Entrevistas

Renovación del Mercado Agrícola lo sitúa "al mismo nivel o en uno superior" al de los mercados europeos más prestigiosos

Renovación del Mercado Agrícola lo sitúa "al mismo nivel o en uno superior" al de los mercados europeos más prestigiosos

El Mercado Agrícola reabrió sus puertas el sábado, renovado y convertido en un centro comercial, cultural y social, con variedad de locales, plaza de comida, galería de exposiciones y un teatro que se estrenará dentro de poco. En Perspectiva se trasladó hasta allí para conversar con su directora, Beatriz Silva, su gerente general, Matilde Olivero, y el arquitecto encargado del proyecto, Carlos Pascual, quien, al referirse a la restauración del edificio, afirmó que "la idea no fue innovar", sino encarar la obra respetando su organización original Indicó que desde el comienzo se apuntó "a no ser menos" y aseguró que el mercado esta "al mismo nivel o en uno superior" al de los mercados europeos. Silva explicó, por su parte, que la restauración del mercado se pensó en el marco de un plan comunal para revitalizar el barrio Goes. En este sentido, Olivera explicó que sus servicios tienen en cuenta "al vecino" pero también al público turista y al que no vive en el barrio.


(emitido a las 8.30 Hs.)

EMILIANO COTELO:
"Un paseo que da gusto", así dice el eslogan de presentación del nuevo Mercado Agrícola de Montevideo.

Y está bien elegido. Porque esta nueva etapa de aquel edificio centenario implicó la reconversión del viejo mercado mayorista de frutas y verduras para dar paso a un centro comercial con personalidad propia. Que conserva algunos puestos de aquella oferta tradicional, pero con una presentación actualizada, y agrega una oferta amplia en locales de alimentación, cocina y el hogar, más restoranes, cafés y plaza de comidas, junto con espacios destinados a la actividad cultural y social, por ejemplo rincones para niños, un teatro o incluso una sala de exposiciones.

De esta forma, y con el impulso de la Intendencia de Montevideo, la ciudad recuperó y puso en valor una estructura de gran valor patrimonial que no debía perderse, los montevideanos ganamos un nuevo punto de encuentro y el barrio Goes da un paso de gigante hacia su relanzamiento, después de tantos años oscuros de deterioro, tugurización, inseguridad e incluso reducción de su población.

Por todas esas razones nos pareció que valía la pena llegar esta mañana hasta aquí, a la esquina de José L. Terra y Martín García, a una cuadra de General Flores, a dos cuadras de la plaza Mártires de Chicago y del Palacio Legislativo. Hemos instalado nuestra fonoplatea adentro mismo del Mercado Agrícola. Para vivirlo de cerca, para escuchar las crónicas de Rosario Castellanos y para conversar con quienes están al frente de este emprendimiento, para que nos cuenten la historia del proyecto, su presente y los planes que todavía falta ver, en el futuro.

Vamos a estar con la directora del Mercado Agrícola de Montevideo, Beatriz Silva, con su gerenta general, Matilde Olivero, y con el arquitecto Carlos Pascual.

Pero antes de dar paso a esos diálogos, Rosario, contanos algo, ubiquemos este edificio, por ejemplo en cuanto a su historia.

ROSARIO CASTELLANOS:
Está ubicado en el barrio Goes; seguramente quedaba bastante apartado del centro de Montevideo hace 100 años cuando se habilitó este mercado, que venía a cubrir una necesidad en un Montevideo que no tenía un mercado agrícola y que por lo tanto entendió que debía llamar a concurso con una serie de exigencias: economía de los medios, rigurosa higiene y amplio espacio interior a los efectos de asegurar el tránsito vehicular (serían carros tirados por caballos), dado el fluido y voluminoso acopio de producción agrícola.

Finalmente resultó seleccionado el proyecto de los arquitectos Antonio Vázquez y Silvio Geranio. La habilitación definitiva fue exactamente hace 100 años, en 1913, si bien el proyecto es de unos años antes. Y en el año 1999 cuando se lo declaró Monumento Histórico Nacional, se dio cuenta de todos los valores que este mercado tenía, que iban más allá, en su propuesta arquitectónica, de su adecuación al fin al que había sido destinado. Este edificio debía ser preservado. Pero la condición de mercado mayorista fue perdiendo protagonismo en aras del Mercado Modelo posterior, que ahora se anuncia que va a seguir creciendo en otro lugar. ¿Qué se hacía con esto? En algún momento hasta se pensó en sacarlo de aquí.

Lo cierto es que de a poco se fue convirtiendo en mercado minorista y se fue deteriorando notablemente. Por eso cuando hace unos años el arquitecto Pascual me invitó a ver lo que había comenzado a hacerse con este edificio, me pareció una noticia para celebrar. Este mercado bien lo merecía. Me pregunto si aquello de la "economía de los medios", traducido en términos de hoy, significaría esta cuidada ornamentación de cada una de las fachadas, el almohadillado, la presencia de esa torreta en la entrada principal por José L. Terra, la forma de coronar los ángulos con estas cuatro torretas. Seguramente habrían considerado que no eran necesarias y habría sido bastante más simple un proyecto ideado con este criterio en el día de hoy.

