Entrevistas

El liceo Daniel Armand Ugón, una institución emblemática de Colonia Valdense, festeja este año sus 125 años

El liceo Daniel Armand Ugón, una institución emblemática de Colonia Valdense, festeja este año sus 125 años

En junio de 1888, la comunidad de Colonia Valdense inauguraba el primer liceo del interior del Uruguay, que pese a estar fundado por pastores era laico, y además mixto, algo que lo ubicaba a la vanguardia de la educación en nuestro país. En ese entonces se llamaba Liceo Evangélico Valdense y era una institución privada; hoy en día es el liceo público Daniel Armand Ugon, denominado así en homenaje a uno de sus fundadores. ¿Qué papel jugó ese liceo en el desarrollo de la comunidad valdense? En Perspectiva se trasladó a esa zona del país para contestar esta y otras preguntas en diálogo con el profesor Omar Moreira, quien fue docente y director del liceo, además de un gran estudioso de la historia de esa zona, y con la actual directora del centro educativo, Rosanna Muttarelli. Los integrantes de La Tertulia de Los Viernes también participaron de la conversación, aportando sus impresiones sobre la historia y el futuro de esta institución.


(emitido a las 8.59 Hs.)

EMILIANO COTELO:
En la mayor parte de nuestro país aquel 11 de junio de 1888 transcurría como un día cualquiera. Pero en esta zona del departamento de Colonia se producía un verdadero cimbronazo: a media mañana del 11 de junio de hace 125 años, la comunidad de Colonia Valdense inauguraba orgullosa el primer liceo del interior del Uruguay, que además era mixto, con alumnos y alumnas estudiando juntos desde el primer día, con lo cual también en ese sentido se ubicaba a la vanguardia de la educación en nuestro país.

Liceo Evangélico Valdense se llamó aquella institución, entonces privada, que hoy es el liceo público Daniel Armand Ugón, llamado así en homenaje, precisamente, a uno de sus fundadores.

Esta mañana hemos llegado a Colonia Valdense para acompañar la celebración de estos 125 años, para lo cual vamos a conversar con varios protagonistas que tienen que ver con el pasado de este liceo, pero también con su presente y su futuro.

Vamos a empezar la charla con el profesor Omar Moreira, con quien nos reencontramos hoy, ya hemos charlado en otras oportunidades. Es escritor, profesor de Literatura, fue docente en este liceo hasta 1976 cuando fue destituido por la dictadura, y con el retorno a la democracia volvió al Liceo Armand Ugón como director, cargo que ejerció entre 1985 y 1994.

OMAR MOREIRA:
Muy agradecido. Doy un paso atrás para decir la importancia que tiene que En Perspectiva venga al interior: es alumbrar una efectiva descentralización, y esto nos hace bien a aquellos que elegimos vivir en el interior y no queremos trabajar en Montevideo con la chapa del interior. Acá nos jugamos la vida. Muy agradecido.

EC - Muy agradecidos nosotros también por la invitación, porque a nosotros esta salida nos cambia la cabeza.

OM - Ese es el diálogo enriquecedor para ambas partes.

EC - Agrego para nuestros amigos oyentes que el profesor Omar Moreira, además de lo que acabo de señalar, es un gran estudioso de la historia de esta zona, sobre la cual ha escrito varios libros y artículos. Esa es una ventaja a la hora de charlar con él sobre este acontecimiento que hoy estamos rememorando.

Vayamos al origen: ¿por qué se inauguró aquí, en este lugar del país, el primer liceo del interior?

OM - En primer lugar, soy de Cerro Chato, Valentines, Nico Pérez, y acá me favorece el contraste y ver, entender dónde trabajamos, ahondar en las raíces de cada lugar. Al llegar acá, por concurso, entendí que debía entender dónde estaba. Siempre hay nutrientes que va a dar a un liceo que hay que descubrir.

EC - Esa puntualización es importante: usted no es un hombre originario de esta zona, vino en los años 70.

OM - En el 59.

EC - Y tiene de algún modo las dos visiones, la de afuera y la de adentro, porque ya está muy instalado acá.

OM - Los pastores me rechazaron porque no era valdense, no me dejaron estudiar. Aprendí por lo menos cuatro palabras en patois. Me exigían máximo siete, pero no pude. De manera que siempre lo quisimos y en eso estamos. Creo que es fundamental entender este territorio acá, la estancia del rey, la gran estancia colonial del rey, un lugar privilegiado, equidistante de Montevideo y Buenos Aires. Eso en la visión valdense que vino acá es fundamental, la permanencia y la renovación, la adaptación, la capacidad de adaptarse, pero a la vez la capacidad de ser fiel a sí mismo e ir enfrentando permanentemente el futuro.

