Entrevistas

"Desde Adentro": un documental que ofrece "insumos" para "una discusión un poco más profunda" sobre la realidad carcelaria

"Desde Adentro": un documental que ofrece "insumos" para "una discusión un poco más profunda" sobre la realidad carcelaria

¿Pueden los reclusos salir de las cárceles uruguayas dispuestos a reinsertarse en la sociedad trabajando o estudiando? Es una de las preguntas que deja planteada el documental "Desde Adentro", que sigue durante tres años la vida de dos reclusos en un proyecto de rehabilitación de la Cárcel de Canelones y que se está exhibiendo desde el mes pasado. En Perspectiva conversó con su director, Vasco Elola y con la responsable de la investigación periodística detrás del trabajo, Andrea Villaverde, para quienes la película es "un insumo" para discutir sobre la realidad del sistema penitenciario uruguayo pero también sobre la cárcel en sí, la cual, según Villaverde, "se asume como una solución al problema de inseguridad" cuando es en realidad uno de los elementos que la genera, en un "circuito perverso" por el cual el recluso "sale graduado con honores" en experiencia delictiva. La intención fue mostrar, en ese marco, a personas privadas de libertad "intentando reinventarse, rehabilitarse y cambiar".


(emitido a las 8.52 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Un grupo de personas se reúnen para formar una cooperativa con la que buscan salir adelante. Estudian y trabajan para forjarse un futuro mejor y para dejar atrás un pasado oscuro y violento que no quieren repetir. Se trata de una historia de superación personal, y puede ocurrir, incluso, en una de las peores cárceles de nuestro país.

Desde el 8 de agosto viene exhibiéndose en Montevideo el documental "Desde adentro", que sigue durante tres años a varios reclusos de la Cárcel de Canelones, pero en particular a dos de ellos, "Catuca" y "Medina", en su esfuerzo por rehabilitarse participando en planes de trabajo y de educación.

Aquí En Perspectiva ya analizamos esta película en una Tertulia de lunes, pero esta mañana, ya con casi un mes de exhibición, nos interesa conversar con sus realizadores. En estudios me acompaña su director, Vasco Elola, y por teléfono, la responsable de la investigación periodística en la que se basó este documental: Andrea Villaverde.

La voz de Andrea seguramente resulta conocida para muchos de nuestros oyentes porque integró durante varios años el equipo de La Brújula, el programa que dirigía José Pedro Díaz en la tarde de El Espectador. Hoy es productora y coconductora del programa "De diez a doce" de Radio Uruguay.

ANDREA VILLAVERDE:
Así es, la radio del Estado.

EC - Volvemos a escucharte al aire en esta otra onda. Y esto que estaba mencionando, este recuerdo del antecedente acá en El Espectador tiene bastante que ver con la película, porque fue justamente en aquellas tareas que tú terminaste contactándote con uno de los presos de la Cárcel de Canelones.

AV - Sí, en el año 2003 hubo un motín muy grande en la Cárcel de Canelones, y en aquel momento desde La Brújula contactamos con Guillermo Chifflet, que nos pasó el teléfono de un recluso y lo sacamos al aire en vivo ese día. Ese recluso resultó ser Catuca, que dos años después, en el 2005, cuando la cárcel ya estaba empezando a cambiar, se acordó de mí y volvió a llamar a El Espectador, y ahí ya hicimos este informe que de alguna manera es el disparador para todo lo demás.

EC - A Vasco Elola es más difícil identificarlo por su voz, en este caso estamos ante un realizador audiovisual.

VASCO ELOLA:
Sí, por algo nos metemos atrás de la cámara (risas).

EC - En 1985 fue miembro fundador de la productora Imágenes, liderada por Mario Jacob y Walter Tournier, trabajó allí en documentales, cortometrajes, largometrajes de animación... ¿durante cuántos años?

VE - La experiencia con imágenes se podría decir que dura hasta hoy, porque este documental también es una especie de consecuencia de esa experiencia, por eso trabajamos con Mario. Pero hasta el 94 estuve muy vinculado a Imágenes, después formamos nuestra productora...

EC - Paristexas.

VE - Sí, primero Etcétera y después Paristexas.

EC - Y desde octubre de 2011 estás como director y productor ejecutivo de Bokeh, ¡qué nombre!

