Entrevistas

Nueva tendencia de turismo de artículos falsificados en Rivera afecta al departamento "como destino turístico confiable"

Nueva tendencia de turismo de artículos falsificados en Rivera afecta al departamento "como destino turístico confiable"

Una serie de medidas adoptadas por el gobierno brasileño en la frontera con Rivera, sumadas a problemas a nivel local, han hecho que el comercio de ese departamento se vea afectado en comparación a hace algunos años. El presidente de la Asociación Comercial e Industrial de Rivera, Julio Paillex, aseguró a En Perspectiva que el impacto se ve en "el cambio en el perfil del turista". Mientras que el turista "histórico" de Rivera era aquel que iba a comprar quesos, dulces y chacinados uruguayos "de alta calidad", en la actualidad hay una gran cantidad de brasileños que viajan buscando artículos falsificados. "Si al turista le ofrecemos otra cosa que no es la que él venía a comprar históricamente, indirectamente lo estamos corriendo", aseguró Paillex, para quien esta situación es consecuencia de la "proliferación de negocios que no cumplen con la normativa legal" pero también de las medidas brasileñas "tendientes a desestimular la venida del turista de nivel medio o alto hacia Uruguay".


(emitido a las 8.39 Hs.)

EMILIANO COTELO:
En los últimos años la ciudad de Rivera se había acostumbrado a la presencia fuerte de brasileños comprando en sus comercios y sus free shops. De hecho, a influjo de esa ebullición fueron varias las importantes inversiones que se radicaron en esa zona de la frontera. Sin embargo, una serie de restricciones resueltas recientemente por Brasil, sumadas a algunos problemas a nivel local, hicieron que los vientos comenzaran a cambiar de signo.

Hace unos días consignamos aquí En Perspectiva una de las medidas que había tomado el Ministerio de Agricultura brasileño. Concretamente informamos que estaban realizando controles importantes en el regreso de los vehículos y obligaban a los turistas brasileños a desechar algunos productos de origen animal o vegetal como una política de barrera sanitaria. Ese desestímulo impactó en el comercio riverense. Pero cuando nos pusimos a averiguar un poco más, nos encontramos con que las dificultades van más allá de esa medida. Por eso nos parece que vale la pena profundizar en esa realidad, percibir, notar, examinar a ver si se está dando algún cambio, y para eso es que vamos a conversar con el presidente de la Asociación Comercial e Industrial de Rivera, Julio Paillex.

Una aclaración para empezar, ¿a quiénes agrupa esta Asociación Comercial e Industrial?, ¿tienen los free shops como miembros también?

JULIO PAILLEX:
Los free shops son parte de nuestra asociación. Para aclarar también, los free shops nacieron dentro de la Asociación Comercial: en el año 1985, cuando se instalan los free shops, es a instancias de algunos de los dirigentes de la Asociación Comercial e Industrial de Rivera.

ROMINA ANDRIOLI:
Recién mencionábamos una medida que tomó días atrás el gobierno brasileño en la frontera y que impactó en el comercio local. Se prohibía concretamente el ingreso a Brasil de toda mercadería de origen animal o vegetal proveniente de Uruguay. ¿Hoy en día están en conocimiento de que se siga llevando a cabo esta política?

JP – No, este fin de semana quedó sin efecto esa medida y ya puede circular normalmente mercadería de origen animal uruguayo. Básicamente lo que son quesos, dulces, que son artículos típicos que nuestros hermanos brasileños vienen a comprar a Uruguay por su gran calidad.

RA – Eso le iba a preguntar, porque uno tiene la idea de que los brasileños venían principalmente a comprar en los free shops, pero, ¿ era habitual que compraran en Rivera este tipo de productos, entonces?

JP – Sin duda, es un artículo histórico. Nuestros vecinos brasileños han venido a comprar quesos, dulces o productos chacinados de alta calidad a Uruguay desde siempre.

EC – En esta onda generada por la diferencia cambiaria estaba por un lado el gancho fuerte de los free shops pero siempre se supo que después el derrame se producía en el resto del comercio. Por ejemplo, por mencionar un rubro, restaurantes, bares, tenían una alta facturación en esos días, ¿no?

JP – Sin duda, uno de los grandes motores –hay varios, por suerte– que ha significado una gran transformación en Rivera ha sido la instalación de los free shops, pero sin duda el negocio complementario a los free shops, todas las tiendas, las ópticas, los restaurantes, todo ha tenido un gran crecimiento en estos últimos años.

RA – Usted decía recién, volviendo a esta medida que se aplicó durante algunos días, que fue algo coyuntural, ¿cuánto duró más o menos?, ¿unos 15 días?

JP – Aproximadamente. Lo que pasa es que Brasil, o algunas autoridades del gobierno brasileño, nos tienen acostumbrados a este tipo de medidas.

RA – ¿A qué se refiere con eso?

