Raúl Oxandabarat: El Centro de Justicia Penal de Montevideo implica la "modernización" del Poder Judicial
El Poder Judicial inauguró el Centro de Justicia Penal de Montevideo. Esta nueva sede de Justicia permitirá, entre otras cosas, que los involucrados en un caso, tanto denunciado como denunciante, se crucen solamente en las instancias necesarias. En Perspectiva consultó al respecto al vocero de la Suprema Corte de Justicia, Raúl Oxandabarat, quien explicó que 16 de los 21 juzgados penales de Montevideo se trasladará a este edificio, ubicado en Ciudad Vieja, y que la Suprema Corte lo considera un "hito" muy importante. Además, agregó que "tener un Centro de Justicia implica un referente inmediato para saber dónde concurrir", y que esta mudanza acompaña el proceso de "modernización" que está llevando a cabo el sistema judicial en todo el país desde hace un tiempo.
(emitido a las 7.48 hs.)
EMILIANO COTELO:
Si ustedes pasaron en los últimos días por la Ciudad Vieja quizás repararon en que el histórico edificio que alguna vez albergó la sede del diario Acción y donde años después funcionó Manos del Uruguay está ubicada hoy una nueva sede del Poder Judicial. ¿De qué se trata?, del Centro de Justicia Penal de Montevideo, 3.000 metros cuadrados que albergarán en breve a la mayoría de los juzgados penales de la capital.
El complejo comenzó a ser construido en el año 2008 y además del reciclaje de la casa original consta de una parte completamente nueva ubicada en un terreno aledaño. Falta poco para que empiece la mudanza de las sedes penales a este nuevo centro del cual las autoridades destacaron, además de su funcionalidad, algunos cambios fundamentales en lo que tiene que ver con la operativa tradicional de los juzgados.
Es una muy buena noticia en la que conviene que nos detengamos. Por eso estamos con el doctor Raúl Oxandabarat, vocero de la Suprema Corte de Justicia.
Cuéntenos, ¿qué es este Centro de Justicia Penal?
RAUL OXANDABARAT:
Usted mencionaba muy bien que en el año 2008 comenzaron las obras, significa que en algún momento hubo algunas demoras, especialmente por cuestiones que tienen que ver con la estructura del edificio y alguna otra vinculada con los ascensores, consta de tres ascensores amplios, para 10 y 12 personas. Como usted bien resaltaba, una de las características más importantes dentro de los aspectos de funcionalidad del edificio es una vieja aspiración que se tenía en relación al funcionamiento de los juzgados penales. Actualmente -y lamentablemente- hay ocasiones en que las personas que son detenidas se cruzan con las que han hecho la denuncia o concurren como testigos a aportar elementos para que la Justicia pueda actuar…
EC – Usted dice que eso ocurre algunas veces, mi impresión es que ocurre muchas veces, ¿no?
RO – Entiendo lo que usted plantea, lo único que tenemos son expresiones públicas sobre esos aspectos, no tenemos una medición exacta por la cual yo le pueda decir si son muchas, la mayoría o pocas veces en relación al contexto completo de la actividad de los juzgados penales. Lo cierto es que ocurre.
EC – Llegan a compartir la sala de espera, frente a frente, ubicados en un espacio de muy pocos metros cuadrados.
RO – Sí, eso es correcto, efectivamente se seguía dando hasta este momento. Por esas razones existe esta acuciante aspiración en lo que tiene que ver con el tratamiento edilicio para la sede de los juzgados penales.
EC – Permítame interrumpirlo y detenerme, porque no sé si los oyentes son conscientes de los problemas o los riesgos que implica, porque estamos hablando por ejemplo de que el denunciante, alguien que fue víctima de un robo o de una rapiña, se encuentra cara a cara o con el acusado o con sus familiares.
RO – Exactamente, últimamente ocurría que muchos familiares de las personas que venían siendo indagadas por esos delitos concurrían a ejercer presión a quienes iban a aportar los elementos para que esas personas terminaran siendo objeto de proceso. Estos aspectos han preocupado y preocupan a las autoridades del Poder Judicial, por eso una de las cuestiones fundamentales que este edificio contempla es la separación que efectivamente tiene que haber en relación a las personas que son indagadas. Quiero decir además que esto no es que ocurra en forma continua con todos los indagados, pero muchas veces ocurre que lamentablemente ese compartir espacios implica la oportunidad, ya sea para el indagado o sus familiares, de que exista esa presión indebida. Además produce una incomodidad innecesaria para quienes se ven obligados a aportar esos datos, a colaborar con la Justicia, porque estuvieron implicados en las circunstancias del delito.
