Entrevistas

Seis meses después, Marcos espera ser reintegrado a la sociedad

Crónica de Rosario Castellanos

(Emitido a las 08.49)

JOEL ROSENBERG:
Ayer repasábamos la buena noticia de que Fiorella Buzzeta, ayudada por algunas férulas y un andador, se podía levantar de su silla de ruedas. Fiorella es la chica que recibió un balazo accidental en el liceo 13 de Maroñas en abril. Estaba trabajando desde hacía mucho tiempo en fisioterapia aquí en Uruguay, pero viajó a una clínica especializada Flemming, en Buenos Aires.

El diario El País informaba ayer que desde el mes de agosto Fiorella está en la capital argentina con sus padres. El trabajo de la clínica ha demostrado tener una gran eficacia. Fiorella, por su parte, ha mostrado un gran amor propio y gran apego al trabajo que le proponen los fisioterapeutas. POr esto, ha logrado avances quizás más esperanzadores de lo que se esperaba cuando llegaron. Obviamente todo va muy despacio pero con gran alegría. El fin de semana se la vio en televisión, en una nota que realizaron en Argentina, muy contenta con algunas tareas para las que antes requería ayuda de una o varias personas y que ahora está pudiendo realizar sola.

Cuando leíamos esta buena noticia algunos mensajes de la audiencia nos interpelaban acerca de la suerte, del destino, del chico que agredió accidentalmente a Fiorella. Él estuvo recluido pero ya está en libertad. Desde los oyentes llegaba las consultas sobre si era víctima o victimario y sobre cómo había sido la vida de Marcos en estos últimos meses.

***

Rosario Castellanos estuvo averiguando sobre este tema.

ROSARIO CASTELLANOS:
Exactamente. Llegué hasta su casa; previamente había hablado con su mamá por teléfono, quien finalmente accedió a tener una charla conmigo. Lamentablemente no tengo tan buenas noticias como las que pudimos compartir con respecto a Fiorella.

Quiero hacer la salvedad de que en este caso considero que las víctimas son dos, tratándose como se trata de dos niños casi, preadolescentes, de 12 años. Este chico acaba de cumplir 13 años el pasado viernes.

De ahí que me parece bien interesante que la audiencia nos reclame el seguimiento del otro caso, en el que creo que no han dado tan buenos resultados los tratamientos que se han aplicado. El juez dispuso un tratamiento psiquiátrico y un seguimiento por parte de técnicos, seguramente asistentes sociales y psicólogos de una ONG.

JR - Eso dispuso el juez al dejarlo en libertad.

RC - Exactamente, después de 90 días de reclusión. El trato que allí recibió es de permanente mal recuerdo para la familia.

JR - Claro, la abogada de la familia del chico denunció que había recibido alguna golpiza o robos. Cuando no se dejaba robar recibía alguna golpiza.

RC - Todo esto es una marca feroz en este jovencito que llegó con su familia de Artigas hace cuatro años. Todavía no se habían habituado; es evidente que esta gente todavía está como aislada, mucho más en esta trágica circunstancia. Es un matrimonio que tiene ocho hijos, de los cuales siete viven allí y también algún nieto.

JR - Marcos es el más chico.

RC - Sí. Por supuesto que eso también está marcando la situación, desde que llegué a la casa, una casa muy agradable tipo chalecito, impecable, en la zona del barrio Ituzaingó, frente a una plaza que ayer estaba muy soleada, toda la familia estaba adentro y permanentemente durante la conversación iban apareciendo algunos de los hermanos mayores, muy jóvenes todos ellos, como tratando de controlar la situación, de alguna forma respaldando a aquella madre que estaba conversando conmigo previo a que apareciera el chico, seguramente él también estaba viendo cómo se desarrollaba la conversación. La sensación es que toda la familia está como atrincherada detrás de la defensa de la situación de su hermano menor y de su madre, que es una leona, una gallina que está apretando a su pollo, que por momentos parece muy fuerte y muy dura, pero permanentemente cuando recuerda determinadas cosas, como la instancia de la internación, se quiebra y lagrimea. Es decir que es una postura muy defensiva, pero con la sensibilidad a flor de piel. Me da la sensación de que toda la familia está en lo mismo.

