Demógrafo Juan José Calvo: informe sobre necesidades básicas insatisfechas es un insumo para diseñar políticas públicas
En Uruguay, al menos una de cada tres personas tiene una necesidad básica insatisfecha: no vive en una vivienda decorosa, no accede al agua potable, tiene un servicio sanitario deficiente, no cuenta con buen acceso a la energía eléctrica, no tiene suficientes artefactos básicos de confort o no accede a un nivel educativo adecuado. Esa es una de las principales conclusiones del informe "Las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) a partir de los Censos 2011", publicado la semana pasada. Para profundizar en él, En Perspectiva conversó con el coordinador de la investigación, el economista y demógrafo Juan José Calvo, quien aclaró que el hecho de que un 34% de la población tenga al menos una carencia crítica no significa que ese porcentaje esté en situación de pobreza, ya que son indicadores diferentes. A criterio de Calvo, los números del informe determinan "con bastante claridad" rutas de trabajo que los entes del Estado deberían instrumentar para resolver las carencias según cada zona.
(emitido a las 8.50 Hs.)
EMILIANO COTELO:
A comienzos de este mes todos quedamos encantados con un largo informe de la TV Globo de Brasil que definía a Uruguay como "el país del buen vivir". Un tramo de él decía lo siguiente:
"Un nuevo reporte que nos lleva hoy al país del buen vivir. El menos corrupto, el menos violento, el más alfabetizado de América Latina. En las ciudades una vida sin prisa, ningún embotellamiento e internet gratis en cualquier lugar..."
Pero si miramos más de cerca y con atención, ¿en qué situación está realmente la sociedad uruguaya?
La semana pasada, un estudio basado en el Censo 2011 concluyó que en Uruguay el 34% de la población tiene al menos una necesidad básica insatisfecha.
¿Cómo se entiende ese dato cuando, por otra parte, la pobreza ha ido bajando de manera fuerte y hoy se encuentra en el entorno del 12%?
En los próximos minutos vamos a conocer más a fondo el informe titulado "Las necesidades básicas insatisfechas (NBI) a partir de los Censos 2011". Se trata de un trabajo que fue realizado en conjunto por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el Programa de Población de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República (Udelar), el Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas de la Udelar, el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), el Fondo de Población de las Naciones Unidas y la Comisión Sectorial de Población de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto.
La investigación fue coordinada por Juan José Calvo, economista y demógrafo, con quien vamos a conversar esta mañana.
Empecemos por definir qué son las necesidades básicas insatisfechas.
JUAN JOSÉ CALVO:
Las necesidades básicas insatisfechas son el resultado de la aplicación de un método que se encuadra dentro de las mediciones multidimensionales y directas de situaciones de pobreza y de carencias críticas. Es intuitivamente muy sencillo de comprender, consiste en establecer en un momento determinado del tiempo y en un contexto determinado un conjunto de bienes y servicios que se considera que son básicos y a los cuales toda la población, todas las personas, debieran poder acceder o con los cuales debieran contar. Estas dimensiones son múltiples y abarcan temas como la vivienda, el abastecimiento de agua potable, el saneamiento, la energía eléctrica, la educación, artefactos básicos de confort, o pueden también incluir, de acuerdo a la disponibilidad de fuentes de datos y de información, otras dimensiones, como por ejemplo la salud, el transporte, etcétera.
EC - Es un concepto que no es nuevo, viene de una metodología propuesta por Cepal hace ya ¿cuántos años?
JJC - Las mediciones de carencias críticas con este tipo de metodología ya rondan los 30 años. De hecho, Uruguay hizo el primer cálculo de carencias críticas con el Censo de 1985, aunque la publicación se realizó en el año 1990.
EC - Según este informe que ahora se ha divulgado, las necesidades básicas insatisfechas consideradas son seis, y se vinculan al acceso a vivienda decorosa, abastecimiento de agua potable, servicio sanitario, energía eléctrica, artefactos básicos de confort y educación. ¿Por qué eligieron estas necesidades básicas para la medición? Porque podrían haber sido otras, por ejemplo ingresos, trabajo, alimentación, acceso a la salud, transporte.