VE - Un nombre nerd que me impuso la gente que estaba trabajando en posproducción.

EC - Ahí trabajás básicamente en realización de publicidad.

VE - Sí, básicamente en publicidad.

EC - Y esta experiencia de un documental periodístico ¿cómo figura en tu carrera?

VE - Yo soy licenciado en Periodismo y estudié varios años sociología, y siempre fue uno de mis principales intereses, si no el principal, hacer documentales. Este salió largo, espero que el próximo lleve menos tiempo de trabajo, con esto fueron al final siete años. Para Andrea ocho, para mí fueron siete años.

EC - Andrea, ustedes han dicho que con esta película procuraban generar un debate sobre los temas carcelarios. ¿Qué es, concretamente, lo que ustedes esperaban que se discutiera?

AV - En realidad no hicimos la película para generar un debate, pero finalmente, a partir del resultado y de lo que la gente que la ha visto vio en la película, nos parece bien interesante. Creemos que la película puede ser un insumo para discutir no solamente el sistema carcelario en el Uruguay, en las condiciones en que está hoy, sino la cárcel en general como acción para una persona que comete un delito. En nuestro país es casi la única opción, y eso creemos que lleva, entre otras cosas, a la superpoblación que hay, a la cantidad de gente recluida. Pensamos que ver una cárcel desde adentro puede generar o dar insumos para una discusión un poco más profunda.

EC - Vasco, ¿cómo se inserta esta película en el debate político que hay hoy en Uruguay y desde hace tiempo a propósito de la inseguridad pública?

VE - Por ahora no se ha insertado. Nuestros objetivos eran dos, el primero era hacer una película que la gente quisiera ver. Es la historia de dos personajes, no tiene cartones, no tiene carteles, no tiene narrador, es un documental, pero es básicamente la historia de esos dos o tres personajes. Pero por otro lado, entendíamos que podía ser, desde nuestra óptica, que no somos trabajadores carcelarios, no tenemos experiencia en eso, o la que tenemos se limita a esto, una mirada diferente para agregar puntos de vista. Cuando digo que por ahora no se ha dado el debate es porque creo que la película podría ser levantada o analizada por determinados actores que todavía no se han pronunciado.

EC - ¿Qué es lo que proponen? ¿Que se discuta para qué sirven las cárceles, para qué sirve el aumento de las penas, qué es lo que debe ocurrir adentro de una cárcel para que el pasaje de los delincuentes por ella resulte beneficioso para la sociedad y no derive en mayores problemas de criminalidad y de violencia? ¿Un debate sobre la relación entre inseguridad pública y determinado modelo carcelario?

VE - En primera instancia, en este momento lo que se reclama directamente, así automáticamente, y es legítimo que las víctimas de la inseguridad lo hagan, es "hay que mandar esta gente a la cárcel". Pero el público, la gente, no maneja necesariamente, de parte de los actores que están involucrados en este tema, alternativas u opciones a eso. Entonces la única solución es la cárcel, y la cárcel de esta manera, una cárcel que no prepara, no rehabilita, no educa. Acá fue muy discutida la liberación de presos, por ejemplo, por la reincidencia y por todas esas cosas, y es legítimo que se considere así y es cierto lo de la reincidencia, pero hay que ver las cifras de otros lugares donde se ha experimentado sistemáticamente en esto, donde se produce conocimiento y se logra exponer estudios y estadísticas. Por ejemplo en Estados Unidos, en Nueva York cuando se redujo 20% la población carcelaria liberando a delincuentes menores que tenían que ver con droga pero sin crímenes violentos, la reducción fue de un 20% en las cárceles y la reducción de la criminalidad con relación a eso fue de un 30%.

La cárcel hoy se asume como una solución al problema de inseguridad, y está probado que la cárcel es un problema que se le agrega a la seguridad. Desde los 80 hasta hoy se ha cuadruplicado o quintuplicado la población carcelaria en casi todo el mundo, siguiendo una alternativa muy punitiva y de alargamiento de las penas y todo eso, y lo que se ha logrado, por ejemplo en San Pablo, es generar una nueva mafia, una nueva forma de criminalidad, que es inexpugnable y que se maneja desde dentro de las cárceles, con los soldados de esos grandes señores que están dentro de la cárcel y afuera, y con la connivencia de los funcionarios de turno que cuidan esa cárcel.

