Entrevistas

Centro Comercial de Paysandú pide "solución de fondo" para paliar a largo plazo el contrabando con Argentina

Centro Comercial de Paysandú pide "solución de fondo" para paliar a largo plazo el contrabando con Argentina

Ayer comenzó a regir en los pasos de frontera del litoral la medida "Cero Kilo", que prohíbe el paso de productos comprados en Argentina a aquellas personas que cruzan y vuelven a Uruguay en el mismo día. La medida se dio en respuesta al reclamo de los comerciantes del litoral, que se ven afectados por el incremento del tránsito vecinal con Argentina. El presidente del Centro Comercial e Industrial de Paysandú, Alfredo Dolce, dijo a En Perspectiva que más allá de esta medida puntual es necesario buscar "una solución de fondo" que permita encarar un problema que "no es nuevo" de forma "lo más permanente posible". Coincidió en la necesidad de aplicar "medidas extra" en los momentos más críticos, pero destacó que lo ideal sería una política que sirva "para la diaria". Consideró que una posible solución a largo plazo podría ser la imposición de un régimen tributario especial para el comercio del litoral, "una política económica distinta para lugares que tienen una realidad distinta".


(emitido a las 7.48 Hs.)

EMILIANO COTELO:
"‘No se puede traer nada de Colón’, eso le comenta una señora a otra mientras recorre las góndolas del Super Star, uno de los supermercados más grandes del centro de Paysandú. ‘Nada, nada’, le responde la otra, que repasa los precios como si los viera por primera vez."

Así empieza un informe del periodista Nicolás Delgado del diario El Observador, que ayer estuvo explorando las primeras horas del Cero Kilo, en este caso concreto en Paysandú.

"Ayer empezó a regir la medida comunicada el viernes por la Dirección Nacional de Aduanas que prohíbe el ingreso al país de mercaderías para quienes permanecen menos de 24 horas en Argentina. La medida repercutió en las góndolas de los supermercados, a uno y otro lado del Río Uruguay, en el cruce de frontera, donde el tránsito se redujo notoriamente, y en el bolsillo de los bagayeros, que ayer se quedaron de este lado del río, con las bolsas vacías."

La nota incluye luego varios de los testimonios. "Juan Pereyra tiene 38 años y trabaja desde hace dos décadas", veinte años, dedicado a esta actividad: a ser bolsero. "Cruza a pie el puente internacional cada día a las 7 de la mañana a buscar comestibles a Colón y regresa dos horas más tarde con la bolsa llena, para vender las mercancías en las calles sanduceras, golpeando casa por casa la puerta de sus clientes. En la mañana de ayer fue hasta el puente, pero no cruzó. Un aduanero le entregó un papelito que decía: ‘La Administración de Aduana de Paysandú comunica a la población en general que por decisión de la Dirección Nacional de Aduanas a partir del lunes 8 de abril aplicará Cero Kilo en las compras de régimen de tráfico fronterizo procedente de la República Argentina’. Y allí se quedó", después de leer el papel se quedó allí, "afuera de la aduana, a compartir su desazón con otros bagayeros que contaron su bronca" hablando con este periodista.

"Es la necesidad que tenemos: queremos trabajar", dijo Pereyra, que de algún modo se convirtió en la voz cantante, portavoz de los bolseros, como se autodenominan. "Andamos trabajando para criar a nuestros hijos", agregó. "Juan tiene cuatro hijos: uno de tres meses, otro de dos años, otro de tres, y la mayor de 15 años. Fue canillita y también trabajó en la Intendencia de Paysandú. Pero ha sobrevivido la mayor parte de su vida trayendo mercadería desde Colón. Dice que en cada viaje gana $ 180. A diferencia de Juan, muchos otros bolseros cruzan en moto. Pero más allá de las formas, todos comparten el rencor. ‘Ahora nos morimos todos nosotros’, dijo Juan.  Una protesta similar se planteó en Salto, desde donde los bagayeros cruzan hasta Concordia para ‘hacer la diaria’ también".

No es un trabajo formal, pero el grupo reunido ayer debajo del puente Internacional "coincidía en que unas 400 familias carenciadas viven en Paysandú del contrabando. La mayoría recorre las calles ofreciendo sus productos, pero otros tienen puestos en ferias. En Paysandú hay dos: una feria ubicada frente a la terminal de ómnibus y otra en la calle Cerrito".

"Susana Soria, una bolsera que ayer de mañana recorría las calles vendiendo camisas traídas de Argentina, planteó su malestar" hablando con el periodista. "’Nos cortaron los brazos’, dijo. Además de contrabandear ropa, su hijo trae comestibles desde Colón".