JJC - De hecho, hay trabajos académicos de la propia Facultad de Ciencias Sociales que dan marcos teóricos que incluyen 23 dimensiones y decenas de indicadores. El tema muchas veces está restringido por la disponibilidad de fuentes de datos, es decir, más allá de establecer teóricamente dimensiones que pueden ser consideradas como básicas, luego no existen bases de datos con las cuales se puedan hacer operativas y calcular indicadores.
Este fue un proceso estrictamente colectivo, fue un trabajo en el cual trabajaron aproximadamente 40 técnicos, tanto del ámbito académico, de la Facultad de Ciencias Económicas y de la Facultad de Ciencias Sociales, como de la gestión pública, encargada del diseño y la implementación de políticas en el plano social. La discusión se realizó a lo largo de varios meses en el año 2012, una discusión del marco conceptual revisando la literatura nueva sobre el tema, los diseños de indicadores que estaban predominando en la región y en el mundo, y además la disponibilidad de información que surge fundamentalmente de los censos que se realizaron en el año 2011. Estos 40 técnicos y académicos fueron discutiendo durante tres meses qué dimensiones era adecuado incorporar, qué indicadores se podían construir y con qué umbrales, es decir, qué límites se debían fijar para estos indicadores. Esto es el producto de la interacción de quienes se dedican a esto desde el punto de vista estrictamente académico y quienes están en el campo cotidiano del diseño de políticas públicas. Así fueron elegidas, considerando la historia de la construcción de estas carencias críticas en ejercicios anteriores en Uruguay y la disponibilidad de información para poder hacer cálculos.
EC - Mencionó una palabra que es la que viene en mi próxima pregunta, el umbral, ¿cómo se determina el valor del umbral que un determinado indicador debe tener en una persona para que se considere que la necesidad vinculada está satisfecha? Por ejemplo, si vamos al rubro vivienda, ¿en qué tipo de vivienda debe habitar una familia para que se considere que esa vivienda es "decorosa"? O, si vamos a otro de los rubros, ¿qué "artefactos básicos de confort" debe tener para que se considere que en ese rubro la necesidad está satisfecha?
JJC - Es una estupenda pregunta, y además son dos buenos ejemplos. Vayamos por el segundo, que puede ser un poco más complejo, pero que puede dar una idea de cómo se ha trabajado en este sentido. Incorporamos en esta medición varias novedades desde el punto de vista metodológico, todas ellas haciendo más exigente el indicador con respecto a cálculos anteriores, y una de las novedades fue incorporar "artefactos básicos de confort" como una necesidad básica.
Para esto, el equipo de investigadores del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas en este caso un equipo que lideró la economista Andrea Vigorito hizo un estudio econométrico en el cual tomó el conjunto de elementos básicos de confort con respecto a los cuales disponemos de información en el censo. Tal vez la audiencia recuerde que cuando se hizo el censo había muchas preguntas que a muchos llamaban la atención respecto a indagar acerca de la existencia de electrodomésticos, artefactos diversos. En función de este estudio que realizó ese equipo del Instituto de Economía se determinó que bastaba concentrarse en tres artefactos en este caso un medio para disponer de la calefacción de la vivienda, un medio para la refrigeración de alimentos y la disponibilidad de agua caliente en el baño para resumir el efecto combinado de la información de los restantes artefactos.
En este caso queríamos construir una variable de resumen que incluso podría aproximarse a una variable de ingreso, forzando un poco la interpretación, pero no era necesario incorporar las decenas de artefactos que releva el censo, sino que la información se resume y se correlaciona fuertemente con estos tres. Esto le brinda mayor sencillez de comprensión al indicador, y al mismo tiempo estamos hablando de tres dimensiones bastante básicas: poder conservar en forma refrigerada alimentos, poder calefaccionar de cualquier forma así sea con una estufa la vivienda, y disponer de agua caliente para la higiene.
EC - ¿Cómo hay que entender que se satisface esta necesidad de artefactos básicos de confort? ¿Hay que tener los tres?
