Ruben Villaverde (Sirpa): "Planteamos una revisión" para trabajar en conjunto con el Poder Judicial y el Ministerio del Interior y "ajustar los procedimientos"
Las autoridades siguen buscando a los menores que se fugaron del centro de internación transitoria del Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente (Sirpa) el domingo por la noche. La situación no se pudo controlar debido a la demora en el ingreso de la Guardia Republicana, que no tenía la autorización del juez de menores. Para conocer más sobre este incidente En Perspectiva dialogó con el presidente del Sirpa, Ruben Villaverde, quien sostuvo que hay que "ajustar" los tiempos de estos procedimientos para que no vuelva a darse esa diferencia de minutos que permitió que los menores escaparan. Además, desmintió el hecho de que el motín se haya dado como una forma de protesta por la superpoblación, "el motín se produce con la intención de generar una fuga" aclaró.
(emitido a las 7.51 Hs.)
EMILIANO COTELO:
Desde ayer las autoridades procuran ubicar a los menores que se fugaron en la noche del domingo del centro de internación transitorio del Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente (Sirpa). Estos infractores provocaron un motín, tomaron a una funcionaria como rehén, lesionaron a otros empleados y destrozaron completamente el local.
La demora en el ingreso de la Guardia Metropolitana para controlar la situación generó una polémica. Los efectivos advirtieron que necesitaban autorización del juez de menores para actuar, lo que terminó dándole tiempo a los menores para que hicieran un boquete hacia un predio lindero y pudieran escapar.
Sobre ese y otros temas que han rodeado a este episodio vamos a conversar en los próximos minutos con Ruben Villaverde, presidente de la comisión delegada del Sirpa.
ROMINA ANDRIOLI:
Para empezar, ¿cuál es la situación actual?, ¿se logró recapturar a alguno de los jóvenes que permanecía prófugo?
RUBEN VILLAVERDE:
Quedan siete por recuperar. Ayer de tarde tuvimos la expectativa de poder tomar a tres pero eso se fue diluyendo con el paso de las horas. Se trabaja día a día en contacto con las familias, insistiendo en la importancia de su colaboración, es razonable pensar que en algún momento los muchachos van a tomar contacto con algún familiar, y lo más aconsejable en esta situación es el retorno a la institución. En otras oportunidades eso nos ha dado buen resultado y hemos logrado minimizar el efecto de una fuga por esa vía.
Por otro lado el trabajo de la captura en sí misma lo lleva a cabo la policía.
RA – Repasemos cómo se dieron los hechos en la noche del domingo y cuál fue a su entender el error de procedimiento o lo que provocó esta demora que se está adjudicando.
RV – Yo recibo minutos antes de las 22.00 la comunicación de que había dificultades en el momento de servirse la cena en el transitorio, los encargados de ese programa, Derivación y Diagnóstico, se dirigían hacia el lugar de los hechos y que me iban a volver a llamar con una evaluación precisa de lo que estaba pasando. Tres minutos después me vuelven a llamar diciendo que la situación era de desborde, todavía no eran las 22.00 y me dirigí al lugar. Yo vivo en la zona de Malvín y estaba en contacto telefónico permanente con la gente que estaba en el lugar de los hechos.
EC – Pero, ¿qué pasó?, porque da la impresión de que las fugas últimamente no eran algo frecuente en el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU), ¿cómo veníamos en esa materia?
RV – Desde febrero no teníamos fugas. En Montevideo desde agosto del año pasado, que fue un episodio aislado además.
EC – Si, había ido bajando la cantidad de fugas anuales, ¿no?
RV – Absolutamente.
EC – Entonces, ¿por qué se da este hecho este domingo?
RV – Yo todavía sigo pensando, de acuerdo a los elementos que tengo, que fue un motín encubriendo un intento de fuga. Eso nos ha pasado en varias oportunidades en este último año y todas las veces se logró controlar a tiempo.
En este caso yo me estaba dirigiendo al lugar de los hechos, seguramente violando alguna norma de tránsito porque iba volando. A las 22.07 le planteo a un director del centro Desafío -contiguo a este centro de ingreso transitorio- que se encontraba en ese lugar: "da la orden allí de que estoy yendo para ese lugar, que entre la policía";. Cuando llego al lugar ya estaba allí una guardia republicana, pero estaban esperando la orden del juez, no bastaba con que yo dijera que ingresara la policía.
EC – Y este se convirtió en un punto crítico de toda la discusión a propósito de estos hechos. ¿En otras ocasiones ese requisito no se había planteado?
RV – Pocas veces me han tocado situaciones de estas características. Un par de situaciones se dieron en Colonia Berro en algún momento. En los protocolos de lo que era el Sistema de Ejecución de Medidas a Jóvenes en Infracción (Semeji) se solicitaba la autorización del gerente del Semeji en su época y bastaba que diera la orden para el ingreso de un grupo especial de la Policía. En dos oportunidades me solicitaron esa autorización, se da verbalmente y luego se realiza el papeleo respectivo. No habíamos tenido problemas con el ingreso de la Policía. En esta oportunidad el encargado del operativo requería de esa autorización.
