La alcaldesa de la localidad de Guichón denunció una red de narcotráfico instalada en el lugar y logró la detención de los responsables
El narcotráfico golpeó duramente a la pequeña localidad de Guichón, en Paysandú. Un hombre de Montevideo se instaló en ese lugar y puso una boca de venta de drogas. La alcaldesa del Guichón, Lourdes Suárez, emprendió una cruzada en contra de este grupo de ciudadanos que instalaron la violencia y la inseguridad en la población. Consultada por En Perspectiva, la alcaldesa contó cómo se sucedieron los hechos y lo que llevó a que ella tomara la decisión de denunciarlo públicamente. "Yo me puse esto al hombro, yo tengo que hacer algo porque Guichón no puede más, la gente está como atragantada, angustiada" relató Suárez. También reafirmó que no está arrepentida de lo que hizo, "es mi cargo y es lo que tenÃa que hacer" sentenció.
(emitido a las 7.50 hs.)
EMILIANO COTELO:
La localidad de Guichón, en Paysandú, con poco más de 5.000 habitantes, no estaba acostumbrada a picos de violencia como los que venÃa sufriendo desde mediados del año pasado. Un hombre procedente de Montevideo, concretamente del Cerro, desembarcó allà y puso una boca de venta de drogas enmascarada como un almacén 24 hs.
Poco tiempo después de su arribo comenzaron los actos de vandalismo, las amenazas y las represalias contra cualquier que se interpusiera en su camino. Ayer un operativo policial logró capturar a este hombre de 39 años y a una veintena de secuaces que tenÃan relación con sus actividades ilÃcitas.
Lourdes Suárez, alcaldesa de Guichón, tuvo un rol preponderante en estas actuaciones. Sus denuncias ante la prensa fueron el detonante para que las autoridades tomaran conocimiento de lo que venÃa ocurriendo y decidieran proceder.
Vale la pena conversar con ella, creo que la historia tal cual se ha difundido remarca el papel que ella jugó y la valentÃa con que se movió.
LOURDES SUÁREZ:
La verdad es como lo estás contando. Guichón es una población de más de 5.000 habitantes y más o menos desde junio del año pasado empezamos a observar que algo habÃa cambiado y que iba a pasos agigantados, porque la agresividad que existÃa, las amenazas, desde quemaduras de casas y de motos, intentos de quemar un vehÃculo, robos de bicicletas, de casas. La verdad que fue bastante problemático para nosotros.
EC – ¿Por qué se producÃan esos hechos de violencia? ¿Por qué agredÃa de esa forma o tomaba represalias? ¿Ante qué tipo de conductas de otra gente?
LS – Por ejemplo la quema de una casa fue porque el hijo de este señor tuvo un enojo con el hijo de la dueña de casa. Se salvaron algunas casas porque estas bombas molotov fueron llevadas por algunas personas inexpertas y no llegaron a su fin, no entraron en las ventanas de las casas para poder quemarlas sino que quedaron afuera.
EC – O sea que los daños pudieron haber sido mayores, entonces, habÃa otros cócteles molotov que no llegaron a destino.
LS – En los últimos dÃas incluso se comenta que una de las casas fue un objetivo equivocado porque tienen un hijo cieguito y no era para ellos sino para otra persona. Eso es poco, si contamos son mucho más los daños que se hicieron.
Lo increÃble era que no se sabÃa quién era porque no dejaban rastros o no lo veÃan. Esta gente de la casa incendiada lo vio, denunció, y el hijo tuvo un ingreso al INAU [Instituto del Niño y el Adolescente Uruguayo] por eso. Pero en muchos casos disparaban y no se sabÃa quién era o era gente de otro lado, venÃan no sé de dónde, si del Cerro de Montevideo o de cualquier lado del paÃs, y hacÃan las cosas y se iban sin dejar rastro. Era una de cosas que pasaban acá en Guichón que de verdad llamaba la atención.
EC – ¿Pero ustedes sabÃan que tenÃan a un narco instalado allÃ?
LS – No, no sabÃamos eso. Cuando yo pedà una reunión con el jefe de PolicÃa de Paysandú, Alberto Manuel Camacho RodrÃguez, nos enteramos de algunas cosas que no sabÃamos. Nos decÃan que de noche se vendÃa droga en "la ventanita", porque se habÃa hecho una casa de bloques de dos pisos y habÃa una ventanita con rejas por la que atendÃa.
EC – Durante el dÃa ese era un local comercial común y corriente.
LS – SÃ, con precios bajÃsimos. Nadie entraba, todas las ventas eran por la ventanita. Por eso a este señor se le decÃa "el de la ventanita".
