Artistas mano a mano con los niños

La ópera en la escuela: Un sueño que va haciendo camino

Un proyecto poco conocido se propone llevar la ópera desde los teatros más prestigiosos a las escuelas públicas. En Perspectiva dialogó con varios de los protagonistas de esta iniciativa que trata a la música como "un lenguaje universal" capaz de "unir y estar por arriba de todas las divisiones", según dijo Eduardo, el empresario que va en busca de los artistas líricos y responsable de esta idea. En estudios estuvieron además Silvana di Rende, directora de la Escuela 69 José Figueira, Massimo Pezzutti director de escena de la ópera Il Duce, Paula Almerares soprano argentina y el tenor chileno José Azócar.


(emitido a las 8.49 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Este martes después del mediodía me tocó vivir una experiencia tan fascinante… como rara.

(Audio Brindis de La Traviatta.)

En esta interpretación del Brindis de La Traviatta de Giuseppe Verdi pueden escuchar, entre otros, al tenor chileno José Azócar, el mismo que personificó a Radamés en las presentaciones de Aída el mes pasado en el Auditorio del Sodre. Sin embargo, esta grabación no fue realizada en un gran teatro de Montevideo o del exterior. La grabación la hice con mi teléfono celular, en una escuela de Malvín, y el público que escuchaba a estos cantantes estaba formado por decenas de niños de entre 5 y 12 años de edad, sentados en el piso y acompañados por sus maestras.

De eso se trata el sueño de Eduardo, un empresario que en sus tiempos libres va en busca de los cantantes líricos que visitan Uruguay y los convence de que actúen para alumnos de escuelas públicas. Un proyecto que comenzó hace seis años, con tan bajo perfil que aún no tiene nombre, pero tan audaz como para intentar que los chicos se enamoren de la música de calidad.

Vamos a conversar con Eduardo, pero también con quienes se han dejado llevar por él en este sueño.

Me acompañan en estudios la directora de la Escuela 69 José Figueira, Silvana di Rende, quien trabaja junto con Eduardo en este proyecto desde sus inicios.

Y algunos de los artistas que el martes se hicieron presente en la escuela:

El maestro italiano Massimo Pezzutti, que será el director de escena de Il Duce, la ópera que se está preparando en el Solís, esa que tiene guion de Mauricio Rosencof y Carlos Maggi, y música de Federico García Vigil.

Me acompaña también la soprano argentina Paula Almerares, junto con el tenor José "Pepo"; Azócar. Ellos también integran el elenco de Il Duce, están en esos trabajos, por eso fue que Eduardo los agarró.

Lo primero que quiero contar es que me impresionó el entusiasmo con el que ustedes, los artistas, pasaron este martes esas dos horas en la Escuela 69. Y fue el mismo entusiasmo que al rato mostraron cuando les pregunté si se animaban a venir a la radio una mañana de estas a charlar a propósito de esta experiencia. Estaban entusiasmados, estaban contentos. ¿Por qué? ¿Cómo es esto?

PAULA ALMERARES:
Cuando uno se baja del escenario, de la profesión que uno siempre hace, y hace este tipo de dádivas en sentimientos hace muy bien. Personalmente siento que los chicos, que son el futuro, necesitan tener un abanico de música. A Eduardo no lo conocía, lo conocí de casualidad a través de Pepo en un almuerzo, y me llamó, me expresó lo que él hacía y no dudé en decir que sí, ya te voy a decir por qué…

EC - Va creando como un suspenso…

PA - Empiezo de atrás. Es genial hacer esto, porque los chicos escuchan otro tipo de música, ven al profesional más humanizado. Y ¡por Dios!, ellos entienden absolutamente todo cuando uno está cantando.

EC - Pese a que el idioma sea el italiano, o el francés en tu caso.

