Julio Trostchansky (SMU): Los representantes de los trabajadores deben tener "un papel de contralor" pero "sin voto en la toma de decisiones"
El procesamiento de Alfredo Silva de ASSE repercutió en varios ámbitos. Desde el Sindicato Médico del Uruguay (SMU) se solicita no contaminar las políticas públicas de salud con "política partidaria". Julio Trostchansky, presidente del SMU, manifestó su malestar al preguntarse "¿dónde estaban antes los legisladores que ahora se preocupan por estos temas?". En diálogo con En Perspectiva, Trostchansky sostuvo que es necesario "discutir el rol del representante". Según él "debe avanzarse en la reglamentación de cómo elegir el representante de los trabajadores". También agregó: "tenemos seis, siete meses, para avanzar en cambios que ASSE requiere y así tener una salud pública de cada vez mayor calidad, no solo en lo asistencial sino también en su gestión".
(emitido a las 7.51 hs.)
EMILIANO COTELO:
El caso de corrupción en la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) confirmado el viernes en la Justicia del Crimen Organizado terminó con el procesamiento, entre otros, de Alfredo Silva, integrante de dicho Directorio en representación de los trabajadores. Esto además viene teniendo todo tipo de repercusiones: políticas, sindicales y también en otros gremios.
Ayer se sumó a dar su punto de vista sobre estos hechos el Sindicato Médico del Uruguay (SMU). Concretamente su presidente, Julio Trostchansky, pidió a través de su cuenta de Twitter "no contaminar con política partidaria las discusiones que deben ser de planificación y programáticas".
Trostchansky se preguntó: "¿dónde estaban antes los legisladores que ahora se preocupan por estos temas?", y sostuvo: "el mejor sentido común indica que hay que aprovechar la crisis para gestar cambios positivos. Y que haya habido corrupción es un dato a tener en cuenta".
¿Cómo es la postura del SMU? ¿De qué manera fue examinado todo esto en los últimos años? Vamos a conversarlo con el doctor Julio Trostchansky.
ROMINA ANDRIOLI:
¿Cómo ve el SMU estos sucesos en ASSE y los procesamientos que se conocieron el viernes? ¿Le sorprendieron?
JULIO TROCHANSKY:
Es un tema que hay que analizar desde el lado central, muchos lo han estado analizando en torno a un nombre, a la posibilidad de relevo de un nombre o un lugar. Nosotros entendemos, hace ya mucho tiempo, que hay que empezar a discutir temas más centrales, como el rol de la representación social en estos organismos.
Es claro que cuando la representación social asume responsabilidades de gestión pueden suceder casos como este. La representación social debe ir por el lado del contralor, no de asumir responsabilidades que le corresponden al sector político y que de alguna manera mejorarían la gestión.
EC – ¿Esa es una opinión que ustedes han mantenido públicamente, cómo deben operar, cuál debe ser exactamente la función de los representantes sociales en un Directorio como el de ASSE?
JT – Sí, durante algún tiempo se generaron discusiones en torno a quién debía representar a los trabajadores y si debía haber una representación que incluyera a los médicos. En la medida en que fuimos avanzando y viendo la necesidad de funcionamiento profesional que tienen organismos como ASSE, hemos asumido que nuestra función, o la de los representantes de los trabajadores, no debe ser la de gestionar sino la de controlar, y tener las aptitudes para hacerlo.
Es una opinión que el SMU ha manejado y que ha presentado a las autoridades en su momento, dentro de cambios más amplios que requiere ASSE para tener una gestión profesional. Este es un momento bien interesante para reabrir esa discusión y no embarcarnos solo en el debate de un relevo o cambio de nombre.
EC – Es interesante lo que usted dice, porque de algún modo los hechos que ahora cobran cuerpo confirmarían la conveniencia de aquél planteo que ustedes hicieron. Quiero decir: lo que terminó ocurriendo en ASSE fue que el director en representación de los trabajadores operó movilizado por intereses corporativos y no necesariamente por los mejores para la calidad de los servicios y la atención en ASSE.
JT – Exacto. Creemos que existe la necesidad de discutir el rol del representante, no solo para no interferir en funciones y para que no se generen este tipo de cosas, como beneficios a determinado grupo corporativo o a quien se dice representar, sino también para darle mayor claridad.
En definitiva: debe avanzarse en la reglamentación de cómo elegir el representante de los trabajadores. No porque dudemos de la representatividad de otras organizaciones, porque es bien claro que la tienen, hablamos del PIT-CNT y de la Federación de Funcionarios de Salud Pública.
También ha generado un tema conflictivo en estos últimos tiempos el hecho de que no se haya avanzado en un formato de elecciones que permita elegir de manera clara al representante de los trabajadores, de manera tal que todos quedemos conformes y que certifique que quien se sienta en el Directorio de ASSE fue electo de forma adecuada.
