En la próxima administración se presentará un proyecto de ley de tasa 0 de alcohol en la sangre
Aquellos conductores que se les constate alcohol en sangre mientras manejas serán derivados directamente a un hospital. Con motivo de esta noticia que trascendió esta mañana, En Perspectiva entrevistó al presidente de la Unidad de Seguridad Vial, Gerardo Barrios, quien dejó en claro que "la idea es no esperar pasivamente seis meses a que el ciudadano vuelva a solicitar su licencia de conducir, si no evaluar por qué esa persona persiste en esa actitud". También aclaró: "en esta estrategia de ir descendiendo las tasas legales estamos impulsando bajar a 0 la tasa de alcohol en sangre".
(emitido a las 9.14 hs.)
EMILIANO COTELO:
Conductores alcoholizados irán al médico de forma obligatoria. El título está en El Observador, el artículo señala: "Todo conductor que presente una concentración de alcohol en sangre superior al límite permitido por la normativa deberá comparecer ante un equipo sanitario para una evaluación de su grado de adicción. En caso de que se confirme su dependencia, se le propondrá iniciar un tratamiento".
Vale la pena profundizar en este cambio, ¿cómo se lo va a implementar? ¿Qué alcance tendrá?
ROMINA ANDRIOLI:
Estamos en línea con Gerardo Barrios, presidente de la Unidad de Seguridad Vial (Unasev).
Para entender un poco esta medida, ¿qué controles se les realizan hoy a los conductores a los cuales se les detecta que tienen un consumo de alcohol mayor al permitido en la sangre? ¿Qué pasa más allá de que se les retira la libreta?
GERARDO BARRIOS:
A partir del año 1994, que hay una tasa legal permitida, la sanción administrativa que tienen los conductores que conducen bajo los efectos del alcohol tienen que ver con la suspensión de la licencia, la multa y actualmente si es mayor a 1,2 el pase a juez. Eso en definitiva es muy limitado desde el punto de vista de la percepción de ese riesgo y de cómo desde los sistemas de salud podemos encarar una estrategia global en cuanto al consumo problemático de alcohol. Por eso es que estamos trabajando desde hace prácticamente un año teniendo reuniones con las áreas psicofísicas, con médicos y psicólogos que otorgan el permiso de conducir al hacer el examen psicofísico, viendo la posibilidad de hacer un seguimiento de los conductores que tienen espirometrías positivas y un control también en los sistemas de salud.
RA – ¿Esto implicaría que en todos los casos en los que se detecte algún consumo de alcohol superior al permitido, de 0,3 gramos por litro de sangre, tendrán sí o sí que pasar a tratamiento médico?
GB – Tendrán que ser evaluados por el sistema de salud. La idea es no esperar pasivamente seis meses a que el ciudadano vuelva a solicitar su licencia de conducir, si no evaluar por qué, sabiendo que no hay que tomar alcohol cuando se conducen vehículos, igual esa persona persiste en esa actitud. Uno debe considerar que no es lo mismo aquel que toma esporádicamente un fin de semana y le detectan una espirometría positiva a aquel que tiene un consumo problemático de alcohol. La idea es colaborar con los ciudadanos a los efectos de encarar esto como un problema de salud y establecer las coordinaciones necesarias con todas las instituciones que estamos trabajando en este tema.
RA – Así que el objetivo principal es detectar que el ciudadano esté recuperado a la hora de volver a conducir cuando le devuelvan su libreta y que no vuelva a reincidir en una medida de este tipo.
GB – Exacto, la idea es evitar la reincidencia y sobre todo detectar aquellos consumos problemáticos de alcohol. Incluso en el simposio internacional que se está desarrollando hoy vemos que este no es un tema exclusivo de Uruguay sino que pasa en todo el mundo. Es muy difícil que alguien que toma alcohol perciba el problema y vaya a consultar a su médico. La idea es tratar de fomentar el control y evaluar cuáles son los factores que pueden ayudar al ciudadano que tiene un consumo problemático de alcohol y otras drogas a evitar esa dependencia.
