El lunes se solucionaría conflicto en industria láctea
El lunes culminará el conflicto en la industria láctea. El Gobierno y el sindicato se encaminan a votar juntos la fórmula definitiva diseñada por el Ministerio de Trabajo. La propuesta sigue sin convencer a las empresas, que quedarán en minoría.
Tal como lo adelantó El Espectador, el Ejecutivo se prepara además para limitar el uso de horas extra en esa industria.
Todo indica que el conflicto en la industria láctea, que lleva ya más de 20 días, tendrá para bien o para mal una solución el próximo lunes.
Ese día, en una nueva instancia tripartita, se pondrá a consideración de las partes la fórmula diseñada por el Ministerio de Trabajo para solucionar el diferendo.
La misma intenta recoger los planteos tanto del sindicato y de la empresa, en cuanto a qué características tendrán los aumentos salariales.
En ese sentido, habrá incrementos fijos que irán al salario, y otros variables, según la productividad y la evolución de los precios internacionales, por demás volátiles.
El Gobierno confía en que llegado el lunes habrá un acuerdo y no se necesitará votación. De todas a las empresas no les conforma demasiado la fórmula, y en ese sentido todo se encamina a que, llegada la votación, los trabajadores se unan al Ejecutivo para definir.
Así lo indicó a El Espectador el dirigente Robert Romaso, que afirmó que al gremio le sirve la mayor parte de los puntos propuestos por el MTSS.
Tras solucionar este tema, el Gobierno se pondrá a trabajar para limitar las horas extra en esa industria.
Tal como lo informó El Espectador el pasado domingo, llama la atención el "uso y abuso" de este mecanismo en el esquema de producción, que ante una eventual suspensión queda poco menos que paralizada.
Desde el sindicato se dio el visto bueno a esta iniciativa, ya que según Romaso contribuirá a que se abran más puestos de trabajo en la industria.
El dirigente explicó por qué en el sector lácteo las empresas prefieren trabajar tanto con horas extra:
"Porque mantiene un padrón estable, además juega con los volúmenes de trabajo que puede haber regulando las horas y además es una jugada de los jefes para tener algunos trabajadores de su lado dándoles horas extra. Muchos jefes, no todos, usan ese mecanismo para dividir el sindicato".