "El lugar no es adecuado. El diseño es inapropiado. Son situaciones a transformar. En siete meses el sistema estará radicalmente transformado. No voy a tener que soportar a nadie más cuestionando al centro Ser, que es una vergüenza –y no hay que tener vergüenza en decir que eso es una vergüenza–, ni tampoco vendrán más los cuestionamientos al hogar Puertas", dice Villaverde.
 
Es muy frontal, es muy directo en su análisis y en su opinión a propósito de cuál es la realidad de algunos de los hogares en los que se recluye menores infractores en el INAU [Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay]. Al mismo tiempo anuncia que ese panorama está por cambiar, que hay obras que implican a muy corto plazo mejoras sensibles, entre otras cosas para preservar los derechos humanos de esos jóvenes que están siendo teóricamente rehabilitados.

En la entrevista también le preguntan si está de acuerdo con el aumento de las penas y Villaverde contesta que sí. Pero fíjese por qué contesta que sí, dice: "El tiempo de trabajo que hay que tener con un joven no era suficiente. Como mínimo, en muchos casos, se necesita una temporada completa. Se están cometiendo delitos inusual y extremadamente violentos. Y hay que recomponer además trayectorias de vida. Ingresan jóvenes de 17 años que nunca tuvieron contención familiar, con una deserción muy temprana del sistema educativo, que desconocen el funcionamiento de la sociedad desde lo más mínimo. Y en dos o tres meses no se acomoda a nadie. Máxime si alguien viene con algún problema de adicción a drogas, que no es lo general pero pasa".

Estos son algunos de los comentarios de Villaverde en esta entrevista en la que va moviéndose entre dos realidades, la del pasado, incluso pasado reciente, de los centros de rehabilitación del INAU, y la que se viene, a partir de las reformas que se están implementando. En esa entrevista Villaverde también habla de una novedad que se conoció durante el fin de semana y que es directamente auspiciosa, que muestra hoy, ya, resultados concretos y alentadores.

De 120 jóvenes que participan desde el año pasado en un programa educativo-laboral que desarrolla el INAU, los que cumplieron su período en la rehabilitación y volvieron a la calle, ninguno volvió a reincidir en el delito.

Este quizás es de los ángulos más interesantes, de los más alentadores, porque estamos hablando de que la rehabilitación de esos jóvenes no se limita a los programas que se puedan implementar en las propias dependencias del INAU, sino que la rehabilitación da un salto, implica que el joven sale, que hace pasantías, que aprende eventualmente un oficio fuera de ese instituto y se prepara efectivamente para tener una fuente de recursos propia, para tener un ingreso cuando salga en libertad. Si además resulta que los números dan esto, que no hay reincidencia entre esos jóvenes cuando efectivamente vuelven a la sociedad, da la impresión de que vale la pena prestarle atención a cómo se está operando y por eso es que hemos resuelto esta mañana llamar a Ruben Villaverde, que está en línea telefónica.

Vamos a explicar en pocas palabras cómo funciona este programa educativo laboral, ya lo había mencionado usted en alguna entrevista el año pasado, pero ahora que ya hay un poco más de distancia, ¿cómo es?

RUBEN VILLAVERDE:
Hemos ido tratando de animar a algunas empresas y a algunos sindicatos en la posibilidad de firmar algún tipo de convenio que nos permita puestos de trabajo para jóvenes que han cometido delitos, algunos de ellos privados de libertad y otros con medidas socio educativas alternativas a la privación de libertad.

Bajo el impulso de algunos sindicatos, como el del comercio, la construcción, los metalúrgicos, bebidas, se sumó el sindicato de la pesca hace poco, se fueron obteniendo algunas de estas oportunidades. La forma de contratación tiene algunas variantes, en algunos casos son becas por un determinado período de tiempo que luego debe ser sustituido por otro joven, en otros son contrataciones a prueba y hay empresas que luego de cumplir la medida con nosotros les mantiene el contrato en el mismo régimen que cualquier otro trabajador.

La verdad que la experiencia ha sido en líneas generales muy buena, nosotros hicimos pasar a lo largo del año pasado a unos 120 jóvenes aproximadamente. La deserción en el trabajo nos fue planteada por cuatro o cinco muchachos, cuatro creo que fueron, que luego de algunos días de experiencia dijeron "esto no es para mí" y continuaron en la privación de libertad, pero el resto de los jóvenes tuvo una muy buena aceptación de la propuesta.

EC – ¿De qué tipo de trabajo se trata?, ¿de qué empresas se trata?

RV – Construcción, algunos en Montes del Plata, empresa Caputo, en metalúrgica empresa Umisa, Hípica Rioplatense del Hipódromo de Maroñas, Plucky del grupo Bimbo, Aserradero El Puntal, una embarcación que hace pesca cerca de la costa. Tuvimos una experiencia con un muchacho que empezó estando diez días embarcado, la evaluación fue muy buena, el joven ya recuperó la libertad y continuó trabajando en esa embarcación.

EC – Para tener una mejor ubicación, el pantallazo del sistema, ¿cuánto tiempo dura cada una de esas "pasantías"?

RV – Tuvimos una por ejemplo con Fábrica Nacional de Cerveza, esas son de cuatro meses y hay que renovarlas con otro joven, nos fue muy bien hasta ahora. En otros casos prueban durante un período de tiempo de tres meses aproximadamente y se va renovando. En otros directamente continúa.

También tenemos supermercados Multiahorro, Tiempost, son varias las empresas.

EC – ¿Y el joven sale y entra cada día del centro de reclusión?

RV – Exactamente, hay una camioneta de la institución que efectúa el traslado hasta el lugar de trabajo, lo deja allí y cuando sale lo está esperando y lo trae nuevamente a la institución.

