Entrevistas

Ernesto Irurueta (MTD): protocolo de seguridad del 2008 "es un buen acuerdo" pero hay que "revisar" algunos aspectos

Ernesto Irurueta (MTD): protocolo de seguridad del 2008 "es un buen acuerdo" pero hay que "revisar" algunos aspectos

El partido del viernes entre Peñarol y Central Español puso nuevamente de manifiesto el problema de la violencia en el fútbol. Un hincha de Peñarol fue cortado con un sacacorchos en uno de los baños de la tribuna Ámsterdam, en una rapiña protagonizada por otros dos parciales aurinegros. El director nacional de Deportes en el Ministerio de Turismo y Deporte (MTD), Ernesto Irurueta aseguró a En Perspectiva que se está analizando la situación "con una mirada muy preocupada". Consideró que el protocolo de seguridad firmado en 2008 entre el Gobierno y la Asociación Uruguaya de Fútbol "es un buen acuerdo", pero es necesario plantearle "algunas modificaciones" que surgen de la experiencia de su aplicación, entre ellas la posible inclusión de la figura del fiscal deportivo. Irurueta también señaló, con respecto al episodio del viernes, que el protocolo no plantea la prevención de delitos como las rapiñas dentro del estadio, pues es una tarea que le corresponde al Ministerio del Interior.


(emitido a las 7.47 Hs.)

EMILIANO COTELO:
El viernes pasado la violencia en el fútbol uruguayo tuvo un nuevo capítulo.

En el partido Peñarol-Central Español un hincha de Peñarol fue cortado con un sacacorchos en uno de los baños de la tribuna Ámsterdam durante la rapiña que padeció y que fue protagonizada por otros dos parciales aurinegros.

Según relató Cristian González, el obrero de la construcción que resultó herido, cuando se disponía a entrar al baño antes del intervalo, un menor se le aproximó y le dijo: "Tu billetera queda acá, es un peaje para venir al baño"; él se negó y le contestó: "Estamos en un estadio y acá no se paga peaje". Luego de que González empujara al menor que lo amenazaba se aproximó al lugar otra persona mayor de edad y logró quitarle la billetera. Esta persona también le dio indicaciones al menor, le dijo: "Apuñalalo, pinchalo, ya tengo la plata acá" y eso fue efectivamente lo que hizo el menor, generándole un corte a González en el estómago.

El episodio se sumó a otro dato que tuvo a la Ámsterdam como escenario: la presencia de dos grandes perros llevados por otro de los espectadores.

Ambos hechos reavivaron los cruces y los cuestionamientos a propósito de quién es el responsable de la seguridad en un espectáculo deportivo.

Por ejemplo, en declaraciones que formuló al diario El País el vicepresidente de Peñarol, Edgar Welker, recordó que el Ministerio del Interior pidió a los clubes que trataran de incluir a los hinchas en la seguridad: "Nosotros lo hicimos. La Policía no va a las tribunas Ámsterdam y Colombes porque pidieron que los clubes autogestionaran la seguridad de las dos tribunas. Hemos hecho las cosas como nos han pedido", agregó el dirigente. "Nuestra función", siguió diciendo, "sigue siendo la de un club deportivo y no la de detener ni perseguir delincuentes en la tribuna o en la esquina de su casa", enfatizó.

¿Cómo se observa este nuevo giro, esta nueva vuelta en un asunto a esta altura casi interminable? ¿Cómo se observa desde el Gobierno? Vamos a conversar con Ernesto Irurueta, que es director nacional de Deportes en el Ministerio de Turismo y Deporte.

ROMINA ANDRIOLI:
¿Cómo vio este nuevo episodio de violencia en el deporte este fin de semana en el que como comentábamos un hincha de Peñarol fue lastimado por otros dos?

ERNESTO IRURUETA:
Sin lugar a dudas con una mirada muy preocupada. Es sin dudas también un síntoma de lo que estamos viviendo y creo que no hace más que agregar algún elemento negativo a los que hemos tenido, los que estamos padeciendo en lo que tiene que ver con los espectáculos deportivos.

RA – Este episodio ha traído de vuelta la discusión sobre el protocolo que se firmó en 2008, recién lo comentábamos, en el que el Gobierno y la AUF [Asociación Uruguaya de Fútbol] establecieron que se le pedía a los clubes que involucraran a sus hinchas en la seguridad, poniendo referentes y evitando así la presencia policial, según lo decía por ejemplo el vicepresidente de Peñarol. Ese acuerdo, ¿sigue vigente hoy en día en todos sus términos? ¿A qué apuntaban ustedes concretamente cuando se estableció?, ¿no entienden que es necesario reverlo a partir de estos hechos?

EI – En primer lugar creo que el protocolo firmado en 2008 es un buen acuerdo que establece una serie de compromisos y de medidas, fija una serie de criterios para el desarrollo de los encuentros deportivos tanto en el fútbol como en el básquetbol; fueron dos protocolos diferentes firmados en un caso por el fútbol y en el otro por el básquetbol pero por las mismas autoridades restantes. Creo que es un muy buen intento de poder abarcar, de poder tratar la temática de la violencia en los espectáculos deportivos que involucra quizás a no todos los actores. La propia Comisión de Prevención de la Violencia en estos años de actuación ha ido realizando tanto el protocolo como la propia ley que instaló a la comisión –recordemos que es una comisión asesora– para plantear algunas modificaciones porque la experiencia desarrollada en estos años va también dejando un aprendizaje.