PA - Mi aria fue en francés. Pero la música es un lenguaje tan universal que más allá del idioma en que se haga toca los sentimientos, el famoso "se me pararon los pelos";, ese tipo de cosas. Por eso se dice que es el lenguaje universal, más allá de cualquier idioma. Si esos chicos están acostumbrados a escuchar otro tipo de música -que por supuesto no descarto para nada- pero qué genial cuando tienen la posibilidad de tener un abanico y después en un futuro elegir.

EC - Pepo, tú jugaste también tu papel convenciendo a Paula.

JA - Sí… no me costó mucho convencerla, debido a que ella, aparte de ser una excelente profesional, es una persona muy buena, y se nota.

EC - Pero ya habías tenido tu propia experiencia con esto de las visitas a las escuelas.

JA - Sí, por supuesto, ya había tenido experiencia cuando vine a hacer la ópera Aída. Y fue muy lindo también.

EC - ¿Qué fue lo que te gustó?

JA - Me mueve y me conmueve a la vez el hecho de poder entregarles a estos chicos que uno piensa que… obviamente es muy difícil que ellos puedan ir a un teatro y pagar una entrada, en fin. Porque también hay que considerar que las entradas son bastantes caras y la situación económica de ellos es humilde. Entonces el mejor pago para uno como artista es su sonrisa, cómo vibran con lo que hacemos. Eso realmente es emocionante y te da más deseos de hacerlo. Yo no dejo de agradecerle a Dios el don que me dio, y además poder hacer disfrutar a estos chicos con ese arte tan hermoso que es la ópera.

EC - Completo la ronda con Máximo Pezzutti. ¿Cuántas de estas experiencias has encabezado en Montevideo?

MP - Acá para mí es la segunda experiencia, porque siempre coincide con el hecho de estar en Montevideo para un trabajo. La primera vez fue con Bodas de Fígaro, en el 2010, que empezamos este camino de llevar la ópera a la escuela. En esta oportunidad hemos tenido la posibilidad de llegar también con vestuario e involucrar a los niños en el juego del teatro, porque no olvidemos que la ópera no es solo música, sino teatro y música.

EC - Aquella vez fue con vestuario, fue más escenificada.

MP - Sí, tuvimos la posibilidad de llevar el vestuario, por lo cual lo intentamos hacer replicando una escena y montándola muy rápidamente con unos niños que estaban participando como espectadores. La cosa es entusiasmante porque el teatro en verdad es un gran juego y los niños se involucran muy rápidamente. Yo tengo una experiencia muy grande en este sentido porque empecé de niño, yo nací en Milán, en Milán está el teatro de ópera más grande del mundo, La Scala, y tuve la oportunidad de cantar en tres temporadas como niño ahí, como voz blanca…

EC - "Voz blanca";, ¿qué quiere decir eso?

MP - La voz blanca es la voz de los niños. Se define como voz blanca porque las cuerdas vocales cuando uno es niño son de color blanco. Después en las mujeres se quedan blancas, en los hombres se ensucian y empiezan a ser amarillas cuando son adultos.

EC - Así que de niño ya te subiste al escenario de La Scala.

MP - Sí, fue la experiencia más linda de mi vida, porque un niño es como una esponja y absorbe todo lo que pasa alrededor. Imagínate estar a los 10 años al lado de Plácido Domingo o de personajes importantes de la ópera. Como mayor teatro del mundo pasaba lo mejor que el teatro de ópera puede ofrecer. Es un verdadero encanto.

EC - ¿Por qué recordabas ese antecedente tuyo a raíz de esta otra idea?

MP - Por el hecho de que sé exactamente las emociones que un niño recibe estando ante un contenido mágico como el del teatro. El hecho de involucrar a los niños no solo como auditores sino como partícipes de lo que está pasando yo sé qué mueve dentro de los niños. Y más el hecho de hacer cosas de este tipo, creo que para los artistas no es solo un gran placer… A mí nunca me pasó en la vida de pedir como en este caso la ayuda voluntaria de colegas y alguno me haya dicho que no, todo lo hacen con gran placer. Pero en este caso yo considero que tiene que ser un deber…

EC - ¿Un deber?