Entonces es muy precipitado decir que la cárcel por sí sola va a solucionar los problemas, está probado que no, pero sí está establecido que hay que revisar no solo qué tipo de cárcel se necesita, sino qué alternativas u opciones hay para quienes han cometido delitos que pueden ser penados de otra manera que no necesariamente involucra a ese sujeto en un circuito que es perverso: alguien que no tiene mucha experiencia en delincuencia, alguien que no tiene mucha experiencia en determinados círculos, sale graduado con honores de cualquier cárcel, en este caso la de Canelones.

EC - Andrea, la película no carga las tintas en el deterioro del edificio de la cárcel de Canelones, tampoco en la violencia latente entre algunos grupos de presos, ni siquiera en los enfrentamientos entre guardias y reclusos. Eso aparece, esos temas están en la película, pero están al pasar, en algunos momentos del documental, el eje del guión es la experiencia de estos dos presos, Catuca y Medina. ¿Por qué hicieron esa opción?

AV - Básicamente entramos a filmar a la Cárcel de Canelones, y en principio la propuesta era hacer un seguimiento de lo que era en ese momento el proyecto de rehabilitación voluntaria. Por lo tanto necesariamente desde que arrancamos empezamos a trabajar con los reclusos que estaban trabajando dentro del establecimiento, y eso nos llevó por algunos lugares dentro de la cárcel que no eran los peores. Por otro lado está el hecho de que lo que queríamos era mostrar esto, la gente intentando reinventarse, intentando rehabilitarse, intentando cambiar. Cuando les planteamos a los reclusos hacer esta película en ningún momento robamos imágenes, entramos hasta donde ellos quisieron mostrarnos, no fuimos más allá de lo que ellos fueron pautando, por una cuestión de respeto, por una cuestión de que más allá de que ellos están presos y son gente que está privada de su libertad, en una situación de vulnerabilidad muy importante, es su lugar, es su casa durante el tiempo que están ahí, ahí es donde viven, ahí es donde conviven, ahí es donde marcan sus reglas de convivencia. Entonces fuimos hasta donde ellos quisieron por no invadir la privacidad de lo que es su casa. Mal que nos pese, esa es su casa.

VE - Además, las autoridades nos habían limitado claramente determinadas cosas, lo cual es legítimo. No podíamos filmar policías, por ejemplo, porque los policías tampoco tenían la opción de decir "no quiero que me filmen", las autoridades habían sido claras en eso. Pero pensar en la cantidad innumerables de temas que se destapan o que se abren cuando uno enfrenta ir 40 y pico de veces a una cárcel durante tres años y medio –porque esa era la tesis de trabajo, ir largo para ver cómo sucedían las cosas–, la cantidad de cosas que suceden ahí son tantas... Se podría decir que tengo un pueblo de 800 personas encerrado, suceden todas las cosas que pueden ocurrir en un pueblo. Entonces teníamos que enfocarnos, y ese trabajo no fue solamente en el rodaje, sino también durante la edición, fue eterno eso, tratar de aislar, aislar y aislar, porque tampoco podíamos abrir tantos frentes.

EC - Catuca y Medina integraban un grupo de presos que había puesto en marcha esto de las experiencias de trabajo y educación en la Cárcel de Canelones. Si recuerdo bien, lo hicieron antes de que se aprobara aquella ley del primer año del gobierno de Tabaré Vázquez, la de Humanización y Modernización del Sistema Carcelario, que incluía el artículo que permitía el dos por uno, achicar el período de reclusión contando dobles aquellos días en que se trabajara o se estudiara. ¿Ellos habían largado antes?

VE - De eso les puede hablar mejor Andrea. Ellos ocuparon un espacio que en el 2005 ya estaba favorable mientras se estaba discutiendo eso.

AV - Efectivamente fue así. El director de la cárcel, Óscar del Puerto, que era el mismo director que en el año 2003 había tenido que reprimir ese motín, en el año 2005 habilitó la organización de los reclusos antes de que se promulgara la ley del dos por uno. Cuando yo fui por La Brújula, la primera vez que fui a la cárcel, le pregunté a Del Puerto cómo era posible esto, y él me dijo: "Cambiaron las órdenes, a partir del 1.º de marzo nos cambiaron las órdenes, entonces yo estoy acorde con las nuevas órdenes". Es decir que la organización de los reclusos ya estaba mandatada desde que Tabaré Vázquez el 1.º de marzo declaró la emergencia en todas las cárceles.