RA – Pero en ese momento concretamente, ¿qué rol se le asignó a los propios clubes en la responsabilidad de la seguridad en las tribunas y qué rol se le asignó a la policía dentro de las tribunas?

EI – El protocolo lo que establece es un rol para las entidades deportivas en el nombramiento de referentes que apoyen el trabajo que se hace en el tema de seguridad. Ese protocolo, creo que está bien aclararlo además, en referencia a esto no establece quién debe ser, eso forma parte de la decisión que tienen que tomar los clubes, las instituciones, para decir quiénes son las personas que van a desarrollar esa tarea, que es de apoyo, en ningún caso se dice que ellos son los responsables de mantener la seguridad. Es una tarea de prevención, asignada a alguien.

Vale la pena decirlo también, esto no es un invento uruguayo, es una idea tomada de las medidas que se han aplicado en distintas partes del mundo. Todos recordamos todo el trabajo que se ha hecho en Inglaterra con el tema de los hooligans. Hubo el desarrollo de figuras vinculadas a esta que estamos hablando y se ha tomado como experiencia positiva la misma para decir "es bueno que las instituciones tengan personas que colaboren con el tema de la seguridad porque conocen a sus hinchadas; el lugar, los accesos para entrar y las salidas de los distintos escenarios deportivos, el barrio; las rivalidades que hay con otras instituciones". Es decir, son personas que pueden colaborar en el desarrollo del tema de la seguridad, la prevención de la seguridad en los escenarios deportivos.

RA – ¿Y qué pasa ahí con la policía? Porque el vicepresidente de Peñarol decía "La policía no va a las tribunas Ámsterdam y Colombes porque pidieron que los clubes autogestionaran la seguridad de las dos tribunas". En este hecho que se dio el viernes no hubo presencia policial.

EI – Yo diría distintas cosas. En primer lugar, no tengo información de que efectivamente haya habido un acuerdo entre la AUF y el Ministerio del Interior para que la policía no ingresara a los escenarios deportivos, eso no está en el protocolo en ningún caso. De hecho, la policía ingresa.

En relación a las tribunas Ámsterdam y Colombes, ha habido siempre un manejo de la temática en relación a la conveniencia o no de la presencia o qué grado de presencia de la policía puede eventualmente alentar o bien los cánticos o bien puede ser vivido como una provocación hacia las distintas hinchadas. El manejo de esa situación ha correspondido al Ministerio del Interior, a su relación con la AUF, no en este caso al Ministerio de Deportes, pero yo creo que en todo caso es un tema de análisis permanente acerca de la conveniencia o no de estar.

EC – Claro, pero ahí vamos al hecho puntual. Acá estamos ante una vuelta más en todo esto, ahora lo que tenemos son delitos, una rapiña, concretamente, que se desarrolla en una tribuna y entre parciales del mismo equipo, acá estamos hablando de hinchas de Peñarol. Tanto es así que la víctima de la rapiña, según ha contado, en determinado momento les recrimina a quienes vienen a abordarlo "somos todos Peñarol" y eso no sirvió para nada.

EI – Quienes roban normalmente no miran la filiación de ninguna naturaleza del que van a robar.

EC – Claro, pero el vicepresidente de Peñarol dice "la policía tendrá que investigar. Es una rapiña. No es un tema que le corresponda a Peñarol".

EI – A ver, estamos hablando de un delito, yo creo que sí, que hay que hacer la denuncia correspondiente. El joven obrero que fue asaltado debe hacerla y la policía tendrá que investigarla, como corresponde. Creo que eso es así, los delitos no los investigamos los particulares sino la policía, el Ministerio del Interior, la Justicia en su caso, eso es lo correcto y es como tiene que funcionar. De ninguna manera está planteado que funcione de otra forma.

El otro tema es si era posible evitar ese delito o no en el baño. Eso no lo sé, creo que es una cuestión más técnica desde el punto de vista de la policía decir si es posible o no algo que ocurre entre tres personas en un lugar donde hay mucha gente, si es posible evitarlo y cómo hay que hacer para evitarlo. En eso sí que no puedo opinar porque no tengo la capacidad para hacerlo.

EC – Pero una de las preguntas que a mí me surge es cómo está previsto en el esquema diseñado y pactado hasta ahora que se maneje la prevención de delitos, de este tipo de situaciones que por lo visto está claro que pueden ocurrir, si no hay policía.

EI – En el protocolo no está planteada la prevención de delitos de esa naturaleza como las rapiñas. No está planteada. Todos recordarán cómo inició el trabajo de la comisión, como se instaló a raíz de los sucesos que ocurrieron en ocasión de uno de los partidos, en este caso Danubio-Nacional. Se suspendió el campeonato y eso dio motivo de todo un análisis sobre la necesidad de instalar un mecanismo de prevención de la violencia en los espectáculos deportivos. Pero en ningún caso se ha planteado en esa comisión, en la que yo participo hoy día, la necesidad de abordar la prevención de los delitos como este, de rapiña. No nos corresponde a nosotros, no tenemos la capacidad para hacerlo, eso en todo caso sí es directamente el Ministerio del Interior.