EC - Usted mencionó a los valdenses. Quizás ahí haya que hacer una parada, porque estamos ubicados en 1888 y hacía pocos años...

OM - Desde el 58 estaban los valdenses acá.

EC - ¿Quiénes eran los valdenses? Era una inmigración que había llegado de Italia.

OM - Habían llegado de Italia, del Piamonte. Después de la unión italiana del 70, tenemos piamonteses los primeros y los segundos son italianos; la inmigración que viene en el 45 son italianos. Incluso son familiares, pero cuando se unió Italia unos eran piamonteses y otros eran italianos. Creo que toda esa capacidad de negociación y esa visión del territorio, la historia y la permanencia de algunas orientaciones acá se hicieron.

EC - Aquella gente había venido aceptando la propuesta de aquella empresa que loteó esta zona del país, al frente de la cual estaba Doroteo García, por ejemplo, que vendió tierras para trabajar, para hacer agricultura.

OM - La Sociedad Agrícola de Rosario, era una voluntad de que vinieran agricultores para fijar al hombre en la tierra, como también quería Artigas, y por eso repartió este territorio entre siete destinatarios. Pero los piamonteses no vienen de Europa directamente a aquí, Rosencof los echó de Florida, estaban en Florida y allí por las intransigencias religiosas los echaron, y se vinieron acá en 40 carretas.

EC - Otra vez la intransigencia religiosa, porque en Italia tenían ese tipo de problemas.

OM - Seguro. Por la intolerancia religiosa vienen a dar acá en el 58. Y ahí vienen a La Paz y la Concordia, lo que querían después de la Guerra Grande. Entonces tenemos que se empieza a desarrollar eso. Los primeros diseños son más o menos vacilantes, pero después, cuando viene Armand Ugón, que indudablemente era un genio, religioso, pero fundamentalmente estadístico, con una visión estadística, saca el centro de Colonia para un centro que aún no existía pero que él ya había visto. Allí era puerto; y él buscaba cohesionar su colonia.

EC - Este pastor corrió el centro de esta colonia, lo sacó de La Paz y lo trajo para este lugar.

OM - Lo corrió para un centro que aún no existía, primero a una casa de comercio que se ofrece, ahí inaugura la primera sede, y después consigue 20 cuadras para servicio comunitario y la educación. Lo primero que funda es una escuela, la escuela que hoy es museo. Ahí empieza a desarrollarse. ¿Por qué lycée?, porque es el francés al principio, porque buscaba que enseguida fueran universitarios. No tenemos que olvidar que el liceo era la etapa primera de la universidad.

EC - Pasemos en limpio eso: este termina siendo el primer liceo del interior o el primer liceo rural, hay una discusión sobre eso. Lo cierto es que en ese momento en Uruguay, si miramos al interior, había un politécnico en Salto y el Colegio Uruguayo en Mercedes, ninguno de los dos era liceo propiamente dicho. ¿Por qué esta gente opta por fundar un liceo, después de la experiencia que tenía con estas escuelas que había creado? ¿Por qué no un politécnico, por ejemplo?

OM - En primer lugar necesitaban saber toda la cuestión del trabajo de las manos. Había un conocimiento incorporado que traían en su ADN. Y además porque lo necesitaban, era la visión de Tomás Wood, que quería que acá fuera el inicio de la Facultad de Teología de Buenos Aires. Y también lo necesitaba Armand Ugón –ahí coincidían los intereses– para que sus feligreses entraran a la universidad. Esa visión de ir a más, ese diálogo permanente con el afuera. Es decir, buscar el rigor, buscar por medio de la inteligencia, él lo dice: la educación tiene que ser la primera inversión porque si no, seremos asimilados. Entonces se forma un liceo laico, aquello de lo laico antes del batllismo último que Caetano describe en un magnífico libro.

EC - Si bien es un liceo fundado por pastores protestantes de la Iglesia valdense, era laico.
    
OM - Era laico, eso es fundamental. Además ya incorpora su entorno, por ejemplo las siete mujeres que están en ese listado de los 35, una viene de Rosario, otra viene de Colonia Suiza, otra de La Paz. Sabía que era la educación el salto adelante, y eso es fundamental.

EC - Mencionó al pasar que había alumnas mujeres en esa primera generación.

OM - Había siete mujeres.

EC - No era algo obvio en esa época.