EC - ¿Cuántos presos estaban involucrados en esa experiencia?

AV - 150, más o menos.

EC - ¿Cuánto cambió la vida de esos presos? Estamos hablando de una de las cárceles que tiene el mayor índice hacinamiento del país, incluso hoy.

AV - En aquel momento no era tal el hacinamiento, había un poquito de superpoblación, pero no era problemático porque se habían inaugurado unos módulos que no existían en 2003, cuando sí había mucho hacinamiento; entre esos dos años, 2003 y 2005, se construyó todo un sector nuevo, entonces en el año 2005, cuando esto empieza a suceder, no hay problema de superpoblación grave. Y les cambió absolutamente, porque el hecho de estar organizando proyectos laborales abrió la cárcel, la abrió adentro y la abrió afuera, adentro en el sentido de que los reclusos de distintos sectores se organizaban y se trasladaban dentro del establecimiento para ir a trabajar, lo cual abrió muchos portones dentro de la cárcel, desde el punto de vista hasta físico, se tenían que trasladar y eso les cambió la vida.

VE - Era 23 horas encerrados y una hora en la planchada contra estar trabajando en la quinta todos los días.

AV - Contra, de pronto, tres o cuatro horas en una quinta.

EC - Ellos mencionan en sus testimonios cómo les cambiaron los temas de conversación, por ejemplo.

AV - Claro, eso es al tiempo, pasado un tiempo llega un momento en que se dan cuenta de que hasta les cambiaron los temas de conversación.

VE - Los climas, ellos normalmente cuando están encerrados en esa hora que se liberan prácticamente lo único que hacen es ponerse al día de cuáles son los emergentes inmediatos, o no quieren hablar con nadie. Ese tipo de tratamiento los lleva a interesarse en otras cosas, hasta hubo clases de computación y clases de electromecánica y cosas por el estilo, empieza a ser otra cosa. Además, empiezan a defender eso, porque saben que si alguno de ellos comete un error ahí adentro, se termina, no solo se le termina a ese, sino a todos esa actividad. Inmediatamente eso provoca una sinergia positiva entre ellos, sin duda que van avanzando, y llegás a escuchar cosas como: "Nunca pensé que iba a estudiar computación, pero me quiero preparar". Y otro decía: "Yo nunca pensé que quería estudiar computación, pero mi hijo sabe de esto y yo cuando salga quiero tener contacto con él de esta manera también".

AV - Otra de las cosas que cambiaron es que el hecho de estar trabajando los puso en la necesidad de comunicarse mucho con el afuera de la cárcel, para recibir insumos, para recibir donaciones, para vender o donar lo que produjeran. Eso implicó que la cárcel se abriera todos los días o casi todos los días para que entrara algo; bien podía ser nosotros como equipo de filmación, podía ser un camión para levantar bloques o una hermana religiosa que iba a reunirlos para tener una charla, o un profesor de canto, o la maestra... El hecho de que a la cárcel todos los días entrara alguien de afuera también operaba como un regulador de la conducta, en el sentido de que mientras había gente de afuera todo el mundo aguantaba la atención y mostraba lo mejor de sí mismo. Eso también favorecía que el clima cambiara totalmente.

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EC - Pese a este resumen que venían haciendo Vasco Elola y Andrea Villaverde del impacto que estos planes de educación y trabajo tuvieron en los presos de la Cárcel de Canelones, lo que muestra la película no es todo rosas. Por el contrario, se detiene en una serie de problemas, de inconvenientes, en el camino sinuoso que siguió esta experiencia.

Me gustaría que en la segunda parte de esta charla profundizáramos en eso, sobre todo para saber qué repercusiones puede tener un documental como este, si las autoridades lo han visto, si han tenido ya algún tipo de reacción.