Fue todo un desafío para el arquitecto Pascual, porque por un lado había cosas que preservar. En ese sentido lo que se hizo con el techo es una obra notable, a partir de una fenomenal estructura de hierro, que fue de las últimas que estuvieron en Montevideo en este tipo de programa, y que está totalmente recuperada. Un techo de chapas, que fueron totalmente sustituidas por chapas de aluminio, una especie de cielorraso de madera, en el cual cada una de las tablas fue sustituida y colocada con el mismo sistema que había sido concebido por los arquitectos Vázquez y Geranio. Y luego una recuperación que significó por ejemplo que en lo alto de los muros, donde había una especie de celosías, de elementos horizontales de vidrio que dejaban pasar el aire –tenía que correr mucho aire, esas eran las condiciones de higiene exigidas entonces, que hoy ya no son tan necesarias, la prueba está en que estamos abrigados esta mañana fría de Montevideo–, estas fueran sustituidas por vidrios que repiten el dibujo de las horizontalidades a partir de una serigrafía. Se conservaron pisos de adoquines, porque esto en definitiva era una gran plaza techada, y se agregaron otros.

EC - Ojo, se conservaron pisos de adoquines en alguna parte del mercado.

RC - En aquellas que se podían conservar.

EC - Si miramos esta parte del mercado encontramos pisos de granito...

RC - Sí, pero andate a caminar por la calle central y verás los materiales originales.

EC - Por eso digo, la circulación es sobre pisos absolutamente actualizados.

RC - Hay además una teoría según la cual esta estructura vino de una feria ganadera que se había presentado en Bruselas, y por eso aparecen elementos de animales. Pascual no está de acuerdo con eso, él entiende que el proyecto fue desde su origen del arquitecto Vázquez y que toda esta fenomenal estructura de cerchas reticuladas, de pilares y vigas también fue proyectada por él.

Así como digo, este es un mercado que ha ganado en calidad, porque se han puesto de relieve y mejorado hasta aspectos de su fachada que estaban muy deteriorados, y además en la reconversión ganó en un nuevo cometido, un nuevo contenido, que respeta todos esos valores que había que preservar.

EC - Enseguida comenzamos el diálogo con el arquitecto Pascual.

***

EC - Ya hubo varias alusiones de Rosario Castellanos al arquitecto Carlos Pascual. Vamos a recibirlo.

A raíz de lo que Rosario exponía recién, contanos detalles, tesoros que fuiste encontrando en este edificio a medida que te ibas metiendo en él para preparar el proyecto.

CARLOS PASCUAL:
El edificio tenía muchísima información, y nos queda mucha información por descifrar, porque es un edificio cargado de símbolos, no solo los bueyes de las entradas, hay unos jarrones que supongo que aluden a la abundancia, todos estos soles, monedas, que dan toda la vuelta a la manzana a la altura de tres metros tienen que ver con prosperidad. El decorado florido que tenemos por la calle José L. Terra, está claro lo que significan todas las flores. Hay unas víboras entrelazadas; la víbora es símbolo tanto de maldad como de prosperidad. Había una serie de alas como de ángeles que quedaron sin colocar sobre los canalones por falta de tiempo, de presupuesto y de artesanos, esa tarea está pendiente, y también son símbolos que habrá que descifrar.

Gracias a las redes sociales, nos conectamos con la familia del arquitecto Vázquez, que parece que no era Antonio sino Antonino, según una de sus nietas, que me dice que tiene mucha información. Así que tendremos más datos de la familia Vázquez sobre toda esta información encriptada que hay aquí dentro.

EC - ¿Entonces la estructura no vino de Europa? ¿Qué pasa con esa versión que mencionaba Rosario, que es la más extendida, la de que había sido construida para un pabellón de la Gran Exposición Internacional de Bruselas y fue obsequiada al presidente José Batlle y Ordóñez durante un viaje a Bélgica?

CP - La que hizo la investigación histórica fue Laura Alemán, colega e investigadora del Instituto de Historia de la Facultad de Arquitectura. Ella rastreó esa información todo lo que pudo –es mucho mejor investigadora que yo, yo soy arquitecto de terreno– y no encontró nada ni a favor ni en contra. Hay datos de prensa, pero no hay ningún documento donde aparezca esto claramente. Sí aparece todo lo que decía Rosario, toda la información del concurso de arquitectura, las bases del concurso, los proyectos que se presentaron, están todos los planos en el Instituto de Historia de la Facultad de Arquitectura; los planos son una maravilla, están dibujados a mano y pintados en acuarela. Y después encontramos en algunos archivos municipales modificaciones y correcciones que fue haciendo Vázquez a lo largo de los cuatro o cinco años que estuvo dirigiendo esta otra, autografiados, planos hechos a mano con variantes varias de los accesos, de las fachadas. Queda claro que se estaba proyectando la forma exterior del edificio; habría que ver si la nave principal puede haber sido reusada de alguna feria. Pero está claro que todo lo que es la ornamentación exterior es un proyecto hecho en Uruguay por uno de los primeros arquitectos egresados de lo que fue la vieja Facultad de Ingeniería y Ramas Anexas; los arquitectos éramos una "rama anexa" en aquellos tiempos.

EC - ¿Qué desafíos implicó este trabajo de restauración y transformación del edificio?

CP - Filosóficamente, cuando encaramos este tipo de edificios la idea es no innovar, cuando un edificio tiene todas las respuestas dentro, como tenía este. Lo que hicimos fue conocerlo, conocerlo, conocerlo, hacer cateos, investigar, ver la forma de funcionamiento de la estructura, de los cristales, lo que decía Rosario, por qué las cosas están como están, por qué las celosías, por qué las rótulas de descarga de pilares funcionaban de la manera en que estaban hechas, todo el sistema de pararrayos. A medida que fuimos conociendo el edificio y viendo lo nuevo que había que poner dentro, lo que hicimos fue respetar su organización tipológica.

EC - ¿Qué quiere decir eso?

CP - El edificio estaba organizado en cuatro cuadrantes, tenía unas calles centrales que lo atravesaban como una cruz, que son las calles con los adoquines. El resto del edificio no estaba adoquinado, tenía un pavimento de asfalto; estamos en un piso de granito que está ubicado donde estaba antes el pavimento asfáltico. Los adoquines eran como dos calles de la vía pública, con cordones, desagües, bocas de tormenta, las curvas que tiene una calle al exterior, por los sistemas de limpieza y el ingreso de vehículos y carruajes.

Hasta hace un año teníamos camiones ahí dentro. A mucha gente le parecía insólito que los sacáramos, y los sacamos. Pero no sacamos esa organización en cruz, y tuvimos que discutir con el equipo de marketing y de organización y comercial que nos teníamos que arreglar con eso, que no podíamos forzar el edificio a una organización de mercado que no respetara esa organización original, de entrar por los pórticos de entrada, de utilizar esas calles, de resaltar el lugar central, no colgar equipos acondicionadores de aire que interrumpieran la visual del techo, no colgar luminarias que atravesaran esto y estropearan visuales. Lo mismo la cartelería, los cristales de colores, hemos respetado los colores y el orden en el que estaban puestos; si bien todavía no sabemos por qué están colocados como están, por qué son así, por qué hay más rojos y amarillos que azules. Ya lo averiguaremos, por ahora lo pusimos tal cual lo encontramos. Y todas las molduras; acá está el arquitecto Sergio Peláez, que nos dio una mano brutal recomponiendo los colores originales de la fachada, todo lo que eran las cornisas y demás.

EC - Básicamente, lo que ustedes han resuelto conservar es, por un lado, el techo y la estructura metálica que -diríamos- que es la estrella del mercado...

CP - ...sí, la estrella, porque esto es como una catedral...

EC - ...y, por otro lado, estructuras de mampostería que están ubicadas en la calle José L. Terra y en la paralela. ¿Cómo son? ¿Cómo definirías tú estos edificios, este que tenemos a la izquierda, donde veo que se ha ubicado un local de Abitab, luego un local de Giro Didáctico, está Iberpark y después están El Horno de Juan y la Parrillada Gourmet? ¿Cómo son estos edificios?

CP - Son edificios eclécticos, es neoclásico... También anda Mariano por acá, que sabe bastante más de historia de la arquitectura, entonces me cohíbe.

EC - Estás aludiendo a Mariano Arana, que está sentado allí, en la fonoplatea.

CP - Mariano Arana, que está aquí de visita y sabe bastante más. Esto tiene mucho que ver y refiere mucho a los mercados como La Salle de París, que era un edificio metálico con este tipo de envolvente exterior. Todo este almohadillado que parece que fuera cillería de piedra puesta piedra sobre piedra, lo que uno ve recorriendo Europa; lo típico de Montevideo son los edificios de ladrillos con revoques haciendo, imitando y recomponiendo ese tipo de construcción. Está hecho con una maestría increíble. Hay que pensar que es un edifico de 100 años, con cero mantenimiento y con todo tipo de agregados y demoliciones; en algún momento se hicieron muchas intervenciones muy poco respetuosas que hubo que quitar para encontrar lo que había. Especialmente la fachada de Martín García es una fachada reconstruida, de la cual casi no quedaban vestigios, pero teníamos mucha documentación, muchas fotos y las dos fachadas existentes como para recuperarla.

EC - ¿Es correcto que la inspiración para este proyecto de reciclaje estuvo en lo que se hizo con el mercado de Burgos, en España?

CP - Yo hice una recorrida de mercados en España, vi más de 30 mercados, y después vimos algunos en Brasil con Matilde, el de San Pablo y el de Porto Alegre. Hay como una cultura de organización de mercados, y por nuestros primeros consultores, una empresa mixta española que se llama Mercasa, estamos muy inclinados hacia la forma de organizar este tipo de mercados de alimentos que hay en España. El de Burgos es uno de los ejemplares, pero es imposible no pensar en La Boquería o en otros de estos increíbles mercados; en Cataluña especialmente hay mercados con este tipo de estructuras, y hay uno muy reciente recuperado en Madrid, el de San Miguel, que es un lugar con mucho glamur, un edificio que te ofrece, además de los alimentos, del contenido, que es excelente, un entorno fenomenal.

Siempre apuntamos a no ser menos. Y más de uno nos ha dicho: esto es como viajar con un pasaje un poco más barato, es como recorrer mercados europeos. Creo que estamos al mismo nivel o incluso superior. A mucha de la gente que mortificamos estos tres años preguntándole de todo le he mandado las notas, imágenes, fotos de la inauguración, la página web que ha creado el equipo de gestión y queda absolutamente sorprendida, dice: "Uh, no nos imaginábamos que iban a ir tan lejos".