OM - Por supuesto, en 1912 están las femeninas en Montevideo.

EC - Recién en 1912.

OM - No sé si en 1908 o en 1912, el IBO era la femenina.

EC - El Instituto Batlle y Ordóñez.

OM - Exactamente. Pero acá ya estaba incorporada.

EC - ¿Por qué?

OM - Porque de alguna manera ya las escuelas también eran mixtas. Creo que ese realismo, de aceptar esa realidad que no alteraba para nada su credo, eso es la permanencia y renovación, permanencia e innovación constantes que nos van a dar hoy incluso, porque hoy están festejando los 125 años, pero están pensando el futuro. Abrir el futuro, cada momento de crisis abre el futuro en la medida en que lo piensen, el pensamiento que analice la realidad y que a la vez cree canales para ir haciendo algo más. Creo que esto hoy es capital. En un comienzo, en el 1895, ya los propios alumnos le regalan al liceo los instrumentos que tiene el IAVA hoy, los traen acá.

EC - ¿Qué instrumentos?

OM - Los instrumentos de física y química, los laboratorios. Los alumnos los traen, ya egresados. Después en 1912 viene la crisis, el liceo pasa a ser el liceo de la Colonia.

EC - En 1912 se crean los liceos departamentales, entonces en el departamento de Colonia va a haber un liceo en la capital, en Colonia del Sacramento. ¿Qué pasa? ¿Eso le genera un inconveniente a este liceo?

OM - Lo prevén, desconfían, y enseguida va el propio pastor a hablar con el presidente José Batlle y Ordóñez. Además ya tenía relación con los profesores que venían a tomar exámenes acá. No es poca cosa, venía nada menos que Claudio Williman, y venía el propio Carlos Vaz Ferreira. Es decir, hablar con los grandes de algo sirve.

EC - ¿El hecho de que se creara un liceo departamental de Colonia en Colonia del Sacramento podía implicar que este liceo desapareciera?

OM - Recibía subvenciones, entonces se aseguró que este departamento tuviera dos liceos, y no perdió importancia porque además estaba ya organizado como tal, sabían lo que era una institución. A veces no valoramos exactamente la fuerza que tiene una institución, el rigor que hay que tener, porque va a permanecer. Eso lo supieron.

EC - Enseguida seguimos profundizando en esta historia y en lo que vino después.

***

EC - Tengo unos cuantos mensajes de los oyentes. Uno, por ejemplo, que viene con el toquecito de humor que le es característico: "¿Gaucho Moreira dijo? A ese gaucho lo conozco, ahora resulta que es nuevovaldense. Pero se hizo en mi pago, de este gaucho olimareño". Y le manda un gran abrazo a usted, su profesor. Hay varios exalumnos que están del otro lado del receptor muy emocionados escuchando la voz de alguien que los marcó, varias generaciones.

***

EC - Seguimos conociendo al Liceo Daniel Armand Ugón, pero ahora incorporamos a los integrantes de La Tertulia de los Viernes que han venido con nosotros al departamento de Colonia, los recibimos con un aplauso: Carlos Maggi, Mauricio Rosencof y Matilde Rodríguez Larreta.

Ustedes estaban escuchando la charla con el profesor Moreira, ustedes conocen bastante de este lugar, han venido otras veces.

CARLOS MAGGI:
Viejo amigo, Moreira, lo quiero mucho y comparto mucho lo que él piensa, es de la gente mía, un hombre de la cultura y lo estimo mucho, es un valor importante, donde está él pasa algo.

EC - Causaba gracia ayer cuando charlábamos con la directora del liceo y con el profesor Moreira, porque la conversación era como con dos autoridades, la directora actual y el director emérito, una cosa de ese estilo.

MAURICIO ROSENCOF:
Mirá lo que son las asociaciones, la imagen que pusiste, pensé tenemos dos papas también. Un papa y una mama. Y pensaba en los orígenes, fijate qué curioso, el actual papa franciscano toma el nombre de Francisco, además, que cuando en Asís fue Juan Bernardone, hijo de un rico comerciante, en determinado momento se sintió tocado por el amor al prójimo y un voto de pobreza y arrojó todas sus pertenencias. Pero me entero de que [Pedro] Valdo tiene una historia parecida, ahí especulan con que la traducción de Valdo sería en español Valdés.

EC - Valdo, el fundador de la Iglesia valdense, de ahí viene el nombre.