RA – Veía en la nota de El Observador que usted además mencionaba que hay todavía quienes afirman que conducen mejor habiendo consumido alcohol. ¿Eso es así? ¿Ese concepto está extendido?
GB – Sí, hay una serie de mitos populares en relación al tema del alcohol que durante décadas estuvieron presentes y que la población los ha incorporado. Esta estrategia que hemos venido desarrollando ha ido corrigiendo y aclarando un poco más este tema para que se abandonen esos mitos. Pero todavía existen quienes piensan que tomar un vaso de whisky y después conducir es mejor, y nuestra estrategia es demostrar, informar y comunicar todo lo que tiene que ver con los efectos nocivos, que además no son percibidos por la persona. Si uno toma un vaso de cerveza o una medida de whisky no se siente alterado, pero ya hay alteraciones que no son percibidas.
RA – ¿Cuánto mayor es el riesgo? ¿Hay estimaciones de eso?
GB – Es muy claro que, por ejemplo, estar en la tasa de 0,3 implica un riesgo de tener un siniestro con lesionados graves y fallecidos que se multiplica por dos. Por eso en esta estrategia de ir descendiendo las tasas legales estamos impulsando bajar a 0 la tasa de alcohol en sangre. Incluso es 0 desde el año 1994 para profesionales, el mismo criterio debe primar para los que tienen las licencias llamadas amateur. En definitiva la única tasa segura, como dicen los expertos europeos, es no tomar alcohol para conducir vehículos. Por eso hay experiencias también muy enriquecedoras tanto a nivel internacional como nacional, hay un trabajo muy interesante en Brasil que nosotros mostrábamos ayer en el simposio.
En el año 2008 se aprobó la ley que establece la tasa 0 de alcohol en la sangre en Brasil y eso influyó no solo en una disminución en la mortalidad en el tránsito sino también en otras situaciones de violencia vinculadas al alcohol. Paradójicamente nosotros estuvimos hace diez días en Río Branco, donde el subcomisario con los agentes de tránsito, el alcalde y las fuerzas que trabajan en el tema prevención de siniestros de tránsito y en que la ley se cumpla, nos mostraban las estadísticas de la ciudad. No solo disminuyó la cantidad de siniestros graves y los fallecidos en el tránsito, sino también la cantidad de hechos de violencia interpersonal vinculados al alcohol. O sea que trabajar en el tema alcohol y seguridad vial es también trabajar en el global del alcohol y la repercusión que tiene en otro ámbitos de la vida cotidiana, asociados muchas veces a situaciones de violencia doméstica, interpersonal, de situaciones que todos los uruguayos sabemos que existen.
RA – ¿En qué plazo podríamos estar pensando que acá se implemente la tasa 0 de tolerancia frente al alcohol?
GB – Es un anteproyecto de ley que ya tenemos acordado y que se va a presentar en la próxima administración. Sea cual sea el gobierno que se instale el 1° de marzo, uno de los aspectos vinculados a la siniestralidad vial va a ser uniformizar la tasa de alcohol dentro de otros aspectos que para nosotros son relevantes como la estructura de la Unasev. Nacimos en 2008 en el marco de una unidad que funciona en Presidencia y estamos planteando una estructura nacional, también con un fondo nacional de seguridad vial.
RA – Con la idea de la tasa 0 siempre aparece el temor o el mito de que ante el consumo de algunos alimentos se detecte algún grado de alcohol en sangre, ¿cómo es eso?
GB – Eso también es un mito que fue incorporado cuando empezaron las espirometrías, algunos planteaban aspectos con relación a falsos positivos si se comía algo, si se era diabético, si se fumaba. Todo eso ha quedado en el olvido.
En las encuestas de opinión pública, esta ya es la tercera que hacemos con Radar, el 90% de la población manifiesta que está de acuerdo con que la tasa sea 0 y con incrementar los controles y todo lo que tiene que ver con mejorar este problema. Incluso en las ciudades el problema del tránsito ha pasado a ser uno de los primeros que la gente manifiesta, tanto la inseguridad como el tránsito son los elementos centrales de preocupación en la población uruguaya.
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