Este es el aspecto de en qué medida toda la familia se afecta cuando sucede una cosa de esas.

JR - Es lógico.

RC - Absolutamente lógico. Pero también es notable la menera en que han asumido ese compromiso de respaldar con todo. No sé siquiera si lo están haciendo de la mejor manera, por esa condición un poco de apretarlo hacia dentro y estar ellos mismos recluidos.

Como te decía, la primera cosa que me llamó la atención cuando apareció el chico, un chico que todavía es casi un niño.

JR - Decías que cumplió 13 años el viernes pasado.

RC - Sí. Es flaquito, con su cabello renegrido, retinto, ese aspecto de nuestra frontera, unos dientes blanquísimos. En este momento está usando lentes, es uno de los aspectos que parecería que se han provocado por la situación.

JR - Una de las consecuencias.

RC - Una de las consecuencias, que hablan hasta de períodos de ceguera, un problema que no saben si tiene un origen efectivamente orgánico o psicosomático. Creo que lo más grave de toda esta situación es que el jovencito ha entrado en un estado de depresión, de ansiedad, que lo llevó a estar internado la semana pasada durante cinco días. Yo vi el parte médico y habla de una depresión fuerte. Se imaginan: a esa edad, una depresión fuerte provocada por toda esta situación. Yo diría que esto es hasta previsible y lógico. Lo que me preocupa es que cuando hablamos con él cuenta que dejó los estudios, estaba concurriendo a un liceo que el Iname tiene para sus propios internados, allí iba a terminar el año, pero suspendió las clases por esa condición de su salud y no está asistiendo a lo que estaba previsto, las reuniones con una ONG. Le pregunté qué hacía allí y me dijo que era una conversación. En definitiva está sin clases y sin el tratamiento de la ONG. Además están cuestionando la eficacia de ese tratamiento.

JR - La familia reclama otro tratamiento al Instituto Técnico Forense.

RC - Ellos dicen que durante el período en que estuvo en una especie de arresto domiciliario estuvo atendido por el Instituto Técnico Forense y nunca estuvo mejor. Están mucho más confiados en la eficacia de esos técnicos que en la de quienes actualmente lo están tratando.

JR - Pero hay visitas de ex compañeros del liceo.

RC - Sí, eso se sigue dando, lo visitan.

JR - En algún momento portaron unos carteles que decían "Dos víctimas" en algunas manifestaciones.

RC - Exactamente. Por supuesto que no está establecido un vínculo normal. Un niño que un día de sol radiante está metido dentro de su casa en lugar de estar haciendo un picadito de fútbol en la puerta de su casa, donde hay una placita, está dando cuenta de que hay como un autoencierro.

JR - Pasó muy poco desde el hecho, seis meses.

RC - Habrá que rever si por el otro lado que está exigiendo la familia, no obtienen mejores resultados. Es una vida que tiene por delante un niño que necesariamente tiene que salir de este pozo y que también tiene que ser atendido.

JR - Ayer también recibimos algún llamado en el sentido de no perseguir al chico, de no acosarlo, de no exponerlo; no es la idea.

RC - No es la idea. Hemos hecho especial hincapié en ni siquiera nombrarlo, que es otra de las cosas que me parece fatal.

JR - Sí, ayer hablábamos del apellido de los primarios; más cuando es un chico que acaba de cumplir 13 años.

RC - El niño tiene que seguir, pretende -espero que lo logre- entrar en un liceo, en otro. Me lo dijo especialmente: "Quiero ir a otro".

JR - Obviamente no va a ir al liceo 13 de Maroñas, donde sucedió el hecho.

RC - Claro, no puede cargar con que se lo reconozca fácilmente, no tiene sentido. Por eso te digo, hay muchas cosas que corregir en este tratamiento que se le está aplicando porque todavía hay muchas cosas por hacer a favor de un niño, porque en definitiva eso es lo que es.

JR - Con los cuidados correspondientes, intentaremos seguir el tema.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón