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Miguel Barrios: Se reiterarán los pedidos de seguridad para el personal policial "que parecen no tener eco en el Ministerio del Interior"

Miguel Barrios: Se reiterarán los pedidos de seguridad para el personal policial "que parecen no tener eco en el Ministerio del Interior"
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Dos incidentes en seccionales policiales durante el fin de semana sacudieron a las zonas del Cerro y Casavalle. Las autoridades creen que son enfrentamientos entre vecinos, pero el personal policial estima que es aún más grave y que no se puede minimizar situaciones así. Habrá una reunión esta tarde para evaluar la situación y ver qué medidas se tomarán. En Perspectiva conversó con Miguel Barrios, policía ejecutivo y secretario de Asuntos Legales del Sindicato Único de Policías del Uruguay, sobre la preocupación a propósito de estos hechos. Barrios relató que el Ministerio del Interior está llevando a cabo un proyecto de metas que consiste en destinar 85% del personal al patrullaje y dejar solo 15% adentro de las seccionales. Según Barrios, esta medida deja con poca protección al personal de las seccionales. Desde los trabajadores existe la duda de por qué el "Ministerio del Interior no adoptó algunas medidas de seguridad, al menos en las seccionales donde se suponía que esto podía pasar".

(emitido a las 7.52 hs.)

EMILIANO COTELO:
El ambiente policial se vio conmovido en las últimas horas por dos hechos que, a priori, resultan insólitos y parecen algo infrecuentes.

El primero de esos hechos tuvo lugar en la zona del Cerro el sábado de noche. Un grupo de jóvenes festejaba un cumpleaños cuando un vecino realizó una denuncia por ruidos molestos. Un móvil de la Unidad de Respuesta de la Policía de Montevideo (URPM) llegó al lugar para pedirles que bajaran la música, pero uno de los jóvenes se desacató y fue detenido; como estaba alcoholizado debió ser trasladado al Centro Coordinador del Cerro. Mientras, el resto de los jóvenes llegó en patota a la seccional 24 exigiendo que liberaran al arrestado, pero los efectivos todavía desconocían la situación porque el móvil todavía no había llegado. Dos policías que estaban en la recepción cuando los individuos llegaron al lugar fueron a averiguar, dejando solos a los reclamantes, y en ese momento éstos aprovecharon para llevarse los libros de guardia y un libro de seguimiento de denuncias. Con esos materiales se fugaron. Al volver los efectivos no solo se encontraron con que ya no estaban los jóvenes, sino que además no tenían los libros, por lo que éstos y otros dos policías más salieron en búsqueda de estas personas en el preciso momento en que el móvil volvía con el detenido a la seccional. Allí, según contaron fuentes allegadas a la comisaría que cita el diario El País, 11 personas intentaron liberar a su amigo enfrentando a los policías policiales, por lo que fueron detenidas.

El otro hecho tuvo lugar casi a la misma hora pero en la seccional 17, ubicada en Bulevar Aparicio Saravia, en pleno barrio Municipal. Un móvil llevaba información sobre algunas denuncias realizadas en el correr de la tarde, en la puerta de la comisaría los efectivos de ese móvil le explicaban a otros dos policías cuáles eran las situaciones de los procedimientos que se estaban realizando cuando de pronto se escucharon tres detonaciones cercanas al lugar. Lo primero que hicieron los policías fue ponerse a resguardo de los balazos detrás del móvil y se prepararon para repeler un posible ataque, tal y como marca el protocolo policial para estas situaciones. Sin embargo, los disparos cesaron.

Desde Jefatura se señaló que no hay pistas sobre los agresores, y ni siquiera se sabe si dispararon desde un auto o una moto porque la zona está a oscuras ya que varias de las columnas del alumbrado público se encuentran rotas. También se señala que no hay certeza de que se trate de un atentado contra la Policía: "no descartamos que haya sido un enfrentamiento entre vecinos y que los balazos llegaran hasta la seccional". Pero desde los gremios policiales se manifiesta disconformidad por esta versión, se muestra contrariedad por la forma en que las autoridades intentan bajarle el perfil a hechos como estos.

Justamente vamos a conversar con Miguel Barrios, policía ejecutivo de la seccional 8 de Montevideo y secretario de Asuntos Legales del Sindicato Único de Policías del Uruguay.

ROMINA ANDRIOLI:
¿Cómo están viendo estas situaciones que aparentemente son hechos insólitos? ¿Qué percepción tienen desde el sindicato?