JP – Es la primera vez, que yo recuerde, que pasa algo con los quesos, los dulces, los chacinados. Pero los escuchamos frecuentemente cuando hay medidas paraarancelarias, por ejemplo, frenando importaciones de arroz hacia Brasil, diferentes problemas que afectan al comercio con nuestro hermano grande del norte.

EC – Ahora, las medidas sanitarias Brasil las puede tomar, de hecho Uruguay aplica medidas similares en otros puestos de frontera con los productos de origen animal, ¿no?

JP – Lo que esperamos, lo que desearíamos, es que ya que integramos el Mercosur sean valorados y respetados los dictámenes de los organismos sanitarios tanto sea uruguayos como brasileños y tengamos lo que todos ansiamos hace muchos años: una integración real.

EC – Lo cierto es que ahora Brasil, que podía tomar esa medida, que estaba habilitado para tomarla, la bajó, ya no la está poniendo en marcha.

JP – Lo que pasa es que también hubo presión del propio comercio brasileño, llámese hotelería, porque uno de los grandes atractivos para el visitante, el turista brasileño, de Río Grande do Sul, de Santa Catalina, al venir a Uruguay, es comprar un queso, un dulce, un alfajor, es un clásico. Son realmente de los primeros artículos que compra el brasileño cuando viene a Uruguay.

RA – Más allá de esta medida puntual que comentábamos recién, desde hace un tiempo el gobierno brasileño viene tomando medidas de control en todas sus fronteras. ¿En qué consisten esos controles exactamente y cómo están impactando en Rivera?

JP – Son controles variados, cuando no es el Ejército, es la Policía Rodoviaria Federal, la Receita Federal, es decir, son controles tendiendo a desestimular la venida del turista de nivel medio o alto hacia el Uruguay.

EC – ¿Usted tiene esa convicción?, ¿son medidas que se van aplicando que son de diferente tipo pero que tienen ese origen, esa finalidad?

JP – Estoy convencido de que sí.

RA – ¿Y qué impacto están teniendo entonces en Rivera?

JP – El impacto que estamos teniendo –en parte por esas medidas pero también por errores propios de Uruguay, de nosotros como comunidad– es el cambio en el perfil del turista. Ustedes de repente podrán ver los fines de semana muchísima gente en las calles de Rivera...

EC – Sí, eso señalaban algunos de nuestros oyentes temprano cuando anunciábamos esta conversación con usted. Uno de los mensajes decía: "No sé si se está dando un cambio. Yo veo mucho movimiento igual cuando llega el fin de semana".

JP – Ha cambiado drásticamente el perfil del turista. Están viniendo más o menos 50, 60, 70 ómnibus de excursión todos los fines de semana, pero es el turista que Brasil define como "sacoleiro", aquel turista que viene a buscar artículos de dudosa o baja calidad, o artículos de marcas falsificadas.

RA – Antes de entrar en eso, que es interesante lo que está planteando, ¿ustedes tienen medido concretamente ese cambio de turista en cuánto está incidiendo, en nivel de facturación, en la cantidad mismo de turistas que están llegando, con respecto a meses atrás o incluso el año pasado, por ejemplo?

JP – En Rivera hasta el momento no se tenía una medición de la cantidad de turistas que ingresan al Uruguay por Rivera. Recién ahora, desde hace casi un año, estamos en un convenio con el Ministerio de Turismo en el marco del cual se ha instalado una oficina local en la sede de la Asociación Comercial e Industrial de Rivera y uno de los objetivos es instalar un observatorio en Rivera que pueda medir la cantidad de turistas que entran a Uruguay por Rivera.

EC – Pero es dificilísimo eso, ¿no?, siendo la ciudad misma la frontera, ¿cómo se hace?

JP – Bueno, eso lo están instrumentando los técnicos del ministerio con un programa del BID, también está participando la intendencia departamental, ese observatorio se va a instalar en la plaza internacional. Ahí van a tener que trabajar los técnicos correspondientes para hacer las mediciones del caso. Cuando se toman políticas de consideración del turismo nosotros en Rivera estamos por fuera de toda consideración porque no se tiene la medición de la cantidad de turistas que entran a Uruguay por Rivera.

EC – Entonces, mientras se arma ese sistema de medición, ¿ustedes qué información tienen?

JP – Nosotros tenemos una estimación, se hacen mediciones a través de la Oficina de Turismo de la intendencia, que esporádicamente hace controles en el kilómetro cinco, donde está la Policía Rodoviaria Federal brasileña, y se calcula la cantidad de vehículos que entran por fin de semana. Hemos tenido promedios de 8.000, 10.000 turistas por semana, con picos de casi 20.000. Si eso lo ponderáramos y lo pusiéramos en la consideración nacional, Rivera sería sin dudas uno de los polos de entrada de turismo más grandes del país.

EC – Pero ¿qué está pasando, qué es lo que dice la evolución, qué es lo que ustedes perciben como cambios?