EC – Pero da la impresión de que hubo un descuido entonces, porque en grandes aglomeraciones de personas en cualquier lugar, sea adentro de un estadio, en la calle, en un shopping, el riesgo de que haya delitos existe y alguien tiene que prevenirlos.

EI – No, existe y los hay, y no solo es riesgo.

EC – Por eso, y si no está la policía entonces, ¿cómo se evita eso? Si no hay una disuasión por parte de la policía.

EI – No, está bien, en eso yo no digo que no tenga que haberla, lo que digo es que los delitos existen igual con prevención, no aquí sino en cualquier lugar del mundo. No necesariamente la prevención tiene un 100% de efectividad ni vivimos en una sociedad en paz donde no ocurre ningún tipo de delito. Eso no es así, ni aquí ni en Nueva York ni en Hong Kong ni en Londres. En todos lados tenemos dificultades, en algunos lugares más que en otros, y en algunos lugares han podido resolver algunos temas particularmente con mayor efectividad que en otros lugares. Nosotros estamos en un momento, en una situación, en donde es necesario... vuelvo a la pregunta del inicio, ¿el protocolo este es bueno, hay que mantenerlo? Yo creo que sí, es un buen acuerdo, que habrá que revisar la actuación de unos y otros, de todos nosotros, sin duda.

RA – ¿Y qué ajustes plantearán ustedes?

EC – Dice uno de nuestros oyentes, Gonzalo de Atlántida Norte: "El fútbol es una actividad privada. Como contribuyente no acepto pagar la seguridad de un evento que es pago". Es una manera de verlo, pero por lo visto hay determinados límites en esa concepción, ¿no? Ahora lo estamos viendo.

EI – A ver, los límites que nosotros hemos conversado hasta el cansancio: nosotros pensamos que puertas adentro la responsabilidad es del organizador del espectáculo como ocurre con cualquier espectáculo. En los bailes no hay policías dentro cuidando el orden o en un espectáculo musical. En todo caso, si los hay, y en este caso del fútbol los hay, es personal contratado que lo paga el propio organizador del espectáculo, o sea que el contribuyente no está pagando por el servicio. Sí pagamos entre todos lo que hace a la seguridad pública fuera de los escenarios deportivos en todo lo que es la prevención, los distintos operativos que la policía realiza para el mantenimiento del orden fuera de los escenarios deportivos. Eso sí, como corresponde, lo pagamos entre todos, es parte de la vigilancia que la policía debe hacer para mantener el orden y la seguridad. O sea que pagamos lo que nos corresponde pagar, digamos. ¿Cuál es el límite? El límite es en todo caso el que más allá de que un espectáculo público. Al privado le corresponde hacerse cargo del mantenimiento del orden y la custodia de la forma que sea, en este caso contratando bien seguridad privada, o bien seguridad pública como lo ha venido haciendo hasta el presente.

EC – ¿Pero la prevención de una rapiña por ejemplo también queda a cargo del privado con su esquema privado de seguridad?

EI – Ante la posible existencia de un delito de esa naturaleza creo que el privado –más allá de decir "tenemos guardia privada" – puede intervenir en determinado momento y puede ser que su presencia ayude a que esas cosas no existan, pero creo que nadie le va a pedir a un privado que se haga cargo de las tareas que son inherentes de la propia policía. En el caso de los delitos de esa naturaleza el privado no tiene la capacidad para intervenir, de hecho no lo hacen más que en las tareas de custodia de los distintos lugares que hacen al trabajo de la seguridad privada en este país.

RA – Para terminar, ¿qué cambio tienen previsto plantear ustedes a este protocolo? Ya que decía que hay que implementarle ajustes, reverlo.

EI – Uno de ellos es la figura del fiscal deportivo, que funciona en otros países, en Inglaterra, en distintos lugares. Son personas que pueden, de acuerdo a su experiencia, indicar en el transcurso del desarrollo de un partido –ya sea de fútbol o de básquetbol– distintas acciones. Pueden hasta incluso detener el juego en función de la existencia no percibida por otros, en este caso por el juez o las autoridades presentes. El fiscal puede indicar al juez del partido que no puede continuar, por ejemplo, esto lo hacen los árbitros en los partidos, si hay personas subidas en lugares que no deben estar porque aumenta el riesgo, si hay cánticos violentos que por supuesto son una agresión hacia la otra hinchada o hacia personas. En este tipo de situaciones los fiscales deportivos pueden ayudar a que el clima en que desarrolle sea el que debe existir, con toda la pasión que el deporte lleva, pero sin entrar en un carril de agresión, de violencia, que puede desembocar en agresiones físicas o en un terreno mucho más difícil de mantener.

Y a su vez acostumbrar a la población, y creo que es muy importante, a que hay determinados límites que no se pueden sobrepasar.

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Foto: Presidencia