A 40 años del golpe de estado, un recuerdo personal
Por Emiliano Cotelo.
(emitido a las 7.00 Hs.)
EMILIANO COTELO:
Hoy se están cumpliendo 40 años del golpe de estado.
Aquel 27 de junio de 1973 llegaba a su punto culminante una crisis institucional, política y social que venía de los años 60, y comenzaba la dictadura cívico militar que se extendería por más de una década.
Esta es una de esas fechas marcadas a fuego en el almanaque uruguayo. Y para quienes tenemos más de 50, una fecha que enseguida asociamos con vivencias personales.
¿En qué estábamos, qué hacíamos, de qué manera nos pegó el 27 de junio de 1973?
Yo recuerdo muy nítidamente un momento de aquel día, casi al alba.
Tenía apenas 14 años y cursaba tercero de liceo. Estaba muy al tanto de lo que sucedía en el país. Pero además mi padre era periodista. Así que conocía lo delicado que era el momento político que estábamos viviendo.
En la noche del 26, cuando me fui a dormir, se respiraba un ambiente de tensión y nerviosismo, sobre todo en el Parlamento. Pero todavía no había ocurrido lo peor. En medio de esa incertidumbre, me acosté más o menos temprano, como hacía todos los días, porque vivía en Villa Colón, lejos del liceo al que asistía y, por lo tanto, para llegar en hora a las ocho debía levantarme a eso de las seis.
De esta hora, precisamente, es mi recuerdo.
Guardo la imagen grabada claramente. Yo estoy entrando al baño con la intención de ducharme, cuando mi madre se me acerca y me sugiere que vuelva a la cama. ¿Por qué? Porque un rato antes el presidente Juan María Bordaberry había firmado el decreto de disolución de las cámaras y, simultáneamente, había tomado otras medidas, entre ellas la suspensión de las clases.
Medio dormido, como yo estaba todavía, la noticia me sumergió en la confusión. ¿Qué implicaba eso? ¿Cuánto duraría esa situación irregular? ¿Qué consecuencias tendría para nosotros en particular?
Con esas preguntas en la cabeza fui en busca de mi radio portátil. La encendí buscando el informativo que siempre escuchaba a esa hora. No lo encontré. En su lugar, igual que en las otras emisoras, estaban pasando marchas militares. Además, cada tanto leían el decreto del gobierno. Sólo uno de los numerales me hacía sonreír: se prohibía a la prensa que le atribuyera al Poder Ejecutivo "propósitos dictatoriales".
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