Esto se soluciona en este edificio, que plantea ingreso separado para los detenidos, que van a entrar por el subsuelo, donde hay un carcelaje importante con seis celdas de varios cupos cada una, y la posibilidad de que el vehículo policial ingrese por una rampa de acceso con portones eléctricos, con una cabina de seguridad que controle ese manejo de ingreso y egreso de los vehículos. Además hay un ascensor separado que permite el ascenso a los cuatro pisos del edificio donde también hay carcelaje por piso a los que se puede trasladar a las personas detenidas. Y en cada uno de los pisos con los carcelajes hay un lugar de reconocimiento que también plantea esta diferenciación, con ingreso separado para la persona que viene a reconocer y desde el carcelaje de piso para la persona que tiene que formar fila ante la persona que va a hacer el reconocimiento, etcétera.
Todo eso está perfectamente contemplado de modo tal que los testigos, la víctima o la persona que viene a cooperar con la justicia se encuentre con la persona indagada o detenida solamente en el momento de la audiencia y cuando el juez lo estime conveniente.
EC – O sea, en particular, ¿ese cambio ocurre también en la sala de espera, como hablábamos hace un rato?
RO – Exactamente, la condición de la sala de espera dignifica el edificio judicial, no son las salas de espera que tenemos hoy, es una cuestión de estética y de ambiente que supera en mucho la actual situación de los juzgados penales. Además de eso vamos a tener vigilancia en esa sala de espera, se pusieron detectores de metales, va a haber lugares de vigilancia, etcétera. O sea que no debería producirse ninguno de los incidentes de los cuales ahora estamos lamentando.
Por esa razón la corte consideró que este era un hito muy importante, se realizó una inauguración oficial en el día de ayer, se invitó a las autoridades nacionales y se hizo el anuncio de que en pocos días más comenzará la mudanza en forma progresiva de 16 de los 21 juzgados penales de Montevideo, que son los que va a albergar este edificio. El Juzgado Letrado de 21° Turno pasará a convertirse en un juzgado de ejecución penal, dedicado a la vigilancia del cumplimiento de las distintas sentencias y entonces quedarán en Montevideo 20 juzgados penales, de los cuales la mayor parte va a operar en este edificio con las condiciones que acabamos de mencionar.
EC – Los juzgados hasta ahora estaban emplazados en tres lugares, en las calles Bartolomé Mitre, Misiones y Mercedes.
RO – Exactamente, es más, la mayoría de ellos está en la calle Misiones, tenemos tres juzgados en Mercedes y otros tres en Bartolomé Mitre, allí además funciona el Centro de Investigación Criminal, que cuando se observa la cobertura de prensa de hechos delictivos que han cobrado trascendencia a nivel público lo que se ve son los portones de ingreso de la calle Bartolomé Mitre. Es el lugar donde los tres jueces que están de turno cada semana operan en relación a los distintos casos que se van produciendo en esa semana. ¿Por qué?, justamente porque la condición edilicia en la calle Misiones no permite el trabajo durante los turnos.
En relación a este nuevo edificio se está evaluando ese aspecto, está tan bien constituido que incluso durante los turnos podría permitir el trabajo dentro del mismo edificio. De todos modos por ahora se va a mantener este Centro de Investigación Criminal en Bartolomé Mitre, a dos cuadras del nuevo edificio. De acuerdo a la experiencia, se verá si conviene que durante los turnos los jueces trabajen en el nuevo edificio o sigan trabajando en el Centro de Investigación Criminal.
Estos son aspectos que se van a ir definiendo con el correr del tiempo. Este edificio fue adquirido por el Poder Judicial hace varios años, uno de los grandes problemas de la Justicia del país es la necesidad de alquilar edificios para que funcionen sus sedes, con lo que además implica la imposibilidad de reformar esos edificios para adaptarlos concretamente a la tarea que hay que realizar. Eso se está revirtiendo.
EC – Ese es un cambio importante, decía usted, ahora este edificio es propiedad del Poder Judicial.
RO – Y por lo tanto la modificación que le hace el Poder Judicial no es la que se le puede hacer a cualquier edificio que uno alquila, porque son muy acentuadas.
EC – ¿Qué pasa entonces con los edificios donde hasta ahora venían operando esos juzgados?
RO – Los edificios que el Poder Judicial va abandonando y estaba alquilando los devuelve a sus propietarios, ahí hay un ahorro importante a nivel de gastos del Estado y en los que son propiedad del Poder Judicial, como el de la calle Misiones, van a continuar albergándose juzgados penales pero se les va a hacer una reforma importante para actualizarlos y mejorar las condiciones que allí existen. No hay que olvidar que ahí está funcionando un gran número de juzgados y estamos hablando de que originalmente el edificio de calle Misiones se creó para albergar una oficina por piso, no como ahora que tiene varios juzgados por piso. Se volverá a las condiciones iniciales mejorando el uso de los espacios.
EC – ¿Estamos hablando de que el Poder Judicial cuenta entonces con mayor comodidad presupuestal? ¿Cómo viene ese aspecto que ha dado lugar a tantos reclamos durante los últimos años?
