Robert Silva (Fundapro): estudio sobre días de clase perdidos demuestra que "es necesario aumentar los calendarios"
La Fundación Propuestas (Fundapro), vinculada al sector Vamos Uruguay del Partido Colorado, presentó ayer su Observatorio de la Educación. Según su primer estudio divulgado, durante el 2012 en las escuelas públicas se perdió el 3,3% de las horas de clase por problemas de infraestructura, paros docentes y otras suspensiones. En ciclo básico la cifra llegó cerca del 12% y en bachillerato al 13,6%. En diálogo con En Perspectiva, el profesor Robert Silva, integrante del equipo de educación del Observatorio, señaló la importancia de estos estudios para generar ámbitos de "intercambio de opiniones" que conduzcan a "la generación de propuestas". Destacó que la extensión del tiempo pedagógico es un componente "fundamental para la construcción de una educación de calidad" y opinó que deben aumentarse los días de clase en el calendario, así como la carga horaria. Adelantó que Fundapro está trabajando en otros estudios de diagnóstico y también en "propuestas concretas" para lo educativo.
(emitido a las 7.49 Hs.)
EMILIANO COTELO:
La Fundación Propuestas, vinculada a Vamos Uruguay, presentó ayer su Observatorio de la Educación. De acuerdo al primer estudio las escuelas públicas en Montevideo perdieron, en promedio, seis días de clase cada una el año pasado. Esa cifra llegó a 21 días de clase perdidos en el ciclo básico de secundaria, y en educación superior, 19 días.
Los cálculos fueron efectuados tomando en cuenta los cierres de centros por problemas de infraestructura, paros docentes, realización de asambleas técnico-docentes y otras suspensiones que pudieran haber determinado las autoridades. Trasladado a horas, esto significó que en primaria no se dictó el 3,3% de las clases, en el ciclo básico el guarismo trepó a 11% o 12,5% según el caso, mientras que en bachillerato se perdió el 13,6% de las horas de clase.
Según cálculos de esta Fundación, estas pérdidas equivalen a una pérdida de recursos de al menos 21,3 millones de dólares.
Vamos a conocer algo más a propósito de este documento, vamos a conversar a partir de este momento con el profesor Robert Silva, integrante del equipo de educación del observatorio Fundapro, que es además doctor en derecho y ciencias sociales, y docente en educación técnico profesional.
ROMINA ANDRIOLI:
Silva, ¿por qué desde Fundapro entienden necesario llevar estadísticas paralelas a las oficiales, ahora también en educación?, ya lo venían haciendo en materia de seguridad.
ROBERT SILVA:
Nosotros consideramos que hay temas de la realidad nacional sobre los que es muy importante comenzar a discutir y generar ámbitos democráticos de compromiso, de diálogo, de intercambio de opiniones. Sin duda en ese sentido el aportar datos, o el presentar datos oficiales que surgen de la propia administración de la educación o del Ministerio de Educación y Cultura, como lo hace el Observatorio de Educación, es algo que ayuda en esos procesos de diagnóstico, de reflexión. Los datos de los estudios deben conducir a la generación de propuestas que motiven a quienes tienen responsabilidades en la materia a la toma de decisiones. Y además creo que hay datos que es importante que se conozcan, realidades que se compartan y que en general las podamos entender, conocer, para reflexionar y, reitero, para tomar decisiones y mejorar situaciones como es esta de la extensión del tiempo pedagógico.
RA ¿ Por qué decidieron esa primera apuesta? El observatorio recoge varios documentos, analiza distintos datos pero concretamente el informe que presentaron ayer como el que da inicio a este observatorio está dedicado a analizar esos días perdidos y horas no dictadas de clase, ¿por qué fueron por ese lado?
RS Por varias razones, en primer lugar porque nosotros consideramos que hay una importante concientización de que la extensión de tiempo pedagógico, es decir, más días y más horas de clase en los establecimientos educativos, es fundamental para la construcción y la obtención de una educación de calidad. Eso además sabemos nosotros, y está muy estudiado no es condición suficiente, pero sí necesaria. Y esas circunstancias, esas situaciones, nosotros el año pasado las padecimos, sobre todo aquellas familias y los niños y jóvenes de los lugares donde hubo suspensiones de muchísimos días de los días de clase, y en consecuencia se perdieron muchas horas.