HabÃa comprado un auto nuevo y los comerciantes estaban muy enojados porque si tenÃan que vender algo a $30 él lo vendÃa a $8, si tenÃa que vender azúcar suelta pedÃan medio kilo y les daba casi un kilo, iba regalando. Entonces un sábado de noche fuimos con Tránsito de Paysandú y le incautamos la moto a la hija, una menor, que no tenÃa chapa, patente ni casco, la cilindrada tampoco correspondÃa para ella, y se la llevan al corralón.
El inspector de tránsito les dice a los de Paysandú quién era el padre, que inmediatamente llegó al corralón y decÃa cosas como que si tenÃa que pasar el portón por arriba lo pasaba, que no le importaba nada, que le dieran la moto, que era de la hija, que tenÃan que dársela ya y que si no se la daban ya "yo sé dónde está el hijo de la alcaldesa" (yo tengo un hijo solo que está estudiando facultad en Montevideo, en ese momento estaba en Guichón). Después dijo también que todos los inspectores de tránsito tendrÃan sus familias en Paysandú, y decÃa: "estoy muy comunicado con los de arriba", "tengo conexiones", "a mà nadie me hace nada".
EC – Ese episodio fue el detonante, allà usted resuelve que hay que hacer algo.
LS – Claro. Hablo con el inspector de tránsito, me pide ayuda, entonces hablo a la PolicÃa para que fuera hasta el corralón. Cuando llega la policÃa el tipo ya se habÃa ido.
Ahà llamo al comisario, él llama a la jueza de paz de acá, después se comunica con Paysandú; al otro dÃa yo hago una demanda penal porque ya sabÃa que este tipo tenÃa amenazada a mucha gente y que muchas veces esas amenazas llegaban a término porque algo les hacÃa en la casa. El problema era descubrirlo y encontrarlo, porque siempre era con otras personas.
EC – O sea que usted decide enfrentarlo, toma la iniciativa, pero por eso usted estaba corriendo riesgos, porque tengo entendido que usted vive sola, ¿puede ser?
LS – SÃ, yo soy divorciada hace siete años y estoy sola en una casa grande.
EC – ¿Y no pidió custodia?
LS – Además yo soy médica, tenemos guardias de retén, entonces dos veces por semana puedo salir a cualquier hora de la madrugada si me llaman. La verdad que pasé miedo. Inmediatamente pedà reunión con el jefe policial de Paysandú, él nos querÃa atender al otro dÃa, le expliqué al intendente Bertil Bentos lo que estaba pasando y él quiso estar también, asà que la reunión quedó para el lunes de Semana Santa. Antes me habÃa reunido con el Consejo, llevé a la reunión a un concejal de cada partido polÃtico. Al final el intendente no nos pudo acompañar, fue el director de AsesorÃa Letrada, un abogado, y también estaba el jefe de PolicÃa de Paysandú y todos los jerarcas del comando de esa jefatura, asà como el comisario de Guichón.
Hablamos bien clarito a puertas cerradas sobre cómo estábamos pasando, yo como médico tengo que mantener secreto profesional pero sà podÃa decir que habÃa consultas con lágrimas en los ojos, llorando, la gente estaba mal por los problemas con el hermano, el tÃo, el abuelo, con lo que sea, porque cuando tenÃa un problema con alguien por droga se metÃa con toda la familia. También apuñalaron a una persona acá en 18 de julio y no sabÃamos si habÃa sido mandado o no, se comentó que sÃ, pero no tengo idea. Las barbaridades que pasaron en Guichón eran muy extrañas en una población chica que si bien tiene hechos vandálicos a veces no eran como lo que estábamos pasando.
EC –Después de esa reunión se resuelve actuar, las autoridades toman la iniciativa.
LS – Claro, ahà le explicamos que tuvimos un inconveniente con el hijo mayor, que es menor de edad, y nos rompieron el vidrio del municipio; le sacamos la moto a la hija y nos sacaron los vidrios del corralón, los vidrios de la sala velatoria, nos abrieron el centro médico que es de la Intendencia, nos tiraban los tachos de basura en el medio de la calle.
En esa reunión nos enteramos de que este hombre ya era muy conocido, de algunas cosas que puedo decir y otras que no porque son secretas, pero en realidad era mucho más grave de lo que nosotros pensábamos. Le expliqué al jefe de PolicÃa de Paysandú: "Yo salà a la prensa, dije lo que nos habÃa pasado porque es un municipio, las cosas no son nuestras sino del pueblo, uno acá está transitoriamente, y esto se está destrozando, y fue por la parte de inspectores hoy, mañana por otra cosa, yo no sé cómo se va a manejar este señor".
Ese dÃa que tuvimos problema con el muchacho. Paró su auto enfrente al municipio en 18 de julio e hizo rodar las ruedas para hacer salir humo y hasta chispas salÃan de las ruedas.