MIGUEL BARRIOS:
En primer lugar mucha preocupación porque es muy correcta la narración que se hizo de lo sucedido en esas dos unidades, pero hubo otros hechos que sucedieron antes de estos dos y que si bien no tomaron estado público ya empezaron a mostrar la poca protección que tienen las seccionales hoy en día.

RA – ¿De qué situaciones estamos hablando?

MB – Hubo un evento anterior a estos dos en la seccional 23 donde una persona hurtó parte de una computadora en plena seccional. Quedó registrado en las cámaras, después vino la actuación administrativa con las sanciones correspondientes y todo lo demás. Pero esto habla de una carencia de personal importante.

A esto hay que agregar que el Ministerio del Interior en su nuevo proyecto de metas de compromiso de gestión para este año tiene como una de ellas destinar el 85% del personal al patrullaje y dejar solo al 15% restante adentro de las seccionales. Hablar de 85% y de 15% puede sonar a cifras mayores, pero en realidad en cada turno estamos hablando de muy poco personal en las comisarías y seccionales.

RA – En este caso que usted mencionaba entienden que el problema fue por falta de personal, por una cuestión de inseguridad dentro de la propia comisaría.

MB – Claro.

RA – ¿O le atribuyen otras cuestiones?

MB – Hay varios factores, uno de ellos es la poca protección que hay a nivel de personal para resguardar la unidad, es algo básico poder resistir la posición que ocupa el funcionario policial a la hora de enfrentar un evento como el que sucedió en la seccional 24. Eso ocurrió el viernes de noche y lo de la seccional 17 ocurrió el domingo a las 20.30.

RA – Este conjunto de situaciones que está describiendo, ¿cómo lo ven desde el sindicato? Usted mencionaba algo en cuanto a falta de recursos y de personal, ¿hay algo más?

MB – En otros momentos había personas con armas largas que estaban en las unidades policiales, eso con el tiempo se fue perdiendo. No tenían munición letal para controlar alguna especie de agresión contra la unidad o estas situaciones que de repente se tienen que manejar con otro tipo de seguridad.

No olvidemos que las seccionales policiales muchas veces están albergando detenidos, que manejan información clasificada y que no puede caer en manos de cualquier personas, porque están los datos no solamente del movimiento de la seccional sino también de las personas que van a hacer las denuncias, incluyendo direcciones, teléfonos, qué y a quién denuncian, y esto puede ser un hecho grave, nosotros lo vemos así.

Por otra parte -y a las pruebas me remito-, el ministro del Interior fue entrevistado por radio CX36 el día 11 de este mes cuando se inauguró el Centro Quirúrgico y Sala de Biovigilancia del Hospital Policial y se le consultó si manejaba información de que un narco conocido había tenido alguna especie de intención de atacar una de las seccionales como para demostrar que su estructura organizativa era de un tamaño tal que podía hacerse cargo de la distribución del narcotráfico desde Uruguay para Latinoamérica.

RA – ¿Y ustedes vinculan ese comentario del ministro Bonomi con el hecho que se dio este fin de semana?

MB – El ministro en esa entrevista que nosotros tenemos grabada reconoce que tiene conocimiento de esa información y que lo está estudiando. Particularmente el objetivo de la amenaza de este narco caía sobre la seccional 17 por su ubicación, está en un lugar bastante caliente, y luego se manejaba la posibilidad de la 24 o la 21. Tenemos 25 seccionales y en ese marco es mucha casualidad que a pocos días de que se tome conocimiento por parte del Ministerio del Interior suceda este hecho y justo en la seccional 17.

RA – ¿Pero advierten que este hecho puede ser una nueva tendencia de los delincuentes, de los narcotraficantes en este caso, de tomar represalias contra la comisaría como tal?

MB – Durante el año pasado y el anterior se han visto tomar represalias por el hecho de ser uniformados en barrios donde sabemos que la presencia policial molesta a algunas actividades que se realizan. No sería de extrañar que esto se empiece a trasladar directamente a las unidades policiales; esto no es novedad en Latinoamérica.

A nosotros nos preocupa mucho la seguridad de los trabajadores policiales y así nos lo manifestaron algunos de ellos cuando se enteraron de las situaciones que acabamos de plantear. Se preguntan lo mismo que nosotros: por qué el Ministerio del Interior no adoptó algunas medidas de seguridad, al menos en las seccionales donde se suponía que esto podía pasar, a los efectos de proteger a los policías para que desarrollen su normal actividad en relación a los habitantes. Esto no sucedió, todos lo esperábamos.

