(emitido a las 7.51 hs.)

EMILIANO COTELO:
Para Uruguay, este Mundial era una apuesta que iba más allá del fútbol.

Las previsiones del Gobierno indicaban que un buen número de los turistas que viajaran a Brasil por la copa del mundo podrían optar por complementar su itinerario visitando también nuestro país.

Al mismo tiempo había expectativa sobre la presencia de brasileños que llegaran a Uruguay para refugiarse, escapando del "ruido" mundialista.

Si a todo eso se le sumaba el movimiento interno que habitualmente generan las vacaciones de invierno, podía esperarse resultados interesantes en estas dos semanas, que ayudaran a compensar, en parte, una temporada de verano que, como sabemos, fue floja.

¿Qué ocurrió finalmente? Vamos a averiguarlo, estamos con Juan Martínez, presidente de la Asociación de Hoteles y Restaurantes del Uruguay y vicepresidente de la Cámara Uruguaya de Turismo.

ROMINA ANDRIOLI:
¿Cómo ha sido la actividad por estos días a partir de las expectativas que estaban previstas a raíz del Mundial?

JUAN MARTINEZ:
Esa era un poco la expectativa que había a nivel de Gobierno por ambos lados: la llegada de aquellos brasileños que preveían un clima un poco denso por el Mundial y querían buscar tranquilidad aquí y las visitas de los extra región. Hasta la fecha no se ha dado ninguna de las dos cosas en forma importante. Si bien hemos recibido algún brasileño, algo habitual en esta fecha del año (sobre todo hace unos días con el feriado del corpus cristi), no es algo a destacar, no hubo una presencia más significativa que otros años.

Todavía no se ha visto en forma masiva el extranjero extra región que vino al Mundial y que haya derivado aquí. Alguno ha venido, algún mexicano, algún colombiano, pero son números muy ínfimos que no pesan en ningún relevamiento importante. Pensábamos que ahora sobre el final puede ser que exista en Buenos Aires, que es un polo más interesante para los que vienen de Europa, y de allí rebote alguno a Colonia por el día por ser patrimonio de la Unesco. Pero eso todavía es un deseo que no se ha cumplido.

Creo que el Mundial ha repercutido en el sentido inverso: muchos uruguayos se han ido, adelantando allí sus vacaciones de julio, han invertido sus gastos previstos para turismo en el Mundial. Prueba de ello es que hemos arrancado unas vacaciones de julio con muy poco movimiento interno en todo el país.

RA – Antes de meternos con el tema de turismo interno: en estas fechas tan particulares, ¿a qué atribuyen ustedes el hecho de no haber logrado captar ya sea la llegada de brasileños que querían huir o la de extranjeros que acudieran al Mundial?

JM – Es muy difícil, primero entiendo que para que eso sea así habría que haber hecho promociones en los lugares de origen de los visitantes.

RA – ¿Y eso no fue suficiente?

JM – Eso no fue suficiente, acá no es tema solamente de Gobierno, trabajamos todos juntos y tenemos que hacer también mea culpa a nivel privado. Creo que no existieron propuestas concretas integrales de país, que lamentablemente no existen. El país no se vende en forma integral ofreciendo traslado, hotel, paseos, tenemos muy pocos operadores receptivos y esos pocos a veces no concurren en forma tan integrada con la propuesta de destino país a lugares de origen donde se pueden vender estas propuestas.

Cuando tú querés ir a Europa es fácil conseguir recorrer Francia, España e Italia, pero desde Alemania, Italia o Francia que te vendan Río de Janeiro, Cataratas, Buenos Aires y Punta del Este es muy difícil. Creo que ese es uno de los principales problemas, no sabemos cómo vendernos, o no podemos o no nos damos todavía idea de cómo armarnos en forma integral en la región para hacer parte de un turismo regional que el que visite la zona visite todo el América del Sur cercano.

EC – También es cierto que Brasil es demasiado grande. Para los turistas que llegaron de lejos a Brasil ya los desplazamientos internos para ir a una sede u otra de los partidos del Mundial implicaban viajes largos.

JM – Eso ni que hablar, es un país continente. El primer problema que nos presenta es que el brasileño es como el estadounidense: vacaciona en su país, tiene todas las opciones y le cuesta mucho salir a recorrer. A veces uno impulsa el destino sol y playa cuando sabemos que en ese rubro Brasil es el número uno.

Es muy difícil, primero, atraer brasileños y segundo, como tú dices, traslados muy grandes donde tienen toda la oferta turística posible. Se hace muy cuesta arriba. Tampoco hubo una promoción muy fuerte, si bien allí estuvo Uruguay Natural con el Instituto Nacional de Carnes (INAC) haciendo una promoción de carne uruguaya con degustaciones en varias sedes para tener presencia uruguaya y que por lo menos consulten qué es eso, dónde queda, "capaz que vamos". Eso fue lo que se hizo.

