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Udelar defiende su método para medir la pobreza infantil

Udelar defiende su método para medir la pobreza infantil
Foto: Javier Calvelo/Adhoc fotos

La Universidad de la República (Udelar) defendió su método "multidimensional" para medir la pobreza infantil, cuyo resultado duplica los índices que generan las estadísticas oficiales. Asegura que "no le está haciendo el trabajo político a nadie" al publicar los datos en plena campaña electoral.

La divulgación del informe generó fuertes críticas en el oficialismo, y fue aprovechada por la oposición para cuestionar las políticas sociales del Frente Amplio.  

Mientras blancos y colorados cuestionan el "asistencialismo"; instalado desde el Ministerio de Desarrollo Social a partir de 2005, el Frente Amplio recuerda que en 2002, los niños de Bella Unión "comían pasto";.

Los resultados de las acciones y los programas que se han aplicado en este y anteriores gobiernos destinadas a reducir la pobreza y la indigencia son uno de los puntos centrales del debate que oficialismo y oposición mantienen en esta campaña electoral.

En este marco, la divulgación de un informe por parte de la Universidad de la República que plantea un método alternativo para medir la pobreza infantil en el Uruguay cayó como una balde de agua fría en filas oficialistas, mientras que la oposición se hacía eco inmediatamente para resaltar el "fracaso"; de las políticas oficiales.

El trabajo fue presentado el jueves pasado y fue elaborado por el Centro Interdisciplinario de Infancia y Pobreza, que funciona en la órbita del Rectorado de la Udelar y que es el encargado del Banco de Datos del Área Sociodemográfica de la Facultad de Ciencias Sociales.

Según su responsable, el sociólogo Oscar Roba, se sistematizaron los distintos trabajos que en el país se han hecho sobre el tema. Se propone "discutir y construir información"; sobre la pobreza y la desigualdad en la vida de los niños.

Hasta ahora se tenía en cuenta para las mediciones una sola medición: la "línea de pobreza";, que se calcula que se calcula multiplicando por un coeficiente (o «factor de expansión») a partir de la línea de indigencia.

La línea de indigencia se define a su vez en función del costo de una determinada canasta de alimentos. Es decir que, desde hace mucho tiempo, en Uruguay y en buena parte del mundo ser pobre oficialmente significa unicamente no contar con determinado ingreso per cápita mensual.

Se incorporan otras metodologías de medición de la pobreza que proponen enfoques unidimensionales, midiendo las necesidades básicas insatisfechas. De esta manera los niños menores de 6 años en situación de pobreza, que según el método oficial eran 27,3% en 2011, de acuerdo a este mecanismo serían  49,2%.

Roba sostiene que hay que incorporar más dimensiones para pobreza de adultos y niños, y destacó que aun con mediciones con LP en una perspectiva más amplia en el tiempo, la situación  no es buena en Montevideo para los años 2011 y 2012.

El documento fue presentado el jueves pasado. Roba aclaró, en una declaración difundida por la Udelar, que ni él ni el CIIP están haciendo "trabajo político" alguno, que no tienen una cabeza política que actue en función de daños y beneficios que se pueda causar a alguien, en plena campaña electoral.

El uso de la "línea de pobreza"; como única dimensión fue defenido por Marisa Buchelli, del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales en que es útil para la divulgación y monitoreo de la situación.

Buchelli defendió que se siga monitoreando de esta manera en la afirmación de que: el ingreso es el principal recurso para satisfacer las necesidades, la pérdida de ingreso es mucho más que perder un recurso -porque esa pérdida tiene múltiples repercusiones sociales para las familias y los individuos- y funciona como una variable de anticipación del comportamiento de otras variables. Además permite conocer los problemas objetivos de nuestros salarios y jubilaciones, sostuvo.

La directora del Instituto Nacional de Estadísticas, Laura Nalbarte, acordó en la necesidad de estudiar variables complementarias a la línea de pobreza  para la definición de la pobreza y reconoció que esta es una tendencia internacional.

Al mismo tiempo, abogó por el mantenimiento de la unidimensionalidad por su sencillez. Sostuvo que el enfoque multidimensional tiene múltiples problemas a enfrentar antes de ser aplicado, especialmente en lo que concierne a la elección y definición de las variables; sin estos cuidados se podría llegar a conclusiones erróneas sobre los niveles de pobreza.

Gustavo De Armas, del Instituto de Ciencia Política de la FCS y especialista en Políticas Sociales del Equipo de trabajo de Unicef – Uruguay, destacó que el documento muestra la película de los últimos 20 años del Uruguay, donde se constata la existencia permanente de un núcleo duro de pobreza de entre un 11% y un 13%, sin importar cuál sea la forma de medirla.

Por encima de ese núcleo duro se aprecia un «colchón» de gente vulnerable, que es aproximadamente un 20% de la población y que cae bajo la LP en los momentos de crisis, y finalmente entre un 50% y 60% de «integrados». Más allá de los picos de la gráfica temporal, esta estructura no ha cambiado mucho, sostuvo. Llamó entonces a pensar a mediano y largo plazo qué políticas públicas de todo tipo pueden reducir el núcleo duro y el sector vulnerable.

También llamó la atención sobre la inequidad intergeneracional, ya que la pobreza está concentrada en los niños en tanto en los adultos mayores es bajísima. Se preguntó si existe un país en el mundo que haya bajado del 32% al 4% la pobreza en cualquier grupo etáreo, como bajó en Uruguay entre 1986 y 1994 en los adultos mayores.

Dijo que esto fue probablemente resultado de la reforma constitucional promovida por los jubilados en 1989, que les mejoró las prestaciones que reciben. Recordó que en 1986 la pobreza infantil duplicaba a la de los adultos mayores, y que en 1994 la primera pasó a ser siete veces mayor que la segunda.

Consideró que, ya que dos tercios de los pobres tienen menos de 30 años, disminuir la pobreza monetaria infantil sería un buen método para reducir la pobreza general, y más tomando en cuenta que esta población está muy concentrada territorialmente.

A nivel general, el informe presentado marca que, mientras la pobreza medida solo en cuanto a ingresos es de 13,7%, el enfoque multidimensional la eleva a 35,7%.

Surge de esta modalidad de análisis una nueva categoría, "una descripción que no se limita a los pobres, sino que incluye a amplios sectores de la sociedad", que son los no integrados: aquellos que sufren algún tipo de precariedad, exclusion y/o marginalidad.