(emitido a las 7.47 hs.)

ALEJANDRO ACLE:
Las recientes medidas del Gobierno de Cristina Fernández en relación a la compra de dólares por parte de argentinos, en un contexto además de devaluación de la moneda del país vecino, mantienen en vilo a todos los actores económicos de Uruguay.

Mientras en el Poder Ejecutivo se analiza la situación y se espera tener en las próximas horas un panorama más claro, el sector privado está en alerta por los impactos que podría haber de este lado del río. Entre las actividades que se van a ver más afectadas por este nuevo giro en la política económica argentina están la industria y el turismo. Para saber cómo se está visualizando esta situación y qué impactos concretos se ven a breve plazo, estamos en comunicación con el presidente de la Cámara Uruguaya de Turismo, Luis Borsari.

¿Cómo ven desde la Cámara esta aceleración de la devaluación del peso argentino con las consecuencias que tiene para nuestro país?

LUIS BORSARI:
Sin duda que lo primero que me genera es qué aguante que tienen Argentina y los argentinos, porque es realmente increíble la cantidad de embates permanentes que tiene y cómo sobrevive a todo esto. Es admirable realmente.

En lo que respecta a nosotros, evidentemente esta seguidilla de disposiciones de distinto tipo que se impulsan desde hace unos dos años intentando que el argentino permanezca en su país para hacer turismo, y que además los dólares que los argentinos tienen tampoco salgan, a nosotros nos viene cacheteando fuerte. Lo del viernes en particular despertó una esperanza, no solo en los operadores turísticos sino en otros sectores también. Y en los argentinos también, estuvimos en contacto con un montón de ellos el fin de semana pero nos decían: "está muy bueno, pero vamos a ver el lunes";, porque se había anunciado que se iba a reglamentar o a decir cómo iba a procesarse el anuncio del viernes. Efectivamente, nos decían que tenían la sospecha de que algo iba a pasar, y algo pasó.

Volvió todo a foja cero, todo lo anunciado prácticamente no fue, y esto hizo que si bien se volviera casi a la situación anterior, el golpe psicológicamente fue muy fuerte. O sea, si un argentino tenía previsto aguantar y seguir adelante o venir a Uruguay de alguna manera, algunos lo harán y otros muy posiblemente cambien la pisada.

ROMINA ANDRIOLI:
Usted mencionaba la expectativa que había generado la posibilidad de que se rebajara la recarga de las compras que hacen los argentinos con la tarjeta. Pero, ¿qué han visto ustedes en las empresas del rubro turístico a raíz de esta aceleración de la depreciación del peso y esta incertidumbre que de alguna forma se ha generado a partir de la flexibilización del cepo cambiario?

LB – En este instante esto lleva 23 horas de implementado. O sea, salvo algún llamado que pudo haber habido, no digo que no, en concreto no ha habido nada que nos diga "Pah, mirá, se anularon no sé cuántas reservas";.

RA – No se cayeron reservas, eso no se está viendo.

LB – Claro, ahora, además hay otra cosa: de la mayoría de los que tomen una decisión en contrario de lo que ya tenían decidido ni siquiera nos enteramos, salvo aquel que tenía hecha una reserva hotelera. El que tenía pensado venir y alquilar algo o mismo ir a un hotel pero sin previo aviso, cosa que es habitual, y mucho más en estas fechas porque podemos decir que en el tramo que los brasileños han bautizado la "Reveillon"; -de Navidad a mediados de enero- ahí quizás hay una necesidad de reserva previa, pero después no hay quien no sepa que acá en Uruguay se puede venir sin ningún tipo de reserva.

RA – ¿A nivel de consultas han registrado alguna merma?

LB – El nivel de consultas viene muy bajo desde la segunda quincena de enero, esa es la verdad. Viene muy bajo pero, reitero, la metodología no es tanto la consulta sino aparecer y pelear palmo a palmo los precios, entonces no tenemos manera de medir. Pero claro, hay una previsión: si hay un 10% de merma cuantitativa en cuanto a los visitantes que llegan a Uruguay ese porcentaje, más o menos, se mantiene con respecto a la misma fecha del año pasado. Si eso ocurre quiere decir que la afectación no fue tanta, si la merma aumenta -cosa que es posible- estaremos viendo que el efecto fue negativo.

RA – Con respecto a eso, ¿qué ha pasado con otras medidas? Nosotros comentábamos más temprano que fuentes del sector nos indicaban que algunas empresas del rubro turístico han tenido que adelantar despidos zafrales del sector. El diario El País hoy va por el mismo lado, dice en su título principal: "Impacto argentino al sector turístico adelanta despidos";. ¿Qué puede agregar respecto a esta información?

LB – Sí, vamos a ser sinceros, esto ya viene ocurriendo desde el comienzo de la segunda quincena en turismo y fundamentalmente desde el año pasado en los rubros construcción y mobiliario. No digo que sean escandalosas las cifras, pero se viene notando. Pero ahora, después del término de la primera quincena, también se ve en la gastronomía, en la hotelería, no es una cosa escandalosa, reitero, pero sí son cosas que ocurren al término de la temporada y ahora está ocurriendo con anticipación. Evidentemente nos preocupa, volvemos a poner en la agenda de trabajo el tema del seguro de paro para los trabajadores zafrales que sin duda alguna es algo que se tiene que implementar, hace años que lo venimos conversando, no es sencillo, pero tiene que estar el tema arriba de la mesa y alguna solución yo creo que va a tener que haber.

