Diego Barbozas (INAU): el asesinato del niño en Maldonado es una "excepcionalidad (...) en Uruguay no estamos acostumbrados a este tipo de hechos"
El crimen de Jonathan Estela en Maldonado, el niño de 11 años que falleció producto de los machetazos causados por otros dos jóvenes, uno de 14 y otro 11, sigue teniendo repercusiones. Este fin de semana, el padre de la niña que presenció el hecho, hermanastra de uno de los jóvenes que mataron a Jonathan, también hizo declaraciones a la prensa: "el papá del niño asesinado me dijo que si no hubieran encontrado el cuerpo a la noche, la otra víctima habría sido mi hija". Para conocer más sobre este suceso, En Perspectiva dialogó con Diego Barbozas, director del INAU en Maldonado, quien destacó la necesidad de no analizar un hecho de este tipo por el contexto de las personas involucradas; "por suerte en Uruguay los índices vinculados a la pobreza económica y a la indigencia han bajado, pero este hecho no se vincula con el contexto de procedencia, se vincula con cuestiones de la historia de los individuos, como puede ser en otro contexto, sumado a componentes individuales" aseguró.
(emitido a las 7.50 hs.)
EMILIANO COTELO:
La muerte de Jonathan Estela, el niño de 11 años que el miércoles fue asesinado a machetazos causados por otros dos jóvenes de 11 y 14 años, en un hecho que tuvo lugar en el asentamiento Mario Benedetti de Maldonado, tiene más repercusiones y no deja de conmovernos.
Por un lado, el tío de Jonathan está convocando a una marcha silenciosa. Lo pide a través de las redes sociales, quiere que se reflexione en todo el país sobre lo que sucedió. Además, en el fin de semana se conocieron declaraciones del padre de la niña de cinco años que presenció el homicidio. Hablando con el portal Infobae, Gonzalo Carrasco, quien vive en Mendoza, Argentina, afirmó: "El papá del niño asesinado me dijo que si no hubieran encontrado el cuerpo a la noche, la otra víctima habría sido mi hija. Estaban pensando en matarla para que no hablara".
Según se supo, la niña era la hermanastra de uno de los niños que mató a Jonathan, y fue llevada a presenciar el crimen con la idea de que, en caso de ser descubiertos, ella dijera que el niño asesinado había intentado manosearla. "Tu hija vale oro, porque se animó a decir la verdad", le dijo el padre del niño asesinado a Carrasco. El padre de la pequeña agregó que este homicidio ya lo venían premeditando desde hacía una semana: "El hermanastro de mi hija le había preguntado al padre qué pasaría si lo mataban, y éste le había respondido que nada, porque era menor de edad. Había un conocimiento previo de que este hecho podía suceder. A mí no me asombra, porque yo sé dónde está viviendo mi hija", siguió diciendo Carrasco.
Además, según dijo al diario El País uno de los investigadores, durante el interrogatorio a los menores el chico de 11 años no solo no decía nada sino que además se reía en la cara de quienes estaban participando de esa instancia. Por su parte, el de 14 mostró satisfacción porque con este hecho había logrado llamar la atención de su familia.
Los investigadores policiales sostienen que el ámbito familiar de los menores involucrados en este caso es "complicado".
A partir de estos aspectos que se han ido divulgando conversamos con el maestro Diego Barbosa, director departamental del Instituto del Niño y el Adolescente de Uruguay (INAU) en Maldonado.
ROMINA ANDRIOLI:
¿Qué lectura hacen desde el INAU de este trágico episodio?
DIEGO BARBOZAS:
Primero que nada, compartir la indignación de la sociedad en su conjunto. En segunda instancia, seguimos afirmando la excepcionalidad de esta situación, en Uruguay no estamos acostumbrados a este tipo de hechos, después seguir trabajando. Por un lado, tenemos todo lo que tiene que ver con el niño y el adolescente, uno de ellos ya está en dependencias en un programa de atención psiquiátrica del INAU, el otro se encuentra en el Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente (Sirpa). Ya hay un dispositivo clínico por el tema del diagnóstico, y después hay que seguir trabajando, analizando, entendiendo un montón de cosas que están pasando a nivel social que no tienen nada que ver con este hecho.
EC Romina, vos tenías algunas preguntas que tienen que ver con la situación de aquí para atrás, ¿no?
RA Exacto, empecemos por una cuestión puntual, ¿usted entiende que se podría prevenir de alguna forma, teniendo en cuenta el contexto en que vivían estos chiquilines?