EC - Enseguida seguimos profundizando en la historia de este proyecto que ahora es realidad, la del nuevo Mercado Agrícola de Montevideo. Vamos a pasar de lo arquitectónico, de la parte de obras que recién charlábamos con el arquitecto Carlos Pascual, a lo conceptual: qué fue lo que se buscó con este Mercado Agrícola de Montevideo, y especialmente su inserción en el barrio y la transformación que el barrio está teniendo en los últimos años. Para eso vamos a incorporar a la charla a Beatriz Silva y a Matilde Olivero.

***

EC - Continuamos en esta emisión de En Perspectiva en Movimiento, hoy instalados en el Mercado Agrícola de Montevideo.

Estamos en lo que originalmente era una especie de living, esto es un living, ¿cómo concibieron este espacio, arquitecto Pascual?

CP - Es un lugar de pausa, un rincón para el que quiere quedarse un rato largo aquí. Hay varios rincones como este, en la esquina contra Valle Inclán hay otro, más acondicionado como para tomar mate; en la calle central hay un espacio con un aire más de jardín, y después tenemos la plaza de comidas hacia Amézaga, que es otro lugar para estar. Este es un lugar más lejos del ruido, si uno quiere venir a leer el diario está más tranquilo acá que en la plaza de comidas, especialmente al mediodía, que esta última semana ha estado especialmente movida y no es precisamente un lugar pacífico. Las vacaciones de julio generan estos bums de gente que nos tienen encantados.

EC - Es el momento ideal para abrir, por lo visto.

CP - Absolutamente.

***

EC - Estamos con Beatriz Silva, directora del Mercado Agrícola de Montevideo, y Matilde Olivero, gerente general.

Qué dato importante: dos mujeres al frente de este proyecto.

MATILDE OLIVERO:
Hay más mujeres.

EC - ¿Hay más todavía?

MO - Hay más mujeres, están en amplia mayoría en este proyecto. Lo digo sin ningún problema ni tratando de reivindicar nada, simplemente se generó con mujeres y terminó con una gran participación de mujeres en casi todas las responsabilidades.

EC - Vayamos a lo que está detrás de lo arquitectónico que recién explicaba el arquitecto Pascual. Este era originalmente un mercado mayorista de frutas y verduras, en los últimos años se había venido abajo, estaba tan venido a menos como el barrio, que se tugurizaba, que estaba dominado por la inseguridad. ¿Por qué se resuelve reconvertirlo de esta manera, en un centro comercial, cultural y social?

BEATRIZ SILVA:
Es bastante larga la historia. En el 2005, cuando llegamos a este lugar, cuando asume el intendente [Ricardo] Ehrlich, esto era un mercado minorista ya definido incluso por la Junta Departamental, pero seguía funcionando como mercado mayorista debido a que quedó trunco un proyecto anterior. Por lo tanto en junio de 2005 me designan para integrar una comisión administradora. No solamente el barrio estaba tugurizado, no solo este barrio Goes, sino Montevideo y el país en su totalidad. Recordemos las crisis anteriores y fundamentalmente la crisis de 2002. Por lo tanto, producto de todo eso, fábricas cerradas y muchos uruguayos fuera del país por razones económicas principalmente, y la periferia de Montevideo recibiendo todo lo que se desalojaba de los barrios más céntricos, como éste, especialmente. Todo lo que no se cierra o se desocupa, se ocupa de otra manera.

Así llegamos al mercado, que tenía esas características. No es un invento, esto ya había sido planteado en el gobierno local del Zonal 3 en años anteriores. Cuando definieron los planes estratégicos de descentralización, definieron centralidad del barrio Goes y el Mercado Agrícola como un mercado minorista. Por lo tanto, nos paramos en esa mirada y a partir de ahí, después de recuperarlo para la Intendencia, empezamos a soñar. Primero a tratar de ordenarlo, limpiarlo e intentar que fuera la casa que es hoy, aunque estábamos muy lejos de todo eso el 28 de setiembre de 2006, cuando se recuperó para la Intendencia. Alguien que tengo a mi derecha comentó cuando lo recibimos: "Esto es una joya".

EC - Ese fue el arquitecto Pascual, justamente.

BS - El arquitecto Pascual. En ese momento pensé que estaba loco al pensar que esto era una joya y yo me sumaba a esa locura al aceptar este lugar en las condiciones en que estaba, y en las condiciones en que terminó quedando, porque al asumirlo la Intendencia nuevamente nos quedamos sin funcionarios, sin dinero, sin presupuesto, sin nada. Y ahí empezamos a vivir de la caza y de la pesca.

EC - De la caza y de la pesca en otras dependencias de la Intendencia.

BS - Totalmente, con otras dependencias de la Intendencia, y no solamente de la Intendencia, porque había nacido el Mides (Ministerio de Desarrollo Social) y los 20 primeros trabajadores y trabajadoras que tuvimos fueron gente de Trabajo por Uruguay. El Centro Comunal hizo un convenio con el Mides y nos mandaron esos primeros 20 trabajadores y un capataz del Sunca [Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos] para tratar de cerrar esta hermosa fachada –porque estaba todo abierto– levantando los primeros bloques, para poder abrir la calle Martín García, que estaba totalmente cerrada desde José L. Terra hasta Valle Inclán. Por lo tanto siempre reconozco a esas primeras personas, porque cuando las vi llegar dije: "Más de lo mismo, esto es imposible".

EC - ¿Cuándo se llegó a este concepto, a que el Mercado Agrícola se iba a transformar en esto que estamos viendo hoy?