JJC - Hay que tener los tres. La dimensión artefactos básicos de confort se compone de tres indicadores, uno que corresponde a calefacción de la vivienda, otro que corresponde a refrigeración de alimentos y un tercero, disponibilidad de agua caliente para la higiene en el baño, y la persona se encuentra en situación de carencia crítica si al menos uno de estos tres artefactos no se encuentra disponible en su hogar.
EC - Para terminar con el ejemplo que le había planteado, veamos el otro rubro, vivienda decorosa. ¿Cuándo se entiende que una vivienda es decorosa?
JJC - Este es el otro caso en el que tenemos indicadores combinados para una misma dimensión. Los indicadores en este caso son tres, uno que está vinculado a la materialidad de la vivienda (la primera defensa, el primer abrigo, cuáles son los materiales predominantes en techos, pisos y paredes de la vivienda), un segundo indicador que está vinculado a la disponibilidad de espacio adecuado para habitar (la contrapartida de lo que habitualmente conocemos como hacinamiento, es decir, cantidad de personas por habitaciones disponibles para dormir, quitando baños y cocinas de la vivienda) y un tercer indicador novedoso que también estamos introduciendo por primera vez en estos cálculos en Uruguay, que es la disponibilidad de un espacio adecuado para preparar alimentos (un lugar que cuente con pileta y agua para procesar correctamente los alimentos).
EC - De nuevo, ¿tienen que darse las tres condiciones para que la vivienda sea considerada decorosa?
JJC - Como en el caso anterior, si una de las tres condiciones no se cumple basta para que el hogar sea considerado con al menos una carencia crítica. Supongamos que la persona habita un hogar que está construido con materiales de desecho; aunque las personas no estuviesen hacinadas o hubiese una pileta con agua, de todas maneras se encuentran en situación de carencia crítica. Y el mismo razonamiento con cualquiera de los otros dos indicadores.
EC - Para redondear esta parte de la conversación, ¿tener una necesidad básica insatisfecha implica que esa persona corre riesgo de algún tipo?
JJC - Sí, para cada uno de estos indicadores además hay un proceso de consulta sobre la correlación entre la ausencia de esa necesidad básica y consecuencias vinculadas al desarrollo de su vida normal, por ejemplo en el campo de la salud. Estas son consultas que hemos hecho a especialistas en distintos temas, por ejemplo cuando tuvimos que fijar el umbral correspondiente a evacuación de excretas hicimos modificaciones que hicieron más exigente aún que en el pasado el cálculo de este indicador, basado justamente en cuáles son los vectores de trasmisión de ciertas enfermedades vinculadas a compartir servicios higiénicos en los hogares. En estos casos pasa exactamente lo mismo, la no disponibilidad por ejemplo de un espacio adecuado para la preparación de alimentos trae consecuencias desde el punto de vista de la salud, así como el hacinamiento trae consecuencias diversas sobre el desarrollo de la vida normal de las personas.
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EC - Vayamos ahora a algunos primeros números en este diálogo con el economista y demógrafo Juan José Calvo, quien coordinó el estudio titulado "Las necesidades básicas insatisfechas a partir de los Censos 2011".
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EC - Primero los números bien generales. En Uruguay, el 66% de la población tiene todas sus necesidades básicas satisfechas. Esa es la noticia positiva. Sin embargo, el otro 34% uno de cada tres uruguayos tiene al menos una necesidad básica insatisfecha. ¿Eso qué dice sobre la situación en la que están esas personas?
JJC - Es importante señalar lo que dice y también lo que no dice, porque a veces existen sobreinterpretaciones sobre estas cifras. Lo que indica la cifra general, el indicador resumen, que dice "al menos una persona con carencia crítica", significa que en alguna de estas seis dimensiones consideradas y los 10 indicadores asociados 34% de la población observa una carencia crítica, en saneamiento, en agua potable, en electricidad, en educación, en materialidad de la vivienda o en artefactos básicos de confort. Esto no significa es importante remarcarlo, en el documento en cuestión se es bastante claro al respecto que un 34% de la población esté en situación de pobreza.
EC - No es lo mismo.
JJC - No es lo mismo. Son metodologías diferentes, y además combinables, el cálculo de la pobreza a través de los ingresos y las carencias críticas, pero hay que tener cuidado con sobreinterpretar la información en este sentido.