MR - De ahí viene el nombre. Uno siente la sencillez, aunque Rosario anuncie que a esta parte del edificio le han hecho un lifting. Uno siente la sencillez, la solidaridad, el aire, me gustaría describirlo en algún momento, pero hoy quiero dejar simplemente un agradecimiento cuando entramos acá y estaba este escenario teníamos como calefacción una estufa que pertenece a la profesora Nuria Bertón, del laboratorio de Biología, que se dejó enfriar los pies por arrimarnos esta estufa. Ahí está, podés usarla cuando quieras.

EC - Estufa con nombre.

MR - Seguro, y además es del laboratorio de Biología, que está cerrado de momento. Para mí es una fiesta, entrar a Colonia Valdense, ver ese carro lleno de flores, la limpieza, ver que acá no hay una sola reja; uno que tiene gran prevención a las rejas pero vive rodeado de ellas y acá no las ves, sentir que nos reciben en el liceo, la directora y un grupo de muchachos con una frescura, contándonos la historia de esto, con historias que son como para pensarlas y escribirlas, es comenzar sintiéndose acá muy a gusto, a pesar de los comentarios capciosos de que yo tuve que ver en Florida con la expulsión de los valdenses.

EC - Matilde, tú has estado más de una vez acá también.

MATILDE RODRÍGUEZ LARRETA:
Sí, claro; obviamente es una institución muy prestigiosa, sabía dónde estaba y cómo era, pero es la primera vez que estoy adentrada en el tema y con lecturas que van ilustrando. Quería agregar algo que fue mi primera impresión, cuando entré acá recordé rápidamente –no sé qué asociación de ideas–el Instituto Alfredo Vásquez Acevedo (IAVA). Había un espíritu desde los alumnos, un orgullo del lugar adonde pertenecían

Solamente quiero leer un párrafo que explica las cosas, un párrafo del capítulo de [Roger] Geymonat sobre la sociedad valdense ["Historia de los Valdenses en el Río de la Plata", incluido en "Lectura bíblica en el movimiento Valdense"]. Habla del pastor Wood, y dice: "Su amigo y rector de la Universidad, Alfredo Vásques Acevedo, definía con claridad los objetivos. Este liceo está destinado no a multiplicar las lumbreras letradas que relucen en las grandes capitales  y en los altos empleos, sino a encender luces en las tinieblas del campo y en las vías comunes de la vida de un pueblo". Me parece una definición muy clara del objetivo con el cual se instala aquí este liceo y la importancia que esos pastores le daban a la instrucción en los niños y en los jóvenes, en los adolescentes, que tenía además mucho que ver con la ilustración de su propia comunidad valdense y de mantener la identidad en la lectura de las Escrituras, de la Biblia, y quería que eso se trasladase a otras generaciones. Me parece que es todo un espíritu que vale la pena traer aquí en este momento.

EC - Quizás se podría juntar con otro detalle de los 20, 30 que podríamos añadir. Hay que pensar que cuando se crea este liceo estaba efectivamente en el medio del campo, no era entonces tan sencillo que los alumnos concurrieran a él. A muchos de ellos había que alojarlos, no eran estrictamente de acá. Y se arma un sistema para alojar a esos alumnos, pero uno de los componentes de ese sistema de alojamiento eran las casas de algunos de los profesores y de los fundadores del liceo. Esos docentes y hasta el propio director fundador, el pastor Armand Ugón, tenían alumnos viviendo en sus casas.

OM - Indudablemente enseguida encontraron el sistema práctico de eso. El propio Armand Ugon aloja a Emilio Barbarous, que después fue el decano de la parte de secundaria de la Universidad, y será secretario de Williman. Es decir, toda esa amistad. Él lo trae del campo y lo aloja ahí. Y otros también vinieron, incluso hay uno que dijo que una vez salió de noche a robar ciruelas y lo agarra Armand Ugon arriba de un árbol y le pregunta: "¿Qué está haciendo ahí?". "Estoy filosofando." "Vaya a filosofar a la cama." Ese pupilaje y otro, estaba La maison des professeurs, que alojaba no solo a profesores sino a alumnos.

EC - Había que alojar a profesores y alumnos.

OM - Eran conscientes de que ese muchacho tenía que estudiar. Cómo se las arreglaban, no sé, pero ese fue el método para que ese liceo en medio del campo se encontrara. Probablemente no haya diferencia con lo que pasaba en los valles del Piamonte, montañeses que encontraron la tierra, el agua, el clima y la leña acá. Yo creo que eran conscientes de la utilización de la inteligencia.