BS - Soñábamos con un mercado agrícola, soñábamos con un mercado de frutas y verduras...

EC - Pero no con esto, precisamente.

BS - Sí, se soñaba con esto. Quizás no tan definido con estas estructuras, porque para mí eran los tolditos; no soy arquitecta, nunca imaginé que el techo iba a quedar la maravilla que quedó, pero el edificio como tal es muy noble y en la medida en que lo empezamos a mimar y el barrio lo empezó a abrazar, empezó a enderezarse. Para mí siempre fue un Quijote muy arruinado que sintió que lo empezamos a querer e inmediatamente empezó a tomar una postura distinta. Mucha gente aportó ideas y lo fuimos recreando, fue una recreación de muchas discusiones, peleas tremendas del equipo de dirección, porque a mí no me gustaban los techos, me habrían gustado los toldos, soñábamos con los tolditos de colores, pero quedó maravilloso.

EC - Están hablando de los techos de la parte de locales.

BS - Del techo de cada local. Indudablemente las discusiones son buenas, ayudan, enriquecen y en un momento llegan a un final y aun los que discrepamos tenemos que estar de acuerdo. Lo digo porque nada es porque sí, esto llevó un proceso de muchos días y muchos meses: primero, tratar de conseguir el dinero que no teníamos; segundo, gastar menos de lo que teníamos que gastar, y tercero, encontrar una forma que fuera ágil, práctica, cómoda, para que la gente que venga, como la que está viniendo y la que va a venir, sienta que está en su casa, que está en un lugar único de Montevideo y del país.

EC - Creo que cuando se hablaba de la reconversión del Mercado Agrícola buena parte del público que escuchaba la información no imaginaba que este iba a ser el resultado final. Probablemente esperaran algo más rústico, con menos servicios, quizás hasta con menos comodidad. Por eso apuntaba recién con esa pregunta a saber por qué se volcaron hacia esta idea, porque puede haber quien diga "esto es un shopping".

BS - No, no es un shopping, es un mercado. Me enojo tremendamente si seguís diciendo "shopping".

EC - No, acabo de decirlo porque hay quienes lo plantean en esos términos. Sí es un centro comercial, y un centro comercial con una especialización muy concreta, que está volcada a lo que podríamos definir como alimentación, cocina y el hogar, más un complemento de espacios culturales y sociales. Pero por ejemplo, tiene un supermercado, está el supermercado Ta-Ta en la otra punta de la diagonal.

BS - Por Amézaga.

EC - Está ahí por el viejo y querido concepto de tienda ancla, que para este tipo de establecimientos es muy importante, es decir, como un foco de atención permanente para el barrio y para afuera del barrio, que genere por sí solo un movimiento constante. No es el único que va a haber acá.

Rosario, ¿cómo describís lo que encontramos acá en materia de oferta?

RC - Yo también soy de la opinión de que esto no tiene nada que ver con un shopping, y por eso me parece muy interesante, no compite con ningún shopping. Acá hay un mix que casi te diría que es lo que no se encuentra en los shoppings, porque tú te referiste nada más que al supermercado, que es cierto, existe en todos los shoppings, pero hay una cantidad de comercios que los iba descubriendo diseminados por la ciudad y aquí los encuentro todos reunidos. Si tenía que buscar una cestería iba a Fernández Crespo, si tenía que descubrir la matería iba a la Ciudad Vieja, a la Casa del Té en Pocitos, al Palacio del Café, una vez que desapareció el Sorocabana los que queremos café rico y mezclado lo teníamos solamente en la calle Uruguay.

EC - Aprovecho para agradecer a los amigos del Palacio del Café que nos están atendiendo de maravillas esta mañana.

RC - Las cosas para la casa, los elementos que era difícil encontrar porque estaban desperdigados en la ciudad, los envases de plástico. Se ha logrado reunir en un solo lugar aquello que hasta ahora, en una oferta totalmente diferente de la de los shoppings, tenía que ver con cosas que se necesitan en la casa. Así que más allá de la oferta gastronómica, las necesidades de la casa y de la cocina de la casa están contempladas aquí. El celíaco también tenía que ir a buscar un lugar, y acá lo tiene. Por eso digo que quien hizo este mix tuvo un gran acierto.

EC - Yo utilicé el término "shopping" para provocar un poco, para generar la discusión; por lo visto era un punto muy sensible, que provocó, efectivamente, la reacción. Lo puse porque para alguna gente ese término es válido, yo no digo que sea válido, lo pongo como referencia para que ahora ustedes marquen las diferencias.

BS - Además de todo lo que Rosario decía y dirá Matilde después, que tiene que ver también con el mix, está tan pensado desde el punto de vista de lo que cada uno sintió y le faltó cuando vino acá que me atrevo a desafiar a cualquier lugar que el personal del mercado, los operarios del mercado, tienen los mejores y únicos –porque fueron creados con ellos– vestuarios y baños, el comedor. Y está pensando desde el punto de vista de la abuela y el abuelo, o del tío y la tía o la mamá y el papá, que cuando salen con los niños no encuentran un baño en el que el niño no sienta que está invadiendo un lugar que no le corresponde, o el papá o el señor o la señora, hasta eso se pensó, lo pensamos como nuestra propia casa. O los que trabajamos hasta tarde, que cuando salimos los sábados o los domingos de noche no encontramos dónde comprar un regalo, dónde comparar la fruta y la verdura, fuera de los lugares que existen y a los que algunos no vamos.