Yo habré llegado al centro a las 22.12, 22.13. Cuando veo que se estaba requiriendo esa autorización tomo contacto con el ministro [del Interior Eduardo] Bonomi y me confirma que se requería de autorización del Juzgado de Menores. Había otro compañero intentando ubicar al juez de turno, finalmente se le ubica, da la autorización y estuvieron un rato dialogando mientras el encargado del operativo le relata la situación a la jueza de menores y de cómo iban a llevar adelante la intervención. Luego aprontaron los efectivos y entraron, y una vez allí pretendieron hacer una negociación, intentaron identificar al líder de los amotinados. Ahí no había liderazgo alguno, en realidad había un grupo intentando distraer a la policía mientras los que habían logrado hacer un boquete en el fondo huían.
EC – Pero entonces, ¿usted sostiene que la concreción de la fuga tal cual se dio termina siendo responsabilidad de la Policía?
RV – De ningún modo, lo que sucedió es que tuvimos cierta cantidad de minutos entre el momento en que identificamos que la situación había desbordado a los funcionarios, quienes no tienen ningún elemento para reprimir y estaban siendo agredidos, y que se produce el efectivo ingreso de la Policía, por esto de que es necesaria la autorización del Juzgado de Menores. Tenemos que terminar de ajustar que estos procedimientos funcionen más automáticamente en el momento en que se disparen.
RA – ¿Van a plantear un cambio en ese sentido?
RV – Nosotros planteamos una revisión, y que el Poder Judicial, el Ministerio del Interior y nosotros tengamos ajustada una formulación que nos permita no volver a tener este problema en otra oportunidad.
EC – Da la impresión de que se necesitan ajustes, porque incluso considerando aceptable que se requiera el visto bueno del juez puede ocurrir -y creo que fue eso lo que ocurrió el domingo- que el juez no esté accesible, que por alguna razón no responda el teléfono, y mientras tanto va pasando el tiempo.
RV – Exactamente fue así. Uno puede estar de guardia, pero por cualquier situación familiar no cayó la llamada, puede llegar a suceder, estás en una zona en donde las llamadas no entran o algo por el estilo, y los minutos corren. Yo veo un problema en esto, respetando que haya que admitir que el Juzgado de Menores es quien tiene que dar la autorización última. A las pruebas me remito, creo que reaccionamos a tiempo y sin embargo el procedimiento, estando dadas las condiciones para llevarlo adelante, no se hizo en el momento oportuno y eso habilitó la fuga. Estoy hablando de una diferencia de cinco minutos, si cinco minutos antes hubiera ingresado el equipo que estaba allí desplegado, no habría llegado a la situación de hoy, no habríamos tenido fuga, sino ese motín que se habría controlado perfectamente.
RA – Hoy el diario El País consulta al presidente del sindicato del INAU (Suinau), José Lorenzo López, y él plantea: "El meollo del asunto es que las condiciones en los hogares no son las más adecuadas para atender a la cantidad de gurises que hoy hay en el sistema y la cercanía de las fiestas genera tensión";. Según la crónica a la hora del motín se encontraban alojados 30 adolescentes en un lugar que tiene en realidad 14 plazas. ¿Por qué se da esta situación?
RV – Joselo López sabe perfectamente cómo venimos desarrollando el plan de obras, el sindicato ha establecido en más de una oportunidad la necesidad de que el mismo se acelere, pero la audiencia sabe, y el Suinau también, que este año en la construcción hemos tenido una cantidad de días perdidos superior a la habitual por razones de orden climático, por los temas de la salud laboral y los accidentes de trabajo y por la negociación colectiva entre el sindicato de la construcción y las cámaras empresariales. Esos tres elementos unidos a lo largo de este año llevaron a que una obra que nosotros esperábamos tener en noviembre vaya a estar pronta para diciembre.
RA – ¿Y eso en cuánto aumentaría las plazas?
RV – Nosotros estamos esperando en Bulevar Artigas y General Flores la entrega de 120 plazas, estamos terminando una obra chica en un centro que tenemos en 8 de Octubre y Garibaldi que nos va a agregar 10 plazas más, en esta semana estamos entregando otra obra chiquita en Berro que nos agrega 12 plazas y estamos colocando un perimetral para habilitar el centro granja en Berro con 28 lugares, y la casona de la propia Colonia Berro con unas 24 plazas más. Estamos a punto de terminar obras para pegar un salto cualitativo para a mediados del año próximo, cuando estén terminadas las obras tanto en Tablada como en Regimiento N°9, y dar un panorama radicalmente diferente.
Es verdad que tenemos una cantidad de internos mayor que las posibilidades de alojamiento, pero no es cierto que el motín haya tenido su base en la "superpoblación";. El motín se produce con la intención de generar una fuga y eso se produce con superpoblación, con un nivel óptimo o con unos pocos individuos privados de libertad. Lo que hubo fue un intento de fuga, que es diferente de una protesta generalizada, porque en realidad no hubo ninguna protesta. Cuando ingresa el responsable del operativo por la Guardia Republicana pretende identificar a alguien que le explique las razones del motín, y lo único que le devolvieron fueron insultos y pedradas porque no tenían ninguna reivindicación y nadie hizo ningún pedido. Lo único que provocó esa revuelta fue generar una fuga.
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Foto: Archivo