Pero voy a otra crisis que pasa cuando vuelve a ser local, en el 50, porque se tenía que ir a hacer preparatorio –Matilde habla del IAVA–, todos a hacer el IAVA. Hasta el año 50, en el 50 ya acá piensan en hacer bachillerato, y lo organizan.

EC - ¿Qué desafío le implican los años 50 a este liceo?

OM - En 1950 para aquellos que quieren seguir acá ya se empieza a pensar en el bachillerato. Empieza con el director de acá en Colonia en el 50, allí se hace el hogar estudiantil en la casa del director, y acá en el 51 es un hogar estudiantil, hasta el 50 había que ir a Montevideo. Hasta el 51, 52, cuando hice preparatorio –soy prehistórico–, íbamos todos al IAVA, todo Montevideo y todo el interior sur iba allí. Y allí fuimos, recuerdo que a Melita Boné, que está acá, la conozco en el IAVA. Y después vamos al IPA. Al formarse esto se quiere hacer un gran bachillerato, y ahí empieza a intervenir el IPA, empieza la comunicación con Grompone y empiezan a venir los primeros egresados del IPA, llegan acá. Además los ganadores de concursos llegan acá, es decir, la mayor exigencia; hasta el 76 yo diría que es una pequeña universidad zonal, regional.

EC - Es muy interesante esa historia de estar siempre un paso adelante, buscar siempre la excelencia que viene, la que falta.

CM - Yo veo con interés las causas de por qué esto es como es ahora. Es un lugar muy privilegiado, es un lugar con una cultura muy superior al resto, sobre todo si se lo compara con Montevideo. Yo pensaba en los sucesos del martes pasado en Montevideo, con esas hordas que rompían cosas y robaban cuanto podían; es un hecho que acá no puede darse, porque la cultura general de aquí es superior. A los montevideanos les cuesta mucho reconocer eso, pero la única manera que tienen de mejorar su nivel cultural es hacerse un viaje a los lugares donde están mejor protegidos desde el punto de vista de la convivencia. En Montevideo cada vez es más difícil convivir, después uno llega aquí y empieza a hacer comprobaciones. Estamos observando todas las causas: a este liceo le pasó esto, decidieron tal cosa, cambiaron tal otra, ¿para qué?, para una cosa muy importante, para poder convivir mejor. Es como están viviendo aquí, tienen un gran privilegio, es decir, todos los sacrificios, todos los inventos, todas las cosas que se hicieron y se organizaron florecen. Y donde no se tiene se marchita la vida, que es una sola y es breve. Caer en una ciudad que cae y donde pasan cosas horribles hace que la vida sea fea, por eso cuando uno tiene una vida linda y cristalizada en cosas hermosas y tiempo libre para gozarlas no debe olvidar eso. Yo lo veo contrastante y lo veo con dolor, porque quiero mucho a Montevideo, pero está peor, y este privilegio que tiene hay que sentirlo, porque esa es la base para seguir y mejorar las cosas.

EC - ¿Estamos exagerando? Miro al público y le pregunto: Carlos, con esto que acaba de decir, muy emocionado, por otro lado, ¿está exagerando? ¿Ustedes se sienten así de cómodos viviendo acá?

Todos dicen que sí y todos sonríen. Estamos arrancando bien, algunas cosas van quedando claras. Podemos avanzar bastante más enseguida.

***

EC - Algunos comentarios de los oyentes: "El pastor Armand Ugon, igual que los grandes de este país, como Vaz Ferreira, Rodó y otros de la Generación del 900, hacían todo pensando en la juventud. ¿No será que ahora tenemos que ir en ese sentido, que tendríamos que volver a poner el énfasis por ese lado?". Es un buen punto de partida.

***

EC - Estamos festejando esta mañana los 125 años del liceo Daniel Armand Ugon, de Colonia Valdense. Estamos con el profesor Omar Moreira, con Carlos Maggi, Mauricio Rosencof, Matilde Rodríguez Larreta. Y como queremos venir más cerca, venir al presente, ahora sí saludo formalmente a la profesora Rosanna Muttarelli, directora actual del liceo, docente de Literatura, escritora y dramaturga, escribe teatro, recibió el año pasado el Premio Nacional de Literatura en la categoría Teatro Inédito, Drama, por la obra "Margaritas en el mar". Ocupa el cargo de directora del liceo desde el año pasado. Gracias por recibirnos.