AA – Por este asunto, ¿están teniendo contacto con las autoridades?

LB – Sí, por supuesto. El contacto con el Gobierno y con las autoridades por parte del sector privado en la actividad turística es con el Ministerio de Turismo. En todos los momentos, pero especialmente en este, estamos en contacto permanente, ahora la ministra [Liliam Kechichián] anda con una delegación en una feria de España pero está el viceministro [Antonio] Carámbula con quien hablamos prácticamente a diario.

AA – ¿Han reclamado alguna medida concreta o todavía están conversando?

LB – Medidas concretas reclamamos constantemente. Pero se ha puesto el acelerador a fondo con respecto a algunos reclamos puntuales que hemos estado haciendo y que nos parecen fundamentales: el afloje del cinturón con respecto a la carga tributaria es uno de los temas fundamentales, la eliminación o exoneración del IRPF a los arrendamientos de temporada es algo que se cae de maduro, a veces hasta nos parece que puede llegar a caer pesado hablar de los mismos temas casi permanentemente.

Acá no estamos hablando de que haya culpables, ni el sector privado ni el público, o el Ministerio de Turismo o la Cámara Uruguaya de Turismo o cualquiera de los sectores. Acá se trata de analizar las posibilidades de que las cosas funcionen como tienen que hacerlo. Y por supuesto ahí sí, sin duda alguna, hay un culpable, por lo menos en parte, que es el Gobierno de Buenos Aires. Realmente los embates son uno tras otro y a veces uno se tienta de decir "Bueno, esto no es contra Uruguay, esto es contra la libertad del propio argentino";, y sin duda que lo es, pero yo a esta altura casi que no tengo dudas de que hay una tendencia de intentar que la gente no venga a Uruguay.

RA – ¿Ustedes como cámara piensan tomar alguna medida? Estoy pensando desde un planteo formal a las autoridades, algún reclamo, o hasta descuentos especiales para lo que resta de la temporada…

LB – A las autoridades nacionales sin duda, pero también pensamos hacer un reclamo ante el Mercosur porque entendemos que se cercena la libre circulación dentro de los países miembros, además de los países de fuera. Primero nos asesoramos sobre si era posible que un ente privado, como la Cámara Uruguaya de Turismo, podía hacer una reclamación ante un organismo internacional público, en este caso el Mercosur. La asesoría jurídica de la Cámara Uruguaya de Turismo está instrumentando esta situación y vamos a ir adelante sin ninguna duda.

RA – ¿Y qué expectativas tienen respecto a eso, considerando que los reclamos que se hacen incluso desde el Gobierno muchas veces no se atienden en el bloque?

LB – Es como todo, nuestra expectativa es poner un granito más a ese cúmulo de reclamaciones que seguramente haya, no solo por parte de Uruguay, que por supuesto las conocemos, sino por parte de otros países también y de otros sectores que sabemos que han hecho reclamos de esa naturaleza, no específicamente con respecto a la libre circulación que es la que estamos instrumentando nosotros, pero con respecto a otros temas de público manejo. La ilusión es una gota de agua más al vaso, en algún momento el vaso se va a desbordar y de eso se trata. No vamos a ser tan pretensiosos de suponer que el reclamo de la Cámara Uruguaya de Turismo va a cambiar las disposiciones que doña Cristina ha instrumentado, pero por ahí ese granito puede ayudar a que esto sea posible.

RA – ¿En reclamos concretos al Gobierno uruguayo qué le están planteando?

LB – Es la agenda de trabajo que tenemos, y  la vamos a estar planteando en la primera reunión que vamos a tener con el Ministerio de Turismo, pero reitero: el IRPF a los arrendamientos de temporada, la ley de turismo, la situación con respecto a los automóviles de alquiler que también tienen algunos problemas que vamos a desarrollar, el proyecto de ley de tarjetas de crédito y su regulación, que buena falta nos hace. La competitividad en la región que se trata justamente del costo de Uruguay, que lo padecemos los uruguayos en primerísimo término y por supuesto los turistas cuando vienen a vacacionar. La caída de la rentabilidad del sector, que cuando un comercio o una empresa está arriba del 90% en su productividad soporta esa carga, que es muy pesada por cierto; pero cuando baja del 90%, que es el caso del que estamos hablando, ahí la carga se hace prácticamente insostenible. Acá hablamos de tributos, impuestos, también de los montos de los alquileres, de los costos de los consumos -UTE, Antel, OSE-, en fin, todas estas cosas están arriba de la mesa.

Los temas de seguridad que tenemos que cuidar celosísimamente porque es uno de los elementos fundamentales por los cuales un turista decide venir a Uruguay, fundamentalmente los brasileños, mercado que nosotros obsesivamente estamos trabajando porque entendemos que es un mercado que no tiene techo, que tiene una potencialidad prácticamente ilimitada, y claro, el brasileño se dice a sí mismo: "las playas que tenemos son incomparables, el clima es incomparable, ¿por qué voy a Uruguay?, voy a Uruguay porque los valores de seguridad que hay allí, comparativamente, son mejores";. Ellos insisten con el tema del glamour, uno de los temas que los atrae, todas estas cosas hay que cuidarlas de sobremanera y a veces vemos con absoluta claridad que no se cuidan como deberían.

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