Ahora Policía Técnica dice que no encuentra elementos de convicción para decir que fue un atentado, pero tampoco como para decir que no lo fue.

RA – Incluso fuentes de Jefatura de Policía de Montevideo que hoy cita el diario El País señalan que no hay certezas de que se trate de un atentado contra la Policía, no descartan la posibilidad de que haya sido un enfrentamiento entre vecinos y que los balazos hayan llegado hasta la seccional.

MB – Bien, es loable esa teoría, pero yo me pregunto: un enfrentamiento entre vecinos un domingo a las 20.30 cuando todo el mundo está festejando Pascuas, en frente a una seccional, a menos de 50 metros… Es raro, a nosotros nos genera muchas dudas.

RA – ¿Qué diálogo han tenido por este tema con las autoridades del Ministerio?

MB – Directamente desde que tomamos conocimiento de este hecho no tuvimos, esta tarde a las 14.00 se reúne la Comisión Directiva Nacional en Florida, donde tenemos la sede central, y allí se van a plantear algunas estrategias. Habíamos tenido una reunión con el presidente del sindicato y el jefe de policía el domingo pasado, este tema se planteó, esta información se reconoció por parte del jefe, pero en los últimos días se maneja como una hipótesis no muy cierta.

El pedido de reforzar la seguridad en las seccionales se reiteró, así como otros temas que se hablaron con el jefe de Policía, inspector Mario Layera, y en definitiva lo único que puede hacer el gremio es apuntar la preocupación antes de que las cosas lleguen a mayores.

RA – ¿Pero qué respuesta tuvieron de parte de las autoridades? ¿Se va a reforzar la seguridad o todavía no tienen respuesta en ese sentido?

MB – Es que increíblemente después de 20 días de haber tomado conocimiento de esto lo empezaron a manejar como una hipótesis cada vez menos probable, algo que obviamente nosotros manifestamos que no iba a ser de la noche a la mañana que esto sucediera o que no esperáramos un resultado contundente y negativo para tomar alguna medida de protección. Es más, cuando esta noticia se hizo conocida entre los trabajadores policiales, y así lo canalizaron a través de nosotros, lo primero que ellos estaban solicitando era un apoyo especial o extraordinario. No es fácil trabajar en esos contextos todos los días, ya no es fácil llegar e irse de las unidades con los contextos críticos que a veces tienen que atender.

En este sentido ustedes recordarán que después del evento del correo habíamos pedido la descentralización de algunos grupos de la Guardia Republicana para responder a determinados hechos de violencia extraordinaria o de algún embate de violencia que resulte extraordinario a lo que tiene como cometido la seccional policial. Esto era muy importante para nosotros, se descartó porque no se consideró necesario; nosotros seguimos insistiendo en la misma idea, nos parece que es necesario, así como dotar a las seccionales policiales de alguna otra seguridad. Si ustedes van a la seccional 17 van a ver una reja perimetral, eso no es seguridad, a veces es preferible un muro que una reja por la simple razón de que a veces se están bajando personas detenidas por algunos lugares, están a la vista de la gente y los trabajadores quedan expuestos.

Estas son las preocupaciones que nos convocan a reunirnos en Florida a las 14.00 para definir los próximos pasos. A nivel de organización no hay una acción definida, sí hay preocupación por volver a reiterar ciertas cosas que parece que no tienen eco en el Ministerio del Interior y que a nosotros nos resultan esenciales para el trabajo. En los días en los que se tomó conocimiento de esta información por parte del gremio el ánimo de los trabajadores que estaban ahí era de incertidumbre, no pueden canalizarlo a través de sus respectivos jefes porque son desoídos y a veces se minimizan estos resultados.

Hay una declaración del director de la Unidad de Comunicación del Ministerio del Interior (Unicom), Marcelo Barzelli, que habla de que estos hechos son poco menos que regulares en las unidades de la policía, y esto no es cierto. Hablo con propiedad, he estado en unidades policiales muchísimos años, y lo que es natural es que cuando hay una persona detenida venga algún familiar o amigo a preguntar por esa persona, es obvio que tiene derecho a información básica: hora de la detención, causa, magistrado que atiende, si tiene un abogado para llamar, algún guía religioso, incluso está redactado de esa forma en la ley, pero no es cierto que venga una banda de personas a buscar a una persona que está legalmente detenida.

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