MP - Sí, porque nosotros somos afortunados, tenemos un don que tenemos desde que nacimos, somos especiales en este sentido. Obviamente atrás de este don hay mucho trabajo para llegar a ser profesionales en esto, pero la base no todos la tienen. Y de alguna forma creo que es necesario y justo agradecer estos regalos que tenemos y dejarlos a los demás.

EC - Paula y Pepo te miran y asienten. Están de acuerdo.

PA - Completamente, porque uno a veces no se anima a decir esto del don, pero estoy totalmente de acuerdo en lo que dice Massimo. Uno tiene que dar una devolución a lo que ha recibido, y tiene que ser una obligación. Y la voz no está solamente para dársela al público, sino para esos niños. Ellos lo van a captar muy bien.

JA - Así es, absolutamente de acuerdo con los colegas.

EC - ¿Habían hecho esto antes en otros países?

PA - Yo personalmente en Argentina, soy de La Plata, estudié siete años el violín, vengo de familia de tres generaciones de músicos cuerdistas, y mi padre, aparte de tener el cuarteto de cuerdas Almerares, se dedica ahora a la enseñanza. Un día se le ocurrió empezar a enseñar a dos o tres chicos que no tenían instrumentos, eran chicos de las villas y otros lugares carenciados. No tenían sus instrumentos, mi padre les dio y de a uno empezó en su casa a enseñarles. Después nos enteramos de que esos chicos eran de Florencio Varela, a mi padre lo llamaron de la escuela de Florencio Varela, que es una escuela como la de la maestra que tenemos a nuestro lado, y en los horarios en que no había escuela él enseñaba. Finalmente, en un año juntó mil chicos…

EC - ¡¿Mil?!

PA - Exacto, y a todos ellos les dio los instrumentos –si me escucha me mata, pero es la verdad y lo voy a decir y lo voy a seguir diciendo– y se armó una gran orquesta. Después algunos de esos chicos siguieron y otros no, porque cuando llegan a cierta edad eligen. Pero les puedo asegurar que a muchos chicos con el violín se les sacó un arma de la mano. Estamos viviendo una situación bastante difícil y esos chicos –algunos drogadictos, un poco de todo–, como la música realmente es otro lenguaje, lo captaban perfectamente. Es otra cosa, entonces estaban ávidos, decían: "¡Cómo me gustaría, maestra, estudiar esto, el violonchelo, el violín o la viola!";.

EC - Así que desde tu familia tenías un antecedente que iba por estos lados.

PA - Tanto es así que a mi padre después de un tiempo lo llamaron de Guatemala. Porque él hizo una especie de escuela, una enseñanza especial; la base principal es lógicamente el amor y además les está dando toda la técnica posible y terminaron haciendo conciertos con el gran violinista Xavier Inchausti.

JA - Maravilloso.

PA - Hicieron un concierto con él, entonces eso se ve en los resultados. Con Eduardo estamos tratando de intercambiar la ópera y la orquesta, todo con niños.

EC - ¿Tú tenías algún antecedente, más allá de lo que habías hecho aquí en Uruguay?

JA - ¿Tú dices experiencias así con niños…?

EC - En otros países.

JA - Recuerdo algo muy hermoso, el Teatro Municipal en Santiago hace a veces conciertos de difusión con colegas de distintas cuerdas, vale decir barítonos, sopranos, mezzos, tenores, en fin. Hemos ido a lo largo de Chile haciendo conciertos a veces, y ha sido muy lindo. Por ejemplo recuerdo una oportunidad cuando estuvimos en la ciudad de Temuco, en el sur, fue emocionante, porque llegó mucha gente al teatro. Entre la gente que llegó venía un señor de muy lejos, había recorrido 20 kilómetros por lo menos, venía en una bicicleta con un carrito atrás, como un cajoncito, y traía a sus dos niños chiquitos a ver el concierto…

EC - ¡Qué impresionante!

JA - Fue emocionante, increíble.