"Los bolseros señalan al Centro Comercial de Paysandú, a las autoridades nacionales y a ‘los ricos’ de la ciudad como los responsables de su desamparo". En cuanto a estos últimos, plantean: "ellos no tienen necesidades, pero cruzan a buscar el surtido igual".

Ustedes recuerdan el tema porque venimos tratándolo desde hace días En Perspectiva. Recuerdan en particular la gestión que los centros comerciales de ciudades del litoral hicieron ante las autoridades nacionales preocupados como estaban por el desvío de comercio que se estaba produciendo, por la cantidad enorme de dinero que estaba volcándose al otro lado del Río Uruguay en perjuicio del comercio local. Ahora el Gobierno reaccionó y tomó esta medida, la del Cero Kilo. ¿Qué dicen por ejemplo en el Centro Comercial e Industrial de Paysandú? Vamos a conversar con su presidente, Alfredo Dolce, que está en línea telefónica.

¿Cómo analizan lo que el Gobierno resolvió y esta reacción que se ha producido?

ALFREDO DOLCE:
La resolución de Aduanas, lo comentábamos ayer mismo, es una solución más de tantas que puede tomar el Gobierno desde sus distintas reparticiones. Quizás, si se quiere, la prohibición de comprar del otro lado y traer cosas para su ciudad es la medida más antipática para el común de la gente. Por ese lado entendemos que hay mucha gente que esté enojada, porque no le gusta que le digan que no puede comprar esto y aquello, pero en realidad no es que de un día para otro se hizo sino que viene siendo una acción progresiva de la aduana. Al principio se dejaba pasar todo, después se empezó a controlar el pasaje de bebidas, una vez que se empezó a ver que el tema venía bastante complicado por los precios, se pasó a los cinco kilos y ahora es el Cero Kilo.

EC – Usted dice que hubo una graduación. ¿Cómo fue?, ¿en cuántos meses se procesó esa "transición"?

AD – Probablemente de tres a cuatro meses, no es que de un día para el otro se dijo "a partir de ahora no se trae más nada", sino que fue gradual. Igual es bastante lógico y lo que duele a la gente es la parte final, y uno comprende perfectamente. Lo que decimos siempre: cada uno tiene su presupuesto y tiene que hacerlo rendir lo mejor posible. En este caso, con esta diferencia de precio, obviamente que la gente elige ir a comprar al lugar donde están a una tercera parte los precios.

EC – ¿Esta medida, la del Cero Kilo, era la que ustedes solicitaban?
 
AD – En realidad nosotros no solicitamos una medida puntual. Desde el Centro Comercial entendemos que nuestro rol es el de juntar a los comerciantes, pelear por sus derechos y, en este tipo de casos, tratar de aportar desde donde podemos. En este caso a raíz de las solicitudes de los comerciantes se planteó una asamblea en la que se vio este tema, que no es nuevo, lo venimos sufriendo desde hace más de 20 años, desde que está el puente. Veíamos cómo venía la mano, la experiencia decía que esto terminaba en breve en una diferencia gigante de precios y que la reacción siempre va a ser la misma: van a bajar las ventas, no se pueden pagar las cosas, los insumos, los impuestos, se termina despidiendo gente que después no tiene dinero para comprar y sigue yendo para el frente y es cada vez peor esto. Ya nos ha pasado varias veces si miramos para atrás, y previendo eso dijimos "bueno, hay que tomar alguna medida, hay que pedir que el Gobierno se haga cargo de algo que quizás también le es ajeno pero que corresponde que se haga cargo él".

EC – Ahora, ¿ustedes propusieron medidas concretas?

AD – No, nosotros lo que solicitamos fueron soluciones. Se viene trabajando con Aduanas, con el Ministerio de Ganadería, con todas las reparticiones en el puente, porque por otro lado el Centro Comercial está tratando de mejorar el paso de frontera porque entendíamos que hay que aggiornarlo y que tiene que ser algo distinto de lo que es.

EC – Si, esa es una vieja asignatura en los puentes, ¿no?

AD – Exactamente, entonces es una cosa muy compleja que no es solamente el tema "Ah, contrabando, tranquen y que no pasen y ya está. Nos blindamos, cerramos Paysandú y vivimos de lo nuestro", no podemos ser tan ilusos. Nosotros lo que sí decimos es que esta situación venía empeorando, que cada vez viene peor y peor y que ya nos ha pasado, esta película ya la vimos. Entonces, se hacía necesario pedir soluciones.