Quisimos empezar por ahí para decir "bueno, señores, esta es la realidad que nosotros pudimos detectar a través de nuestro relevamiento". El año pasado hubo una preocupación de la sociedad en su conjunto sobre la situación generada por este tema, ustedes desde su programa lo trataron muchas veces. Es interesante que lo reflexionemos juntos, que reconozcamos los datos que nosotros pudimos obtener para, en primer lugar, saber que a pesar de tener días y horas de clase fijadas en los calendarios en los subsistemas distintos, primaria, secundaria, educación técnica, eso no es suficiente y es necesario avanzar para aumentar los calendarios fijados.
Como si eso fuera poco, esos calendarios distan bastante de los días y horas que efectivamente se dictan en los centros educativos, entonces, por ahí queremos avanzar. Y además estamos haciendo un llamado de atención porque de dónde lo estamos mirando es una cuestión. Estamos diciendo "miren, señores, esto pasó en el 2012, trabajemos juntos, y sobre todo quienes tienen responsabilidad en el gobierno de la educación, para que esto no vuelva a pasar en el 2013".
RA ¿De dónde sacan ustedes la información para hacer estas estimaciones de días y horas perdidas?
RS Es un trabajo de campo, como le llamamos nosotros, hacemos un relevamiento. Es bueno aclarar una cuestión que me parece interesante: ese informe se basa en cuestiones de suspensiones de cursos genéricas, generales, conocidas por todos, a través de la prensa, de comunicados de las entidades gremiales, de resoluciones de la autoridad administrativa y de circunstancias que llegan a nuestro conocimiento por docentes, maestros, profesores, que trabajan en los centros educativos de todo el país. Ayer en la presentación del observatorio vino gente del interior del país, gente con la que trabajamos mucho a través del intercambio por correo electrónico, llamadas telefónicas, en fin, todas esas cosas que nos sirven para estar en contacto con la realidad que sucede. Para el 2013 estamos intentando tener una realidad que se acerque más a las situaciones que se generan en los centros educativos.
RA ¿Cómo es eso?
RS Ustedes saben muy bien que hay centros educativos que tienen problemas severos, por ejemplo, tres días atrás el liceo Paso Carrasco no tuvo clase, el liceo Paso de los Toros tuvo paro de los docentes del liceo. El año pasado el estudio refiere al año lectivo 2012 hubo centros educativos ocupados, que cerraron por problemas de infraestructura o no pudieron abrir por varios días nuevamente luego de la crisis de infraestructura, y a nosotros ese relevamiento centro por centro nos es muy difícil realizarlo.
RA Entonces ustedes apuntan ahora a que sea la propia ciudadanía, los docentes o los propios alumnos los que aporten la información.
RS Exactamente, estamos en ese camino.
EC También podría ocurrir que por ejemplo en días en los que se convoca a paros no todos los liceos o no todas las clases pierdan efectivamente las horas, ¿no?, porque puede pasar que haya profesores que igual den las clases.
RS Exactamente, eso es una realidad, los que somos profesores sabemos que es así. La realidad del año pasado fue de tal magnitud se lo digo yo que trabajo en una escuela técnica que cuando los medios informativos anunciaban que había un paro los alumnos directamente no iban. A muchos nos pasa que acudimos a los centros educativos a trabajar y estamos cumpliendo nuestro horario, o en la sala docente, o en reuniones que generamos entre los profesores del área correspondiente, pero no estamos dictando clase porque no tenemos alumnos. En otros casos hay algunos alumnos y las clases se dictan. La casuística es como usted dice, es muy variada.
EC Tengo acá un mensaje que llega desde la audiencia. Mónica dice que es falaz contar como días perdidos los debidos a sala docente o asamblea técnico-docente, que en realidad son días de trabajo. Claro, la oyente dice son días de trabajo, sí, son días de trabajo para los docentes, pero para los alumnos son días sin clase, ¿no? y es una paradoja, porque eso está resuelto obviamente por las propias autoridades.
RS Sin duda, nosotros lo aclaramos en el documento y lo decimos públicamente, las asambleas técnico-docentes son una herramienta para la construcción de una mejor educación. La deliberación, el intercambio, la propuesta que viene desde el equipo docente, es fundamental, porque el primer compromiso para transformar la educación, la primera acción que se debe hacer parte desde el aula, es la fundamental, la sustantiva. Ahora, veamos lo que ha hecho el Consejo de Primaria, ¿qué hizo con las asambleas técnico-docentes? Autorizó una en el mes de setiembre del año pasado y la otra la ubicó un día que no había cursos, obviamente que pagó a los docentes por esa asistencia obligatoria.