ROSANNA MUTTARELLI:
Gracias a ustedes, para nosotros es un honor que El Espectador esté aquí. Este es un liceo prestigioso y esto lo prestigia más, es una forma más de celebrar el hecho de que estén con nosotros. Lo del premio es algo que acá ni se sabía, mucha gente no lo sabe, porque es una actividad aparte. Ahora me voy a centrar en lo que soy aquí, en mi rol, que es el de directora, el de integrante –en esto quiero enfatizar– de un equipo, recién llegada –porque quien llega a un liceo de 125 años hace un año y medio es como que llegó ayer– y en pleno aprendizaje de esta comunidad.

EC - Cuéntenos, ¿cuántos alumnos tiene hoy el liceo?, ¿de dónde vienen?

RM - El liceo tiene 330 estudiantes. La mayoría pertenecen a la Colonia Valdense, pero también vienen de la región, seguimos teniendo estudiantes que vienen de San José, tenemos estudiantes que vienen de Nueva Helvecia. Se mantiene esa característica de regional, de cosmopolita, hay estudiantes que viajan en ómnibus, se trasladan aquí.

EC - ¿Qué se estudia acá? ¿Están todas las opciones de bachillerato?

RM - No, no tenemos todas las opciones de bachillerato, tenemos algunas; la más reciente, la vedette, es el artístico, y el resto las clásicas, Derecho, Físico-Matemático, y ciclo básico en la mañana, tenemos las dos opciones. Y también tutoría de libre asistido para adultos, plan 94, porque acá el tema de la educación, el tema del conocimiento, que es como un pilar, como algo que viene con los valdenses, se prolonga más allá de cualquier edad.

EC - Y los alumnos, las alumnas, ¿cómo viven este liceo en este momento? Rosario.

ROSARIO CASTELLANOS:
Vamos a preguntárselo a ellos. Marcos, que es alumno de sexto año de Biológico, ¿es cierto todo lo que acá hemos escuchado? ¿Es realmente esta historia del liceo determinante a la hora de sentirte alumno de él?

MARCOS:
Sí, me parece que lo dijeron de forma muy correcta, todos sentimos básicamente lo mismo, para decirlo a grandes rasgos, cada uno se adapta como es. Para los estudiantes, por ejemplo, es como nuestro segundo hogar, por las cosas que nos brinda. Lo que más destaco yo, que me parece lo mejor de acá, es la interacción que se da, el vínculo que se genera entre los profesores y los estudiantes, es algo muy lindo.

RC - ¿Entendés tú la importancia de la educación?, ¿pretendés seguir en ella?

M - Por ahora sí. Tengo algunos planes de futuro, pero la vida a veces viene por otros lado y uno no lo puede predecir.

RC - ¿Sos valdense de origen?

M - No, soy nacido en Montevideo.

RC - ¿Y por qué estás acá?

M - Ahora vivo en Nueva Helvecia, pero estuve viviendo alrededor de 10 años acá en Valdense, ya es el sexto año que curso acá y estoy muy contento.

RC - Dadas las ventajas que estableció sobre todo Maggi con relación a cómo se vive en Montevideo, para ti, un hombre joven, un muchacho, que podría pensar que Montevideo tiene más "movida", ¿es cierto que se vive más tranquilo y que la juventud tiene un espacio propio para sentirse bien acá también?

M - Sí, por supuesto, obvio. Ya por un tema de que uno se siente más cómodo. Puede que se sienta un poco más libre a la hora de salir a la calle por eso que estaban mencionando hoy, que también lo podés ver con respecto a Montevideo haciendo la comparación, que no tenés todas las casas con rejas y ese tipo de cosas, el ambiente te cambia la mentalidad a la hora de salir a caminar a la calle, juntarte con tus amigos y ese tipo de cosas.

RC - Cambiemos, porque si este fue un liceo que recibió mujeres de entrada, vamos a pedirle a Alina, que es de quinto año, y además Artístico, si opina lo mismo que su compañero Marcos o tiene algo para agregar. Alina es valdense, con varias generaciones atrás de valdenses.

ALINA:
Sí, yo soy muy valdense, no hay otra salida. Viví toda la vida acá en Valdense, desde que nací, vivo acá con mi familia, vine a la escuela acá, estoy en el liceo acá. Yo en verdad siento que quiero al liceo, a la comunidad en sí, porque soy de acá y somos todos conocidos. Eso está muy bueno.

EC - Y esa historia de la que hoy estábamos hablando, ¿a ustedes los más jóvenes cómo les incide, de qué manera les pesa, o no? ¿Qué importancia le dan?

A - Para mí es muy importante, porque viene a ser parte de mi pasado también toda la historia de la comunidad; aparte es muy interesante y está bueno, porque sé que mis compañeros también la saben, es como una historia de toda la comunidad. Es importante, todos tenemos presente lo que pasó.