EC - ¿Cuál es la interpretación correcta?
JJC - Estos métodos son particularmente útiles en la medida en que una medición directa de las carencias críticas y que focaliza en dimensiones determinadas permite al gestor de política pública determinar con claridad en qué dimensión hay una carencia, y además, como estas mediciones se hacen con bases de datos censales, determinar con una focalización perfecta el lugar donde esa carencia se observa. Al trabajar con un censo uno puede determinar con absoluta precisión y sin ningún tipo de inconveniente de representatividad estadística dónde encontramos estas situaciones de carencias críticas.
EC - ¿Cuál de los seis ítems que hemos estado citando (vivienda decorosa, abastecimiento de agua potable, servicio sanitario, energía eléctrica, artefactos básicos de confort y educación) aparece con mayor frecuencia como necesidad básica insatisfecha?
JJC - Artefactos básicos de confort se destaca claramente. Aproximadamente 23% de la población tiene al menos una carencia crítica en al menos uno de los tres indicadores que mencionamos. En segundo lugar los vinculados a vivienda decorosa, prácticamente 11% de la población tiene al menos una carencia crítica en uno de los tres indicadores asociados a esta dimensión.
EC - ¿Qué le dicen esos números al equipo que trabajó en el estudio?
JJC - Creo que esto determina con bastante claridad rutas de trabajo. Las carencias críticas son una metodología dinámica, vamos incorporando a lo largo del tiempo nuevas dimensiones, nuevos indicadores y haciendo más exigentes los umbrales. Esto es por definición de la metodología, a lo largo del tiempo van surgiendo necesidades que tal vez en el pasado no eran básicas o incluso podían considerarse suntuosas. El tema de la refrigeración de los alimentos es un buen ejemplo, en el pasado era un elemento suntuoso en los hogares, hoy es considerado un elemento de carácter básico. Podríamos hacer el mismo razonamiento con elementos que hoy no incorporamos, como aspectos de las telecomunicaciones o acceso a internet, que no son incorporados todavía como necesidades básicas, pero que es muy probable que en el cálculo que hagamos dentro de 10 o 15 años sean incorporados.
Esto muestra que los cuatro indicadores que se han mantenido inalterables a lo largo del tiempo mientras hemos hecho mediciones en Uruguay (hacinamiento, agua potable, electricidad y evacuación de excretas), desde 1985, han bajado sustantivamente sus valores de carencias críticas. Es una buena noticia, probablemente en gran medida resultado de estos cálculos que han guiado la gestión de ministerios y empresas públicas vinculados a resolver estos problemas. Pongamos un ejemplo muy sencillo: si en 1985 determinamos que hay problemas de abastecimiento de agua potable y saneamiento, y podemos determinar en qué lugar del territorio y qué grado de importancia tiene esto, esa información naturalmente guía como un insumo informativo importante la acción de los entes del Estado encargados de resolver este tema. Por lo tanto, de 1985 a 2011 hemos tenido un fuerte descenso de los valores de carencias críticas en estas dimensiones.
Pero a lo largo del tiempo hemos venido incorporando nuevas dimensiones, de las cuales no teníamos elementos o incluso bases de datos para hacer estos cálculos, con lo cual ponemos en evidencia situaciones de carencia crítica en dimensiones relativamente novedosas. Lo deseable sería que estos datos se constituyeran en insumos para políticas públicas que hicieran descender los valores de estos indicadores en el futuro. Y en el futuro aparecerán nuevas dimensiones que a su vez guiarán la acción de los organismos del Estado para resolver problemas que hoy todavía no son considerados como críticos o como necesidades básicas, pero que en el futuro probablemente sí lo sean.
EC - El estudio es muy complejo e hila muy fino en el análisis de las cifras cortando con distintas variables. No vamos a poder abarcar todas esas dimensiones en la charla de hoy, pero después de la pausa me gustaría que nos detengamos en un par de ellas. Por ejemplo, qué pasa si examinamos las necesidades básicas insatisfechas según el lugar del territorio nacional. Hay un mapa en el informe que es bastante impactante en ese sentido.