DB Esto no se explica por contexto. Cuando pasan hechos así, nos pasan un diagnóstico en una investigación con pericias y luego se encuentran, o no, ciertos indicadores de conducta. Por suerte en Uruguay los índices vinculados a la pobreza económica y a la indigencia han bajado, pero este hecho no se vincula con el contexto de procedencia, se vincula con cuestiones de la historia de los individuos, como puede ser en otro contexto, sumado a componentes individuales. De ninguna manera podemos sectorizar esto dentro de la sociedad, porque estas cosas son excepcionales en Uruguay y en el mundo. Es un atropello vincularlo al contexto de procedencia. Nosotros creemos que no, lo tenemos que sacar del contexto e individualizarlo un poco.
EC Creo que la pregunta apuntaba a las declaraciones que hizo el padre de la niña de cinco años, él se separó de la madre de la niña hace años, pero conoce y tiene una visión muy crítica del entorno familiar, del hogar en el que estaba viviendo su hija ¿Cómo se entiende que estuviera esa niña viviendo en esas condiciones cuando el padre sabía y tenía todas estas objeciones y preocupaciones?
DB Acá aparecen papás, mamás y familiares indignados, y está bueno que la gente se exprese y presente su indignación, porque su lectura puede enriquecer cualquier tipo de análisis. Pero digamos que algunos individuos siguen viviendo en forma precaria en Uruguay en términos socioeconómicos, y nosotros no podemos pensar que la pobreza o que ciertos niveles culturales y forma de vestirse estén vinculados a determinadas conductas excepcionales. Nosotros no podemos estigmatizar a los individuos por su contexto de procedencia. Tenemos que seguir trabajando por una sociedad más integrada, con más elementos culturales y de participación. Pero de ninguna manera observar un contexto y decir: "Bueno, en este contexto hay más posibilidades de tal cosa, o menos posibilidades de tal cosa".
RA Pero el padre de la niña había manifestado su preocupación por el contexto en el que vivía su hija, había planteado incluso recuperar su tenencia, ¿cómo es posible entonces que esa niña, teniendo un padre que trabajaba y que tenía una vida ordenada, viviera con su madre y su padrastro en un asentamiento y en este contexto tan complejo?
DB Claro, pero yo no me voy a poner a cuestionar las crianzas, nosotros vivimos con nuestros hijos, existen diferentes formas de paternidad más próximas y menos próximas. Me parece que es un ejercicio de la cotidianeidad. Nos preocupa que a partir de estos hechos haya un momento de enojo, de preocupación, y pueda generar cuestiones vinculadas a que un papá diga "yo estoy en mejores condiciones que la mamá, quisiera hacerme cargo de mi hija", o lo que fuere, pero eso es durante el transcurso previo, durante y después de un hecho o no. El tema es, las paternidades y las maternidades son un ejercicio, yo las asumo en la vida cotidiana también, yo me hago cargo de mis hijos cada día. La paternidad y la maternidad se ejercen, está bueno que si este papá quiere defender la paternidad de su hija la ejerza como padre, la hija tiene derecho a tener papá también.
RA Mirando hacia adelante, ¿qué se hará con el resto de los niños que viven en el asentamiento ante el impacto que tuvo este caso? ¿Cómo se va a trabajar desde el INAU en este tema?
DB Primero que nada no es el INAU únicamente, es el INAU más otras organizaciones. La semana pasada se convocó a una reunión a la que fueron psicólogos del INAU en donde estuvieron integrantes de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE), las escuelas, los Servicios de Orientación, Consulta y Articulación Territorial. Esta semana volveremos a juntarnos e incluso la idea es ir al barrio a conversar con los vecinos. El INAU y otras organizaciones tenemos desarrollados servicios en diferentes territorios y comunidades. Esto nos convoca a seguir evitando la superposición de recursos y ser cada vez más eficientes. Porque recursos existen, el tema es cómo nos ordenamos y cómo se ordenan los diferentes recursos para que no se superpongan.
RA ¿Pero qué medidas concretas están pensando instrumentar en estos días, que está tan delicado el ambiente en el asentamiento?
DB Lo primero es con el lenguaje, y con el lenguaje de las intimidades. Nosotros ya sacamos un poco la acción de los medios, y sabemos los sistemas productivos que hay en el barrio. Muchos niños de ese lugar van a los centros del INAU, por lo tanto lo que tenemos que hacer es pensar. El tema es que tenemos que pensar con la gente cómo resolvemos esto, hay temas habitacionales, vinculados al trabajo, educativos, hay un montón de cuestiones que hay que abordar. Esta comunidad ya conocida en Maldonado, hoy tiene mayor notoriedad, y tenemos que ver cómo podemos por un lado intervenir sobre la crisis y por otro seguir proyectando integración social, recursos, mejoras habitacionales, no únicamente desde el INAU, porque no dirige las políticas de vivienda ni de salud, por más que las tiene.
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Foto: Archivo