EC – Queda clara la descripción del clima tremendo que ustedes estaban teniendo que vivir.
LS – Claro, después interceptó a mi hijo en la calle y le dijo que no Ãbamos a tener problema, que no nos iban a hacer daño, yo me puse muy nerviosa. En estos últimos dÃas lo llamó para decirle que yo sacara la denuncia penal porque él iba a ir de seis meses a un año a la cárcel y mi hijo le preguntó si él no se dio cuenta de todas las amenazas que hizo a jovencitos, a chiquilines. Él está vendiendo droga y si de repente no le pagaban o le debÃan, los sentenciaba. Otros vecinos me decÃan que el tipo bajaba del auto y señalaba con los dedos a los chiquilines.
EC – Desde que usted presentó la denuncia, ¿permaneció sin custodia o tuvo algún tipo de respaldo policial en su casa?
LS – No, no tuve ninguno, lo que sà tuve fue que salÃa y la policÃa estaba a media cuadra. Se hizo un movimiento con una muchacha jovencita que tiene cáncer y yo fui a la plaza, pero con un poco de miedo me iba de nuevo. Si tenÃa que ir a otro lado, o a alguno de los varios festivales que hubo también iba solo un ratito. Siempre cerca estaba la policÃa.
ROMINA ANDRIOLI:
¿Qué tan grave es el problema del consumo de drogas en Guichón? Porque por lo que usted está contando parece algo bastante extendido.
LS – El consumo de drogas es importante, al ser médica ando de madrugada y a veces en el verano como la mutualista me queda a pocas cuadras me iba caminando…
RA – ¿Pero empezó a ser un problema a partir de la llegada de este hombre?
LS – No, no, esto ya estaba implantado acá. Ahora fue peor, se comenta que iban a comprar un tanto de droga y les daba más, los endulzaba, como que regalaba todo, era una cosa como el lavado de dinero.
Yo el otro dÃa en la prensa de Guichón dije lo que nos habÃa pasado en el municipio y dije: si me pasa algo a mà o a mi hijo ustedes saben a quién pueden investigar, pero yo tengo que ponerme esto al hombro, yo tengo que hacer algo porque Guichón no puede más, la gente está como atragantada, angustiada. La prueba está en que desde que pasó este operativo tan grande en el que allanaron varias casas hemos recibido cantidad de mensajes que nos han hecho lagrimear. Pero sà te digo que también hemos lagrimeado por esta decisión de valentÃa, pero que después me costó lágrimas de mi hijo, y cuando vos ves a un hijo llorar te caés también.
EC – Lourdes, ¿desde cuándo es alcaldesa usted?
LS – Desde julio de 2010.
EC – Nunca pensó que ese cargo iba a implicar para usted una responsabilidad como esta, ¿no?
LS – No, he pasado cosas importantes, no sé si se acuerdan de aquellos tachos de Endosulfán que habÃan sido tirados de forma irresponsable, que se conoció a nivel nacional.
Tuvimos un inconveniente también con un periodista de Paysandú que hoy creo que no tiene audición, que era rechazado por todo Paysandú, una persona indeseable. Tuve un juicio con él también.
Mire que me ha costado, muchas veces defendemos la parte de género y yo decÃa que tengo que ser valiente y tiro para adelante, hacÃa de cuenta que no pasaba nada, salÃa e iba al municipio, pero ya te digo, lo de mi hijo me tocó mucho y me sostuvieron mis amigas y la gente que está a mi lado. Pero no me arrepiento de lo que hice.
Anoche me llamó el comisario para ver si habÃa tenido otra amenaza por esto que pasó, le dije que un periodista recibió un mensaje y que el hijo de este señor estaba haciendo picaditas frente a la radio cuando hablaban del tema, porque el chiquilÃn está acá. Voy a hablar con el jefe de PolicÃa cuando me reintegre -porque debido a esto hice una gastritis enorme que me tuvo internada- y le voy a decir que por favor nos custodien un poco más tanto a los periodistas que tuvieron este inconveniente como a nosotros y a los que estamos implicados en esto. Esto no quita que no estoy arrepentida para nada, es mi cargo y es lo que tenÃa que hacer si el pueblo estaba asÃ.
Yo saqué lo que el pueblo estaba sintiendo en ese momento, que no se animaba a decirlo, nadie se animaba a hablar, pero todo el mundo te paraba en la calle y te decÃa "la policÃa no hace nada". Aquà tenemos un ejemplo para agradecer al grupo GEO, al grupo de narcotráfico, al jefe de PolicÃa de Paysandú, a los inspectores, a la gente de seguridad, al comisario de Guichón, a la PolicÃa, porque como alcalde te digo, en nombre del pueblo de Guichón, estamos totalmente agradecidos por lo que se hizo el otro dÃa.
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