JP – Lo que percibimos es la calidad del turista. Y la venida de ese turista, ese sacoleiro o ese comprador eventual que viene y compra mercadería de dudoso origen para revender en Brasil, nos ha afectado la venida del otro turista que fue el turista histórico de Rivera, que era un turista de clase media que venía con su familia, que pernoctaba, que de repente se quedaba una noche más en Rivera porque se sentía a gusto...

EC – Pero, ¿y por qué ha pasado eso? No entiendo cuál es la causa de ese cambio en el público.

JP – Son varias, primero, la proliferación de negocios que no cumplen con la normativa legal. ¿Por qué ese tipo de negocios? Nosotros estamos reclamando a las autoridades nacionales de hace tiempo que la reglamentación que regula el comercio golondrina, que se aplica en Maldonado y en Rocha, se aplique también en Rivera. Porque en Maldonado y en Rocha, como saben que es muy apetecible en la temporada la instalación de comercios golondrina, la DGI y el BPS les exigen un pago en garantía para asegurarse el cobro de los impuestos. Acá en Rivera se vienen, se instalan, y lo que nosotros hemos dicho a las autoridades es que cuando vienen a hacer controles acá en Rivera vienen a cazar adentro del zoológico. Es decir, vienen e inspeccionan a todo el comercio legalmente establecido –está bien que lo hagan– pero no inspeccionan a todo el comercio instalado, porque hay muchísimo más comercio instalado que el comercio que paga.

El comercio que trabaja con artículos falsificados, con artículos de dudosa procedencia, nos afecta como destino turístico. ¿Por qué?, porque Rivera siempre fue un destino confiable para el brasileño, y hoy por hoy, mismo los turistas, nos están asemejando mucho a Ciudad del Este. Y va a estar en nosotros, con la ayuda de las autoridades, el poder revertir esta situación.

EC – Yo entiendo que haya aparecido ese nuevo público, el que busca ese tipo de productos cuestionables a los que usted aludía recién, pero ¿por qué está bajando el otro?

JP – Está bajando el otro porque también se está dando, conjuntamente con eso, una extranjerización del comercio. Los productos que la comunidad de Rivera habitualmente ofreció fueron artículos como hablábamos hace un rato: dulces, quesos; comercios tradicionales que vendían artículos de lana, de manufactura uruguaya, de calidad. Era el tipo de producto que el turista brasileño históricamente ha venido y viene a comprar a Uruguay. Cuando le cambiamos la oferta, producto de esa extranjerización o esa falta de control del comercio, lo que le estamos ofreciendo es otra cosa. Si a ese turista le ofrecemos otra cosa que no es la que él venía a comprar históricamente, indirectamente lo estamos corriendo.

RA – ¿Qué es esa falsificación de productos que usted decía?

JP – Hay marcas o free shops que hacen un gran esfuerzo para hacer una gran inversión de infraestructura, de todo, y que importan y trabajan marcas originales. Y vemos comercios alternativos que se colocan al lado ofreciendo las mismas marcas pero falsificadas; entonces la percepción del turista es que es todo lo mismo, en un lado la venden a un precio más caro porque quieren ganar más dinero, pero es la misma marca que venden en el otro a la tercera o la cuarta parte del valor.

EC – ¿Está habiendo también problemas con la diferencia cambiaria, ya no es tentadora para el brasileño?

JP – Está habiendo, es otro de los factores que incide, la devaluación en Brasil es de 15%, 20%, también sin duda influye. Pero es una suma de factores, porque de todos estos temas nosotros venimos hablando con las autoridades nacionales y departamentales hace más de dos años para tratar de articular las medidas que solucionen esta situación y no lleguemos al día de hoy con bajas importantísimas en los niveles de facturación.

EC – ¿Qué bajas, qué números tienen de la facturación?

JP – Bajas de entre el 30% y el 50% de la facturación.

EC – ¿Comparando con qué, con el año pasado, con el otro año?

JP – Con el año pasado. Es decir, en agosto de 2011 empezó una baja paulatina, no tan importante, pero que se empezó a sentir la incidencia de todos estos factores que les he enunciado anteriormente.

RA – Usted mencionaba recién esto, aparentemente entonces ya se lo vienen planteando a las autoridades hace algún tiempo. ¿En qué consiste su propuesta, su planteo?, ¿en qué entienden que se puede trabajar y concretar?

JP – Estamos solicitando a las autoridades nacionales que haya una fiscalización de todo el comercio, no solamente del comercio que está registrado, sino del comercio que no está registrado, para que la tan mentada justicia tributaria sea realmente efectiva.

EC – ¿Y a las autoridades departamentales?

JP – Y a las autoridades departamentales lo que les estamos reclamando, que está en vías de aprobarse, es una reglamentación sobre los espacios públicos en la cual los espacios públicos sean realmente espacios públicos, no espacios destinados a fulano o a mengano, sino espacios de la comunidad. Esto tiene que ver con la apropiación del espacio público en favor de determinados comercios que se han apropiado de los espacios de las veredas, de las plazas.

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Foto: Flickr.com/Ronaldo-Maciel