EC – ¿Cómo se logra convencer a una empresa de que efectivamente incorpore, aunque sea en régimen de pasantía, a menores que vienen cargados de este tipo de  problemáticas, incluso potencialmente peligrosos por el tipo de delitos que han cometido?

RV – Es una tarea que a veces me ha tocado hacer personalmente, conversando con alguna gente, y en otros casos ha sido impulso de los sindicatos. Creo que en general lo que se ha planteado tiene mucho que ver con que si no hacemos esto las posibilidades de sacar a alguien adelante son muy difíciles. Nos comprometimos a hacer un trabajo previo serio, de modo de otorgar ciertas garantías, y me parece que hay una serie de empresas y obviamente también sindicatos que están convencidos de que tienen que tener un rol activo, protagónico, en ayudar a la institución a transformar esta realidad, y eso se hace con un eje estructurador en el mundo del trabajo. Ha habido una colaboración muy importante de parte de esas empresas y de esos sindicatos, pero no se olvide que hay muchas empresas que han tomado el camino de programas de responsabilidad social empresarial y les ha parecido que esto podía formar parte perfectamente de esos programas y han hecho la experiencia de acompañarnos.

EC  - ¿Ninguna ha tenido inconvenientes por estos programas de pasantías, no ha habido ninguno de estos jóvenes que generara dificultades, incidentes?

RV – Problemas, problemas, no. Sí recuerdo que en una de las empresas un día un joven fue observado porque estaba fumando en el baño, cosas que le pueden pasar a cualquier trabajador, pero incidentes, problemas, no, ninguno.

EC – Vayamos, ahora sí, a los números. Usted dice que unos 120 se incorporaron a esta experiencia del programa educativo laboral, y después se centra, de ellos, en los que ya obtuvieron la libertad, ¿que son cuántos?

RV – No tengo adelante mío las cifras, pero aproximadamente la mitad han terminado la medida, no olvides que esto arrancó sobre fines del 2011 con la empresa Umisa y a lo largo del 2012 fuimos obteniendo distintos convenios.

EC – Entre los que recuperaron la libertad, ¿qué es lo que se constata?

RV – Nosotros teníamos la expectativa de que esto contribuyera a dar fortaleza y que no se cayera nuevamente en el delito. En la medida que no hemos tenido todavía ningún retorno de estos jóvenes, se fortalece la idea de que este es un camino con el que hay que seguir tratando de avanzar.

EC – ¿Pero ustedes han confirmado que todos ellos, todos esos sesenta y algo, tienen trabajo realmente?

RV – Nosotros les perdemos la pista cuando se desvinculan de la institución. Pero de acuerdo a nuestros datos ninguno de ellos ingresó nuevamente al mundo del delito.

EC – Supongo que podría hacerse un seguimiento, podría evaluarse cada tanto qué están haciendo, en qué están, ¿no?

RV – Esto de las salidas laborales se engancha en el Programa de Apoyo al Egreso, que tiene un primer capítulo que es la salida laboral y un segundo, que se está empezando a desarrollar, entre otras cosas, con un proyecto financiado por el BID [Banco Interamericano de Desarrollo], que es muy importante, y que se trabaja junto con el Mides [Ministerio de Desarrollo Social].

La idea es que de algún modo nosotros acompañamos al joven mientras está bajo nuestro cargo y luego lo que hacemos es que del seguimiento se encargue el Mides.

EC – Para terminar, Villaverde, ¿cómo sigue este año?, ¿qué posibilidades hay de crecimiento de incorporación de más empresas al programa y de más internos a las actividades estas de formación?

RV – Para este año arrancó un curso con Saceem, están yendo 20 jóvenes a hacer ese curso en la empresa, en la zona de Manga, durante cuatro meses. Todos van a ser invitados por la empresa para luego empezar a trabajar.

Estuve con algunos de los muchachos los otros días en el centro Ituzaingó y la respuesta era muy favorable, había mucha aceptación de ese tipo de cursos. Y tenemos pendiente el análisis de los departamentos jurídicos sobre una propuesta de Antel y otra de Ancap. En el caso de Antel ya estamos haciendo algo con el tema de fibra óptica, se iba a extender a algunos otros muchachos, y en Ancap también. Serían cinco puestos de trabajo en cada uno de estos lugares.

La idea es seguir tratando de convencer a alguna otra empresa, hay una automotora con la que tengo pendiente para fin de mes una reunión, que me ha invitado a ver de qué modo... Es la representante de una marca muy reconocida de autos en Uruguay que nos ofrecería también algunos puestos de trabajo.

EC – ¿Y si hay empresas interesadas en incorporarse cómo deben hacer?

RV – Y... que llame ya al Sirpa que vamos a tratar de ver de qué modo podemos ir generando uno, dos, tres puestos de trabajo. No tiene por qué ser una multitud, al contrario, preferimos los números reducidos de modo de ir generando distintas posiciones, experiencias, diferentes tipos de actividad, porque se va formando como una masa crítica en torno a lo que es el mundo del trabajo.

Además es muy interesante hablar con algunos de estos muchachos y ver la sorpresa que a ellos les provoca el ser aceptados. Esto es algo que me llamó mucho la atención hablando con algunos de ellos, les llama la atención la respuesta por parte de la empresa y de los que pasan a ser sus compañeros de trabajo. Tienen como un temor al rechazo, también es cierto que aquí hay empresas que se preparan para recibirlos y sindicatos que especialmente prestan mucha atención a esto, la aceptación provoca un entorno favorable. La verdad que con eso nos ha ido bastante bien y nos parece que hay que seguir avanzando en ese camino.

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Foto: archivo