Quizás lo que nosotros pretendamos no sea una solución Cero Kilo que afecte directamente a la gente, que dentro de la gente que se afecta hay quien cruza por gusto pero hay también quien lo hace porque no llega a fin de mes. Eso es entendible, porque un comerciante no es idiota, se da cuenta de que las cosas son así: de que hay gente que precisa realmente comprar las cosas más baratas y desgraciadamente siempre terminan pagando justos por pecadores. Es decir, el problema no es el que va a comprar un surtido una vez por mes sino los que están yendo a comprar grandes cantidades de cosas para comercializar después en Paysandú. Son realidades distintas que nosotros también sabemos que existen.

Y nosotros estamos dispuestos a poner el hombro para trabajar, a dar las informaciones que tenemos...

EC – Pero, ¿qué otra alternativa existía que no tuviera este impacto directo en los bolseros?

AD – Alguna otra medida que se puede tomar es un tema impositivo, de aportes, de estudiar la situación económica y preguntarse: ¿cuánta gente cruza desde Paysandú hacia Colón?, ¿cuánta gente cruza de Salto a Concordia? En cada punto fronterizo del Uruguay, ¿cuánto dinero se está yendo mensualmente que estamos exportando a otro país?, ¿cuánto dinero del total que mueve la ciudad no aporta, no paga impuestos y se va para el otro país? Bueno, a partir de ahí vamos a ver cuánto trabajo hay, cuántas empresas hay, todos los datos necesarios para que se pueda hacer una política económica distinta para lugares que tienen una realidad totalmente distinta.

EC – ¿Usted habla por ejemplo de un régimen tributario especial para el comercio de la zona del litoral?

AD – Y si hubiera que llegar a eso, perfecto.

EC – Menos impuestos, concretamente, como se llegó a implementar con respecto al combustible en la zona de frontera.

AD – Menos impuesto, luz diferencial, agua diferencial, aportes diferenciales. Eso lo decidirá el Gobierno, que es a quien le corresponde tomar ese tipo de decisiones y plasmarlas en la realidad.

Mirando el tema del combustible: se planteó un 28% de descuento en las compras con tarjeta en su momento, cuando las diferencias de precio eran las normales que hay entre la producción argentina y la uruguaya y se dejó de cruzar para el otro lado. Eso quiere decir que sirvió. Después, por una cosa o por otra, se bajó del 28% al 24%. No estamos de acuerdo con eso, si funcionaba el 28% mantengámoslo. Pero claro, cuando del otro lado un litro de nafta te puede llegar a costar $18 y acá con todos los descuentos que le hagas no vas a llegar, ahí no anda. Pero tampoco podemos mirar el momento coyuntural fijo de ahora, tenemos que ser un poco más amplios de vista y decir "no, esto es un problema que se viene dando hace 30 años, tiene que haber una solución de fondo para los momentos normales, después en cada pico capaz que sí, que ahí hay que aplicar alguna medida extra". Pero tiene que haber una solución que sirva para la diaria en el tema comercial.

EC – Entonces, ¿qué van a hacer?, ¿van a continuar el diálogo con el Gobierno?, ¿van a pedir nuevas reuniones a efectos de ajustar esto para que no sea estrictamente esta la medida? ¿Debería darse entonces marcha atrás con el Cero Kilo?

AD – Nosotros no somos quienes para decir lo que tiene que hacer el Gobierno con una medida que está tomando. Tendrán que evaluar, me imagino que llevará un tiempo y se tomarán un tiempo prudencial para ver si eso mejora y sirve, cómo reacciona la gente y demás. Eso imagino que debe ser así.

Lo nuestro desde el Centro Comercial de Paysandú es seguir trabajando, es buscar la vuelta de que esto se solucione de una manera lo más permanente posible.

EC – ¿Ustedes saben que efectivamente se está combatiendo al mismo tiempo al gran contrabando y no solo al pequeño, al contrabando hormiga?

AD – Depende qué es lo que entendemos por gran contrabando. Tendría que darse una vuelta por el bagashopping en Paysandú y ahí podríamos también evaluar a ver cómo ha evolucionado, si de manera negativa o si es cada vez más grande el bagashopping, ahí podríamos sacar alguna cuenta de la lucha contra el contrabando.

EC – Lo noto escéptico en ese sentido.

AD – No, yo digo que los números y las cosas hablan por sí solas, a no ser que haya 300 bagayeros más me parece que la lucha contra el gran contrabando no ha sido muy efectiva, por lo menos acá. Porque si vamos a decir las cosas tenemos que decirlas sinceramente todos. Me gustaría que la DGI, el BPS, visitaran otros lugares –estas apreciaciones las hago más a tono personal que desde el Centro Comercial–, ahí veríamos si realmente se está combatiendo o no al contrabando y de qué manera.

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