EC - Para seguir introduciendo términos que se usan en los últimos tiempos, para colocar otra referencia, ¿esto es una plaza de convivencia? Porque tengo la impresión de que también juega en ese sentido. Hemos escuchado mucho últimamente a propósito de ese concepto, plaza de convivencia, lo que se construye en un barrio complicado para dotar de servicios y de atractivo para la reunión, para el encuentro de la gente, a efectos de ganar ese espacio que quizás estaba dominado por delincuentes, vagabundos, etcétera. Las experiencias de Medellín, de Bogotá, de ciudades de Estados Unidos y de Europa. Esto juega un papel parecido al de una plaza de convivencia también.

BS - Primero, el barrio no es complicado.

EC - Era, supo ser.

BS - Era, hace ocho años, siete años, seis años, dos años si querés. El barrio cambió a partir de que el mercado cambió. Esto se pensó con el barrio, recuperar el mercado, recuperar el barrio; recuperar el barrio, recuperar el mercado. Si no se reconstruye el barrio, no se construye ciudadanía, es muy difícil que un emprendimiento como este, en el corazón de 16 manzanas que es el proyecto como está pensando, pueda resurgir de esta forma.

EC - Usted está aludiendo al proyecto Renová Goes.

BS - Estoy habando de Proyecto Goes, en el que están los proyectos Renová Goes, Habitá Goes y otros más que forman parte de lo que a partir de fines de 2007 llamamos Consejo Goes, para articular y pensar todos los actores que tenían que actuar en este lugar. Fundamentalmente la Intendencia, que es la gran responsable de gran parte del entorno, como la policlínica, la guardería, las plazas de deporte, pero pensemos en Facultad de Química, Facultad de Medicina, todo lo que tiene que ver con el entorno, las plazas, la recuperación de los terrenos, las viviendas, el PIAI (Programa de Integración de Asentamientos Irregulares), viviendas de ayuda mutua que tienen que ver con la manzana libre José L. Terra, Amézaga y Valle Inclán. Altos del Libertador, hoy llamado así, donde está viviendo mucha gente.

EC - El proyecto Altos del Libertador es el nuevo nombre, la nueva etapa del desarrollo inmobiliario que se implantó en lo que fue el local de Fábrica de Alpargatas. Un proyecto que quedó inconcluso en su momento, cuando ya alguna gente se había mudado, había tomado posesión de su apartamento, quedó a mitad de camino, quedó años abandonado y ahora se relanzó con mucha fuerza, incluso con mejoras con respecto a la idea original.

BS - Cuando el corazón empezó a latir, que es este, el Mercado Agrícola, todo empezó a ponerse en movimiento nuevamente. Y me parece muy bien, por eso reivindico el barrio, que no tiene que ver solamente con dejar esto precioso, el mercado fue adoptado nuevamente por su gente y el barrio empezó a perder las rejas y a ser un barrio de puertas abiertas hacia fuera y no de puertas cerradas.

EC - Enseguida continuamos conversando esta mañana, en el Mercado Agrícola, con varios de los actores, con varios de los nombres que han estado al frente de este proyecto que ahora es una realidad.

***

EC - Yo les había pedido a los oyentes que nos mandaran sus impresiones o sus dudas, sus preguntas, a propósito del Mercado Agrícola. Varios ya han venido y tienen su opinión al respecto.

Por ejemplo, uno dice que lo pasó muy bien, "realmente espectacular la estructura metálica y el cielorraso". Álvaro pregunta: "¿No hay folletos con la historia de quiénes fueron los herreros?". ¿Qué dice el arquitecto Pascual?

CP - Es una pregunta complicada, no lo sé. Hicimos un libro con la Agencia Española –que lamentablemente se agotó y no sé si lo volveremos a sacar– donde está la investigación de Laura Alemán, hay un trabajo sobre Goes de Fernando Loustaunau, y hay bastante información sobre el proceso de restauración que hicimos con una consultora del País Vasco, también financiado por la Agencia Española, con Iñaki Marcos, ingeniero civil y ya a esta altura amigo, que ojalá venga a visitar esto. Los nombres de herreros que trabajaron aquí no los sé. Para quienes nos quieran pasar información tenemos un sitio web y página en Facebook, a partir de la cual fue que conectamos con los nietos de Antonino Vázquez.

EC - Otros preguntan si hay algún espacio en el mercado donde se esté mostrando la historia.

CP - Ahora hay una exposición en un local sobre Valle Inclán donde están las fotografías del libro. Es el estado en que estaba este edificio hace tres años y medio, es un documento. Ya estábamos en obra, ya habíamos restaurado el techo hace tres años y medio, pero todo el trabajo de fachada se puede ver en su dimensión a partir de esa batería de fotos, que son del fotógrafo David Puig.

EC - Quien hablaba era el arquitecto Carlos Pascual. También están con nosotros Beatriz Silva, directora del Mercado Agrícola, y Matilde Olivero, gerenta general.

Matilde, ¿cómo se diseñó la mezcla de locales, el "mix" como dicen en la jerga? ¿Con qué ideas, con qué propósitos?