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EC - En Uruguay, al menos una de cada tres personas tiene una necesidad básica insatisfecha: no vive en una vivienda decorosa, no accede al agua potable, tiene un servicio sanitario deficiente, no cuenta con un buen acceso a la energía eléctrica, no tiene suficientes artefactos básicos de confort o no accede a un nivel educativo adecuado.
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EC - Esa es una de las principales conclusiones del informe "Las necesidades básicas insatisfechas (NBI) a partir de los Censos 2011", un estudio que se presentó la semana pasada aquí en Montevideo. Con su coordinador, el economista y demógrafo Juan José Calvo, estamos conversando esta mañana en En perspectiva.
¿Preguntas de los oyentes, Romina?
ROMINA ANDRIOLI:
Más bien algunos comentarios. Lucas de Juan Lacaze, que nos escribió temprano, decía: "Hay muchos que no tienen un buen techo pero ven más de 400 canales, se ven sus antenitas grises. Y facebookean también. Es difícil educar y hacer luchar por las necesidades a personas inmersas en el consumo. La educación, la salud, la seguridad y la vivienda van en avance, pero no depende solo del Estado".
EC - ¿Qué dice usted, Calvo?
JJC - Totalmente de acuerdo con el oyente. Cuando hacemos mediciones de la pobreza a través de los ingresos contrastamos la disponibilidad de un ingreso para acceder a una canasta básica de alimentos y de bienes. Eso luego no significa que las personas que cuenten con ese ingreso lo dediquen a esos alimentos y bienes, sino que pueden darle otro tipo de destino. Es un comentario absolutamente válido desde el punto de vista metodológico el que hace el oyente.
EC - Mara de Carrasco dice: "En mi casa solo teníamos una heladera General Electric porque papá había ganado dinero en la quiniela. No había calefón ni estufa, solo una maceta en el primus, y sin embargo llegué hasta la universidad en segundo año".
JJC - Es un excelente ejemplo también de cómo a lo largo del tiempo vamos considerando algunos elementos confort no básicos y luego se transforman. Podemos pensar que a comienzos del siglo XX contar con elementos para refrigerar los alimentos era claramente suntuoso, era un elemento de lujo, y hoy lo incorporamos en la categoría de bienes básicos. Puede pasar lo mismo con aspectos que hoy consideramos lujosos o que no sea crítico no disponer de ellos, pero tal vez dentro de 10 o 15 años esos elementos se transformen en algo esencial para lograr empleo, para acceder al desarrollo de una vida normal. La metodología implica necesariamente un cambio permanente de las dimensiones y los indicadores que se incorporan.
EC - Yo di recién el número global, 34% de los uruguayos tiene al menos una necesidad básica insatisfecha. Pero ese es un promedio, y si vamos al mapa, vale la pena tener en cuenta la distribución de las necesidades básicas insatisfechas según el lugar del territorio. Artigas, Salto y Rivera aparecen como los departamentos más críticos.
JJC - Exactamente. Este es el primer fascículo de un proyecto más ambicioso, que es un atlas sociodemográfico y de la desigualdad, del cual en los próximos meses continuarán apareciendo nuevos documentos sobre otras dimensiones, como la reproducción, la condición étnico-racial, el género, jóvenes, etcétera. Este proyecto hace un hincapié importante en la distribución territorial de la desigualdad, y en este caso, con este primer fascículo, no mostramos algo novedoso, mostramos nuevamente evidencia de que la situación al norte del río Negro presenta valores de los indicadores significativamente más altos que al sur, y particularmente en Artigas, Salto, Rivera, Tacuarembó y Cerro Largo.
EC - Vale la pena dar los números. En esos departamentos entre 45 y 54% de la población tiene al menos una necesidad básica insatisfecha.
JJC - Al menos una, pueden llegar a tener dos, tres o más, podrían llegar a acumular hasta seis necesidades básicas insatisfechas.
EC - Eso está muy por arriba del promedio de 34% para todo el país, y muy encima de lo que se da por ejemplo en Montevideo, en Colonia, en Florida o en Flores, donde se está entre el 26 y el 30%.