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EC - ¿Es posible la rehabilitación de reclusos que han cometido delitos graves como rapiñas u homicidios? ¿Esos presos pueden salir de las cárceles uruguayas dispuestos a reinsertarse en la sociedad trabajando o estudiando? Estas son algunas de las preguntas que deja planteadas la película "Desde adentro", un documental que se está exhibiendo desde el mes pasado en el cine Casablanca, en Montevideo, y que es el tema de nuestra entrevista central de hoy.

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EC - Estamos conversando con Vasco Elola, director de este documental y además director y productor ejecutivo de la productora audiovisual Bokeh, y Andrea Villaverde, periodista, responsable de la investigación periodística que está detrás de este trabajo.

La película pone el énfasis en esos programas de rehabilitación por el trabajo y la educación que incluso por iniciativa de presos de la Cárcel de Canelones se implementaron allí a partir del año 2005, y que luego se ampararon en la Ley de Humanización del Sistema Carcelario, que otorgaba el beneficio de considerar dos por uno, dos días de trabajo y educación permitían bajar un día la condena a la que estaban sometidos.

Yo decía que la visión que da la película no es idílica a propósito de esos planes. Aparecen varios inconvenientes, en determinado momento muestran que se produce un cambio en la dirección de la Cárcel de Canelones, deja ese puesto Óscar del Puerto y es sustituido por Rodolfo Sosa. Y ese relevo no es indiferente, la nueva dirección introduce un estilo más autoritario, enfría la relación con los presos, hay, por ejemplo, un mayor énfasis en las requisas. En particular, se enfría la relación con la comisión de reclusos y las experiencias de redención por el trabajo se ven afectadas; hasta hay consecuencias en la relación entre algunos de estos presos que lideraban el trabajo de esta comisión. ¿Qué fue lo que pasó en ese momento? ¿Por qué se produjo ese cambio de director?

VE - Hay una norma –no sé si es escrita o no pero sabíamos de eso por Del Puerto– que establece que los cinco años son el límite para que alguien sea director de una cárcel. Para ser el director de una cárcel como las que hoy conocemos es inevitable que esa persona tenga un poder casi absoluto sobre ella, más teniendo en cuenta cómo era físicamente la Cárcel de Canelones en ese momento, que era un disparate, la casita del director estaba adentro de la cárcel, lo cual lo exponía de una manera insólita. Pero más allá de eso, cualquier persona se vaya a hacer cargo de un establecimiento como ese tiene que tener un margen de acción muy amplio o le es imposible cumplir con esa función, es inevitable.

Óscar del Puerto estaba muy comprometido con este proceso, cuando llega Sosa no necesariamente lo está, y no necesariamente tiene por qué estar de acuerdo con eso, entonces es inevitable que el carácter o la posición o las opiniones o el tipo de mando que ejerza una persona cambie. En todo el mundo es así: cambia el director, cambia la cárcel.

EC - Para los presos, y sobre todo para los que están involucrados en programas de este tipo, un giro como ese es muy desconcertante.

VE - Está bien, pero ahí tenés que pensar cuánta gente piensa que un ejercicio de rehabilitación es positivo, cuál es el encierro que quiere cada uno para el que cometió un delito. Vos empezabas preguntándote si era posible la rehabilitación para gente que cometió crímenes violentos, homicidios o lo que fuera, y en general el delito es muchísimo más amplio que eso, y cuando se habla de alternativas y de rehabilitaciones se pone énfasis sobre todo en aquellos casos que en principio no están involucrados en violencia o que no están acompañados con un uso abusivo de determinadas sustancias que los vuelven más difíciles de manejar.

Cuando uno enfrenta como director –pensando en Sosa–, si no está preparado personalmente o no piensa que un ejercicio como el que se estaba haciendo es bueno... Al contrario, puede incluso pensar que es malo para su ejercicio, porque tiene la cárcel muy abierta, eso le compromete la seguridad interna, eso le compromete determinados vínculos que tiene con su propio mando, con la policía y arriba y abajo. Entonces toma las medidas que considera necesarias.

EC - Está bien, pero da para reflexionar si es correcto que el director de una cárcel tenga ese margen tan amplio de acción.

VE - Puede ser, pero también da para reflexionar cuál es la preparación o cuál es el punto de vista o cuál es el mandato que tiene alguien que ejerce esa función.