EC - ¿Les genera algún tipo de compromisos, desafíos?

A - Creo que sí, no sé.

EC - Me llamó la atención enterarme de que algunos de ustedes han decidido formarse para ser algo así como guías.

RC - Alina es una de ellas.

A - Sí, yo ayer estuve acá con todos ellos y les dimos con un amigo una recorrida. El año pasado hicimos una cierta capacitación, nos dieron clases sobre la historia del liceo, sobre la historia de los valdenses y también sobre algunos puntos de la zona por los que también damos una recorrida. Y está muy bueno, me gusta mucho y es otra cosa buena que tiene el liceo, que te da oportunidad de hacer muchas cosas, de hacer las cosas que te gustan. En mi caso, me encanta el arte y está buenísimo que tenga acá la orientación que me gusta hacer, y no solamente eso, porque nos dan espacios para hacer muchas cosas, ya sea deporte, hacer esto de turismo que hago yo, y también hay coro, hay muchas cosas que está buenísimo que estén acá y que tenemos la oportunidad de hacer.

EC - Carlos, Mauricio y Matilde hicieron ayer de tarde la recorrida por el liceo con estos anfitriones tan particulares. ¿Cómo les fue?

CM - La cosa es muy coherente, no sucede por casualidad, se asocian las cosas buenas como se asocian las cosas malas. Yo oigo a los alumnos de este liceo y me siento orgulloso, porque es formidable cómo entienden bien dónde están colocados y cómo aprecian eso. Yo hice cuatro o cinco preguntas acá en el liceo ayer a los muchachos, a las profesoras y a la directora también, y hay una coherencia absoluta entre las cosas. Este lugar no tiene asentamientos irregulares, es una noticia importante para el Uruguay. Este liceo no tiene desertores, en 330 alumnos parece que dos dejaron de estudiar, tienen menos de 20% de repetición, cuando Montevideo tiene 50 y pico. Las cosas son coherentes, y uno entra acá y siente eso, y estos que están adentro, ustedes que están adentro, cuando hablan se nota que también lo sienten. Eso es muy hermoso, porque tienen que apreciar lo que tienen, porque es la manera de que haya más de eso bueno. Me gusta mucho.

MR - Por lo general creen que llegamos a la Tertulia y no hay nada preparado previamente, pero con Maggi hoy podemos decir, con tal de que no lo oiga Emiliano, que nos ponemos de acuerdo en tener algunas diferencias estando igualmente de acuerdo, para poder polemizar un poco. Nos hicieron una alerta, que no destacáramos tanto la belleza, el aire, la frescura de los estudiantes, porque se les viene Montevideo.

Quiero rescatar una cosa muy importante y recordar algo que decía la Negri, que es la chica rubia que hizo de conductora cuando llegamos al liceo ayer. Pienso que uno acá encuentra la mejor expresión de lo que deberían ser –y hay muchos que lo son– los liceos y las escuelas. Marcos, que viene de Montevideo, utilizó una expresión que era común en nuestra época y que ahora ha desaparecido: cuando llega acá se siente que está en un segundo hogar. Hay muchos liceos y colegios con directores capacitados y abnegados, y con maestros y maestras que están dispuestos y quieren sacar adelante la institución. Pienso que a ellos hay que darles un espaldarazo, digamos que este liceo puede ser o es un puntero de tropa, pero está alineado junto con una tropilla que en todas partes trata de mantener la enseñanza al nivel que soñó y quiso Varela, en cuyas raíces también está este liceo de esta localidad.

EC - Mientras hablabas, la profesora Muttarelli asentía; es más, casi te abrazaba.

MR - ¡Adelante con fe!

RM - Hoy esto es visible, hoy estamos con El Espectador y esto se ve, tenemos esta oportunidad. Pero es cierto que si bien la situación de este liceo, lo que estamos viendo, la belleza y demás, es el resultado del trabajo conjunto de estudiantes, docentes y comunidad, hay como un tejido, un sostén, este trabajo abnegado de los docentes, que a veces no se ve, se da en muchos lugares, en muchísimos lugares. Docentes, directores, estudiantes. El centro de una institución debe ser el estudiante.

