Gonzalo Delgado: "Los clubes tienen que asumir que hay códigos de sanción" que sirven para "intimidar a los violentos"
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Los desmanes en el fútbol han generado que el propio presidente de la República haya tomado una medida drástica: no se desplegarán efectivos policiales en el Estadio Centenario y en el Parque Central. Esta medida pone en peligro la disputa de la fecha del campeonato de este fin de semana. Gonzalo Delgado, integrante del equipo de 13 a 0, realizó un análisis sobre esta problemática para En Perspectiva. Delgado afirmó que es momento de decirle que no a los "referentes de las barras", no más sueldos y no más aparatos "legalizados" de la barra.
(emitido a las 7.52 hs.)
EMILIANO COTELO:
Desde ayer la policía tiene prohibido desplegar efectivos en el Estadio Centenario y el Parque Central por orden expresa del presidente José Mujica al Ministerio del Interior (MI).
"Algo van a tener que hacer, o se van a terminar quedando sin deporte", la frase pertenece al subsecretario del Interior, Jorge Vázquez, en una entrevista que publica esta mañana el diario El Observador. Allí le preguntan cuál fue la decisión que tomó el presidente Mujica, él contesta: "La orden que tengo es no cubrir con custodia policial el Parque Central y el Estadio Centenario". "¿Por qué esos dos estadios y no otros?" "Porque ahí es donde se está desarrollando últimamente la mayor cantidad de incidentes. La idea -dice Jorge Vázquez- es que los actores que tienen algo que ver con este tema de la violencia en el deporte tomen algún tipo de medida que sea efectiva. Hace mucho tiempo que se viene hablando: se vienen flexibilizando medidas, siempre se piensa que vendrá alguna respuesta adecuada por parte de la hinchada, de la dirigencia de los equipos o de la Asociación Uruguaya de Fútbol, pero en la medida en que no hay una contrapartida en ese sentido, la decisión del presidente de la República es que no se cubran estas canchas".
¿El problema son las canchas o algunos clubes?, es la pregunta siguiente, y la respuesta: "El problema es generar un hecho que haga que exista una reacción por parte de los actores para que le encuentren una solución a este problema de la violencia en el deporte".
Es el tema del día, es una verdadera conmoción, no solo por el hecho de que el fútbol de este fin de semana -y quien sabe cuántos otros- quede en cuestión, sino por lo que está detrás, por la violencia que vuelve y que siempre es capaz de sorprender con niveles nuevos de agresividad, de locura, de comportamiento cada vez más alejado de lo que se supone que es el fútbol como entretenimiento, como disfrute, que podría y debería ser un espectáculo que la familia completa podría observar.
Es el tema del día y sin embargo cuesta encontrar a los protagonistas. La producción de En Perspectiva ha intentado hablar con el propio subsecretario Jorge Vázquez, la respuesta es que no va a hacer más declaraciones. También hemos ido en busca del presidente de la Asociación uruguaya de Fútbol (AUF), el doctor Bauzá, hemos ido también en busca de las autoridades del Ministerio de Deporte, por ejemplo el subsecretario Antonio Carámbula. Por ahora, ninguno atiende el teléfono.
Gonzalo Delgado, del equipo de 13 a 0, está con nosotros.
¿Cómo observaron ustedes esta respuesta tan drástica que se conoció anoche?
GONZALO DELGADO:
Ayer hablábamos bastante del tema en 13 a 0 con "el profe" Ricardo Piñeyrúa, a esa hora todavía no estaba la noticia que dio Vázquez después y que pone en riesgo la continuidad del fútbol. Acá hay un montón de hechos que se han ido acumulando en el tiempo y que evidentemente no tienen solución. ¿Hace cuánto estamos hablando de cómo parar la violencia?, ¿hace cuánto que hay discursos en pos de eso, y también algunas medidas? Creo que no todas han funcionado del todo bien, pero evidentemente acá hay varios puntos que deberían rediscutirse. Algunos más profundos, como el vínculo de estos "barras" con las instituciones, que es algo que les marca, me parece, el Ministerio del Interior a los clubes.
EC – Sí, ahí está el nudo de la cuestión, ¿no?
GD – Claro, pero es un nudo que me parece que tienen que deshacer entre todas las partes. Creo que obviamente, sin tener la capacidad de hablar de cuál debería ser la estrategia de seguridad del Ministerio para combatir la violencia -porque no tengo esas herramientas- se puede decir hasta por sentido común que algunas medidas no han funcionado del todo. Me parece que la más clara es que hubo un momento en el que el Ministerio de hecho validó a las "barras" cuando les dijo a los clubes que tuvieran un referente pago por ellos mismos y que fuera como el nexo con la tribuna. Yo sé que ahora hay una discusión sobre si el mensaje que quiso mandar el Ministerio fue avalar a las "barras" o cambiar la conducta a partir de ese hecho, pero lo cierto es que pasó y permitió a los dirigentes, sobre todo de los clubes grandes, deslindar la responsabilidad del vínculo: se mantiene como en otras épocas pero, a partir de ese momento, validado.
Creo que ahí hay un gran error por dos razones. La primera es filosófica: vos estás validando los códigos de la tribuna y aceptando a los intermediarios que quisieron ser líderes de la barra no porque se gradúen en Harvard, está claro. Cuando tenés un referente que puede controlar la violencia que generan 200 personas es porque impone cierto respeto dentro de sus códigos y por lo tanto es validar esos códigos. El otro punto es que además en la práctica ha demostrado que no funciona, el del otro día es un desborde más de los que ha habido con los dos grandes en distintas situaciones en las que la llamada "seguridad interna" no ha podido controlar lo que pasa en la tribuna cuando se desmadra.
Me parece que por los dos lados ese punto no cierra. Es un momento en el que hay que decir que no hay referentes, no hay chalecos, no hay sueldos, no hay aparato "legalizado" de la barra. Ese es un primer punto que volvería a discutir formalmente y que me parece que debería tener otro camino que los referentes, pero es una visión mía.
EC – Dejame agregar algo que es bastante obvio: se está dejando crecer un monstruo, las "barras" ya no son lo que eran, han ido aumentando en tamaño, en violencia, en métodos mafiosos. Están alimentando ese bicho, por ejemplo los dirigentes de los clubes que tienen esa relación ambigua de la cual, cuando hablan ante los medios de comunicación, francamente dan vergüenza.
GD – Pero además, yo me acuerdo de una nota que le hiciste hace no mucho tiempo al vicepresidente de Peñarol, Edgard Welker, en la que en un momento estaba complicado en la respuesta por eso mismo. Pero, insisto, me parece que tiene que haber un mensaje claro también del Ministerio de que ese vínculo no vale más, que no hay referentes, ni sentarse en la mesa con los referentes de las hinchadas para hablar de la seguridad, como el otro día antes del partido Nacional-Newell´s. No debería pasar por ahí, no deberían ser parte del aparato.
EC – El vínculo muchas veces termina siendo uno en el que los dirigentes, o algunos, en realidad funcionan chantajeados. El dinero termina corriendo en dirección a la barra porque amenaza a dirigentes o a la institución. Estamos hablando de ese tipo de cosas, y eso se tolera, se deja que continúe existiendo.
GD – Sí, y después hay otros puntos que me parecen interesantes. Yo no sé cuál debería ser el operativo para cada partido, está claro que las medidas que se han implementado en los últimos tiempos no han logrado erradicar lo que se buscaba y además han incomodado a la gente que quiere ir a la cancha. Hay un montón de medidas, por ejemplo la de no poder entrar con una botella de agua, pero como esa hay un montón de incomodidades que pasa el hincha cuando va, que al hincha común y corriente lo corre del partido y al "barra" no le genera demasiado cambio en su hábito y su conducta.
Entonces eso también ha sido contraproducente, obviamente no es a propósito, pero la baja de la venta de entradas en el último torneo yo creo que puede tener un factor deportivo y es lo mal que andan los grandes, pero también el de la incomodidad que le genera al tipo que quiere ir en una buena a la cancha desde sacar la entrada, que tiene que ver un manual cada vez para ver dónde y cómo puede sacar la entrada, hasta el acceso al estadio. Todas incomodidades que al barra en realidad no lo afectan en lo más mínimo, sigue teniendo su ritual habitual, sí al público común y corriente
Esos son algunos de los puntos, pero el que vos planteabas de la responsabilidad de los clubes me parece que también está latente. Yo quiero ser cauto, sobre todo como fueron los dirigentes de Nacional antes de la reunión, no tanto el presidente de Peñarol, Juan Pedro Damiani, después de la medida anunciada ayer por Mujica, pero me parece que el traslado de responsabilidades al otro como única razón del hecho termina siendo un problema. Por ejemplo, es indiscutible que el incidente en el partido de Nacional comienza porque un grupo de la barra no acepta la medida de no salir de la cancha, y también es evidente que los tipos iban a buscar a los de Newell´s, no era porque perdían el ómnibus y tenían que trabajar al otro día.
EC – Sí, había algunas señales en ese sentido. Leía hoy en El País: "Reparticiones policiales recibieron informaciones sobre que uno de los referentes de la hinchada de Nacional había decidido no concurrir al partido con Newell's para ‘no quemarse’. Eso llevó a los investigadores a concluir que los incidentes fueron planificados con anterioridad por una parte de la barrabrava de Nacional". Previo al encuentro varios programas deportivos radiales habían alertado que dirigentes de Nacional estaban en conocimiento de que podrían generarse disturbios en el partido.
GD – Está clara la raíz del incidente, entonces el encargado de la seguridad de Nacional no puede decir que la culpa es de la Policía porque según él habían quedado en que salían antes que los de Newell’s. Porque aunque hubiera sido así, más allá de la discusión mediática que hubo entre Ministerio y seguridad de Nacional sobre quién había dicho qué cosa, es insostenible que justifiques en esa medida los incidentes. Como tampoco la Policía debería justificar los abusos en que todo se complicó. Los traslados de responsabilidades me parece que no ayudan mucho, y en la asunción de responsabilidades también hay un rol de los dirigentes más genérico, no solo del vínculo directo con las "barras" que está bueno plantear.