EC - Otro momento de la película muestra una visita a la Cárcel de Canelones del entonces vicepresidente de la República Rodolfo Nin Novoa. En una rueda con varios presos, Nin reconoce que había un problema planteado a nivel del Poder Judicial, algunos jueces sostenían criterios propios a la hora de computar doble los días de cárcel en los que los reclusos trabajaran o estudiaran. Nin dice que el Poder Ejecutivo estaba haciendo esfuerzos para solucionar esa diferencia de criterios, pero admite que estaba de algún modo trancada, estaba postergada esa política que se estaba impulsando. ¿Ustedes supieron cómo se encauzó, cómo se resolvió aquel inconveniente, que era grave?

VE - No sé si está resuelto. El tema es que cuando hablamos de estos temas normalmente se alude a Poder Ejecutivo y Poder Legislativo, que tienen la función primaria, ejercer la autoridad o legislar siendo más o menos punitivos o planteando legislaciones como esta del dos por uno. Pero hay un desfasaje enseguida y en todos lados del mundo del que lo enfrenta en forma secundaria, que son la policía propiamente dicha y los jueces, el Poder Judicial. El Poder Judicial difícilmente sale en la foto de este tipo de discusiones, creo que por un lado porque nosotros tenemos la tendencia a pensar en la policía y el Poder Ejecutivo y en los legisladores como los agentes de esto, y eso los deja afuera, y también los deja afuera porque ellos tienen hoy una capacidad muy limitada para ejercer. Entonces si se vuelve más punitivo o menos punitivo, si se los carga con más trabajo, sea para liberar antes, sea por el dos por uno o sea porque vamos a meter más gente en la cárcel y vamos a necesitar más condenas, el desfasaje siempre termina siendo un cuello de botella.

Un cuello de botella que además históricamente es selectivo, inevitablemente. En todos lados, las discusiones sobre la igualdad ante la ley y la igualdad en la justicia terminan en estadísticas en las que a una misma tasa de criminalidad de blancos en tal lado con relación a la droga que de negros, hay cuatro veces más negros presos. Y acá se podría decir que hay cuatro veces más pobres presos. Eso es inevitable, porque además son los que están más indefensos. La gente con la cual nosotros hablábamos dentro de la cárcel tenía su causa a cargo de un abogado que tenía 50 más; eso en una semana de trabajo son dos horas por preso sin tomarse un ómnibus o sin hablar con un juez. Es imposible que alguien en esa posición pueda defender decentemente a alguien. No olvidemos que estamos hablando de un país en el que, más allá de todo lo que se habla de los derechos humanos y de todas esas cosas, legítimamente, en muchas cárceles dos tercios de los presos –en muchos casos más– están sin sentencia.

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EC - Andrea, otra pregunta posible es por qué ustedes proponen hoy, en 2013, una película cuya historia va de 2005 a 2008.

AV - A 2009.

EC - Hay un intervalo largo en el medio entre el final de lo que ustedes cuentan y el momento en que el espectador encuentra ahora este documental. ¿Por qué?

AV - Porque básicamente creemos que la película muestra una situación que de alguna manera es atemporal, en el sentido de que finalmente es la historia personal de dos personas, más allá de que es una situación en la que tenía mucho que ver la coyuntura, independientemente de eso, pensamos que las historias individuales tienen una riqueza y además tiene que ver con la situación actual que se puede dar en las cárceles. Por supuesto que desde el 2009 para acá hay cosas que han ido cambiando, nosotros no entramos más a una cárcel, así que podemos hablar con poca propiedad de lo que pasa hoy, pero sabemos que se está intentando que la cárcel salga de la órbita del Ministerio del Interior, que se están formando operadores penitenciarios, que se está quitando el criterio de las cárceles departamentales para pasar a un solo Instituto Nacional de Rehabilitación, y con esas cosas puede ser que cambie la situación de las cárceles. Igualmente creemos que la reclusión en sí misma es un tema que se puede discutir y que esta película puede aportar a esa discusión más allá de que no refleje exactamente la realidad actual de las cárceles en el Uruguay.

VE - La cantidad de años que nos llevó editarla también nos ayudó a eso, a aislar la anécdota y quedarnos con lo más atemporal y más universal. Ese fue el esfuerzo, por eso demoramos tanto, porque nos enredábamos en la anécdota o en casos, cosas que estaban sucediendo en ese momento, y no estábamos aislando los temas macro, que son el tipo de voluntad que tiene que tener alguien para rehabilitarse, la necesidad que tiene de recibir insumos del exterior para que eso sea posible, y además sus vidas personales.