Hoy un escucha de la audiencia mandaba un mensaje que decía: "¿No será que la cosa pasa por que el joven sea lo que más importe?". Cuando el joven es lo que más importa y se atienden sus necesidades, las necesidades presentes y las futuras que va a tener, entonces sucede esto. Esto que sucede acá y que no sucede solo acá. Eso es importante: el eje es el joven, de ahí y para atenderlo, atender sus necesidades, cuando eso sucede todo se articula y se sinergiza. ¿Los 125 años qué significaron para nosotros? Significaron ponernos todos a trabajar para estar a la altura de esos 125 años, para poder honrar esos 125 años, nos pusimos las pilas, como dicen los gurises, y estamos trabajando. Los docentes hicieron entre otras cosas esta muestra fotográfica que ustedes vieron y sobre la que hablaron hoy a las 7 de la mañana, que significó trabajo extra, fuera de horario, de los docentes, trabajo extra también de los estudiantes. Y así como está esto acá, en el resto del local también se exponen trabajos de otros docentes, de otros estudiantes que trabajaron en distintas asignaturas para estar a la altura de esa historia y poniendo también el conocimiento en el centro.

EC - Ya que usted menciona la muestra fotográfica, creo que es un buen ejemplo de un emprendimiento vinculado con el liceo en el que hay más actores que participan, porque por supuesto las familias de los chicos tuvieron mucho que ver con esta muestra, y la comunidad. ¿De qué manera?

RM - Las mamás no solo cocinan, las mamás, los papás –Moreira siempre dice que esto es un matriarcado– trabajan, ayudan, colaboran, aportan para la APAL, por ejemplo.

EC - Esta muestra fotográfica no debe de haber sido barata, por ejemplo.

RM - No. Pero no solo las madres, los padres, sino las instituciones colaboran. La institución es parte de la educación pública y tiene naturalmente el sostén del Consejo de Educación Secundaria. Por ejemplo, entre otras cosas, la pintura para pintar todo provino del Consejo de Secundaria, pero tuvimos padres y madres pintando para tener las cosas en orden. Para hacer la muestra también tuvimos gente que colaboró. Es un gran esfuerzo colaborativo, tenemos una institución que refleja la capacidad de cooperación de esta sociedad, que es profundamente cooperativa.

EC - Esa es una de las señas de identidad de las que hablaba el profesor Moreira. ¿Quiere agregar algo sobre eso, la comunidad y el liceo?

OM - Acá además hay lo que llamarías campo, pero aquí sabemos qué características tiene, tiene un profundo conocimiento de su papel como productor. Yo diría que el conocimiento en general está en el campo, la que habló quejándose de que quería más es una excelente alumna de la posdictadura, protestadora, hoy al frente de un emprendimiento de producción, es química industrial. Pero está colaborando. Y además ella, en aquel momento posdictadura, cuando había que luchar por sacar el autoritarismo, fue de las que pusieron en el salón de arriba –creo que ella estaba, no la estoy culpando, por supuesto– "Prohibido prohibir", aquello del 68. Y de alguna manera se quería que yo le sacara eso. ¿Cómo lo iba a sacar?

EC - Era una provocación...

OM - Fuimos a dialogar y le digo: ¿es prohibido prohibir, matar, violar, robar?, ¿está bien? No, yo no se lo voy a sacar, pero ustedes si creen que no es así, no es correcto, sacan eso y ponen otra consigna que les plazca. Era la forma de darle lugar a la juventud en ese momento en que se iba sacando de a poquito una pesada lápida, en lo que colaboró muchísima gente, aun a veces no entendiendo que esto era de mirada del futuro, la conquista de un estado espiritual, un estado de alma, un estado educacional, un estado a la sociedad. Acá esa depredación no existe porque hay una sociedad integrada desde el campo hasta toda la ciudad.

EC - Rosario está pidiendo la palabra ahí en la platea.

RC - Me quiero referir a un tema que la audiencia sabe que es mi obsesión. La directora se refería a que Secundaria paga la pintura, que los padres pintan, pero además los alumnos no ensucian, no rayan, aquí no hay grafiti, los muebles del jardín, las mesas y bancos de jardín están impecables, ayer estaban trabajando en ellos. No es poco mérito, créanme, en Montevideo en muchos casos son los propios alumnos los que deshacen los liceos.

MRL - Yo quería destacar que los propios alumnos y la directora nos enseñaban ayer sobre la idiosincrasia de esta comunidad valdense, el afán de conservar. Nos mostraban cómo les gustaba y traían de generación en generación esto de que las cosas hay que conservarlas. Y que esa faceta de cuidar el patrimonio, no dilapidar y conservar les había valido el mote de "machetes". Era esa cultura de conservar. Me parece interesante porque también eso influye en la conducta de cuidar sus cosas.

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Transcripción: María Lila Ltaif

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