EC O sea, lo que usted dice es que hay soluciones posibles para que la realización de las asambleas técnico-docentes, que son útiles, que son trabajo de los docentes, no perjudiquen el dictado de las clases, que se compensen por otro lado.
RS Exactamente. Usted verá que en la presentación de este informe, en la introducción, se hace un primer racconto de cómo se viene consolidando la extensión del tiempo pedagógico. Hay políticas que se han desarrollado desde 1995 en adelante tomando experiencias de las escuelas de tiempo completo. Recordemos en 1996 cuando Germán Rama llevó de tres horas y media a cinco horas y media las clases en los liceos públicos. Un proceso que se continuó, que en el 2006 se amplió con una hora más en el ciclo básico y que hay propuestas para seguir ampliándolo. El Ministerio de Educación mandó el proyecto de ley de educación al Parlamento con 900 horas de clase aseguradas para primaria y ciclo básico, los senadores [Pedro] Bordaberry y Ope Pasquet presentaron un proyecto de ley de 200 días de clase. Esos son solo algunos de los antecedentes.
RA Pero en ese sentido, ¿para ustedes la solución pasa por aumentar los días de clase o aumentar la carga horaria? ¿Por dónde entienden que va la solución?
RS Nosotros creemos que en nuestro país una cosa lleva a la otra, y lo que yo estaba diciendo anteriormente es que acá no tenemos que ponernos los buenos o los malos de un lado o del otro. Hay mucha gente que tiene coincidencia sobre algunas acciones que hay que tomar en educación y en ese camino el observatorio Fundapro quiere apostar y quiere generar esa circunstancia, esa situación. Nosotros consideramos que una cosa lleva a la otra. El esfuerzo que viene haciendo Primaria de aumentar el día de clase durante todos los años lleva necesariamente al aumento de las horas. Creemos que el aumentar los días de clase aumenta las horas.
Hay situaciones diferentes, en el ciclo básico que trabaja los sábados se está en los 190 días de clase y comparado a nivel mundial no estamos mal en las horas que dictamos en ciclo básico, sí lo estamos en bachillerato, donde es terrible la situación, y en educación primaria. Creemos que las dos cosas son importantes: más días, más horas. También creemos que es fundamental más permanencia de los estudiantes, sobre todo en los contextos de mayores dificultades, en los centros educativos con sus docentes y con los apoyos que se creen y se establezcan para cada uno según su realidad.
RA Por último, ¿por dónde vienen los próximos pasos del observatorio en materia de educación? Porque en este caso es un informe de diagnóstico, digamos, ¿se van a quedar en ese tipo de cosas o pretenden ahora en una siguiente etapa elaborar propuestas, por ejemplo?
RS Cuando estábamos elaborando este informe, que lo socializamos en confianza con algunos directores del interior del país, una directora me decía "Robert, qué bueno que podemos ver estas circunstancias porque a mí me pasa con los chiquilines de bachillerato que entran a mediados de marzo y los tengo que largar a principios de noviembre y me vienen a golpear el liceo para estar, porque quieren seguir estando, quieren volver, no quieren irse, porque pasan cerca de cuatro meses, desde mediados de noviembre, hasta marzo, fuera del liceo, y quieren estar acá".
El diagnóstico tiene que existir; ahora, convengamos una cosa, y creo que en eso hay también coincidencia nacional, de diagnósticos tapizamos bibliotecas enteras, las tenemos completas. Lo que ahora hay que hacer es, desde el lugar que nosotros tenemos, proponer. Proponer medidas concretas y como por ejemplo en el caso del proyecto de ley presentado presentarlo en el Parlamento Nacional e interactuar con diversos actores. Estamos en ese camino, estamos avanzando en la elaboración de algunas propuestas concretas, este creo que va a ser un año de propuestas del Observatorio de Educación y de la Fundapro. Y además seguir en estudios, ya tenemos y vamos a estar presentando otros estudios que buscan poner sobre la mesa temas de discusión para generar decisiones, pero a la vez con algunas cifras y algunos datos que muchas veces no manejamos.
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Foto: LinkedIn de Robert Silva
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