MO - Es importante comentar cómo se conceptualizó esto en un momento determinado. Esto se trabajó a través del proyecto del Fondo Multilateral de Inversiones del BID [Banco Interamericano de Desarrollo], que hizo un aporte para todo lo que tiene que ver con la conceptualización y la gestión de este nuevo mercado; en el año 2010 comenzamos a diseñar el plan director –ahí tuvimos esas discusiones y acuerdos que comentaba Beatriz–. Trabajamos varios meses con el apoyo de un consultor senior, Marcelo Lombardi –a quien le agradecemos mucho el apoyo que nos dio–, el actual gerente general de Tres Cruces. A partir de esa conceptualización que hicimos en ese plan director que luego fue aprobado por la Intendencia de Montevideo y la Junta Departamental, trabajamos todo lo que iba a ser la mezcla comercial del Mercado Agrícola. Como tú decías –y uno lo ve en la gente cuando camina por el mercado–, la gente tenía mucho menos expectativa, vino al mercado con menos expectativa y se encontró con una cosa que cambia todo lo que se imaginaba de este mercado.

Otra cosa importante en este sentido que me parece relevante destacar es que este es un proyecto hecho por uruguayos. Tuvimos la suerte de poder visitar otros mercados y de contar con el apoyo de Mercasa, pero no hubo una intervención fuerte de consultores extranjeros para diseñar este proyecto, sino que lo diseñó gente que vivía acá, también ahí se puede apreciar esa conceptualización de la mezcla comercial. Apuntábamos a públicos específicos, teníamos que tener en cuenta al vecino, a la persona que vive cerca del mercado, qué servicios son relevantes para una persona que vive en el barrio, y también qué otro tipo de negocios teníamos que tener para atraer a un público que no vivía en el barrio. En ese sentido, por ejemplo, el supermercado apunta principalmente a brindar un servicio a la gente del barrio, a la gente que vive en este lugar. Después teníamos otros negocios a los que los vecinos del barrio pueden venir a comprar, pero que también son un atractivo para un público que no vive en este barrio, por ejemplo los negocios de especialidades en alimentos, la plaza gastronómica, la zona de regalaría, etcétera.

Hay determinado tipo de negocios que apuntan especialmente a esos públicos y nos parece que hemos logrado una buena mezcla comercial, que no fue fácil de lograr, porque al principio cuando salimos a hacer el llamado público, en junio del año pasado, este mercado estaba todavía en pañales. A su vez, no tuvimos en ese momento una buena respuesta de los comerciantes, entonces salimos a golpear puerta por puerta, salimos a buscar, volvimos a hacer alguna campaña en medios para atraer comerciantes. Y una cosa que nos impresionó mucho –como anécdota–: cuando íbamos a visitar a los operadores comerciales para invitarlos a venir decían: "Uy, no, pero ese barrio, ese lugar", y cuando venían, el mercado tiene una magia especial, la gente miraba esto, que en ese momento solamente tenía el techo restaurado, y decía: "Esto va a estar muy bueno", había un cambio de percepción. Eso ayudó mucho a que el comerciante se arriesgara a venir, porque no es fácil, sobre todo para las pequeñas empresas, decir "me arriesgo, pongo un local en el mercado, ¿me animaré?, ¿hago esa inversión?".

EC - Rosario.

RC - Hay un aspecto que no mencioné hoy que es fundamental, y es el grado de calidad en cuanto a la instalación de los distintos mercados. No sé en qué medida quedó librada a la voluntad de inversión de cada uno de los comerciantes o si hubo cierta exigencia, porque desde los puestos de verduras y frutas, que es una maravilla cómo están instalados y donde el color tiene mucho que ver, hasta todos estos otros, el Palacio del Café es uno de los mejor instalados, y hay otros. Me da la impresión de que hubo un cuidado en la presentación de los locales.

MO - Sí, en todo esto trabajó un equipo muy importante de personas, lo digo desde el punto de vista de la profesionalidad con que intentamos hacer las cosas. Trabajamos en dos sentidos, primero en lo que tiene que ver con un plan de negocios de cada uno de los operadores que iban a estar. No era que la gente venía y decía "yo quiero estar", "me gustaría estar", "bárbaro, vení", sino que le pedíamos que mediante una guía respondiera algunas preguntas para saber cuál era la idea del negocio, a qué puntos apuntaba, cuál era la inversión que pensaba realizar, cuáles eran los costos que estimaba. Porque tampoco queríamos tener negocios que se fundieran dentro del mercado porque no habían trabajado la parte económica, sus números, sus proyecciones, etcétera. En ese sentido hicimos un trabajo bastante importante con los operadores nuevos; después puedo contar con los operadores que ya estaban en el mercado.

EC - ¿Qué porcentaje de los locales corresponden a operadores nuevos, a gente que estaba iniciándose en el negocio?

MO - Aproximadamente el 80% es de operadores nuevos de la superficie comercial que tenemos en el mercado. Y después por otro lado, siguiendo con lo que comentaba Rosario, trabajamos todo lo que tiene que ver con cómo mejorar el punto de venta, toda la parte de exhibición, la atención al público. Hicimos talleres sobre venta asistida, sobre atención personalizada, con los empleados de los comerciantes que iban a trabajar en el mercado. Tenemos que seguir trabajando esos aspectos, porque queremos llegar a la excelencia, estamos bien pero tenemos que llegar a más en ese sentido. Todo eso hace a lo que entendemos como mercado, el mercado tiene que ser un lugar adonde la persona venga y sienta que la están atendiendo personalmente, que no la están "despachando", por decirlo de alguna forma, que viene y "acá tiene el tique, vaya, pague", etcétera, sino que haya una atención personalizada.