JJC - Exactamente. La distancia entre Artigas y Montevideo a nivel de promedio departamental es la distancia mayor desde esa mirada. Pero si afinamos la mirada y trabajamos con unidades geográficas más pequeñas, como las secciones censales o los barrios en el departamento de Montevideo, encontramos también una fuerte heterogeneidad.
EC - Sí, el mapa de Montevideo es bastante impactante también.
JJC - O el mapa del Uruguay por secciones censales, porque los indicadores a nivel departamental también son promedios que ocultan diferencias importantes en el interior de un departamento. Si vemos unidades geográficas más pequeñas como las secciones censales, vemos nuevamente esa especie de franja paralela al Brasil y que se interna en el vacío demográfico central que es una especie de Uruguay profundo. Hay un Uruguay cerril con valores extremadamente altos de población y de hogares con carencias críticas. Lo mismo ocurre cuando miramos el mapa de Montevideo por barrios, por ejemplo los valores de la periferia alcanzan en el barrio Casavalle a 60% de la población con al menos una carencia crítica.
EC - Y en la otra punta tenemos a Carrasco, donde solo 3,7% de la población tiene una necesidad básica insatisfecha.
JJC - Correcto. Esto no es novedoso, desde que tenemos mediciones de carencias críticas o de pobreza en Uruguay, observamos ciertas características estructurales, una de ellas la distribución territorial, que en el caso del país es un conjunto el norte contrastado con el sur, o esa franja fronteriza con el Brasil que se interna también en el territorio central, o en el caso de Montevideo, la periferia, un anillo central intermedio y luego los barrios de la costa este, donde la situación es de muy bajos niveles de personas con carencias críticas.
EC - No vamos a entrar a profundizar aquí en todos los segmentos de población que se han estudiado para elaborar este informe, pero en un rápido resumen, ¿cuáles son los sectores más vulnerables en términos de necesidades básicas insatisfechas?
JJC - Claramente hay dos que se destacan. Uno tiene que ver con la edad, nuevamente la estructura por edades de la población con carencias críticas es significativamente más joven, con una presencia de población infantil, adolescente y joven mucho más alta que la población sin carencias críticas. El segundo, que es claramente inaceptable y es una evidencia más en el sentido de la existencia de mecanismos de discriminación, tiene que ver con ascendencia étnico-racial de las personas, la población de origen afrodescendiente está 16 puntos porcentuales en promedio por encima de la población blanca.
EC - Hay preguntas también a propósito de la confiabilidad de estos números, teniendo en cuenta que, como quedó dicho, se basa en los resultados del Censo 2011, que fue muy polémico en su momento, por el tiempo que demoró en realizarse, por una serie de inconvenientes que tuvo mientras se venía llevando a cabo el trabajo de campo. ¿Qué responde a propósito de ese cuestionamiento?
JJC - Yo tengo una mirada totalmente independiente, en la medida en que provengo del medio académico y no estoy ni estuve vinculado a la realización del censo en su momento. Este censo tuvo una auditoría técnica independiente y externa por organismos especializados, el Centro Latinoamericano de Demografía de la Cepal y el Fondo de Población de Naciones Unidas, y los resultados fueron claros y contundentes. Es un censo que se puede calificar como aceptable en términos de calidad, tiene un nivel de errores y omisiones apenas por encima de 3%, y en cuanto a la calidad de la información, ahora que estamos trabajando directamente con las bases de datos que dicho sea de paso están disponibles para toda la población por primera vez, dan en algunos casos muy buenos niveles o niveles de error relativamente aceptables para quienes hemos trabajado con bases de datos censales anteriores. En mi opinión, esta es una base de datos muy rica, y está a disposición de todos cualquiera puede bajarla entrando a la página web del INE, trabajarla e incluso contrastar y verificar que los cálculos que se realizan efectivamente den los resultados que se presentan, lo cual agrega elementos de transparencia para una mayor democratización del uso de la información.
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EC - Seguimos atendiendo lo que viene como consulta, como comentario de la audiencia.
RA - Una oyente dice: "Todos los que vivimos en Ciudad de la Costa no tenemos saneamiento, más de 100.000, muchos camionetas 4x4 y otros autos en casa".
