En comparación con el mes anterior, el grado de conflictos cayó en un 48%.

Si se compara con el nivel de conflictividad ocurrido hace un año, la disminución es del 75%, puesto que en agosto de 2013 se realizaron varias movilizaciones en el marco de la Rendición de Cuentas.

El mes que ha tenido menor conflictividad ha sido enero, dado que la mayoría de los trabajadores toman sus licencias. Luego le sigue agosto, en el que se registraron 17 conflictos. Solo uno de ellos se continuaba de meses anteriores. Tres implicaron ocupaciones (el de la arrocera Glencore, el Sunca ocupó una obra de ALUR y ocupación en el liceo Dámaso Larrañaga).

En los conflictos de agosto estuvieron involucrados 27.261 trabajadores y se perdieron 29.145 jornadas laborales.

El estudio revela que la mayor conflictividad tuvo lugar en el área de la educación, que implicó el 70% del total. Se registraron dos paros por agresiones a docentes, paros por discrepancias en la elección de horas y mejoras salariales y un paro cuando citaron a declarar a profesores que habían estado durante las movilizaciones en rechazo al traslado de la jueza Mariana Motta. Otro paro se registró en liceos de Secundaria por el día de los mártires estudiantiles.

El segundo rubro más conflictivo fue el del comercio (12%). Allí se incluyen los paros en supermercados y de los distribuidores de supergás. El tercer rubro fue el de la administración pública (9%), con paros del sector de limpieza de la Intendencia de Montevideo (IMM), de Registros Públicos y de Canal 5. La industria manufacturera tuvo un 7% de conflictividad, donde se registraron paros en la arrocera Glencore y en curtiembres.

Mejores condiciones de trabajo fue la principal reivindicación de los trabajadores (62%). El 28% reivindicó mejoras en los salarios.

"La proximidad de las elecciones nacionales se impone sobre toda la problemática política y social. Todo indica que esta será la tónica hasta que culmine la segunda ronda electoral. Se estima que la conflictividad en los últimos meses del año se mantendrá baja, salvo que ocurran paros por muertes o agresiones u otros hechos imposibles de prever", concluye el estudio de la Universidad Católica.