Hay un montón de pautas de seguridad que la FIFA viene procurando hace mucho tiempo que los clubes de la AUF han hecho caso omiso. En Uruguay hace unos años los grandes presionaron para que José Luis Corbo (presidente de la AUF en ese entonces) sacara del artículo del código de penas la posible quita de puntos porque sentían que los perjudicaba deportivamente. Hace pocos días hubo que votar el nuevo reglamento de seguridad que implica sanciones muy duras para los clubes y que la FIFA pide que se vote, y los clubes no dieron quórum para evitar votarlo.
EC – Estamos hablando de un estatuto que incorpora las sanciones deportivas y económicas en los campeonatos de fútbol, en particular las deportivas, la quita de puntos en los casos de hinchadas que protagonizan episodios violentos.
GD – Hay una clara política de la FIFA que va a ese punto y que funciona así. De hecho, a Nacional ayer le abrieron un expediente en la Conmebol por los incidentes que le puede costar muy caro deportivamente, y la FIFA, que es el rector, tiene claro que por ahí es el camino para por lo menos colaborar por el lado del fútbol.
A mí me da gracia cuando la gente dice: "los hinchas idiotas que generan incidentes no saben de reglamentos y perjudican al club". Seguramente, pero uno, como generador del espectáculo, tiene que hacer todo lo posible para que eso no funcione, si igual después hay desbande, ahí sí habrá una responsabilidad del aparato de seguridad del Estado, pero uno tiene que mandar todas las señales posibles para evitarlo, no va a ser el responsable después si pasa, pero es aunque sea por omisión cuando no se toman todas las medidas necesarias para que no pase.
Entonces me parece que ahí también hay un punto a atacar, los clubes de una vez por todas tienen que asumir que hay códigos de sanción mucho más duros en todo el mundo, justamente para intimidar a los violentos. Obviamente el discurso público es "no lo votamos porque no soluciona nada", pero yo sé que en el fondo -y te lo dicen otros off the record- tienen miedo a salir perjudicados deportivamente, eso muchas veces lleva a que cueste más resolver estas cosas. Porque muchas veces, más allá del discurso, en vez de pensar en cómo se resuelve realmente esto, se pasa más a la chacrita de "esto a mí me puede perjudicar deportivamente, por tanto económicamente, entonces no me sirve".
Hay muchas puntas que deberían atacarse. Y cuando el fútbol dice "yo solo no puedo" creo que está bien. Evidentemente el fútbol solo no puede, si a la Guardia Republicana le cuesta enfrentarse a esos 200 tipos que los mataron a butacazos el otro día en la Colombes, está claro que el fútbol por sí mismo no puede, pero tiene la responsabilidad de dar todas las señales y de tomar todas las medidas que pueda para por lo menos no colaborar con omisión con que esas cosas pasen. Ni que hablar de los vínculos directos.
EC – Agrego que el problema no es solo lo que estamos viendo, el problema es lo que viene, tenemos ejemplos muy cercanos: Argentina, ¿qué límites puede terminar alcanzando el crecimiento deforme e inmanejable de las mafias generadas en torno a las "barras"?
GD – Sí, los tipos de Argentina que hoy controlan parte de la economía del club.
EC – Por ejemplo.
GD – Hasta otras cosas…
EC – Y los enfrentamientos internos, las guerras ente sub "barras" de un mismo equipo, guerras a muerte realmente.
GD – Esas guerras son porque el botín vale la pena, ese es otro punto: mientras haya botín, mientras haya entradas para repartir, viajes, un jefe de barra que tiene un sueldo porque es el líder positivo, va a haber por qué pelearse. Volvemos al principio de la charla, respecto a la validación de determinados métodos y conductas desde la sociedad. Ahí hay otro punto que está bueno marcar y es el de la sociedad en general. Yo tengo amigos que hasta el día de hoy te dicen: "la verdad es que estuvo muy mal lo del otro día pero por algún lado tiene que explotar", y no es así. Hay un montón de gente que en su vida es absolutamente racional y en el estadio da por válido conductas que en su vida cotidiana le parecen impresentables. En esa cosa de "ah, es una canción que canto" o "es parte del color" muchas veces terminan validando conductas que ellos no llevarían adelante y que en otros ámbitos le parecen condenables.
Ahí también hay un punto, obviamente que no es práctico ni de medidas concretas, pero sí de conducta cultural que en algún momento tiene que empezar a cambiar como colaboración para que también la violencia no funcione. Sentirte validado como violento por el resto de un estadio también es parte del premio.
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EC – Los mensajes de los oyentes se amontonan. El asunto es apasionante. Hay alguno que dice: "vamos a dejar de llamarles 'barras' a esos grupos de hinchas, vamos a llamarles por lo menos patotas", podríamos agregar otros términos, "mafias", "maras", pero efectivamente quizás lo de "barras" ya ni corresponde.
Otro dice: la solución es un año entero de fútbol sin público en las canchas.
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