Por ejemplo, una cosa que quería comentar, que hemos comentado con los operadores de frutas y verduras, es que hoy la gente come poca fruta y verdura, porque no tiene tiempo para cocinar, pero también porque la gente joven no sabe cómo cocinarla, no sabe cómo se puede preparar determinado plato con verduras. En todas esas son cosas vamos a empezar a trabajar de aquí en más con los operadores, porque hay una atención o un asesoramiento que puede hacer el propio operador, y también por otro lado el mercado puede fomentar esa alimentación más saludable, natural, ver qué cosas ricas y sanas se pueden hacer en poco tiempo.

EC - Pero este Mercado Agrícola de Montevideo no incluye solo locales comerciales, también incluye por ejemplo un teatro, que todavía no está pronto pero que se viene ya. ¿Cuál es la idea de ese teatro, Beatriz?

BS - Primero, no es un teatro, es una sala no convencional. Hay una diferencia, si decimos un teatro la gente piensa que va a encontrar otro edificio, y no, es una sala no convencional armada, que está pronta, muy pronto empezarán las funciones. Y un pequeño museo que tiene que ver con toda la maquinaria que ya existía en el mercado y con la que se hacían las barras de hielo, donde se preparaba el hielo. Además va a contar con cosas que fuimos encontrando a medida que las empresas iban realizando obras como las del techo, unas que yo llamo "tijeras", que capaz que se llaman de otra manera, que era la forma que tenían en aquellos años, suponemos, de colocar los tornillos con fuego. Creo que en ese museo también tiene que estar parte de la historia del mercado, los vecinos y los amigos y los que no son vecinos pero venían con los abuelos, con los padres, los que trabajaron acercan determinados objetos materiales para que los conservemos. En estos cuatro o cinco días ha sido permanente la llegada de las personas que quieren ser parte de la historia, porque son parte de la historia de este mercado, a través de los familiares o porque ellos mismos trabajaron aquí.

EC - ¿El mercado está pensado también para el público turístico, para visitantes del exterior?

MO - Por supuesto, ese es parte del público que queremos atraer, y para eso también tenemos comercios especializados en la parte de alimentos gourmet y por otro lado artesanías.

EC - Rosario.

RC - Minutos antes de empezar este programa me llamó Benjamín Liberof, director de Turismo del Ministerio de Turismo y Deportes, y me contó que este mercado va a estar incluido en el itinerario de los visitantes que vengan en cruceros para que vengan a conocer, y se van a hacer hasta fiestas gastronómicas, almuerzos temáticos. O sea que ya hay una programación para los que nos visitan –y vaya si vienen y muchos– que incluye este mercado.

EC - ¿Qué presencia va a tener el tango en este mercado agrícola, teniendo en cuenta la importancia histórica del tango en esta zona de Montevideo?

CP - Tanto que Fernando Loustaunau insiste en que aquí nació el tango, con bastante documentación a su favor. No es un tema que yo domine demasiado, pero todo indica –hay bastantes pistas– que este rincón, desde antes de que estuviera este edificio terminado, porque esto fue una plaza de carruajes y de venta de alimentos desde el siglo XIX, era un sitio muy vinculado al tango. En el libro hay una serie de fotos. Beatriz Silva se ha encargado de organizar aquí las Avalanchas Tangueras y demás.
   
EC - Por eso, ya ha habido; ¿y de ahora en adelante?

BS - No solamente las Avalanchas Tangueras. Para recuperar este mercado, integrarlo y que fuera un lugar de familia, en 2006, 2007, que eran momentos difíciles, todos los meses teníamos una actividad. Por supuesto junio, mes de Gardel, mes de Artigas, teníamos actividades. En la primera actividad pasamos películas en blanco y negro de Gardel con dos espectadores. Después, con el correr de los años, terminamos haciendo Avalancha Tanguera y todo tipo de espectáculos de tango en los que participaban 600 personas, era como una matinée los sábados, empezaba a las 19 horas y terminaba a las 0.30. Por lo tanto, van a tener un lugar, no como en ese momento, porque los espacios hoy están mucho más reducidos –buenamente reducidos– con lo que vemos, pero van a poder bailar el tango los amantes del tango o escuchar a un buen artista.

MO - Hacia delante por supuesto que va a estar incluido dentro de las actividades del mercado. Desde que empezamos a funcionar como nuevo mercado, ya el fin de semana pasado, el mercado forma parte de la planificación de espectáculos, especialmente para los fines de semana, de todo lo que tiene que ver con el tango, como también otro tipo de corrientes musicales y culturales de nuestro país.

En ese sentido, quiero comentar que nosotros iniciamos esta campaña del nuevo mercado con el reencuentro. El mercado es un lugar de encuentro, lo que tú comentabas, Emiliano, al principio hablando sobre el tema de la convivencia, siempre concebimos este mercado como un lugar de encuentro entre las personas. Por eso esta campaña previa era "reencontrate", "reencontrate con la cultura", "reencontrate con los sabores", reencontrarse cada uno con uno mismo y con el resto de la sociedad. Por eso también esa concepción que tenemos de los rincones, este rincón donde estamos nosotros, la matería, la plaza de comidas, siempre apuntando a eso, al reencuentro entre los montevideanos, entre los uruguayos, entre las personas que se acercan a esta ciudad.

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Transcripción: María Lila Ltaif