El Espectador estuvo en Rivera esta semana y conoció de cerca esta realidad.

Uno de estas iniciativas es un proyecto social que comenzó en el año 2000 aprovechando uno de los rubros que caracteriza al departamento, que son los productores de ladrillos.

Se trata de un proyecto que le dio valor agregado a productores que  tenían dificultades serias en ese momento.

Producían distintos tipos de ladrillos donde si bien se vendían, lo que producían, no era suficiente para mantenerse.

No producían para generar escala y no había visión de futuro, según relató el director del Departamento de Promoción y Desarrollo, Giovanni Conti.

El jerarca explicó a El Espectador que  se generó un proyecto con el PNUD, AESID y la Agencia de Desarrollo de Rivera.

El objetivo era formar pequeños empresarios partiendo de todos los pequeños  productores de ladrillos.

La idea era formarlos empresarialmente y productivamente.

Pero también se apuntó a lograr un producto único, a nivel de todos los productores, con el mismo tamaño, color y mezcla, generando escala y buscando nuevos mercados.

Ese mercado era el Sur, donde hay mucha demanda de este producto.

Fue así que se logró instalar una sede para que esta capacitación se llevara a cabo y se logró el objetivo según relató Conti.

"Se logró instalar una sede para que estas capacitaciones se llevaran a cabo y se logró capacitar y formar estos micro y pequeños empresarios, tanto que hoy tenemos una venta masiva de ladrillos de Rivera hacia el sur".

Hace dos años agregaron un valor agregado a ese ladrillo llamado fábricas de cultura logrando ladrillos esmaltados.

"Aquí se pueden producir distintas piezas únicas donde visualizamos otra alternativa económica, donde visualizamos otro compromiso por parte de la familia, donde también se fueron descubriendo nuevas capacidades en toda esta gente. Y donde hoy estamos trabajando para que esto sea lo que nos identifique como riverenses, este producto artístico. Estamos generando un city tour dentro de rivera para que todos los turistas conozcan las obras de arte desarrolladas desde la escuela de ladrilleros, sea algo que nos identifique. Es el gran proyecto de la escuela de ladrilleros".

Por ser un rubro zafral, la escuela incorporó el trabajo de producción hortícola, lombricultura para los períodos de baja.

Conti relató que el proyecto se mantiene porque hay gente comprometida con el mismo.

El director de la escuela es un ladrillero que pasa de generación en generación este tema.

Afirmó que querían seguir haciendo lo que más saben pero necesitaban un apoyo.

La IMR les da capacitaciones, materiales, el espacio destinado a la escuela es de la comuna, la promoción del producto y los créditos.

Existe también una cooperativa encargada de parques y jardines, otro proyecto que impulsa la comuna.

Eran gente que vivía de la captación de residuos en un proceso informal y que se los captó mediante un proceso de selección y a través del proyecto, Rivera produce integrando, comenzaron a trabajar con ellos con la industrialización de residuos vegetales para la producción composta y luego avanzaron en otra etapa que fue el desarrollo de floricultura.

Apoyado en el trabajo del vivero de la intendencia formaron una cooperativa que se llama los Talas que le vende servicios a varios organismos en materia de jardinería.

La comuna firmó un contrato con ellos para mantener espacios verdes en los barrios, el trabajo de la planta de composta, el trabajo en el vivero municipal, la reforestación de la ciudad de Rivera, y estructuradotes verdes, así como el mantenimiento de la jardinería en los cementerios.

El director general de Salubridad, Higiene y Medio ambiente, Alejandro Bertón, dijo a El Espectador que hoy en día estos trabajadores son empresarios que planifican y se organizan.

"Les permite contar con un recurso que sabe que le va a entrar a través de determinados contratos y eso les ayuda a empezar a manejar sus líneas de crédito, a empezar a manejar sus expectativas, y a concretar sus sueños. Eran gente que vivía en función de lo que vendían día a día y dependían de que hubiera gente que le comprara los residuos que ellos recogían. Muchas veces para poder recibir algún dinero adelantado terminaban vendiendo productos adelantados a un precio muchísimo más barato. Y obviamente, que cuando tenían problemas no tenían el amparo institucional que hoy cuentan. Tienen una capacidad de manifestar sus demandas que es muy interesante de ver en las negociación es, cuando estamos negociando trabajos, precios es interesante ver cómo ellos plantean con seriedad sus demandas".

La experiencia es un ejemplo a seguir. Fue reconocida en el congreso de la región Sur como uno de los procesos exitosos.