***

EC - Una aclaración: estos artistas que están conmigo hoy acá en el estudio no eran los únicos el martes en la escuela. El elenco que se presentó también estaba integrado por la soprano guatemalteca Alejandra Flores, el barítono chileno Homero Pérez y dos uruguayos, el pianista y director Ignacio Pilone y el guitarrista Álvaro Córdoba.

Eduardo, ¡convenciste a un lote de gente! Por lo visto te va bien en esa tarea.

EDUARDO:
Sí, sí…

EC - ¿Resulta fácil? ¿Siempre la respuesta es positiva?

E - Sí, generalmente los artistas responden en forma afirmativa. Yo los convoco de una manera espontánea, a veces los voy a esperar a la salida del teatro… Nunca me han dicho que no. De hecho cuando vino Ioshua Bell, el gran violinista, que estuvo solamente dos días, llegó un sábado y se iba el lunes de mañana, por lo tanto no podía insistir demasiado porque el lunes no podíamos convocar a la escuela, llamar a Silvana para que convocara a sus alumnos, ahí aflojé un poco, pero igual le dejé una carta y traté de comunicarme con él. Pensé: es una quijotada más. Y días más tarde recibo un mail precioso de Ioshua Bell, de su secretaria, diciéndome que la próxima vez que vengan a Uruguay quiere tocar en las escuelas.

EC - ¡Qué buena noticia! No se salva nadie, los perseguís a todos.

E - No, creo que es lo que dijeron ellos acá. A Massimo, por ejemplo, lo conocí en Buquebus. Lo identifiqué, porque me pareció que lo había visto en el teatro, y le pregunté: "¿Tú sos el que hizo la régie de Butterfly?";, "Sí";. Y después por casualidad –yo no creo que haya casualidades–, días más tarde lo vi a la vuelta, le ofrecí llevarlo al Radisson y ahí empezó esta entrañable amistad, vamos cambiando experiencias. Algo hermoso que Massimo no contó: en un festival de ópera en Italia hizo cantar el Himno Nacional uruguayo. Fue maravilloso, no sé dónde está esa grabación pero la vamos a rescatar. Le pedí: "Massimo, ¿puede ser con niños de escuelas públicas italianas?";. Y así fue. Fue algo maravilloso, es algo que deberían escuchar, el Himno Nacional de nuestro país cantado por niños escolares italianos.

EC - En lo del martes Massimo jugó un papel muy importante, porque ofició como una especie de maestro de ceremonia. Iba introduciendo a los distintos cantantes, por ejemplo al pianista, explicaba qué venía en cada momento, en otra parte explicaba en qué consiste su tarea, la del director escénico. Mostró –y Rosario Castellanos que estuvo conmigo ese día lo reafirma– una especie de vocación docente fuerte, y condiciones para comunicarse con los botijas.

MP - Sí, estoy acostumbrado a los cantantes líricos, que son niños (se ríen), entonces tengo buena experiencia. Este hecho de involucrarlos, de hacer que no solo sean espectadores sino partícipes, esto les deja otra impresión.

EC - Sí, después de cada una de las interpretaciones de los cantantes Massimo conseguía que alguno de los niños subiera. Al principio había timidez, pero al rato ya eran cantidad las manos que se levantaban de los que querían subir al escenario y participar de alguna forma, haciendo alguna escala, etcétera.

PA - Exacto.

MP - Cierto, nos vocaliza.

PA - No solamente les hace bien a los niños. Como dijo Massimo, los cantantes somos niños. (Risas.) Yo particularmente pasé un momento especial ese día, entonces cuando me presenté a cantar con los niños tuve una devolución de una energía tan positiva que te juro que la sensación era que me hubieran dado… no sé, una energía tan tan buena que me revirtió el día completamente. Entonces no solamente me parece –hablo de mí– que les pude hacer bien a los chicos, pero que ellos me retribuyeron… Te puedo asegurar que fue genial.