Entendemos que en este momento el Directorio puede funcionar durante los próximos seis meses sin un representante de los trabajadores, igualmente tiene representación social porque se mantiene la representación de los usuarios y de la oposición. Es un buen momento para decir: repensemos las cosas, no discutamos solo sobre el nombre y establezcamos estos criterios que le mencionaba y en el próximo Gobierno, con nuevas autoridades, comencemos un Directorio de ASSE con todas las garantías del caso, habiendo discutido los temas centrales o más profundos, y no solo el tema de quién va a suceder al que hasta hace poco era el representante de los trabajadores.
EC – Ustedes plantean que no se apure la sustitución de Alfredo Silva.
JT – Exactamente. Nosotros estamos poniendo en discusión que el representante de los trabajadores sea elegido después de por lo menos discutir estos dos grandes temas: el rol del representante en un Directorio como el de ASSE y el mecanismo por el cual debe elegirse. Si se quiere avanzar también hay que ver cómo generamos una gestión de una institución como ASSE de manera más profesional. Nosotros hemos planteado en otras oportunidades la necesidad de avanzar en regionalizar ASSE, es una organización demasiado grande como para trabajarla en forma centralizada desde Montevideo. A veces también suceden estas cosas porque se deciden cuestiones de todo el país en un Directorio, desde aquellas cuestiones más pequeñas hasta las más grandes, y eso genera este tipo de cosas también. Debemos avanzar en dotarlo de un formato jurídico distinto…
Tenemos seis, siete meses, para avanzar en cambios que ASSE requiere y así tener una salud pública de cada vez mayor calidad, no solo en lo asistencial sino también en su gestión.
RA – ¿Pero cuál es entonces la fórmula que ustedes plantean que debería tener el Directorio de ASSE, la cúpula organizativa del organismo?
JT – Nosotros pretendemos que ASSE tenga una división territorial, que permita tomar decisiones en forma adecuada de acuerdo a las necesidades de cada región y que tenga un Directorio central que determine las políticas generales. Un Directorio integrado por representantes sociales, pero que únicamente tengan papel de contralor, sin voto en la toma de decisiones, que asesoren o hagan oír su opinión y también controlen la gestión pública del resto de los directores, y que la dirección y conducción política sea de los delegados designados por el poder político. De esa manera entendemos que sería una gestión más adecuada a lo que necesitaría la institución hoy en día.
EC – Y en el caso concreto del integrante del Directorio que represente a los trabajadores de ASSE ustedes proponen ir por el camino de una elección, porque hoy lo está designando la Federación de Funcionarios de Salud Pública, que no necesariamente abarca a todos los funcionarios, pero en particular no abarca a los médicos, que también son trabajadores de ASSE.
JT – Igualmente nosotros no dudamos de la representatividad que tienen estas organizaciones dentro de ASSE ni tampoco, pensando en una elección, lo que tiene que ver en cuanto a número de trabajadores médicos y no médicos.
De todas maneras yo creo que la necesidad de elecciones obligaría a generar grupos de trabajo más que un representante individual que concentre todo el poder. La necesidad de generar acuerdos previos a cualquier tipo de elecciones va a generar también la posibilidad de tener información que sea transmitida a todos lo que uno dice representar, va a generar la necesidad de tener reuniones que permitan trabajar en conjunto en pos de un bien común, y más allá de que en definitiva quien lleve el primer lugar en una lista va a ser el que más trabajadores represente en cuestión de número. Pero creo que tiene que ver más con lo programático, con el llegar a acuerdos y formar grupos de trabajo. El elegir a una persona sola, como hasta ahora se hacía, y en forma directa, sin pasar por un proceso de elecciones muchas veces ayuda a este tipo de cosas.
RA – Me llamaban la atención algunos de los comentarios que usted hizo ayer por el lado de no contaminar con política partidaria las discusiones que deben ser de planificación y programática, y por otro lado se preguntaba dónde estaban antes los legisladores que ahora se preocupan por estos temas. ¿Cuál es la crítica que se le hace hoy al sistema político por este tema?
JT – Luego de la convención médica hicimos hincapié en que no hay bonanza económica de un país que pueda disfrutarse si no es con salud, y en ese sentido debíamos avanzar en términos de calidad en el sector salud tanto a nivel de la parte asistencial pero también en lo que tiene que ver con la gestión. En ese momento también alertábamos sobre la poca presencia de la salud en los temas programáticos de campaña de todos los partidos políticos. Llama la atención: hasta hace pocos días los temas sanitarios no eran preponderantes en los discursos de los partidos políticos y hoy parecen ser centrales, no solo por los temas de probable corrupción sino como tema en general, ahora parece ser que la salud pasa a ser prioritaria.
A nosotros nos duele que la salud sea utilizada como elemento de campaña política cuando deberíamos estar todos pensando desde el punto de vista programático, tomando resoluciones que aseguren una asistencia y una calidad asistencial que va más allá de los intereses políticos partidarios.
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