EC - ¿Saben cómo siguieron las vidas personales por lo menos de los dos personajes principales? ¿Saben en qué están hoy Catuca por un lado y Medina por otro?

AV - Sí, hace cuatro años que están libres, están intentando rearmar sus familias, recomponiendo en un caso y en el otro formando familia, y están buscando trabajo. Les da mucho trabajo conseguir trabajo, y además tienen algunas dificultades para sostener esos trabajos una vez que los obtienen. Poniéndome a interpretar, creo que básicamente es por la dificultad de sostener cosas en el tiempo. En el caso de uno de ellos ya hace cuatro años que está en libertad sin cometer delitos, desde los 18 años es el período mayor de tiempo que ha pasado fuera de una cárcel, con lo cual creo que la experiencia de Canelones en algún punto le sirvió.

EC - Romina, algunos mensajes de los oyentes.

ROMINA ANDRIOLI:
Ruben del Parque Batlle: "Gracias por dar espacio nuevamente a este documental, ahora con los autores. Con toda franqueza digo que toda la sociedad debe a estos realizadores el gran trabajo que realizaron, por ser un excelente documental en lo formal y por tener y aportar el valor de sensibilidad social que hoy estamos precisando para un debate urgente".

Armando: "Muy buena película, hay que pensar que en los países europeos el índice de reincidencia es promedialmente de un 50%. Acá es de un 80%. ¿Cuántas vidas se salvarían si lográramos bajar ese 30% de diferencia?".

EC - Y después aparece el mensaje de Mati, que a propósito de los cambios en la dirección de la Cárcel de Canelones y lo que implicaron en cuanto a afectación a estos planes de educación y trabajo, dice: "Entre los jesuitas los cambios en la dirección implican la prohibición de hacer cambios antes del año, cuando asume un nuevo director tiene que haber un período de un año en el que se mantiene la política anterior".

VE - Está bien, pero una cosa es liderar jesuitas y otra es cosa es liderar 800 presos. Cuando uno entra ahí y ve cómo es espacialmente la cosa, y si sabe lo que es circular por una cárcel que está abierta, la exposición a la que se somete, lo piensa dos veces.

EC - ¿Qué reacción ha habido a nivel político, a nivel de gobierno? Algo ya decía hace un rato Vasco; en principio, poco.

VE - Hemos recibido eco de alguna gente que la ha visto, incluso que hemos invitado a verla, no a nivel oficial pero sí a nivel extraoficial e incluso personal he recibido llamadas. Te voy a dar un índice que vas a saber leer mejor que yo: ni Búsqueda ni Brecha se ocuparon del tema como nos estamos ocupando hoy; no en la parte de espectáculos, no "qué linda película", "qué fea película", "qué disparate esta película", sino "ah, mirá, acá hay un dato más que ve de otra manera". Y no es que estemos con la arrogancia de reclamar que Búsqueda y Brecha se encarguen de eso, lo que digo es: Búsqueda y Brecha de aquí a un año van a estar tirando todos los cañones que puedan tirar para la discusión de la baja de la edad de imputabilidad, nosotros trajimos a Pedro Abromovay y a Sarah Walker, dos expertos internacionales en el tema, y ninguno de los medios estuvo presente para investigar qué podían aportar ellos, que son expertos de años de esto, no como yo que estoy payando después de haber hecho un documental.

Si vamos a dar este debate y mañana vamos a estar hablando de justicia penal y, peor que eso, justicia penal para menores, hay cosas que hay que levantar aunque estén tiradas en el piso. Está muy cerca, no es que estemos reclamando que nos hagan una nota por esto o por lo otro, porque notas hacemos, gracias a Dios hemos tenido muchas notas y muy buenas, entre otras esta. Pero es posible pensar que si vamos a dar este debate, se tiene que dar con datos y con insumos y con inteligencia.

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Transcripción: María Lila Ltaif

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Foto de Andrea Villaverde: web Emisora del Sur

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Tráiler de la película

En Montevideo, se exhibe desde el 8 de agosto pasado una nueva película uruguaya. El título es: "Desde Adentro"