***

EC - ¿Alguna vez asistieron a una función de ópera en una escuela pública? Yo sí. Fue el martes pasado, a las dos de la tarde, en la zona de Malvín. Y estoy tratando de contarles, con ayuda de mis invitados, cómo fue aquella experiencia.

***

(Audio ópera.)

EC - Esa es la voz de la soprano argentina Paula Almerares, una de las participantes de esta experiencia del martes, que está con nosotros acá en estudios. También está José Azócar, el tenor chileno. Está Massimo Pezzutti, el director de escena italiano. Está Eduardo, el empresario que inventó esto de la ópera en la escuela, por llamarlo de alguna forma, porque nombre oficial todavía no hay. Y está con nosotros Silvana di Rende, la directora de la Escuela 69 José Figueira.

Silvana, ¿desde cuándo y por qué estás metida en este baile? (Risas)

SILVANA DI RENDE:
Esto comenzó hace seis años. Un día me llama una amiga maestra y me cuenta que en el jardín había un grupo de cantantes, y yo, preocupada porque la escuela no tenía profesora de música, le dije: "¿Tú me podés contactar con la persona que llevó a los cantantes?";. Ese mismo día llamé a Eduardo y esto tan maravilloso y mágico comenzó. En esa época era directora de la Escuela 45 Leonor Horticou. Lo llamé y le dije: "¿Podría ir algún cantante a la escuela?";. Inmediatamente me dijo que sí y empezó esto tan maravilloso que ahora cumple seis años.

EC - Tú has estado en distintas escuelas en ese período y a todas ellas has llevado esta idea.

S di R - Sí, comenzó en la 45, estuvimos dos años recibiendo artistas muy famosos. Como decían ellos, devuelven lo que tienen, ese don tan maravilloso, porque cuando uno escucha música se le abre el espíritu.

EC - ¿Tú misma eras aficionada a la ópera?

S di R - Sí, y con mis hijos siempre tuve la experiencia que a los cuatro años iban a escuchar música, canto lírico, ópera. Y les gustó, los dos estudian música.

EC - En una escuela como a la que concurrí el martes puede pensarse que los botijas están para otra música. ¿Cómo enfrentan ustedes como docentes ese choque?

S di R - Esto lleva un trabajo de días. Antes habían visto, con las XO, diferentes óperas para que fueran asociando. Porque cuando uno se enfrenta a niños de cuatro y cinco años puede pensar: ¿cómo se van a portar? Yo el día antes estoy muy nerviosa pensando qué va a pasar. (Risas.)

Cuando llegué a esta escuela dije: "Quiero seguir con la experiencia de la Escuela Italia";. Y algunas personas me dijeron: "¿Estás segura?";…

EC - Esta escuela queda en la zona de avenida Italia y Comercio.

S di R - Son niños que no están acostumbrados a este tipo de música…

EC - ¿Qué tipo de alumnado tiene?

S di R - Con un nivel socioeconómico bastante problemático. Y están acostumbrados a escuchar solamente un tipo de música, que es la cumbia. Uno cuando habla con ellos no les dice "no tienen que escuchar cumbia";, les decimos "la cumbia sí, pero hay otras oportunidades, tienen que conocer otro tipo de música para saber realmente qué les gusta";. Voy clase por clase, converso con ellos, les pregunto… Por ejemplo, la primera experiencia que tuvimos en esta escuela fue con Nelson Pino, el cantante de tango, que es una persona también muy agradable, muy "canchero"; como dicen ellos, que se acercó a los niños.

Además nadie los obliga, yo siempre les digo: "El que considere que no puede estar sentado escuchando este tipo de música, puede quedarse en el patio o en la cocina";. Se lo digo sabiendo que ninguno me va a decir "no, no voy a estar";. (Risas.) Y realmente disfrutan, a veces me dicen: "¿Cuándo van a venir los cantantes?";, siempre emocionados. Además les hacemos ver que son personas que recorren el mundo y que dedican su tiempo a venir a una escuela pública. Ellos se sienten realmente muy importantes.