Todavía no hay éxito en cuanto a la venida de la forma masiva que uno esperaba, no hay un movimiento importante. Sí, alguno está viniendo, pero no es la afluencia que se esperaba dada la magnitud del evento.

RA – Además de la falta de promoción, ¿el factor precios puede haber incidido?

JM – Eso es relativo, porque el que va al Mundial ya tiene una expectativa de precios alta, el Mundial por sí solo es caro en Brasil, más que otras épocas del año, y ahí estamos bastante similares porque se acomodan todos los precios en relación a lo que está viviendo Brasil.

RA – ¿Pero no han optado por otros destinos como Argentina, por ejemplo, con el que podríamos competir por los que llegaban al Mundial?

JM – Es muy probable como te decía que visiten Cataratas o Buenos Aires, que son opciones un poco más económicas y creo que turísticamente pesan más que nosotros. En esos casos esperamos algún rebote, sobre todo a Colonia por ser patrimonio de Unesco. Pero en general las opciones que creemos que van a tomar son hacia el lado argentino por el tema precio y también por la oferta distinta que tiene en esta época del año.

RA – Y usted señalaba anteriormente que también en materia de turismo interno, teniendo en cuenta las vacaciones de julio, el Mundial tuvo efectos no esperados. ¿Qué ha pasado en los principales destinos?

JM – El tema de que las vacaciones cayeron tan arriba del Mundial generó que mucha gente se haya adelantado, se fue al Mundial y sus ahorros los invirtió allí, quedando poco para distribuir ahora en estas fechas del año. El primer fin de semana de vacaciones de julio arrancó muy bajo con destinos como el este, donde prácticamente no se ha sentido. Como es lógico la zona termal, que es la de más afluencia en esta época del año, ha arrancado con un 40%, 45%, en algunos lados un 50% de ocupación, esperando que la segunda semana, que generalmente es la que más arrastra turismo hacia el interior, genere allí un incremento importante y pueda compensar en algo esta primer semana floja.

Pero más que nada lo que va a ser es un turismo de vacaciones de julio apuntando a termas, muy poco en Colonia, para peor estamos teniendo noticias de que el clima no va a ser muy bueno, pero Colonia puede andar bien. Destinos de sierras en la parte de Minas también pueden caminar.

El este lamentablemente no va a tener una gran afluencia, tampoco es la época del año para que la tenga. Y tampoco se dio, por lo que he hablado con colegas de otros rubros del turismo, unas vacaciones de julio que tengan turismo emisivo, tampoco están saliendo a otros destinos como a veces ocurre, que van a Cataratas, Bariloche, a los más cercanos, tampoco se está produciendo. Por lo tanto estimamos que como te dije al principio: acá hubo una inversión previa en el Mundial, se jugaron allí todos los ahorros y ahora está difícil lograr que el turismo interno de vacaciones de julio sea importante. Nadie piensa revertir lo que pasó el verano pasado, pero tampoco vamos a tener un impacto fuerte, o sea que seguimos en un año bastante complicado en ese sector.

RA – Pensando también en la coyuntura de las vacaciones de julio pero con la situación que se vive en Argentina, ¿qué perspectivas tienen para la llegada de argentinos en estos días?

JM – Argentina pegó, pega y va a seguir pegando negativamente porque está tomando medidas cada vez más preocupantes. Ya no solo en temas de lo que puede ser el traslado de personas entre ambos países, sino también temas políticos internos que hacen difícil la movilidad, más allá de los costos que se están disparando. Por un lado el elevar los costos internos de ellos también nos beneficia en cuanto a que los costos van a asimilarse un poco a los nuestros, pero por otro le hace imposible al argentino movilizarse.

Por lo tanto no somos muy optimistas en cuanto a que el próximo verano tenga alguna repercusión que mejore lo que hemos vivido la temporada pasada.

RA – Esta situación que está describiendo, ¿ha impactado directamente en las empresas del rubro turístico, en decisiones que hayan tenido que tomar financieramente como en materia de empleados, por ejemplo?

JM – Sí, hemos trabajado en seguida de la temporada para revertir algo de eso o preverlo. Pero hay algunos establecimientos que han cerrado, sobre todo en el este, o que solamente abren los fines de semana o alguno que haya enviado al seguro de paro. Eso es tradicional en el este a esta altura del año, pero esta vez se incrementó un poco más. Ahora muchos por un tema de sobrevivencia hacen promociones de dos por uno o en páginas web para poder mantenerse en estas épocas por lo menos cubriendo los costos fijos, operativos, y poder sobrepasar estos meses complicados.

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