Enzo escribe por el mismo tema: "Toda la población de la Costa de Oro, apenas unas 100.000 personas, tienen al menos una necesidad insatisfecha, que es el saneamiento".
EC - ¿Cómo incide ese caso en particular?
JJC - Me retrotrae al comentario del oyente anterior y a una advertencia que hice de no confundir pobreza con existencia de carencias críticas. El hecho de disponer de una camioneta 4x4 lujosa en la puerta de la casa y simultáneamente no tener saneamiento no inhibe que la persona tenga una carencia crítica, lo cual no significa que esté en situación de pobreza. Son dos conceptos diferentes, y lo que dice este oyente es absolutamente correcto, si la persona se encuentra en un barrio sin saneamiento, más allá de que su nivel de ingreso o de su situación en términos de consumo de bienes suntuosos, va a estar en una situación de carencias críticas con las consecuencias potenciales desde el punto de vista de la salud, en este caso.
EC - Volviendo a los números generales, al examen que veníamos haciendo del promedio total del país y de esas situaciones tan variadas y contrastantes que se dan en el lugar del territorio que elijamos para poner la atención, dice Pablo del Cerrito: "En un país de tres millones de habitantes esto no tendría que ocurrir". ¿Ustedes llegaron a una conclusión de ese tipo? ¿Llegan con el análisis a ese punto?
JJC - No, no hemos llegado a ese tipo de conclusiones. Los lectores del trabajo podrán ver y ha sido parte de los comentarios que recibió en la propia presentación del decano de la Facultad de Ciencias Económicas que este es bastante robusto y es compacto en términos de sus comentarios, no lleva a situaciones de calificaciones que no tengan evidencia científica por detrás. Esto puede ser el inicio de otro tipo de trabajos que se aventuren un poco más en tratar de explicar ciertas causas y ciertos procesos asociados a estos resultados.
EC - Pero por ejemplo, ¿se pronuncian o van a pronunciarse a propósito de las políticas públicas que se han seguido en nuestro país para enfrentar estas necesidades básicas?
JJC - No, no está previsto desde el punto de vista del trabajo académico que llevamos adelante. Eso tal vez corresponda a otro tipo de instituciones u otro tipo de interés, pero no en términos de lo que el equipo de investigadores se propone hacer con el tratamiento de la información censal.
EC - ¿Y sí van a formular recomendaciones para las políticas públicas, por ejemplo para las políticas sociales que se siguen en el Mides?
JJC - Este trabajo implicó a más de 40 personas. Me imagino que en este mismo momento algunas de las personas que estando en la gestión estuvieron involucradas en el diseño académico de este trabajo ya lo estén haciendo. Luego el equipo de investigación como tal no se propone hacer recomendaciones de políticas públicas, aunque la más evidente claramente es que esto está señalando con mucha claridad el volumen y las características de ciertos problemas que hay que enfrentar desde el punto de vista de la gestión pública.
EC - Por ejemplo, el propio ministro Daniel Olesker hizo alguna referencia durante el acto de presentación al tipo de planes que se han llevado adelante hasta ahora, desde que asumió el gobierno del Frente Amplio con Tabaré Vázquez y ahora en la administración Mujica, para atender a los sectores más carenciados. Desde ese punto de vista, ¿cuáles pueden ser los cambios?
JJC - Yo imagino me es difícil responder eso en la medida en que soy un investigador académico y pertenezco a otra institución, entonces no querría sobreinterpretar al ministro que el Área de Evaluación y Monitoreo del Mides, que hace un hincapié importante en la evaluación de las políticas a partir de evidencia empírica, va a tomar toda esta información para probablemente incorporarla en el diseño de los futuros instrumentos. Me lo imagino por un tema hasta de sentido común, este trabajo indica con precisión en qué lugares del territorio, cuántas personas, qué tipo de problemas tienen, por lo tanto si bien esto más bien correspondería que lo respondiera el Mides, por sentido común imagino que eso es lo que normalmente ocurre con este tipo de información cuando se produce.
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Transcripción: María Lila Ltaif
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Foto: sitio web de Radio Uruguay
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