EC - Sí, este martes ustedes dedicaron cuatro horas entre una cosa y la otra, los traslados, etcétera. Y antes habían ensayado, porque hubo un miniespectáculo armado para esa ocasión. ¿Cuánto? Un día.

E - Estando Massimo todo va más preparado.

EC - Fueron ocho horas, por lo menos, que ustedes dedicaron a este proyecto.

MP - Sí, estuvimos en un ensayo.

EC - ¿Cómo sienten por ejemplo el hecho de que en algunos momentos el público se les dispersa? Porque hay momentos en los cuales empiezan los murmullos. ¿Cómo manejan esas situaciones?

JA - De acuerdo a los niños, con comprensión fundamentalmente hacia los chicos. Obviamente no son adultos, no tienen esa disciplina que tiene una persona adulta. Con amor y con un poquito de humor tal vez uno los va convenciendo y ellos poco a poco, a medida que uno va entregándoles la música y el canto, van disciplinándose y poniendo más atención.

PA - Sí, además es genial que ellos se expresen como son. Y también es muy importante que nosotros nos demos cuenta de que no estamos arriba de un escenario, que estamos con chicos. Ahí es cuando se humaniza el artista y dice "vamos a cantar";, porque si no entra ahí el egocentrismo del artista.

EC - Si bien puede producirse esa cierta dispersión, cuando la cantante o el cantante pone en juego todo su caudal de voz, cuando hace algunos alardes de manejo de la voz…

PA - Incluso alguno se tapaba los oídos. (Risas.)

EC - (Se ríe.) Sí, sí, hay reacciones, se ponen atentos de golpe ¡y hasta llegan a taparse las orejas!

PA - Fue genial, fue genial cuando se tapaban los oídos. Yo les hacía gesticulación de que también me tapaba los oídos.

E - En una de las primeras experiencias… porque ustedes son todos artistas extranjeros que han paseado por muchos escenarios importantes, pero hay muchos jóvenes músicos acá y con ellos empezamos cuando Silvana me pidió. Recuerdo que después Silvana hizo un trabajo con los chicos, cada uno hacía una redacción sobre su experiencia y una niña escribió: "A mí me gusta esa flauta porque me hace dormir";, cuando una chica tocaba el clarinete. (Risas.) Pero es auténtico, es maravilloso. Y no nos podemos olvidar de todos los jóvenes que están estudiando acá en las distintas escuelas de música, la universitaria, la municipal, la Escuela Nacional de Arte Lírico, que hacen cosas maravillosas y colaboran y están siempre listos para ir. Es un tema de organizarse un poco.

EC - Tú has convocado también a artistas uruguayos.

E - Sí, sin duda. Esto empezó con ellos, todo arrancó con artistas uruguayos, y después con el tiempo fui tomando coraje, ya le pido a quien sea. (Risas.)

S di R - ¿Se acuerda cuando fue Menchaca?

E - ¡Cómo no! Me acuerdo de Menchaca, vimos en El País una página sobre Menchaca y vino. Le vamos a pedir a quien sea, y todos aceptan, es algo maravilloso. Y es increíble ver lo que la música produce en los niños.

EC - Todo el trabajo que ponen los artistas es gratuito.

PA - Sí.

E - Absolutamente.

EC - Tú te encargás de la logística y de bancar algunos costos que esto tiene: traslados, amplificación…

E - Sí, sí… Pero eso es alimento para el alma, no son costos.

EC - Y hay muchas horas hombre puestas de tu lado.

E - Sí… pero está bien, es apasionante.

EC - Massimo, con esta ópera Il Duce se está dando un paso más todavía en esto de integrar a la ópera con escuelas o escuelas públicas. Contanos esa parte.

MP - En esta ópera se necesitaban figurantes niños, entonces con Eduardo dijimos: "Hagamos participar en la selección también a los niños de las escuelas públicas que hemos visitado con este proyecto";. Y así llegaron niños de las escuelas y creo que tres en total fueron seleccionados, dos de una escuela y uno de otra…

E - Cuatro en total.