RO – No ha sido una mejora sustancial del aspecto presupuestal sino que ha sido un trabajo de estrategia que ha realizado la Suprema Corte de Justicia, en especial la Dirección General de Servicios Administrativos para pasar del alquiler a la adquisición de locales para reformarlos y convertirlos en centros de Justicia. Ustedes saben que el Poder Judicial tiene un sector administrativo de personas que trabajan haciendo las labores de apoyo para ese funcionamiento de los juzgados, que viene a ser lo que es en otros países es el Ministerio de Justicia. Se encarga de administrar los bienes y los recursos que necesitan las unidades jurisdiccionales, los juzgados y tribunales, para funcionar.
Ustedes recordarán que durante el gobierno del doctor Tabaré Vázquez se pudo completar una importante operativa que implicaba entregar la actual casa de gobierno, que se había proyectado como el palacio de justicia, al Ejecutivo para que éste la terminara. Efectivamente todos sabemos que allí es la casa de gobierno, en la plaza Independencia, y a cambio de eso el Ejecutivo entregó al Poder Judicial distintas propiedades y créditos presupuestales para completar el arreglo de esas otras propiedades. Por ejemplo el ex edificio de la DGI ubicado en Rondeau y Valparaíso, que a partir de los trabajos realizados se ha convertido en un Centro de Justicia de Familia donde justamente operan los juzgados de familia ordinarios y los especializados, que son los que se encargan de los temas de violencia doméstica y de minoridad abusada o abandonada.
También como parte de este procedimiento se pudieron concluir las obras en el edifico que antiguamente eran de la empresa Onda -hoy Palacio de los Tribunales- totalmente remozado y transformado en un Centro de Justicia Civil, donde además funcionan los tribunales de apelaciones en materia civil y laboral.
Es decir, todo esto ha sido un esfuerzo constante durante los últimos años justamente para pasar de la condición anterior, que era alquilar diversos edificios y tener de alguna forma disperso al Poder Judicial por todo Montevideo, a concentrar en distintos edificios de más volumen los juzgados correspondientes a determinadas materias. Por eso hoy tenemos en el ex edificio de la Onda todos los juzgados civiles y tribunales no penales, en Rondeau y Valparaíso la concentración de la mayor parte de los juzgados de familia, y completamos de alguna forma ese trabajo estratégico concentrando una buena parte de los juzgados penales en este nuevo Centro de Justicia Penal.
Esto además facilita el trabajo para los abogados, que operan en el mismo sitio, y para las personas que tienen que concurrir a la Justicia. Tener un Centro de Justicia implica un referente inmediato para saber dónde concurrir, y la posibilidad del manejo que tiene que hacer cada uno de sus intereses en los ámbitos jurídicos correspondientes. O sea que es en realidad un beneficio directo al usuario de los servicios de Justicia.
EC – Estamos hablando de mejoras en el funcionamiento del Poder Judicial. Pero al oyente le interesa, además de los aspectos edilicios -muy importantes sin duda- la celeridad, la eficiencia en el funcionamiento de la Justicia. Entonces mi pregunta es: ¿al mismo tiempo está ocurriendo una mejora sensible en el equipamiento informático, por ejemplo, en la cantidad de funcionarios que se requiere para que funcionen bien los juzgados?
RO – Afortunadamente sí. La modernización del Poder Judicial está acompañada por esfuerzos en ese sentido. Ustedes saben que hace algunos años se puso en operación la red nacional judicial. Esto permite trabajar en línea entre todos los juzgados del país, desde el rango juzgados de paz departamentales hacia arriba, pasando por los letrados del interior y de Montevideo, lo cual ha mejorado sensiblemente la eficiencia en materia de procedimiento. Pero lo más importante para el ciudadano común es que actualmente en el área civil en sentido amplio, la persona que tiene un procedimiento en marcha justamente con la identificación única del expediente, que es un número de ficha de tres cifras, puede ingresar a través de internet y consultar el procedimiento y ver el curso que está teniendo. Eso implica una importante política de transparencia y la posibilidad de que el usuario controle por sí mismo el desarrollo de su procedimiento. Este es uno de los grandes logros en materia de gestión de lo que usted está mencionando.
Pero además de eso quiero mencionar un importante esfuerzo para mejorar los tiempos de los procedimientos. Solo se ha detectado algún problema a nivel de la justicia de interior, ha habido pequeños retrasos, incrementos en los tiempos o procedimientos de la justicia del interior, la Corte está investigando este tema. Pero por ejemplo a nivel de Montevideo se ha logrado reducir año a año la duración del procedimiento ordinario en primera instancia y ha habido un esfuerzo muy importante en la segunda instancia, donde hubo una reducción sensible. Como la Suprema Corte de Justicia tiene que dar el ejemplo fue la que logró la reducción más importante: los procedimientos que hace ocho o diez años podían durar un año actualmente tardan entre seis y diez meses, dependiendo de qué tipo de procedimientos estemos hablando, a no ser casos excepcionales que podrían contarse con los dedos de una mano.
***