MP - Es interesante. Esto continúa en este marco de volver activo al espectador –los niños- que en este caso es privilegiado, no solo tenerlo para escuchar sino para involucrarlo. Estamos en un proyecto profesional, lo máximo que el país ofrece, entonces imagino que para ellos es una experiencia absolutamente extraordinaria. Yo sé porque el teatro contamina.

EC - La directora sabe lo que ha ocurrido con algunos de estos niños que integran este elenco ahora. ¿Cómo es la reacción?

S di R - Están fascinados. Conversábamos con Eduardo que cuando sube al escenario queda hipnotizado.

EC - Es un niño ¿de qué edad?

S di R - Está en quinto año, tiene 11 años, Diego Videla. Cuando yo planteé qué niños querían entrar en el casting, muchos querían, el problema es que es difícil que los padres los puedan llevar. Diego quedó y está… la abuela dice que dice "soy un artista";. (Risas.)

E - Es maravilloso. Es algo…

S di R - Esa alegría…

EC - Ha contado, por ejemplo, lo que significó para él el hecho de que hubiera un sastre que le tomara las medidas para hacerle la ropa.

E - El día que fue seleccionado. Justo ese día la abuela no podía traerlo, y lo fuimos a buscar.

S di R - Sí, Eduardo organizó todo.

E - Tenía que llegar de alguna manera, volví locas a las maestras… Pero es algo muy importante, creo que no tenemos idea de a lo que se podría llegar con todo esto con un poquito de organización. Los medios están. Ahora con Massimo estábamos soñando juntos en lo que él está haciendo en Guatemala. Ya ha creado una red de artistas, yo voy a estar si Dios quiere en Chile en el mes de enero, por cuestiones personales, y ya tengo convocadas a algunas personas a ver si quieren respaldar en forma voluntaria. Porque los artistas tienen ese don, pero no el don de la capacidad de organizarse para cierto tipo de cosas.

EC - Es que tampoco les corresponde… Hay que dividir las tareas.

E - Por eso, todo se complementa. Entonces hay gente en Chile que seguramente dará una mano, ya tenemos cantantes en Brasil que quieren hacer esto, y ahora cuando venga el papá de Paula…

PA - Héctor.

EC - ¿Lo van a llevar a Argentina también?

E - No, vamos a tratar de que venga con ese grupo. Yo vi en YouTube cosas maravillosas, vale la pena.

EC - Pepo, ¿tú estás pensando en algo en Chile?

JA - La verdad es que respaldado por mi amigo Eduardo y por gente que trabaja allá con él se pueden hacer cosas muy interesantes en colegios allá. Me gustaría mucho, así que vamos a hacer todo lo posible para ello.

***

EC - Se nos está terminando el tiempo y hay mucho para conversar con ustedes. Estoy seguro de que se están quedando con sensaciones, con anécdotas, con impresiones para volcar… Aprovechemos estos segundos para eso.

Eduardo, ibas a agregar algo.

E - Estamos viviendo un momento de muchas divisiones, no en el Uruguay, en todo el mundo. Vemos lo que pasa en la vecina orilla y todo eso. Y la música tiene esa capacidad de unir, la cultura tiene que estar por arriba de esas divisiones.

EC - ¿Esto se coordina con el Gobierno acá en Uruguay?

E - Ni que hablar que tenemos apoyo, sería injusto no mencionar. Gerardo Grieco cuando estaba en el Solís nos apoyó, ahora también cuando Aída logré el apoyo de él y pudimos ir con el vestuario de Aída a la escuela, y mandó entradas para Hansel y Grettel, cientos de entradas que se repartieron entre los chicos de las escuelas. El Ministerio de Educación y Cultura siempre ha apoyado, ha mandado una carta de agradecimiento a cada uno de los artistas…

EC - Ese es un gesto interesante: el MEC le remite una carta a cada uno de los artistas destacando la colaboración que ha hecho.

E - El ministro Ricardo Ehrlich ha mandado una carta a cada uno de los artistas y músicos que se presentaron, y también –todavía no fui a buscarla– de la directora de la escuela. También fue a la escuela cuando se presentó un libro […] que ilustraron los niños. Hoy se está reeditando y […] gratuitamente…

EC - Es otra línea de trabajo que forma parte de esto mismo.

E - El presidente de la República mandó un mensaje hermoso, porque no pudo concurrir, estaba invitado para esta última presentación. Pero no descarto que en alguna otra lo vaya a disfrutar…

EC - Sería bueno que esto fuera creciendo en Uruguay.

E - ¡Sin duda! Es que esto puede crecer porque están todos los medios. Estuvimos hablando con la gran artista –Massimo recuerda porque la ha escuchado cantar en La Scala– Raquel Pierotti, que ahora está en la dirección de la Escuela Nacional de Arte Lírico, para que el año que viene se pueda hacer algo con los alumnos de la Escuela Nacional de Arte Lírico, con los músicos jóvenes que están deseosos de hacer algo, y los niños tienen esa necesidad de recibir esto. La música crea algo. Con Silvana también habíamos soñado con hacer un día de la cortesía, con música, para tratarnos un poco mejor en este momento de tanta división. Tenemos que hacer algo al respecto. Y como insiste mucho Carlos Maggi –a quien le queremos dejar de recuerdo una foto que se hizo en la escuela y que estuvo divino las veces que vino– tenemos que dar el salto cultural.

PA - Ellos son los próximos músicos, las próximas generaciones.

S di R - Después de que van los cantantes a la hora del recreo yo paso y oigo, como que ellos quieren cantar, imitan. Realmente es un fermentario. Incluso otras directoras y otros maestros me llaman por teléfono: "¿Y cómo hiciste para conseguir tanta gente?";. Eso es lo que quiere Eduardo: que esto trascienda y no sea en una, dos o tres escuelas, sino en muchas.

E - Vino Panchito Nollé… Hay montones, podríamos estar una hora mencionando.

***

EC - Entre los oyentes esta conversación ha caído muy bien:

"¡Cuánta gente haciendo otra cosa! Gracias por divulgarlo. Emocionante";.

"¡Qué emocionante! Todo esto no se conoce. ¿Por qué no se toma el ejemplo? Solo falta voluntad";.

Preguntan cómo se llama Eduardo. "¿Cuál es el apellido de Eduardo?"; No se va a saber, Eduardo practica el perfil bajo y quiere que lo dejemos por ahí.

Y sobre todo hay un reconocimiento y un agradecimiento a nuestros invitados visitantes del exterior, a Massimo, a Paula, a José.

"Felicitaciones a la directora."; Hay alguien que te conoce de tu actividad anterior: "Brillante lo tuyo, como lo fue siempre desde que te conocimos en Lagomar muy joven…

S di R - ¡Ay, Lagomar, mi primera escuela…!

EC - Gracias por aquel encuentro";, dice Stella.

S di R - ¡Ay, Stella…! Fue mi directora.

EC - Para mí ha sido un gusto recibirlos esta mañana y poder contar todo esto. Les deseo suerte, estamos a las órdenes. Nos reencontramos.

E - Yo quiero agradecer muchísimo porque el trabajo que hacen los comunicadores es fundamental para que esto se pueda extender. Es otra pata más de esta mesa. Muchas gracias, Emiliano.

EC - Vamos a aplaudirlos entonces, a todos ustedes.

PA - ¡A ti también!

JA - Muchas gracias.

(Aplausos.)

MP - Me gustaría terminar saludando esta cosa con una frase famosa de uno de los más grandes poetas italianos, Gabriele D’Annunzio, que está escrita en la última casa donde vivió: "Io ho quel che ho donato"; (‘tengo lo que he dado’). Creo que esto resume muy bien el espíritu con el cual se tiene que pensar una actividad de este tipo.

***

Transcripción: María Lila Ltaif